Adriana Rodríguez Pérsico. Josefina Ludmer… Revista de estudios literarios latinoamericanos
Número 4 / diciembre 2017 / pp. 29-36 ISSN 2422-5932
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lectura sociológica enfatizando procedimientos y formas. En
sus trabajos posteriores, Ludmer arma otros corpus tomando el
riesgo de empresas difíciles como la redefinición de un género
en El género gauchesco. Un tratado sobre la patria (1988). El género,
dice Ludmer, escribe la voz del gaucho: “Se trata del uso de una
voz (y con ella de una acumulación de sentidos: un mundo) que
no es la voz del que escribe”.
Hay en sus ensayos un tono irónico y burlón que reniega
de las jerarquías. Ludmer mezcla las cartas y da de nuevo. En El
cuerpo del delito. Un manual (1999) traza un mapa de la literatura
argentina donde los no leídos u olvidados iluminan a los canó-
nicos formando un sistema que a menudo prefiere lo plebeyo a
lo consagrado. El volumen puede interpretarse como una histo -
ria de la delincuencia argentina por medio del entramado de
textos literarios de diferentes épocas aglutinados en torno a re-
latos o “´cuentos de delitos´ sexuales, raciales, sociales, econó -
micos, de profesiones, oficios y estados” que forman constela-
ciones para producir interpretaciones diversas de la cultura ar-
gentina. Su objetivo explícito es politizar el delito, a partir de la
relación entre asesinato y política.
Aquí América Latina. Una especulación (2010) es un libro ex-
perimental, fragmentario, que alterna reflexiones sobre el
campo literario con la narración de encuentros personales.
Ludmer pone en jaque conceptos adquiridos y prestigiosos
como representación, autonomía, ficción versus realidad, autor,
obra, etc. Elige a América Latina como posición de enuncia-
ción; desde allí, considera a la especulación como género litera-
rio: “La especulación inventa un mundo diferente del conocido:
un universo sin afueras, real virtual (la virtualidad es el ele-
mento tecnológico), de imágenes y palabras, discursos y narra-
ciones, que fluye en un movimiento perpetuo y efímero. Y ese
movimiento traza formas. Lo llama imaginación pública o fá-
brica de realidad: es todo lo que circula, el aire que se respira, la
telaraña y el destino. La imaginación pública sería un trabajo
social, anónimo y colectivo de construcción de realidad”. En
este sentido, la literatura es usada como lente o máquina para
ver algo de la fábrica de realidad.
Sus pequeños ensayos no fueron menos importantes. Sirva
como ejemplo “Las tretas del débil”, un trabajo sobre la Res-
puesta a Sor Filotea de Sor Juana Inés de la Cruz, de 1985 (La
sartén por el mango, Puerto Rico). Con el título de Carta Atenagó-