H. Galván y De Mauro Rucovsky, “La germinación…” Revista de estudios literarios latinoamericanos
Número 10 / Julio 2021 / pp. 10-38 13 ISSN 2422-5932
apunta y señala, dos niños erguidos, otros dos levitando sobre un árbol
cortado, hongos pene y hongos que brotan, un paisaje cargado). Decíamos
que en su arranque son flujos y conjuntos energéticos que se transforman en
otra naturaleza y luego, estas nebulosas o estos colectivos, se dibujan
contornos, se organizan fórmulas, se figuran personas anónimas, pre-
personales e impersonales (sujetos sin rostros y trans-posicionales). Bajo
leyes compositivas de quilt, cut-up y patchwork, un mecanismo pop art recorre la
muestra: leyes de exceso, simetría, no comunicación, voluptuosidad y de un
cromatismo pletórico. La gama de colores es efusiva, hay muchos tonos y
recursos que vuelven sobre el arte gráfico, la ilustración, el cómic y la
historieta, las viñetas y los globos de diálogo. Luego, en lo sucesivo, todo se
superpone de nuevo, se deshace en una multiplicidad superpuesta, en la que
los objetos parciales y la energía sexualizada, los elementos animales (perros
de distintos tamaños), elementos humanos y vegetales (árboles de pino,
distintos líquidos, agua y ríos) y los objetos mecánicos (pinzas, cuerdas, cazos
y cacharros, varillas), tienen todos igualmente sus determinaciones positivas
y entran en comunicación aberrante según un transversal que recorre toda la
obra, inmenso flujo que cada objeto produce y recorta, reproduce y corta a
la vez.
En Crisol, como en los demás cuadros que forman la muestra (Sesión
Golem, El sueño de Endimión I y II, Sanatorio, Granicero, Avispero,
Nexcoalango, Gala, Vivero, Hogar, Ensamblaje, Visor, Sesión Réplica y
Sesión Ofrenda), el trazo de Lezama no es un tipo de figura o figuración del
tipo hard edge, «dibujo de contornos nítidos», sino que procede, más bien, a
través de lo figural (Deleuze, 2009: 14) componiendo secuencias, situaciones,
climas y sujetos trans-posicionales y sin rostros personales.
Pero incluso los
cuerpos, sujetos e individuos que vemos no forman más que figuras (las
figuras son aquí elementos-índice o de constante) en relación con una tierra
y un hábitat preciso. Ese es su procedimiento de aislamiento, no tanto la
delimitación de una realidad (una escena, un hecho) sino un proceder a través
de eso que pasa por la sensación, los afectos y la combinatoria. Lo que ocupa
el resto de los cuadros son colores y texturas de bosques, caminos y los
espacios fabriles. Pero estos no están debajo o detrás de las figuras, sino
estrictamente al lado, o más bien todo a su alrededor. En efecto, el
procedimiento de lo figural opera mediante contornos como lugar de un
En referencia a J.-F. Lyotard, el nominativo «figural» es empleado por Deleuze quien indica un
sustantivo (en diferencia con lo figurativo) para indicar lo pictórico en oposición a lo lineal, o más
precisamente a la masa combinatoria en contraste con el contorno. (Deleuze, 2009: 14 y 37). Y en
relación a los fenomenólogos Henri Maldiney y Merleau-Ponty «lo figural» indica la forma sensible
relacionada con la sensación, es decir, «el sentir» no solamente en tanto que relaciona las cualidades
sensibles con un objeto identificable (momento figurativo) sino en cuanto que cada cualidad constituye
un campo que vale por sí mismo e interfiere con los otros (Deleuze, 2009: 41-42).