Molina, Sobre Álbum Puig de Rasic y Calvente Revista de estudios literarios latinoamericanos
Número 5 / diciembre 2018 / pp. 351-355 353 ISSN 2422-5932
liano); por los dibujitos encima de textos mecanografiados; por
las antesalas o manuscritos de diversas novelas, guiones cinema-
tográficos, poemas, obras de teatro, cuentos; por las postales
de viajes (Nueva York, París, Italia, Río de Janeiro); las fotos
recortadas de revistas de Rita Hayworth, hasta publicidades y
programas de eventos literarios, intuimos allí –deja ver sus ros-
tros, sus contornos, sus trazos, sus papelitos– el monstruo Ma-
nuel Puig.
El Álbum se divide en dos grandes partes: "El cajón se
abre" y "Vitalidad", articuladas por un intermedio a todo color,
"El advenimiento". Entre una y otra se constelan diversos itine-
rarios y documentos: "La percepción de lo tangible", "La escri-
tura noctámbula", "La escritura cuerpo", "El cuerpo de la escri-
tura"; "Infancia, "Los años felices", "Aves que suenan" y "Rit-
mo". Esas etiquetas son misteriosas, por momentos, en relación
con sus muestras, pero, a veces, también se vuelven tan claras
que sorprenden con rostros extraños del propio Puig, como el
interés por monstruos (vampiros, zombies, mujeres panteras) que
lo hacen fabular historias. La muestra se vuelve escritura noc-
támbula monstruosa, para descubrir el rostro de un monstruo
que maneja los hilos de una historia o de una creación, casi de
la misma manera que el mencionado doctor Frankenstein mane-
ja a su creatura. Y así, la muestra deviene monstruosa monstruación
de un desconocido –o, por lo menos, poco transitado y pensa-
do– Monstruo Puig.
Otra obsesión de Puig se presenta en los estudios de ana-
tomía y medicina exhibidos en "La escritura del cuerpo", que lo
llevan a dibujar órganos, figuras humanas –también a escribir-
los– y que permiten comprender que la aparición de ese saber
en sus textos novelescos obedece a un estudio sistemático con
precisión clínica. Pero esa precisión que aparecerá en sus nove-
las, en las notas lo lleva a un fantaseo extremo que lo saca del
saber médico y ubica esa escritura en el terreno de una imagina-
ción desbordada. Por ejemplo, al margen de unas imágenes ana-
tómicas, Puig anota: "La alegría del cuerpo, la sensación de vida
en las células rojas dentro del músculo de las pantorrillas y los
jugos maravillosos dentro del pubis y el pelo amoroso y bosco-
so"(54). Esa anotación sobre descripciones de cortes anatómi-
cos externos, Puig la define como hitos del pensamiento que lo
han hecho llegar determinadas conclusiones. Y sin embargo, en
la página siguiente del álbum, vemos cómo dos fragmentos de