16.a Edición | DICIEMBRE 2025 | ISSN 2618-1894 | Artículos Científicos
de Fuente Renovable (MATER). Este instrumento habilita la comercialización libre
de energía renovable entre generadores, comercializadores y grandes usuarios,
mediante contratos con condiciones pactadas entre las partes, respetando el precio
máximo legalmente establecido. La resolución reguló la prioridad de despacho
dentro del MATER y el mecanismo de desempate entre proyectos. Más adelante, la
Resolución 370/2022 incorporó una vía para que los distribuidores pudieran
abastecer a los grandes usuarios bajo su área de concesión (GUDIs), también
mediante contratos negociados directamente.
IV. d) Financiamiento de proyectos y adjudicación de contratos
Por último, resulta fundamental abordar brevemente el modelo financiero más
comúnmente utilizado en grandes proyectos de infraestructura renovable, el
Project Finance. Este esquema se basa en la estructuración de la financiación en
torno al propio proyecto, sin requerir garantías corporativas ni respaldo
patrimonial por parte de los promotores o accionistas (sponsors).
En términos prácticos, el Project Finance consiste en que las entidades financieras
evalúan la viabilidad del proyecto en sí mismo —desde el punto de vista técnico,
económico y jurídico— y otorgan el financiamiento con base en la capacidad del
emprendimiento para generar flujos de fondos suficientes para repagar el
préstamo y cubrir sus costos (off the sheet).
Una de las modalidades más comunes es el préstamo sin recurso (non-recourse
loan), que implica que, una vez finalizada la construcción del proyecto y cumplidas
ciertas condiciones contractuales (conocidas como completion tests), los
prestamistas no tienen derecho a reclamar a los sponsors el repago del préstamo.
En tal caso, su única fuente de repago es el flujo de caja generado por el proyecto
y, en su defecto, las garantías reales sobre sus activos.
El Project Finance implica una compleja distribución de riesgos entre las distintas
partes involucradas, sponsors, bancos, proveedores, contratistas, compradores de
energía, aseguradoras y, en muchos casos, entidades públicas. Además, requiere
una arquitectura contractual robusta, que permita estructurar contratos de
compraventa de energía (PPA), construcción (EPC), operación y mantenimiento
(O&M), entre otros, de modo que cada riesgo sea asignado al actor mejor
capacitado para gestionarlo.
Este modelo no solo representa una herramienta financiera, sino una condición
estructural para viabilizar proyectos de energías renovables de gran escala,
especialmente en contextos donde la estabilidad macroeconómica y regulatoria es
limitada. Por ello, la calidad, solidez y coherencia del conjunto de contratos que
conforman la estructura del proyecto es determinante para su bancabilidad
(Martínez de Hoz y Blanco, 2019).
En este esquema, el contrato de compraventa de energía —Power Purchase
Agreement o PPA— cumple un rol central. Se trata de un acuerdo a largo plazo,
generalmente de entre 15 y 25 años, mediante el cual el generador se compromete