Así también, Abad (2021) enfatiza que el proceso de enseñanza aprendizaje se centra
en el estudiante y el docente asume el rol de facilitador, “aplicando metodologías y
herramientas didácticas que generan una serie de prácticas, las cuales se orientan al
acompañamiento pedagógico y que, necesariamente, influyen en el rendimiento
académico, lo que aporta a la permanencia estudiantil y a la culminación de la carrera”
(p. 145).
En el transcurso del tiempo, así como lo menciona Ulloa (2021), la evolución histórica
de la educación a distancia ha estado estrechamente ligada al desarrollo continuo de
las tecnologías de la comunicación. Por lo tanto, es esencial comprender cómo estas
tecnologías permiten manejar la distancia como un elemento educativo crucial.
En cuanto a las necesidades específicas, en forma general, que podrían experimentar
los estudiantes de la modalidad a distancia se pueden mencionar: acceso a recursos
educativos, apoyo emocional y motivacional, interacción social y colaboración y
flexibilidad y gestión del tiempo. Estos, según Martínez (2008) responden a las
características de Educación a Distancia que está centrada en el autoaprendizaje, que
“si bien da idea de que el aprendizaje se da por cuenta propia y que depende de la
persona que aprende, permite entender que en esta modalidad se da el aprendizaje
autodirigido, autónomo y autorregulado” (p. 9).
Con relación a los desafíos, Caimán (2023) menciona que “la educación a distancia,
como toda metodología, presenta también algunas desventajas que se traducen en
dificultades para los alumnos que transitan dicha modalidad y que se deben atravesar
para que el proceso de enseñanza sea efectivo.” (p.6). Entre estas principales
dificultades a las que se enfrentan los estudiantes, agregar que se encuentran algunos
estudiantes que enfrentan limitaciones tecnológicas, como la falta de acceso a
dispositivos electrónicos y conexiones a internet de alta velocidad. Además, la falta de
interacción cara a cara dificulta la expresión de dudas y preguntas, así como la
recepción inmediata de retroalimentación por parte de profesores y compañeros, lo
que puede llevar a una sensación de aislamiento y falta de apoyo. También, la
autodisciplina y motivación se convierten en aspectos cruciales para los estudiantes en
educación a distancia.
Modelos de Tutoría en Educación a Distancia
Arbizu y otros (2008) para su implementación en el ámbito universitario, proponen tres
modelos, que se describen a continuación:
i. Modelo de tutoría integral
Atiende a las dimensiones académica, profesional y personal del estudiante,
impulsando a su desarrollo intelectual, afectivo y profesional.
Sus objetivos son la información, formación y orientación de forma personalizada del
estudiante.
Las competencias se desarrollan en tres dimensiones: cognitiva, afectivo-emocional y
social.
14.aEdición | DICIEMBRE 2024 | ISSN 2618-1894 | Artículos Científicos