Link, “Crisis de comunidades”
Revista de estudios literarios latinoamericanos
Número 7 / diciembre 2019 / pp. 7-12
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ISSN 2422-5932
CRISIS DE COMUNIDADES,
CRISIS DE UNIVERSALES
COMMUNITIES IN CRISIS, UNIVERSALS IN CRISIS
Intervención de apertura de la Jornada "Totalidades quebradas. Lecturas de pasado y presente"
organizadas por el PELCC en el Ateneu Candela (Terrassa, Barcelona: jueves 29 de septiembre de 2016),
en el marco del proyecto internacional “Narrativas culturales de la crisis y la renovación”
Daniel Link
Universidad de Buenos Aires – Universidad Nacional de Tres de Febrero
Daniel Link es catedrático y escritor. Dirige en la Universidad de Tres de Febrero la Maestría en Estudios
Literarios Latinoamericanos y el Programa de Estudios Latinoamericanos Contemporáneos y Comparados y
dicta cursos de Literatura del Siglo XX en la Universidad de Buenos Aires, donde además tiene a cargo la
Cátedra Libre de Estudios Filológicos Latinoamericanos "Pedro Henriquez Ureña". Fue becario de la
Fundación Guggenheim (2004). Ha dictado conferencias y cursos de posgrado en las universidades Birkbeck
College (Londres), Brno (República Checa), Humboldt (Berlín), NYU (USA), Olomouc (República Checa),
Penn (USA), Princeton (USA), Rosario, Tulane (USA), UFSC, UFF (Brasil) y Valencia. En 2007
estrenó su primera obra de teatro, El amor en los tiempos del dengue y en 2011 publicó su primer libro para
niños, Los artistas del bosque (Planta). En 2019 publicó su libro de recetas de cocina, Las cuatro estaciones.
Su obra ha sido parcialmente traducida al portugués, al inglés, al alemán, al francés, al italiano.
Contacto: dlink@untref.edu.ar
Literatura y Crisis
DOSSIER
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Agradezco, en nombre del equipo de investigación del que formo
parte, el Programa de Estudios Latinoamericanos Contemporáneos y
Comparados, la generosidad del Ateneu Candela, que nos ofreció su
sede para esta reunión transatlántica a la que hemos invitado a
algunos amigos de Valencia, para que nuestras voces no sonaran tan
solitarias y tan bárbaras.
Para nosotros es muy importante este lugar en esta del año
la estación dorada, porque se conmemoran los Procesos de
Montjuïc, gran golpe represivo contra el anarquismo catalán luego
de los atentados del 7 de junio de 1896 contra la procesión del
Corpus.
Cuatrocientas personas fueron detenidas y 87 de ellas
fueron sometidas a proceso militar, mediante testimonios
obtenidos mediante torturas ordenadas por el teniente de la
Guardia Civil Narciso Portas. El resultado del Consejo de Guerra
del 15 de diciembre de 1896 fue la condena a muerte de 5
integrantes del movimiento anarquista catalán, entre 20 y 10 años
de prisión para otros 50 y el destierro para los 63 que fueron
absueltos.
A partir de 1898 desde las revistas El Progreso, La Revista
Blanca (fundada por Joan Montseny –Federico Urales– y Teresa
Mañé –Soledad Gustavo–, sobrevivientes de los calabozos de
Montjuïc) y Vida nueva, intelectuales como Montseny Carret,
Alejandro Lerroux y Pere Coromines (padre del eminentísimo
Joan Coromines) reclamaron la revisión del proceso.
Agrego a estas razones una más personal: hace unos días,
recorriendo Galicia, una señora gallega nos llevó a visitar el
mirador da Raíña Dona Urraca, en Lobeira, donde había un
castillo que fue destruido en la Revuelta Irmandiña (entre 1467 y
1469), la más importante del siglo XV, liderada por la Santa
Irmandade, por razones tan obvias (hambre, abuso de poder,
corrupción) que no conviene detenerse en ellas. Durante el paseo,
discutimos la verosimilitud de la leyenda que afirma que hay un
túnel que unía el castillo con el centro de Villagarcia de Arousa, al
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pie del monte. En un momento, lacónicamente, Lolita dijo,
mirando el horizonte: "por aquí también anduvieron los moros.
