Bentivegna, “Entrevista a Ottmar Ette” Revista de estudios literarios latinoamericanos
Número 8 / Julio 2020 / pp. 170-176 174 ISSN 2422-5932
sobre la filología de la literatura universal me ayudó a concebir mi
concepto de las Literaturas del Mundo, que por fin me permitía
incluir las diferentes lógicas de las literaturas latinoamericanas.
Mis comienzos en la filología Latinoamericana se remontan a
José Martí y José Enrique Rodó, a Alfonso Reyes –y
curiosamente al hispanista que me hizo comprender tanto el Cid
Campeador como el Quijote de la Mancha: Rafael Lapesa–.
DB: ¿Ves relaciones entre el modo en que pensás la presencia
de la filología en tus estudios y otras líneas de trabajo
contemporáneas que han retomado de manera explícita la
problemática filológica? Pensamos, por ejemplo, en la postfilología
de Hamacher o en la archifilologia postulada en los estudios
latinoamericanos por Raúl Antelo.
OE: Desde mi trabajo en la tesis de doctorado, mis maestros
filológicos, de manera natural, incluían siempre maestros y maestras
latinoamericanas. Recuerdo la primera vez que conocí a Raúl Antelo,
cuando pronunció, en Buenos Aires, una conferencia en portugués,
con acento brasileiro. Pero fuera de la línea masculina que ya
mencioné, que va desde Martí a Mariátegui, no hay que olvidar la
línea de las mujeres que dejaron muy honda huella en mi trabajo.
Susana Zanetti y Ana Pizarro, por ejemplo. No sé por qué Susana
siempre me recordaba a Hannah Arendt, a la que quiero mucho.
Y quisiera añadir algo sobre esta tradición de Auerbach en
Alemania, que grosso modo podríamos diferenciar entre por lo menos
dos escuelas. La primera remonta a Auerbach y luego a su sucesor en
Marbach, Werner Krauss, que sí era hispanista y luchaba en la
resistencia contra Hitler. Fue condenado a la muerte, y en su celda
escribió un maravilloso libro sobre Baltasar Gracián y una novela
sumamente interesante. Es el único del grupo de la “Capilla Roja”
que sobrevive. Y luego hay otra escuela, la que fundó Hans-Robert
Jauss, que en su primera vida había sido miembro de la Waffen-SS y
además ha tenido la carrera más rápida dentro de la Waffen-SS.
Decenios más tarde, cuando se descubre su primera vida, trata de
negarla y luego de borrar sus huellas, ya en la Alemania federal, se
convirtió en el fundador de la llamada Escuela de Constanza,
dominándola como se manda una vanguardia militar. En fin, he
escrito un libro sobre El Caso Jauss, traducido al castellano (México:
Almadia, 2018), y para mí esta bifurcación política es fundamental