Santucci, “Tono sobre tono…” Revista de estudios literarios latinoamericanos
Número 13 / Diciembre 2023 / pp. 5-19 13 ISSN 2422-5932
una actividad más formativa que otras. De manera que sostiene un matiz
respetuoso de la diferencia a la vez que unificador en términos humanistas.
Si bien no se ocupa, como luego hará Cornejo Polar de las culturales orales,
entiende que el estado o lugar formativo de una literatura en una sociedad
determinada es una condición que dependerá exclusivamente de los
parámetros que cada sociedad pueda tener para sí misma en términos
autodeterminativos acerca del valor otorgado a la/s escritura/s.
Por otra
parte, el intercambio de Sarlo con Hoggart es diferente, pero por ahora
volveremos el foco a su diálogo con los latinoamericanos.
Como hemos anticipado, la lectura general de Ángel Rama en
Transculturación Narrativa (1982), no deja de articular un problema temporal
de selección del pasado con uno de reconfiguración territorial o geográfica e
instituye a la diversidad interior como la gran característica definitoria del
continente. A la vez, la delimitación entre las “pulsiones de interioridad” en
los procesos culturales y sus vínculos de contacto, reacción, distancia o
plasticidad frente a las operaciones modernizadoras de las metrópolis van a
definir la estructura sistemática relacional que le permite a Rama establecer
unidades donde observar referencias espaciales y continentales comunes, es
decir, desde donde “regionalizar” su lectura de América Latina. En textos
anteriores como “Las dos vanguardias latinoamericanas” (1973) había
descrito ya que las notas distintivas de las vanguardias continentales estarían
contenidas en dos debates superpuestos. Por un lado, la oposición de lo viejo
y lo nuevo en materia de formas y, por el otro, en una aspiración a la
construcción de un sistema literario propio que recupere formas lingüísticas
locales, los mitos sociales e individuales y las huellas de las diversas áreas
culturales latinoamericanas (Bernabé, 2019). Así, el diseño de esta perspectiva
unificadora fue “real en cuanto proyecto” y “real en cuanto a las bases de
sustentación” (1984: 67) y produjo una renovación que propició un efecto
vanguardista (pero también realista) en los desarrollos teórico-críticos de
América Latina. Es, en este escenario, que creemos conveniente volver a
Miguel Dalmaroni (1997: 3) realiza una lectura pormenorizada de esta cuestión específica a la que define
como “operación Raymond Williams en Punto de vista”. Allí se detiene en el impacto político “de esta
operación importadora propiamente dicha: en medio del horror de la dictadura militar, Williams permitía
alentar una esperanza, la de seguir pensando conexiones entre cultura y política, y por tanto la de
mantener lazos entre crítica de la cultura e intervención en el debate público o político.
En el número 9 de 1980, Sarlo publica un llamativo artículo de Ángel Rama dedicado enteramente a
una explicación de la “crisis sistemática en la cultura argentina”. Este texto sobresaliente por la
originalidad de Rama merecería también un análisis particular que no lo reduzca a una síntesis o a un
mero comentario, sino que pueda detenerse en el espectro conceptual con el que aborda estos problemas:
crisis, sistema y cultura argentina. Dado que estamos tomando como centralidad la figura de Beatriz Sarlo no
es aquí el lugar para hacerlo. Simplemente queremos marcar la temporalidad en la emergencia de cada
uno de estos de estos textos organizados en PdV bajo la dirección de Sarlo, a los fines de identificar sus
derroteros de publicación, intervención y circulación de la cultura argentina.