Garrido, “Presentación” Revista de estudios literarios latinoamericanos
Número 10 / Julio 2021 / pp. 1-9 4 ISSN 2422-5932
tanto en clave descriptiva como prescriptiva, para contrarrestar los discursos
homogeneizantes y las prácticas excluyentes de la globalización. Buscando
superar los lastres universalistas, eurocéntricos, blancos, cisheteropatriarcales
del viejo cosmopolitismo, propuestas de un cosmopolitismo vernacular
(Bhabha), herido (Kristeva), discrepante (Clifford), crítico o decolonial (Mignolo), del
pobre (Santiago), entre otras, hicieron foco en experiencias de mezcla cultural,
étnica y racial características del presente desde una perspectiva subalterna.
Cabe preguntarse, con Chantal Mouffe (2013), qué sentido tiene, para estos
neo-cosmopolitismos (o cosmopolitismos adjetivados, como se refiere a ellos
David Harvey), reformular un concepto hasta hacerlo significar algo tan
distinto a los sentidos que por tanto tiempo viene acarreando. Más allá de las
múltiples respuestas que se puedan aventurar en relación a algunos de estos
cosmopolitismos adaptados a las necesidades del presente (sobre su capacidad
de apropiarse de un concepto que históricamente había gozado de un relativo
prestigio para refuncionalizarlo en un sentido emancipatorio; sobre su
potencial para informar proyectos políticos tan equidistantes de los
nacionalismos reaccionarios como de distintas encarnaciones del capitalismo
tardío), es posible que en el perdurable brillo de lo cosmopolita subyazca,
después de todo, aquella antigua necesidad de imaginar y reimaginar el mundo
que mencionábamos al principio. Cargando sobre sus hombros con el peso de
una etimología todavía muy nítida, el cosmopolitismo extiende aquella vieja
invitación a indagar conjuntamente en los conceptos de mundo (cosmos) y de
comunidad/ciudadanía (polis) que en el contexto actual adquiere nueva
relevancia: ¿qué, cómo, cuál es ese mundo?, ¿es uno o son muchos?, ¿quiénes
somos nosotrxs, “ciudadanos del mundo” o bichos de la tierra (Haraway, 2020)?
¿Cómo habitamos y qué relación establecemos con ese cosmos (pertenencia,
posesión, negociación, préstamo, conflicto...)? Tales son algunas de las
preguntas cosmopolíticas por excelencia, porque evidencian los impulsos políticos
que mueven todo cosmopolitismo, al tiempo que movilizan nuevos sentidos
en torno a una política del mundo ―una política y un mundo que, para
Latour/Stengers/Haraway, no se limitan a lo humano.
Además de retomar algunas de estas preguntas de los debates
cosmopolitas y cosmopolíticos más o menos recientes, el presente dossier se
propone ensayar la viabilidad y el potencial crítico del llamado giro planetario en
el contexto latinoamericano. En Muerte de una disciplina (2010), Gayatri
Chakravorty Spivak propuso que el planeta se escribiera por sobre (overwrite) el
globo: a contrapelo de la globalización concebida como “imposición de un
mismo sistema de intercambio en todos lados” (84), lo planetario cargaría, en
cambio, con el imperativo ético, en un sentido levinasiano, de un contacto
genuino con una alteridad radical. Otra contribución ineludible a propósito de
lo planetario provino de Dipesh Chakrabarty, cuyas anteriores intervenciones