Hicieron lo que quisieron... Como ahora".
En su perspectiva temporal, nuestro siglo es continuación
directa del siglo XV. No envidié su morriña, pero sí, un poco, su
Soledad Primera, porque ella parecía estar recitando los
famosísimos versos de Góngora:
Era del año la estación florida
En que el mentido robador de Europa
—Media luna las armas de su frente,
Y el Sol todo los rayos de su pelo—,
Luciente honor del cielo,
En campos de zafiro pace estrellas.
Habitualmente, los comentaristas de Góngora celebran o
condenan su sofisticado uso de la metáfora para indicar, como en
este caso, que era la primavera, cuando Tauro (Zeuz,
transformado en toro blanco, rapta a la muchacha fenicia de Tiro
por la que estaba loco de deseo, y la lleva a Creta) rige en el
firmamento.
Pero el texto también postula una geografía política, porque
la medialuna y los campos de zafiro estuvieron en las banderas
bélicas del Imperio Otomano, que fue siempre el temido robador
contra el cual Europa construyó su identidad moderna. Las
Soledades fueron escritas en 1613, el mismo año en que la armada
española enfrentó con éxito a la flota otomana en la batalla del
Cabo Corvo (el mayor triunfo hispánico sobre el Imperio
otomano desde la batalla de Lepanto).
Como fuere, para Lolita no había pasado el tiempo o el
tiempo pasado había secuestrado, tachado, incinerado y olvidado
ese otro enemigo contra el cual se construyó la Europa moderna, y
que domina el siglo XX (un siglo desprovisto de enemigo
imaginario musulmán): la revolución y la revuelta.
Nosotros no somos historiadores ni tampoco somos
catalanes, pero llevamos en nuestros cuerpos las marcas de estas
heridas porque el siglo XX es, todavía, nuestro horizonte de
interrogación. La crisis del sujeto que caracteriza al siglo XX no es
sólo un asunto de teóricos ni tampoco de artistas, porque es una
crisis generalizada del universalismo, correlativa de la degradación
de los estados imperiales a finales del siglo XIX.
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La consecuencia más o menos lógica (pero en todo caso
histórica) fue que las personas se lanzaran a diseñar comunidades
que pudieran contener las diversas formas de vida que brotaban
precisamente de la crisis de los sujetos universales, el hundimiento
de los valores tradicionales (asociados con las familias dinásticas,
el conocimiento nacional-comunitario, la pedagogía humanista, los
dogmas religiosos) y una radical transformación del paisaje urbano
(económico).
Nuestra intención es presentar unos apuntes de trabajo que
tal vez puedan replicarse en otro contexto. Por ejemplo, se podría
profundizar la tensión entre las concepciones esencialistas y
constructivistas de la sexualidad en el pensamiento anarquista
español, particularmente rico en Catalunya y la comunidad de
Valencia.
1
O investigar los esbozos de naturismo patrocinados por
La revista blanca (1898)
2
y su sucesora Salud y Fuerza (1904 – 1914)
e incluso relacionar las teorías radicales naturistas y nudistas con
la pedagogía libertaria catalana.
Élisée Reclus escribió entre 1905 y 1908 El Hombre y la
Tierra, su gran obra de geografía social donde apuesta por el
vegetarianismo y la desnudez. La obra fue traducida al castellano y
utilizada en su enseñanza por el republicano federal Ferrer y
Guardia en la Escuela Moderna, donde los libertarios catalanes
fueron educados en los principios del naturismo nudista. La
Escuela Moderna, como saben, fue clausurada y su director
ejecutado, acusado de instigar la Semana Trágica de Barcelona de
1909.
