Córdova-Hernández, “Acervos multimodales” Revista de estudios literarios latinoamericanos
Número 6 / Julio 2019 / pp. 83-106 83 ISSN 2422-5932
CONSTRUCCIÓN DE ACERVOS
MULTIMODALES EN LENGUAS INDÍGENAS:
GRAFOCENTRISMO, LECTOESCRITURA Y
LITERATURA
CONSTRUCTION OF MULTIMODAL ARCHIVES IN INDIGENOUS
LANGUAGES: GRAFOCENTRISM, READING AND LITERATURA
Lorena Córdova-Hernández
Universidad Autónoma de Benito Juárez de Oaxaca
Doctora en Antropología por el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, Méxi-
co. Profesora-Investigadora de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO), México;
Miembro del Sistema Nacional de Investigadores del Conacyt, México; e integrante del Cuerpo Académico
“Lingüística Aplicada Crítica” de la Facultad de Idiomas de la UABJO. Sus intereses de investigación son:
políticas públicas de cultura, planificación lingüística, análisis del discurso y el desarrollo de metodologías basa-
das en la comunidad para la revitalización de lenguas y culturas indígenas en contextos fronterizos.
Contacto: lcordova.cat@uabjo.mx
Textualidades indígenas en el espacio lati-
noamericano: lenguas, prácticas, documentalidad
DOSSIER
Córdova-Hernández, “Acervos multimodales” Revista de estudios literarios latinoamericanos
Número 6 / Julio 2019 / pp. 83-106 84 ISSN 2422-5932
Fecha de envío: 16/08/2018 Fecha de aceptación: 25/09/2018
Acervos multimodales
Lenguas indígenas
Grafocentrismo
Lectoescritura
Literatura indígena
En América Latina, la situación de desplazamiento de las lenguas indígenas es un tema que no sólo
concierne a la academia y a los movimientos sociales, sino que también comienza a ser parte de las
políticas públicas de varios países. Desde hace más de tres décadas, la idea de desarrollar alfabetos,
cartillas de alfabetización, traducciones español-lengua indígena y sistemas de Educación Bilingüe
para la población hablante de estas lenguas se concibió como la forma de reconocer la diversidad cultu-
ral y motivar su permanencia. Sin embargo, en la mayoría de los casos, este tipo de acciones no forta-
lecieron el uso y transmisión de las lenguas indígenas. Al contrario, estas estrategias generaron proce-
sos acelerados de grafocentrismo que, actualmente, son espacios simbólicos en disputa. En el caso de
textos literario, el desarrollo de la “literatura indigenista” del siglo XX tampoco inciden la rever-
sión del desplazamiento lingüístico. El presente artículo tiene como objetivo generar, a partir de la
experiencia mexicana, una reflexión en torno a la construcción de acervos multimodales como una
alternativa de documentación de lenguas indígenas que admita descentrar el grafocentrismo y, a su vez,
propiciar procesos de reivindicación identitaria y el desarrollo de prácticas comunicativas a nivel oral,
visual y literario en soportes digitales e impresos. De esta manera, los archivos multimodales son una
opción contemporánea para el resguardo, el acceso abierto y comunitario al conocimiento cultural y
lingüístico de estos pueblos y un recurso para desarrollar y resguardar las diversas narrativas en len-
guas indígenas.
RESUMEN
PALABRAS CLAVE
Multimodal archives
Indigenous languages
Graphocentrism
Literacy
Indigenous literature
In Latin America, indigenous language displacement is a subject of interest not only for Academy and
Social movements but also various countries have implemented public policies to reverse it. The idea of
developing alphabets, Literacy textbooks, Spanish/Indigenous language translation, and Bilingual
Education Systems for the Indigenous-speaking population was produced, the last three decades, as a
way to recognise cultural diversity and promote its permanence. The majority of the times, however,
these kinds of activities did not initially strengthen the indigenous languages' use and transmission.
On the contrary, these strategies helped to accelerate graphocentrism processes and are, currently, dis-
puted symbolic spaces. In the case of the literary texts, the development of the "indigenist literature" of
the twentieth century did not affect the reversal of language displacement. This paper aims, from Mex-
ican experience, to reflect on the construction of multimodal archives as an alternative to language
documentation that allows us decentring the graphocentrism, which in turn should foster processes of
identity claims. It is also proposing to develop communicative practices at the oral, visual and literary
level on both digital and print media. Multimodal archives are, therefore, a contemporary option to
shelter cultural knowledge and to promote open and community access to the linguistic diversity of these
peoples. Also, a resource to develop and protect the various narratives in indigenous languages.
ABSTRACT
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Introducción
En el mundo contemporáneo, las lenguas indígenas (LI) y sus ha-
blantes comienzan a tener un espacio relevante en la esfera pública,
pues no solo es interés de los pueblos indígenas, academia y activis-
tas que éstas se utilicen, sino también son relevantes para el impulso
del turismo cultural actividad económica en la que es importante
que, a través del contacto cultural, los turistas puedan profundizar o
tener una experiencia significativa al momento de visitar o conocer
un lugar (Chen y Rahman, 2018) y las industrias culturales para el
fomento de la economía naranja la cual concibe a las manifestacio-
nes culturales como herramienta potencial del desarrollo y en el cual
se necesita una constante profesionalización para la generación de
servicios culturales (Buitrago y Duque, 2013). En el caso de la in-
dustria literaria, algunas editoriales independientes comienzan a pu-
blicar libros sobre literatura en LI.
1
Asimismo, algunos centros de
investigación y sectores gubernamentales tienen áreas en las que se
produce este tipo de materiales, los cuales, de ser bien dirigidos, for-
talecen procesos de reivindicación y promoción cultural.
Bajo esta lógica, en América Latina, la revalorización del patri-
monio cultural inmaterial y de la diversidad lingüística comienza a
traspasar el mundo indígena casi siempre relacionado con el ámbito
rural y las condiciones de pobreza y a tener presencia en los contex-
tos urbanos y semiurbanos, cuya mayoría de interacciones y disputas
se generan bajo el imaginario deloccidentalismo, en el que se
cree que los países occidentales tienen suficiente coherencia interna
para existir como un elemento significativo (Jouhki y Pennanen,
2016: 1) y, contradictoriamente, la diversidad rompe con el ideal de
unidad u homogeneidad cultural. Sobre todo porque esta diversidad
desmitifica la estandarización de la cultura y, con ello, el imaginario
de unificación nacional que se desarrolla a partir de la narrativa ofi-
cial y nacional (Fairclough, 1989).
El reconocimiento social de los hablantes de LI no ha sido sen-
cillo, pues han sido los propios pueblos indígenas quienes han logra-
do, bajo un largo proceso de resistencia, conquistar y apropiarse de
espacios físicos, simbólicos y digitales que les permiten socializar sus
1
En los apartados siguientes el lector podrá notar la diferencia que hago entre “literatura indigenista” y “lite-
ratura en lenguas indígenas”, así como su incidencia en el fortalecimiento de dichas lenguas.
