propuso un análisis estructural de la novela de Mário de Andrade, Macunaíma,
5
a partir de las categorías que el lingüista ruso Vladimir Propp había utilizado
para analizar relatos fantásticos.
6
Sin embargo, desde los años setenta la
“biblioteca” de Haroldo se hace cada vez más francesa, sobre todo con la
incorporación de categorías que provienen de Roland Barthes,
7
de Gilles
Deleuze y de Jacques Derrida. Dichas lecturas no lo harán variar de rumbo,
sino que, por el contrario, lo afirmarán en algunos de sus postulados iniciales,
aquellos que ponían en cuestión la función comunicativa de la poesía y
destacaban la materialidad del signo lingüístico. En una entrevista en 1980,
Haroldo lo grafica de este modo:
Parece-me que, nos anos 60, por todo esse labor teórico-crítico que
entre nós se desenrolava, e que procedia já, em boa parte, da década
anterior, a obra de Barthes encontrou campo fértil para a sua divulgação
e discussão em nosso ambiente, tanto mais que, sendo uma obra
eminentemente voltada para a produção do novo em literatura (no
prefácio ao Grau Zero já está demarcada a linha Flaubert-Mallarmé
como aquela em que a escritura se separa de sua “função instrumental”
para adquirir espessura enquanto objeto sígnico, enquanto linguagem
voltada sobre si mesma, num duplo movimento de construção e
destruição), deparava, em nosso meio, com a problemática suscitada,
desde os primeiros anos da década de 50, pela teoria e pela pratica da
poesia concreta. De fato, é como um “fenômeno dramático de
concreção” que Barthes, no mencionado prefacio, descreve o processo
de emancipação da linguagem na literatura da Modernidade, ao longo
de século XIX até aos nossos dias (CAMPOS, 1992: 121).
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Paulo el 21 de marzo y el 4 de abril de 1959, refiere al libro de Víctor Erlich Russian
Formalism – History – Doctrine, y sostiene que se trató de un movimiento que “está na
base da renovação da crítica contemporânea”. Probablemente ello se deba a su
relación con Alemania a través de Max Bense.
5
Cfr. Morfologia de Macunaíma (1973).
6
Señalemos que Haroldo como buen sudamericano nunca fue un lector puro. Desde
el comienzo, en esa biblioteca detectamos interferencias, como las menciones a
Heidegger en algunos de los textos más ortodoxos de la fase concreta. El propio
paideuma concreto –Pound, Mallarmé, Cummings, Joyce- es una feliz monstruosidad
borgeana.
7
En el prólogo a primera edición de Metalinguagem hay una cita a Barthes, pero se
trata de un Barthes estructuralista, pues la referencia proviene de un ensayo de
Barthes titulado “Introduction à l’analyse structurale des récits”, publicado en la revista
Communications nº 8, en 1966. En este sentido, resulta interesante el prólogo a la
segunda edición del libro, de 1992, que incorpora una serie de ensayos más recientes.
Ver cuerpo del texto.