Uslenghi, “El París de…” Revista de estudios literarios latinoamericanos
Número especial / Mayo 2021 / pp. 190-204 194 ISSN 2422-5932
Darío a quien leería más tarde, ‘creí hollar suelo sagrado.’”)
En esa
tradición, cuya astuta clasificación se la debemos a David Viñas, se han
adjudicado múltiples significados a París: ser la estrella distante que desde el
horizonte europeo guiaba destinos de las nuevas repúblicas; representar la
república de las letras donde se hace o deshace la consagración literaria; ser
la capital del consumo refinado y el deseado progreso de las elites
novomundanas. El París de Molloy se reconoce en esa tradición, pero
cuando la ciudad deja atrás el siglo XIX, se ve desplazada como la capital de
la modernidad, y pesa sobre ella la sombra vergonzante de la ocupación
alemana, otros sentidos adquieren fuerza: el París laboratorio, taller, espacio
de análisis y búsqueda a partir de la dislocación y el destierro, el safe-haven
para la disidencia sexual y política, y más adelante incluso, el desencanto.
El París de Molloy se posiciona dentro de una genealogía de
imaginación libertaria, que se enlaza con el París de las vanguardias y la
ciudad de entreguerras, con ese cosmopolitismo de expatriados, de artistas
asilados y perseguidos políticos refugiados en Montmartre, de escritores
afro-americanos e internationnalisme noir, con el París queer y nocturno de Lulu
de Montparnasse y Le Monocle retratado en las fotografía de Germaine
Krull y Brassaï. Como señala Brent Edwards con respecto a lo que es más
que un mito de entreguerras: “Es importante reconocer que la importancia
de París en este período no es cuestión del mero tamaño de la población.
En otro sentido, como argumentó Raymond Williams, la metrópolis
europea proveía un espacio singular, vibrante, cosmopolita, para
intercambios que no eran posibles ni en los Estados Unidos ni en las
colonias… París, entonces, es crucial porque permite el cruce de límites y
fronteras, conversaciones, y colaboraciones que no se daban con tal
intensidad en cualquier otro lugar.”
Sobre ese París se recortan también
figuras latinoamericanas, entre otras el París de Teresa de la Parra y Lydia
Cabrera, un recorrido analizado por la propia autora.
“Lectura y cotorreo” en Citas de Lectura, p.33
Como lo ha señalado la crítica, estos son años de inflexión en la relación de los intelectuales
Latinoamericanos y París. Los años de residencia de Sylvia Molloy y sus consecutivas estadías la colocan en
una posición intersticial entre el Paris de los exiliados anti-peronistas o “exilio de los 50s;” el grupo llamado
“los Argentinos de París”, integrado entre otros por Edgardo Cozarisnky partenaire flˆaneur de Molloy; y el
exilio durante la dictadura militar. Ver: Mariana Bustelo, «La palabra migrante: escritores argentinos en
búsqueda de un terreno propicio para la creación», Amérique Latine Histoire et Mémoire. Les Cahiers
ALHIM [En línea], 12 | 2006; Daniel Link, “Los Argentinos de París: razones de la aflicción y del desorden,”
Cuadernos de Literature Vol XXI, No.42, Julio-Diciembre 2017, pp 161-178; y Germán Garrido, La
Internacional Argentina: las cosmopolíticas queer de Copi, María Moreno y Néstor Perlongher (1971-1992), New
York University, tesis doctoral, 2017.
Brent Edwards. The Practice of Diaspora. Literature, Translation, and the Rise of Black Internationalism,
Boston, Harvard University Press, 2003, p.4 (traducción mía).