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prácticas culturales y lingüísticas. Por ejemplo, en el caso mexicano,
el desarrollo de espacios virtuales o digitales se ha fortalecido sobre
manera a partir de la profesionalización, apertura de un mercado la-
boral en el área de cultura y el desarrollo de investigación académica
que los propios hablantes de estas lenguas realizan (Córdova-
Hernández, 2016). De esta manera, el mercado cultural, la academia y
las tecnologías de la información y comunicación se convierten en
elementos clave para que hoy se considere importante preservar, fo-
mentar y revitalizar LI, tanto para sus hablantes como para sociedad
en general que, en muchos casos, considera que los pueblos indíge-
nas están extintos.
Es evidente que, ante el proceso de producción de bienes cultu-
rales diversos, las manifestaciones de los grupos indígenas se han
comenzado a fortalecer con los soportes visuales y audiovisuales. Por
ejemplo, la cultura visual contemporánea, esta tensión moderna al-
rededor del sentido de la vista y del poder de las imágenes Martínez
Luna, 2014:9), está siendo apropiada y reinterpretada por dichos
grupos de formas inimaginables, causando que la cultura e identidad
urbana replantee sus manifestaciones iconográficas y simbólicas. Es-
to se debe a que las reivindicaciones étnicas están estrechamente re-
lacionadas con el replanteamiento de las formas culturales vincula-
das a la mirada [o] prácticas visualidad (Hernández, 2005: 13).
Por consiguiente, las nuevas manifestaciones o nuevas prácticas
de visualidad permiten hacer referencia a que la creación de un bien
cultural para el fortalecimiento o revitalización de las LI no agota la
multiplicidad de prácticas comunicativas y visuales de los grupos so-
ciales. En América Latina, por ejemplo, en la década de los setenta
del siglo pasado, dentro de los procesos de promoción de la Educa-
ción Bilingüe, la producción de materiales escritos fue mucho mayor
a la producción de materiales de audio o algún tipo de bien cultural
que fomentara la interacción en LI. A partir de entonces, varias ge-
neraciones de profesores, promotores y lingüistas fueron formados
bajo la premisa de que a partir de la escritura una LI se podría man-
tener y/o revitalizar. Sin embargo, esto no se ha logrado, propician-
do que la memorización y reproducción escrita de listas de palabras
por campos semánticos siga siendo un proceso que se contrapone a
varias dinámicas de socialización cultural fuera del aula.
A menudo tal proceso [educativo] quedó paradigmáticamente ligado
a la soledad del lector (casi siempre en masculino) que se asoma, a
través de los lenguajes oral y escrito, a los grandes monumentos civi-
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lizatorios como ideales a los que es deseable y legítimo aspirar. El
modelo dominante es aquí más el de la lectura y la escucha atenta
que el de la imagen y la (supuesta) inmediatez de la vista (Martínez
Luna, 2014: 8).
Si las prácticas de visualidad son parte de la vida cotidiana de mayo-
ría de los grupos sociales, indígenas y no indígenas, estas se fortale-
cen con el desarrollo y popularización de las tecnologías de la infor-
mación y la comunicación. De esta manera, el manejo de la imagen y
las tecnologías ponen a discusión cómo se pueden generar acciones a
favor de las LI, pues su desplazamiento sigue siendo una constante.
Sobre todo porque el uso del texto alfabético como principal bien
cultural para eldesarrollo humano no se ha podido descentrar,
pues ha sido el modelo a seguir durante más de dos siglos; lo cual ha
propiciado que el desarrollo de literatura en LI (producido desde la
narrativa de las propias lenguas) sea reducido y, con ello, la literatura
sea una práctica de la élite cultural indígena.
Muchas veces los profesores, promotores o lingüistas nativo
hablantes no se apropian de la práctica literaria, ni como productores
ni como consumidores. Ante la amenaza, una de las acciones que se
han considerado pertinentes es comenzar a preservar a la diversidad
lingüística mediante su resguardo en espacios físicos y/o digitales en
los que se pudiera asegurar su conservación por varias décadas. Asi-
mismo, crear espacios de resguardo a los que los especialistas pudie-
ran tener acceso y seguir profundizando sus investigaciones en torno
a la descripción de las lenguas tanto en soportes de audio, video y
escritos.
La documentación de lingüística (DL) que en el continente
americano se encuentra inspirada en la antropología americana de
Franz Boas en la que para el análisis de la estructura gramatical y va-
riación de una lengua es necesario desarrollar lingüística de campo,
es decir, recopilar información dentro del contexto social donde se
reproducen las prácticas sociocomunicativas (cfr. Rosenblum y Be-
rez, 2010) se convierte en el mejor aliado para la salvaguarda de la
diversidad lingüística. Esto ha propiciado que la DL sea definida co-
mo un área de especialización que promueve la recopilación de ele-
mentos culturales y lingüísticos ilimitados para el desarrollo de ac-
ciones o intervenciones culturales vastas. En este sentido, pueden
construirse acervos literarios alternativos con diferentes soportes
que promuevan los saberes y conocimientos indígenas así como las
múltiples maneras de construir narrativas propias. Sin embargo, tan-
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to en el ámbito de la documentación como el literario el campo se ha
reducido a prácticas con poco impacto social y apropiación cultural.
A nivel mundial, la DL es practicada y, con el desarrollo tecno-
lógico, tiene la posibilidad de renovarse, tanto en términos de uso de
instrumentos de registro como de almacenamiento. Asimismo, tiene
una capacidad democratizadora, pues desarrollar dicha actividad cada
vez requiere de equipos menos costosos y más sencillos de utilizar.
En este sentido, no cabe duda de que la DL es una buena herramien-
ta para la reivindicación de las LI a partir de la salvaguarda y lograr
de revertir su riesgo de desaparición.
La DL puede ser una repuesta que se contrapone a los procesos
de violencia simbólica a los que los pueblos indígenas han sido so-
metidos con respecto a la transmisión y mantenimiento de su cono-
cimiento cultural, a partir de la desaparición de sus archivos, su ves-
timenta, lugares sagrados, etc. Sin embargo, las preguntas que surgen
es cómo se desarrolla la DL en contextos donde existen lenguas en
riesgo de desaparición, qué tipo de conocimiento o práctica lingüísti-
ca se resguarda, quién tiene acceso a los acervos que se generan y,
sobre todo, quién puede decodificar los archivos que contienen di-
chos acervos. Asimismo, cómo estos acervos son materia prima para
la producción literaria desde géneros discursivos propios, que des-
centren la práctica de la traducción de autores consagrados que pro-
ducen desde otras lenguas y lógicas culturales.