1
Uno de los principales teóricos del “amor libre” fue el anarquista francés Émile Armand, cuyo ideal
sexual retomaba las ideas utópicas de Fourier quien había propuesto la experimentación por parte del
individuo de todas las formas posibles de amor y asociación. Director de la revista L ́En Dehors entre
1922 y 1939, las ideas de Armand encontraron eco en ciertos sectores libertarios españoles. Sus
artículos fueron divulgados en La Revista Blanca, dirigida por la familia Urales, y en la valenciana
Estudios. La propia CNT, en su Congreso celebrado en Zaragoza en mayo de 1936, había incluido la
educación sexual y la procreación consciente entre los aspectos a considerar por el comunismo
libertario y la política sanitaria impulsada por los anarcosindicalistas durante su gestión, en plena Guerra
Civil, entre noviembre de 1936 y mayo de 1937, con la cartera ministerial de Sanidad a cargo de
Federica Montseny y la Consejería de Sanidad de la Generalitat a cargo de Félix Martí Ibáñez, había
incluido un proyecto de reforma sexual y eugénica que contempló incluso la legalización del aborto (cfr.
Andrés Granel, 2008). Para la importancia de Federica Monseny, cfr. Sueiro Seoane (2011).
2
Donde, por ejemplo, se publicaron traducciones de los artículos "Hacia la Conquista del Estado
Natural" de Henry Zilsy (1902) y "Doctrina naturista" de Emile Gravelle (1903).
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En fin, en todas partes se podría notar (y anotar, desde
nuestra propia perspectiva temporal) un cierto malestar muy
propio del siglo XX, que se dedica a construir ideales
contraculturales (que no siempre encuentran un camino bueno) y
que opone dos tenebrosas palabras alemanas: Gesellschaft
(sociedad) y Gemeinschaft (comunidad).
Por todas partes, el siglo XX inventa formas de comunidad
al mismo tiempo que impugna al Estado porque lo considera, con
justa causa, destructor de comunidades. Llegamos a estos asuntos
no porque nos interese la cultura (que es, casi siempre, un
mecanismo de disciplinamiento) sino porque, siendo, como
somos, filólogos o postfilólogos, necesitamos muchas veces
reponer los contextos culturales sobre los que los textos están
hablando.
En segundo término, una constatación que el siglo pasado
subrayó ya suficientemente: el Estado es siempre una maquinaria
de aniquilación, no importa la máscara con la que se nos presente.
Nuestro tiempo, que es el tiempo del Estado Universal
Homogéneo, es el más autoritario y el más represivo de toda la
historia humana. Y es por eso que miramos con nostalgia el s iglo
del comunismo (como lo llama Hobsbawm): porque fue el siglo de
las comunidades experimentales y, por eso mismo, imposibles, o
inoperantes o desobradas (Nancy).
Aquellos jóvenes formados en el espíritu comunitario y
antimoderno del siglo XX, que despreciaban la política como
juego burgués y que miraban con hostilidad a los adultos (padres o
pedagogos) como parte de un aparato de domesticación de sus
energías vitales, esos disidentes, todavía hoy nos interpelan porque
la guerra, podría decirse (entonces como hoy) los estaba llamando
para acabar con ellos.
Les agradezco a todos ustedes su presencia, y agradezco,
además, la generosidad del proyecto CRIC, que nos contiene, en el
marco del proyecto de la Unión Europea Horizon 2020,
financiado con fondos de Marie Skłodowska-Curie Actions.
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BIBLIOGRAFÍA
ANDRÉS GRANEL, HELENA. "Anarquismo y sexualidad", Germinal, núm. 5, 2008.
GÓNGORA, LUIS. Obras de don Luis de Góngora [Manuscrito Chacón], I, de la Biblioteca
Nacional (España), Ms. Res. 45, ff.193-260. Edición Digital de la Edición
Facsímil: Málaga, RAE-Caja de Ahorros de Ronda, 1991. Disponible en:
http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/soledades--0/html/fedc9aec-
82b1-11df-acc7-002185ce6064_2.html.
SUEIRO SEOANE, SUSANA. "Federica Montseny y Emma Goldman: dos visiones
anarquistas sobre la emancipación de la mujer", Seminario de Historia. Madrid:
UNED – UCM – Fundación José Ortega y Gasset, 2011.
