del Olympia o de Folie-Bergère” (1914: 154). También el texto, al igual que en
la versión de 1902, reflexiona sobre el famoso e incomparable caso de
“Casco de Oro”, una mujer de la calle que se vuelve famosa por haber sido
disputada por dos hombres que pertenecen a dos bandas distintas y llegan a
una situación de criminalidad.
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La crónica en su primera versión relata el
acontecimiento y usa los verbos en presente: “y la que debía estar por toda
su vida en una casa de corrección, es solicitada por un pintor que hace su
retrato para el Salón próximo, y por un empresario de teatro que le ofrece un
puesto y por un dramaturgo que le escribe un papel!” (La Nación). Mientras
que en la versión de Elegancias los verbos, al hacer referencia a un caso ya
ocurrido hace tiempo, se usan en pasado: “fue solicitada por un pintor que
quería hacer un retrato [...] y por un dramaturgo que le escribió un papel”
(1914: 154).
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Para cerrar la crónica en la versión de 1914, el cronista se pregunta
sobre las mujeres trabajadoras y se solidariza con ellas: “¿Qué diría la
obrerita que es honrada y sabe lo que es el hambre y el frío y que tiene un
par de ojos hermosos, una rosada boca, un cuerpo armonioso y un alma
vivaz? ¿Qué dirías tú Mimí Pinsón que llevaste la aurora y la risa a los
cuartos de los estudiantes y de los artistas pobres?” (1914: 154). Los dibujos
de Mirko acompañan el texto con la inclusión de siluetas estilizadas
intercaladas con la letra.
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La conjunción imagen-texto es notable. En la
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El caso ocurrió en París el 9 de enero de 1902 y unos días después, el 13 de abril, lo relata
Rubén Darío en la crónica “Las transformaciones de Mimí Pinsón”.
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El texto introductorio de Schmigalle a sus Crónicas desconocidas aporta los datos del
episodio al que se refiere Darío en el texto: “Manda y Leca son enfrentados a la Justicia, el
primero en junio, el segundo en octubre. Condenados a trabajos forzados, toman el vapor
para la Guyana, junto con quinientos presidiarios más. Casco de Oro, para entonces, se
vuelve famosa. Cuando es encarcelada en la cárcel de mujeres de Saint-Lazare, un conde
español ofrece una caución de 300.000 francos para liberarla. El 11 de marzo, ‘en plena
instrucción, se la ve en el Gil Blas, calle de Provence n° 11, con un vestido color ceniciento,
un sombrero ligero, un magnífico zorro azul. La blancura mate de su piel forma un contraste
con el resplandor de su cabello. Los que la observan notan que ya no se ve como una
muchacha de la calle. Comenta con convicción: ‘Voy a debutar, señores, en la escena, en la
revista ‘Casco de oro y los Apaches’” (Crónicas 35).
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Federico Ribas Montenegro “nació el 26 de octubre de 1890. [...] En 1908 llega a la
Argentina como tantos emigrantes gallegos. En su pequeña maleta llevaba algunas ropas,
fotos familiares y algunos pinceles y lápices para comenzar a trabajar. [...] Los primeros
meses caminó en procura de trabajo, hasta que comenzó como pintor decorador y luego
como colaborador de famosas revistas de época [...]. Posteriormente se incorporó a la revista
satírica Caras y Caretas. En aquella histórica y emblemática revista de actualidad y sátira
trabajaban dos destacados caricaturistas gallegos de gran fama, José María Cao y Juan
Carlos Alonso. [...] Después de algunos años en Buenos Aires, juntó algún dinero para