Las repuestas a las preguntas anteriores pueden ser variadas. No
obstante, en los apartados siguientes, es de interés reflexionar cómo
los hablantes de LI se están apropiando y decodificando los acervos
para la salvaguarda de LI, ya sea para fortalecer procesos identitarios
o para la producción de bienes culturales que motiven la reversión
del desplazamiento lingüístico. A partir de experiencias de interven-
ción comunitaria para la revitalización de lenguas en riesgo de desa-
parición del sur de México y algunos ejemplos institucionales sobre
la construcción de acervos para dicho patrimonio, la propuesta de es-
te artículo es discutir cómo, a pesar del movimiento reivindicatorio
que puede tener el hecho de (re)construir acervos en torno a la di-
versidad lingüística de México, muchas de las prácticas para dicha
construcción siguen centradas en la descripción lingüística, que deri-
va en el grafocentrismo para la promoción de la lectoescritura y
normalización de las LI, dejando de lado la construcción de acervos
multimodales que permitan una reivindicación identitaria y lingüística
mucho más relacionada con los procesos visuales, culturales y litera-
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rios a los que esn expuestos los hablantes de LI en el México e in-
cluso en América Latina.
Desplazamiento de lenguas indígenas
En múltiples publicaciones en torno a las LI, tanto de México como
del mundo, se hace referencia a su alto grado de desplazamiento. Ca-
da día dicha situación es más crítica, sobre todo porque esta diversi-
dad se encuentra estrechamente relacionada con la pérdida del medio
ambiente social y de los ecosistemas para su reproducción y transmi-
sión. Asimismo, sus hablantes comienzan a perder vínculos identita-
rios o de autoreconocimiento con los demás miembros de su grupo
social. En este sentido, se van construyendo mayores fronteras iden-
titarias para diferenciar elnosotros y los “otros” (cfr. Edwards,
2009), propiciando que la lengua se desplace para crear mayor empa-
tía cultural con los otros grupos sociales.
Los factores del desplazamiento pueden ser variados. Sin em-
bargo, en la mayoría de casos, los sociales, políticos, económicos y
territoriales son una constante. Por ejemplo, en México, existe un re-
conocimiento importante hacia la diversidad cultural, las condiciones
de subalternidad de la población indígena siguen estando presentes.
Es decir, aún existen ideologías como el racismo, el estigma de ser
indígenas y el considerar a las LI como una barrera del aprendizaje
en el contexto escolar. Sin embargo, algunos autores afirman que,
México ilustra la contradicción entre un aparente apoyo a las len-
guas nativas a través de un interculturalismo burocrático y otras polí-
ticas con condiciones indeterminadas para la vitalidad de las lenguas
indígenas en práctica (Gustafson et al., 2016: 36).
Por lo tanto, la indeterminación surgirá en torno a cómo lograr
respetar la participación y prácticas culturales de los pueblos indíge-
nas sin que estos modifiquen las estructuras políticas nacionales y, a
su vez, sin que dichas estructuras violen los derechos culturales de
los mismos. Aunado a ello, existe una tendencia crítica hacia el inter-
culturalismo burocrático pero, al mismo tiempo, un coqueteo cons-
tante con su fomento vía la educación formal pública. En específico,
la educación intercultural se ha convertido en la promesa institucio-
nal e incluso la demanda o requerimiento de los pueblos indígenas.
La escuela pública juega un rol doble de institución nacional y de
institución comunitaria (Messing y Nava, 2016: 78). Esto indepen-
dientemente de que existen programas alternativos como la educa-
ción comunal que promueven políticas desde el liderazgo comunita-
rio (cfr. Martínez Luna, 2015). Sin embargo, este proceso es incipien-
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te en comparación a la educación intercultural gestionada desde el
Estado.
La educación intercultural es un tema que, si bien no es el foco
del presente artículo, es recurrente cuando se hace referencia al des-
plazamiento de LI, pues ha sido la institución que ha desplazado len-
guas y que, ahora, sus hablantes observan como el espacio ideal para
aprender y reproducirlas. No obstante, en términos gubernamentales,
académicos e incluso activistas, la búsqueda de metodologías, cam-
pos de investigación y de acción no ha dejado de seguir su curso y es
en esta búsqueda donde se han desarrollado áreas de investigación e
intervención comunitaria en los que el foco de atención es desarro-
llar acciones para que las lenguas no desaparezcan. Dentro de ellas,
también se han generado creencias o ideologías entorno al desplaza-
miento y su reversión, las cuales se vuelven las estructuras profundas
de las metodologías dirigidas a la revitalización y a la conservación,
creando perspectivas críticas y/o perspectivas míticas en torno a la
vida o muerte de una lengua.
Uno de los campos más desarrollados para el impulso de accio-
nes hacia las LI es el de la revitalización lingüística. En él, la apuesta
es recobrar o crear espacio de transmisión intergeneracional y uso de
las lenguas; para ello, la perspectiva más crítica de este campo hace
referencia a la necesidad de generar procesos que incidan directa-
mente en las creencias negativas que los hablantes tienen hacia las LI
y propiciar que vuelvan a usarlas o transmitirlas y, en su defecto,
aprenderlas. Siguiendo esta línea de trabajo, para lograr cambios sig-
nificativos en el desplazamiento de las lenguas, quienes se adscriban
al campo de la revitalización deben trabajar de manera directa con
los hablantes y aprendices de una lengua, pues es en las prácticas
comunicativas de los actores sociales en donde se debe incidir. Sobre
todo, porque para que una lengua siga manteniendo vitalidad es ne-
cesario que sea utilizada (cfr. Flores Farfán y Córdova, 2012).
De esta manera, es importante repensar cómo se concibe la vi-
talidad de una lengua a partir de su uso, pero también surge la nece-
sidad constante de pensar en el desarrollo de nuevas metodologías y
didáctica en la enseñanza de LI (cfr. Hinton, 2011), más allá de la es-
cuela y fortaleciendo el núcleo comunitario. La revitalización lingüís-
tica, como campo de investigación, ha sido constantemente cuestio-
nada por los lingüistas interesados más en la descripción de la estruc-
tura interna de las lenguas. Sobre todo porque carece de métodos es-
pecíficos para desarrollarse.
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Lecturas y literaturas en lenguas indígenas
A pesar de que la revitalización se ha popularizado dentro de los
programas gubernamentales y los organismos de la sociedad civil,
desde la academia se comienza a utilizar como un proceso necesario
pero posterior a la descripción lingüística. Es decir, las acciones que
se consideran urgentes son registrar, documentar y describir, para
después, si es que todavía existen hablantes de las lenguas, comenzar
con el proceso revitalizador. En este sentido, la revitalización como
campo de intervención y de investigación se diluye entre procesos de
educación formal y construcción de reglas para el uso de dicciona-
rios, gramáticas y acervos que pocas veces inciden en la reversión del
desplazamiento.
A la revitalización se le contrapone y, a la vez, se la confunde
con la conservación, la cual es resonante ante la amenaza en el que se
encuentran las lenguas.
Ante estos postulados generales, inicia la tendencia por desarrollar
investigaciones para salvaguardar la diversidad lingüística. Varios
lingüistas han retomado una metáfora biologicista y de ecologismo
[] a favor de la diversidad, desembocando así en la descripción de
situaciones de desplazamiento o de extinción lingüística utilizando
terminología que se utiliza para la extinción de especies y tratar de
hacer algo por la conservación. [] Por lo tanto, hacer referencia
a la muerte lingüística, lenguas moribundas o lenguas saludables en
el campo de las lenguas amenazadas ahora es muy popular (Córdova-
Hernández, 2014: 137).
La preocupación tanto de la revitalización como de la tendencia a la
conservación, en esencia, es la misma: lograr que la diversidad lin-
güística no desaparezca. Sin embargo, mientras la revitalización se in-
teresa por trabajar de manera directa con los hablantes en la
(re)construcción de los espacios sociales para que las lenguas puedan
ser utilizadas y transmitidas, la conservación se relaciona más con la
lingüística documental o “lingüística de salvamento.
Losrminoslingüística documental, e incluso el más elocuente
lingüística de salvamento, tienen diversas implicaciones. En su
forma extrema, implican una concepción folclorista y museística de
las lenguas.sicamente, tal concepción desvincula las lenguas de
sus hablantes, seña distintiva de la lingüística formal. Desde esta
perspectiva, las lenguas se conciben como cosas ideales, como en-
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tidades independientes separadas de sus contextos intencionales y
socioculturales a los que, en última instancia, se encuentran siempre
vinculados. Incluso dicho esencialismo lingüístico genera un nuevo
contexto en el que surgen variedades lingüísticas académicas, puris-
tas e incluso normativas, claramente contrastantes con el uso coti-
diano de la lengua de los hablantes (Flores Farfán, 2006: 30).
Así, desde el campo de la revitalización la idea es fortalecer la rela-
ción lengua y sociedad, mientras que desde la ideología de la conser-
vación interesa conservar el conocimiento sobre la lengua y, en la
práctica, no tiene relevancia si los actores sociales la siguen utilizan-
do. Esta perspectiva de la conservación de la lengua, influye sobre
manera en la creación de acervos para su salvaguarda. No sólo por-
que lo que interesa es no perder el conocimiento sobre ella, sino
porque en muchas ocasiones los hablantes que dotan de información
los registros realizados por investigadores desconocen el destino de
los mismos. Sin embargo, sí tienen una idea remota de que los regis-
tros y archivos se construyen para que éstas no desaparezcan, aunque
su número de hablantes se esté reduciendo.
Aunado a lo anterior, la situación de desplazamiento de las LI
coloca dos discusiones importantes. Por un lado, es necesario gene-
rar acciones para que los hablantes decidan seguir trasmitiendo y uti-
lizando sus lenguas. Por el otro, es necesario que, en lo que esta de-
cisión surge, el conocimiento y la memoria biocultural de los pueblos
se registre y que, con esos registros se generen prácticas sociocogni-
tivas que reivindiquen el hablar y narrar desde un sistema cognitivo
distinto al de las lenguas occidentales. Por lo tanto, uno de los mejo-
res aliados para darle una salida a dichos registros es desarrollar hábi-
tos lectores de los discursos de las propias lenguas como un acto de
resistencia cultural. No obstante, para lograrlo es necesario ver más
allá de la normalización de las lenguas y sus alfabetos y desarrollar la
actividad lectora como un acto complejo. A continuación se detalla
esta idea.
En primer lugar, la lectura debe concebirse como un acto que
cruza las fronteras del contexto escolar o de la educación formal.
Leer sirve quizá ante todo para elaborar sentido, dar forma a la pro-
pia experiencia, o a su parte de sombra, o a su verdad interior, secre-
ta; para crear un margen de maniobra, ser un poco más sujeto de su
historia o en la relación con otro; para abrir un camino hacia los te-
rritorios de la fantasía sin los cuales no hay pensamiento, no hay
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creatividad. Todo esto va mucho más allá de la rentabilidad escolar,
mucho más allá también del placer o de la distracción, y pasa por
múltiples sesgos (Petit, 2015: 47).
En este aspecto, la construcción de sentido consiste en tratar de se-
guir practicando el ejercicio lector no sólo para seguir utilizando las
lenguas, sino como un proceso de transmisión cultural que promueva
el restablecimiento de la transmisión intergeneracional de las LI. De
esta manera, la lectura es un acto de construcción de sentido amplio
pues no solo motiva la producción escrita sino que permite desarro-
llar otras prácticas narrativas.
Las LI, al igual que las lenguas occidentales, tienen diferentes
géneros discursivos, por lo que en la promoción de la literatura pro-
ducida en estas lenguas se debe también promover la escucha y el
conocimiento de otras formas de narrar y reconocer al otro.
La literatura, bajo sus múltiples formas (mitos y leyendas, cuentos,
poeas, teatro, diarios íntimos, novelas, libros ilustrados, historietas,
ensayos si están escritos), provee un apoyo notable para reanimar
la interioridad, poner en movimiento el pensamiento, relanzar la ac-
tividad de construcción de sentido, de simbolización, y suscitar a ve-
ces intercambios inéditos. Y no siempre es privilegio exclusivo de
los opulentos que desde los primeros años están empapados de la
cultura escrita (Petit, 2015: 65).
Así, la lectura en LI debe ser un espacio de comunicación y de con-
vivencia, es incluso de reconciliación en torno a los estigmas y trau-
mas sociales, en el cual los hablantes de estas lenguas han sido parti-
cipantes, por el simple hecho de ser diferentes. Asimismo, este espa-
cio debe privilegiar el diálogo y no sólo la normalización y/o estan-
darización de las LI, lo cual en México es actualmente el foco de la
política lingüística del Estado.
La literatura en torno al mundo indígena, en el caso mexicano,
no ha reivindicado el uso de las LI. Al contrario, este tipo de litera-
tura tuvo auge en la primera mitad del siglo XX, justo cuando los
gobiernos intentaron integrar al indio a la nación, a partir de bo-
rrar su diferencia étnica.
En México, la revolución social de Francisco Madero en 1910, los
principios de la reforma agraria, las esperanzas que ésta provocó y
las desilusiones que siguieron son tantos hechos que dieron a la lite-
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ratura indigenista una dimensión histórica. La mayor parte de los re-
latos traducen la decepción de las masas populares indias ante los re-
sultados muy imperfectos de una Revolución muy a menudo traicio-
nada por los demagogos (Mamour, 2007: 36).
La literatura posrevolucionaria no se genera desde una perspectiva
indígena y aunque tiene una perspectiva social, no logra tener los
efectos que comienza a tener, todavía de manera reducida, de la lite-
ratura en LI, escrita por hablantes de las lenguas, a partir de sus ex-
periencias socioculturales. Esta literatura comienza a alejarse de la
traducción de textos escritos en otras lenguas y desde otras lógicas a
LI. Asimismo, comienza a centrarse en la reivindicación de otros
lenguajes y a la promoción de la lectura desde una perspectiva com-
pleja, en el que se privilegia la representación de grupos que, por lo
general han sido negados.
La complejidad de la lectura no se agota en la significación de los
textos lingüísticos. Por el contrario, hay una multiplicidad de esce-
nas, imágenes, gestos, que debemos abordar con la lectura y que si
bien ahondan las dificultades, también completan los sentidos. Sus
contenidos vienen del mundo personal y se leen en la intimidad de
los vínculos. [] A cada paso que damos se abren para nosotros in-
finitas lecturas. Las lecturas de los cuerpos, de las voces, del paisaje,
de los pueblos y países, de los cantos, la lectura de los jardines (Pra-
delli, 2013: 19)
Desde esta perspectiva compleja, la literatura puede ser un insumo
trascendental en los procesos revitalizadores. Sin embargo, esto no
será posible si no se cuenta con los recursos humanos que narren
y/o que escuchen y puedan decodificar los mensajes en la LI. Por lo
tanto, en lo que esta formación de recursos tiene lugar, surge la ne-
cesidad de seguir registrando los diversos géneros discursivos que se
encuentran en desplazamiento. Asimismo, en la conformación de
acervos con dichos registros es necesario no perder de vista la pers-
pectiva revitalizadora y dejar de lado la perspectiva de conservación.
Por lo tanto, cuál es la perspectiva de documentación y acervación de
lenguas en riesgo de desaparición.
Documentación de lenguas en riesgo
Los registros de la lengua y su acervación son una herramienta im-
portante y necesaria, puesto que no se cuenta con una amplia pro-
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ducción de literatura en LI que permita transmitir los géneros y co-
nocimientos que se transmiten a través de ellas. Sin embargo, en am-
bos casos tiene una función y aplicación distinta. En este sentido, así
como la revitalización lingüística es un campo de investigación, la
DL para conformar acervos también lo es, por lo que en el apartado
siguiente la pregunta rectora es cómo se realiza esta documentación y
qué se documenta, para incidir en la reversión del desplazamiento
lingüístico y/o evitar la desaparición de lengua que presentan alto
riesgo. La DL es un subcampo de la lingüística que desde hace más
de cinco décadas viene siendo desarrollada. Su objetivo mayor es la
creación de grabaciones multipropósito duraderas de lenguas o prác-
ticas lingüísticas a través de la grabación de audio y video de hablan-
tes y signatarios, anotación, traslación, preservación y distribución de
los materiales resultantes (Austin, 2013: 3).
Actualmente, la DL se desarrolla para obtener grabaciones cu-
yos propósitos son variados. Sin embargo, no siempre se había con-
siderado de esa manera, pues el trabajo sobre la descripción interna
de las lenguas y sus reglas gramaticales siempre ha estado latente.
Históricamente, el término documentación lingüística ha sido utili-
zado en lingüística para referirse a la creación de gramáticas, diccio-
narios, y colecciones de textos para lenguas no descritas. Sin embar-
go, el trabajo que define la documentación lingüística como un sub-
campo distinto de la lingüística surgió alrededor de 1995 como una
respuesta a la crisis frente la amenaza de las lenguas del mundo, de
las cuales la mitad puede desaparecer en el siglo veintiuno (Austin,
2013: 3).
Ante la amenaza lingüística, poco a poco, comenzó a cambiar la
perspectiva de la DL. Sin embargo, es importante observar que este
tipo de intereses coincide con los objetivos de la UNESCO sobre la
conservación del patrimonio cultural intangible a inicios del siglo
XXI, sobre todo el énfasis en la protección y acceso al patrimonio en
medios digitales y la salvaguarda del patrimonio digital en sí mismo a
partir de la Convención para la salvaguardia de del patrimonio cultural intan-
gible (2003). Es decir, la salvaguardia del patrimonio lingüístico no
solo se convirtió en algo importante para la academia sino también
para organismos internacionales y, por ende, nacional. En el caso
mexicano tanto las universidades, los centros de investigación y las
instituciones estatales comenzarán a desarrollar programas, direccio-
nes o laboratorios para la documentación.
Córdova-Hernández, “Acervos multimodales” Revista de estudios literarios latinoamericanos
Número 6 / Julio 2019 / pp. 83-106 96 ISSN 2422-5932
Al respecto se pueden mencionar distintos programas interna-
cionales. Por ejemplo, en Europa, uno de los más importantes es el
archivo DOBES (Dokumentation bedrohter Sprachen/Documentation of
Endangered Languages) que tiene su sede central en el Instituto Max
Planck de Psicolingüística, en los Países Bajos, y cuyos aportes eco-
nómicos son otorgados por la Fundación Volkswagen con cerca de
50 proyectos de documentación multimedia de lenguas en riesgo a
nivel mundial. Asimismo, el archivo ELAR que es un repositorio di-
gital que alberga colecciones de archivos multimedia sobre lenguas
en riesgo, que se encuentra en la Escuela de Estudios Orientales y
Africanos (SOAS, School of Oriental and African Studies) de la Universi-
dad de Londres.
En el continente americano, un programa es Recovering Voices del
Instituto Smithsoniano en Washintong D.C. que, a diferencia del
programa DOBES o ELAR que tienen interés por el análisis por una
documentación de corte académico, otorga cierto reconocimiento a
que la academia y las comunidades tienen que colaborar para docu-
mentar las lenguas y el conocimiento cultural y biológico que en ellas
se encuentra. Para el caso de las LI de América Latina existe el pro-
grama académico AILLA (The Archive of the Indigenous Languages of La-
tin America). Este archivo digital se encuentra resguardado en la Uni-
versidad de Texas, por el Departamento de Lingüística.
Cada día existen más programas o archivos digitales y más di-
rectrices sobre los intereses de la DL. Asimismo, existe un incremen-
to en la especialización en torno al análisis de los registros, pero
también han incremento los cuestionamientos de los procesos meto-
dológicos y resultados obtenidos de los registros, así como su fun-
cionalidad. La DL preserva datos primarios, los cuales
pueden incluir desde grabaciones en audio o video de algún evento
comunicativo (una narración, una conversación, etc.) hasta notas
tomadas durante una sesión de elicitación o genealogías escritas por
hablantes nativos alfabetizados. Estos datos primarios se compilan
en un corpus estructurado y se hacen accesibles mediante varios ti-
pos de anotación y comentarios (Himmelman, 2007: 15).
De esta manera, los registros pueden ser lingüísticos, pero también
de imágenes. Sin embargo, el registro de imágenes fijas o imágenes
fuera de los parámetros audiovisuales tiene poca atención dentro de
los procesos de análisis lingüísticos e incluso en la producción litera-
ria. Por lo tanto, es en este proceso en donde la DL, aunque se recu-
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Número 6 / Julio 2019 / pp. 83-106 97 ISSN 2422-5932
rra a la colaboración de los hablantes, ha sido reducida al análisis y
descripción del comportamiento interno de las LI y deja de lado los
procesos semióticos que se ciernen en el ámbito cultural de los ha-
blantes. Es decir, excluye otros procesos o elementos que influyen y
motivan o desplazan las prácticas lingüísticas.
En el campo de la revitalización, el interés extremo por el co-
nocimiento y descripción del sistema lingüístico o la interlineariza-
ción de los datos primarios es algo que,
2
en términos de la amenaza
lingüística, es concebido como un acto de tiranía, no sólo porque se
aleja de los hablantes sino porque es en lo que la mayoría de proyec-
tos de documentación se han centrado.
La interlinearización es típicamente presentada como la sine qua non
de la documentación lingüística. Después de grabar un evento lin-
güístico, típicamente un documentalista interlineariza su contenido
lingüístico formal (la interlinearización involucra segmentación y
transcripción de una expresión en morfemas y provee líneas adicio-
nales que glosan o traducen esos morfemas). La transcripción reduce
la secuencia de voz en símbolos, y la interlinearización implementa
un cambio de los tipos de tokens pronunciados en un sistema lin-
güístico putativo. [] La interlinearización requiere de una gran in-
versión de tiempo y consume la mayor parte de los esfuerzos de la
documentación (una hora de grabación bien puede tomar veinte ho-
ras de transcripción). La interlinearización es indispensable porque
hace a la documentación accesible para los lingüistas, y puede ser útil
para los aprendices, especialmente por la ausencia de materiales de
aprendizaje adecuados. Sin embargo, no es más que uno de los re-
cursos de documentación útiles para la revitalización, y sus utilidades
pueden ser limitadas (Nathan y Fang, 2013: 43).
La DL es un buen aliado para la reversión del riesgo de desaparición
de una lengua pero, al llevar a una escritura y descripción ininteligi-
ble para las personas no alfabetizadas o no formadas en la lectura del
alfabeto fonético internacional utilizado por los especialistas, el acce-
so a los acervos se vuelve limitado, dejando de lado las posibilidades
que la lectura desde la perspectiva compleja puede aportar.
Como se pudo leer en líneas anteriores, la DL se reconoce co-
mo una actividad multipropósito. Sin embargo, con la interlineariza-
2
La interlinearización es una técnica utilizada en la documentación en la que se realizan anotaciones sobre
cada uno los segmentos (morfológicos, sintácticos, etc.) del habla. Actualmente, este ejercicio se realiza con
ayuda de programas digitales. Por ejemplo, Fieldworks Linguistic Explorer (FLEx) o el anotador lingüístico
ELAN.
Córdova-Hernández, “Acervos multimodales” Revista de estudios literarios latinoamericanos
Número 6 / Julio 2019 / pp. 83-106 98 ISSN 2422-5932
ción se puede observar que no se ha superado la ideología grafocen-
trista en torno a las LI. Es decir, sigue persistiendo la idea de que la
cultura escrita es superior cualitativamente a la cultura oral (Moreno
Cabrera, 2005:29). Si bien existe interés en que la diversidad lingüís-
tica no desaparezca, se cree que registrando todos sus elementos mí-
nimos mediante la escritura fonética y/o fonológica, este proceso se
revertirá. Por lo tanto, se le sigue otorgando mayor interés al recurso
escrito como acervo documental que a la interacción sociocomunica-
tiva como acervo lingüístico vivo.
Si bien puede pensarse que esta ideología grafocentrista sólo se
concentra en documentalistas y lingüistas, el hecho es que este grafo-
centrismo o idealización de la escritura también se encuentra presen-
te dentro de las comunidades de hablantes y, aunque en diferentes
ocasiones se les puede hacer notar que este tipo de prácticas no revi-
talizan sus lenguas, los promotores culturales y hablantes también
creen en que la escritura es la vía para que las LI no desaparezcan es
su registro y descripción. A su vez, esto sostiene una ideología ma-
yor, el alfabetocentrismo. Poseer y desarrollar el alfabeto correcto se
vuelve proyecto de vida de muchos promotores culturales e incluso
de muchos linistas nativos y no nativos.
Dicha óptica, basada en la creencia de que la escritura alfabética
permite la trascripción de toda la oralidad y de que la grafía se redu-
ce a la letra, es la que han sostenido muchos autores para catalogar
diferentes sistemas de escritura y concluir que la alfabética es la
verdadera escritura y culminación de un proceso evolutivo (Pog-
nante, 2006: 71).
El alfabetocentrismo genera más disputas entre los miembros de una
comunidad lingüística en lugar de que propiciar la cohesión social.
Asimismo, sigue mostrando la estigmatización velada hacia las LI,
pues se reconoce su valor patrimonial pero se requiere que cumpla
con los elementos comunicativos del español o el portugués. Esto se
piensa a través de la escritura y de una abstracción que se aleja del
uso cotidiano que de ella pueden hacer la mayoría de sus hablantes.
La DL y la construcción de acervos multipropósitos, apegadas a
la lógica grafocentrista no permitirá que se trascienda en el uso de
los archivos digitales, por parte de las comunidades de hablantes, pa-
ra la producción de bienes culturales de consumo. Aunque hay todo
un discurso y reglamento legal sobre el acceso de las comunidades a
dichos acervos, lo que es un hecho es que ese acceso es restringido,
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Número 6 / Julio 2019 / pp. 83-106 99 ISSN 2422-5932
no porque exista una prohibición al respecto, sino porque no cual-
quier ciudadano puede manejar y decodificar dichos acervos. En este
sentido, surge la necesidad de promover otras formas de generar los
archivos y construir los acervos, no solo porque es urgente la rever-
sión del desplazamiento, sino porque las comunidades tienen dere-
cho a acceder a ellos, utilizarlos e incorporarlos de manera multimo-
dal a sus interacciones sociales y en sus complejas y variadas formas
de leer.
Acervos multimodales en lenguas Indígenas
La crítica a la DL desde la perspectiva de la interlinealización está es-
trechamente relacionada con el hecho de que este tipo de trabajo ar-
duo no incide en el fortalecimiento comunitario e identitario de los
hablantes de LI. La crítica entonces tiene que ver con el hecho de
que todos los recursos humanos y materiales que se le invierte a la
construcción de acervos de LI favorecen más al enriquecimiento del
conocimiento científico que la reivindicación lingüística de las co-
munidades. Ante ello, la perspectiva crítica que surge es que los
acervos muestran más elementos culturales homogenizados por la in-
terpretación de los especialistas que la diversidad de manifestaciones
culturales y lingüísticas de los grupos.
Al respecto entonces, se requiere entonces de acervos digitales
y documentales que respondan a dos grandes necesidades. Por un la-
do, que permitan el resguardo de eventos comunicativos, sobre todo
porque existen lenguas en las que los hablantes son pocos y ya se en-
cuentran en edad avanzada. Por el otro, que sirvan como material
que pueda ser analizado, editado y utilizado como materia prima para
producción de bienes culturales de consumo local. Si bien esto pare-
ce ser el objetivo general de la DL y la mayoría de los acervos o pro-
gramas a nivel mundial hacen referencia a ello. En innumerables visi-
tas realizadas a diferentes comunidades indígenas del sur de México,
muchos hablantes hacen referencia a que han trabajado con lingüis-
tas que los han grabado, pero desconocen qué rumbo ha tenido el
material o los registros. De esta manera, estamos frente a un pro-
blema ético. ¿Para quién y para qué se documentan lenguas? Pues es
evidente que no esn siendo dirigidos a los pueblos y que lo que in-
teresa es que el conocimiento no se pierda cuando una lengua ya no
tenga hablantes. Por lo tanto, las interacciones, los procesos simbóli-
cos y políticos que se fortalecen en un grupo cuando utilizan sus len-
guas son delegadas a otros espacios de las ciencias sociales y huma-
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Número 6 / Julio 2019 / pp. 83-106 100 ISSN 2422-5932
nidades e incluso a otras instituciones que atienden a población indí-
gena.
A partir de lo anterior, la propuesta es comenzar a dimensionar
los acervos desde una perspectiva multimodal. Es decir, primero te-
ner una perspectiva más amplia en torno a las lenguas y a los proce-
sos de significación que ellas generan. La multimodalidad es entendi-
da como una práctica social de negociar, pero esta a su vez desarro-
lla prácticas sociales que se interconectan y vinculan unas con otras
(Santamaría, 2015: 113). La multimodalidad entonces permite tener
un acercamiento más dialógico con la realidad social y con los acto-
res sociales. Asimismo, desde la perspectiva semiótica, la construc-
ción de acervos multimodales invitaría a no dejar de lado la relación
lengua-sociedad-significado. Por ejemplo,
desde la perspectiva multimodal, cualquier texto que significa a tra-
vés de la interacción de más de un recurso puede ser definido como
un texto multimodal, independientemente del medio interacción ca-
ra a cara, impreso o electrónico en el cual se distribuya. Cada modo
semiótico participante en un texto solo representa parcialmente un
significado; el significado completo corresponde a la interacción de
la totalidad de modos usados simultáneamente en el texto. Es decir,
en un texto estático construido en base a lengua escrita y una foto,
[] tanto escritura como fotografía aportan significados parciales y,
por lo tanto, para aprehender el significado completo representado
allí hay que integrar los aportes de ambos recursos (Manghi et al.,
2014: 43).
Por lo tanto, el proceso de registro debe atender a todas las prácticas
e interacciones comunicativas y no sólo a un tipo de discurso o even-
to. En el caso del sur de México se ha podido constatar que la mayo-
ría de registros que se realizan son listas de palabras por campos se-
mánticos o frases. En este caso, se pide al hablante que repita cada
palabra o frase mínimo tres veces, lo cual es un acto totalmente
ajeno a una práctica comunicativa, pues en la interacción cotidiana
este tipo de repeticiones no son utilizadas.
El registro multimodal utiliza varios soportes donde cada nodo
semiótico reconstruido en tonto su relación con otros nodos y no de
manera que ningún nodo adquiere significación si no está en relación
o conexión con otros. Por ejemplo, en el caso de la lengua chontal
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Número 6 / Julio 2019 / pp. 83-106 101 ISSN 2422-5932
de Oaxaca (México),
3
desde el año 2014, se inició un proyecto interi-
nstitucional de autodocumentación comunitaria que trata de poner
atención en el registro de diferentes tipos de textos semióticos cuyo
significado sea adquirido por nodos semióticos.
4
La implementación del proyecto es sencilla, dotar a dos comu-
nidades chontales de equipo de grabación de audio y video nuevo y
de segunda mano (teléfonos móviles sin tarjeta SIM, videograbadoras
caseras, dos grabadoras portátiles, baterías, memorias SD y Micro
SD, un disco duro portátil de 2T, etc.) y que este equipo, en calidad
de préstamos pudiera ser utilizado por jóvenes o niños.
Por lo tanto, el proyecto consiste en dar pequeños talleres sobre
cómo utilizar el equipo y trasladar los archivos a la computadora y
almacenarlo en el disco duro portátil para su clasificación. Asimismo,
se dota de conocimientos básicos sobre la imagen y las características
del audio. Es importante señalar que la clasificación de los archivos
de audio, video o fotografía que se generan tiene un principio básico
que es colocar la fecha y lugar en el que se tomó, pues en este mo-
mento incipiente no interesa que los jóvenes o niños desarrollen la
interlinearización que sí se genera en la documentación académica.
El proceso de autodocumentación comunitaria tiene en esen-
cia dos objetivos. Por un lado, que los niños y jóvenes se acerquen y
miren con otra lente a la lengua y cultura de la comunidad para su
revalorización. Por el otro, que sean los propios jóvenes quienes de-
cidan lo que es importante registrar y archivar. Por lo tanto, aunque
una de las metas es crear un acervo de la lengua chontal, lo priorita-
rio es que este acervo contenga aspectos significativos para la comu-
nidad y que, al momento de reproducir los registros de manera pú-
blica, estos sean inteligibles para los habitantes de las comunidades y
que permita comenzar con procesos de revalorización de la lengua y
motive a su (re)uso y transmisión.
Al respecto, la perspectiva multimodal reside en el contenido de
los registros que, en este caso, no pertenecen a hablantes plenos de
la lengua y tienen intereses y gustos diversos. Los resultados han sido
interesantes, pues mientras los talleristas invitan a los jóvenes a re-
3
La lengua chontal de Oaxaca es una lengua aislada que se habla en la sierra Sur. Es la segunda lengua en
riesgo de desaparición de Oaxaca. Esta lengua se encuentra en situación minorizada debido a la presencia del
español y de la lengua zapoteca variante del Istmo, una lengua de la familia Otomangue que cuenta con mayor
prestigio social que el chontal.
4
Las instituciones participantes fueron el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas, la Universidad Estatal de
California en Los Ángeles, el Centro de Estudios y Desarrollo de las Lenguas Indígenas de Oaxaca y la Uni-
versidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca.
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Número 6 / Julio 2019 / pp. 83-106 102 ISSN 2422-5932
gistrar las actividades culturales de la comunidad (cómo se siembra el
maíz, cómo se prepara una comida tradicional, cómo se realizan acti-
vidades de trabajo comunitario, cómo cantan los abuelos, etc.), los
jóvenes registran sus interacciones cotidianas (pláticas sobre aln
tema, el desarrollo de sus tareas escolares, un evento festivo, etc.).
Es decir, registran sus interacciones esté o no presente la LI y, a ve-
ces, registran actividades culturales que son relevantes para la comu-
nidad y donde puede estar presente la lengua.
A partir de lo anterior, el aspecto multimodal de los registros
no es si los jóvenes y niños documentan o no actividades donde la LI
está implícita, sino si documentan la trama de significados sociales en
los que están inmersos. En este sentido, la construcción de acervos
multimodales es una invitación a hacer una documentación procesual
y contextual de las LI. Los jóvenes y niños del proyecto chontal no
están registrando la lengua porque la lengua no está inmersa en sus
interacciones sociales. Es decir, registran el desplazamiento lingüísti-
co y la resignificación cultural que está teniendo lugar en la comuni-
dad.
Probablemente, no es esperanzador observar que en este tipo
de registros no está presente la LI. Sin embargo, es esperanzador que
los jóvenes comienzan a preguntar a los talleristas si con el equipo se
puede grabar un disco de reggaetón en lengua chontal. Es ahí donde
podemos comenzar a vislumbrar la construcción de contra-archivos
que reivindiquen a los pueblos indígenas, no solo porque existan re-
gistros de sus lenguas sino porque están pensando de manera diná-
mica en la manera en que pueden difundir y disfrutar su lengua, aun-
que esto pueda ser un efecto propiciado por las industrias culturales
que por un procesos de sensibilización directa.
En México, existen dos acervos nacionales de LI. El Acervo
Digital de Lenguas Indígenas (ADLI) del Laboratorio de Lengua y
CulturaVíctor Franco Pellotier del Centro de Investigaciones y
Estudios Superiores en Antropología Social (CIESA). Este acervo es
tal vez el único que trata de llevar a la práctica la multimodalidad
como modo de registro, acervación y producción de bienes cultura-
les. Como todos los acervos digitales el acceso a los datos y metada-
tos tiene cierta restricción. Sin embargo, es uno de los acervos que
más producen material de lectura, música, video y juego derivado de
sus procesos de acervación. El trabajo realizado por el ADLI es im-
portante para las LI de México. No obstante, cuenta con pocos re-
cursos humanos y económicos para atender a toda la diversidad lin-
güística del país.
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Número 6 / Julio 2019 / pp. 83-106 103 ISSN 2422-5932
Por otra parte, se encuentra el Acervo de Lenguas Indígenas
Nacionales (ALIN) del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas
(INALI). El ALIN, como lo mencionan en su página oficial de inter-
net, es un acervo documental abierto, físico y digital que contiene
datos de lenguas indígenas nacionales como vocabularios, frases y
narraciones en formato de audio y video. Su finalidad es preservar
datos de lenguas que están en alto riesgo de desaparición, y tener a
disposición material lingüístico para proyectos de investigación y
conservación de lenguas. Idealmente, este acervo contendrá regis-
tros de las 69 lenguas del país. No obstante, la mayoría de las comu-
nidades de hablantes no recurren a este archivo para generar accio-
nes a favor de sus lenguas. Por lo tanto, su efecto revitalizador es
prácticamente nulo, como también lo es la promoción de la literatura
y narrativa en LI.
Conclusiones
La idea de la construcción de contra-archivos resulta sugerente al
momento de hablar de la acervación de LI. Sin embargo, como se
pudo constatar en los apartados anteriores, este tipo de archivos no
serán contra-hegemónicos o distintos en su construcción en tanto no
se logre descentrar el grafocentrismo y alfabetocentrismo aún exis-
tente. La propuesta de este artículo entonces es (re)pensar en la ma-
nera de generar otras formas de acervos que permitan la reivindica-
ción de las lenguas y sus hablantes a partir del registro de elementos
significativos para la comunidad, ya sea por el proceso de resignifica-
ción que se es viviendo o porque para ellos es necesario preservar-
lo. Asimismo, imaginar la producción de literatura en LI desde una
perspectiva compleja y multimodal que no se centre en el grafocen-
trismo.
La propuesta de generar acervos multimodales no es otra cues-
tión más que ayudar a desacralizar la idea sobre cómo debe ser el es-
pacio físico y/o digital para la acervación de eventos comunicativos
en LI y no perpetuar la idea de que lo que se tiene que hacer es regis-
trar a la lengua antes de que desaparezca. Asimismo, no es otra cosa
que una invitación a promover la decodificación de acervos de LI
por parte de los ciudadanos en general y los hablantes en particular.
Como se pudo advertir en el caso chontal, la decodificación consiste
en contar con los códigos necesarios para dotar de significación a un
evento comunicativo y que los registros, mediante los acervos, ayu-
den a seguir utilizando dicho evento para su revalorización. Los
eventos comunicativos, como se mencionó líneas arriba, pueden for-
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Número 6 / Julio 2019 / pp. 83-106 104 ISSN 2422-5932
talecerse a partir de la promoción de la literatura en LI y práctica de
lectura compleja. Si el desarrollo de las industrias culturales son parte
de la economía de muchos países y la producción de bienes cultura-
les en LI se promueve desde la multimodalidad puede haber procesos
de apropiación y revitalización más próximos. Sin embargo, no debe
ignorarse el hecho de que estos procesos literarios deben ser parale-
los a los procesos de revitalización.
Por lo tanto, los acervos multimodales son un proyecto de larga
duración que buscan que sean los hablantes los que decidan, median-
te la interacción social, qué aspectos son importantes para salvaguar-
dar en un medio digital y cuáles otros, en lugar de ser resguardados,
sean utilizados en las prácticas comunicativas cotidianas. Por lo tan-
to, generar acervos en LI no es sólo generar documentos para que la
lengua sea archivada, sino hacer de otras maneras los registros y con-
cebir de manera amplia cuáles son los aspectos a considerar y la ma-
nera de acervarlos. El contra-archivo surge entonces más por la bús-
queda constante de practicar una documentación menos homegenei-
zante y no sólo intentar resguardar a las LI o por generar acervos
dentro de las comunidades. En tanto el objetivo siga siendo la lengua
en sí misma, aunque los archivos se encuentren en las comunidades,
si la documentación y acervación no se practican de otras maneras,
las LI seguirán siendo condenadas a ser resguardadas y no revitaliza-
das.
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