170|pp 160-175|Año XIV N°25|junio 2022 – noviembre 2022|ISSN 1852-8171| Artículos
implicó un nuevo aprendizaje), los que trabajan y los que no, así como los que son padres de familia y quienes no;
también puntualizaron que, en su experiencia, no existió una uniformidad en las acciones de los docentes (incluso,
algunos, se excedían en sus horarios y al principio tuvieron poca flexibilidad), las sesiones virtuales fueron poco
dinámicas, enfocadas a la escucha (poca retroalimentación). Igualmente, indicaron la ausencia de la parte emotiva
y humana, el compañerismo y el trabajo colaborativo que en las aulas se expresaba.
Respecto a las prácticas educativas que se desarrollaron durante el periodo pandémico, señalaron que lo vivido se
tomó como aprendizaje para el desarrollo de la profesión, pues si bien fue un desafío, también fue gratificante, ya
que las actividades los llevaron a emplear distintas plataformas virtuales (así, el uso de las TIC y habilidades digitales
se volvieron elementos de aprendizaje complementario), por ejemplo mencionaron: “ahora tengo más confianza
en la utilización de Classroom y creo que la puedo emplear con mis futuros estudiantes, aunque la pandemia se
acabe” (GF-4) o bien; “antes de la pandemia no sabía ni usar Word, pero ahora hasta puedo colocar encabezados y
esas cosas… ha sido para mí un complemento a mi formación” (GF-10); asimismo, ha sido una gran aportación para
la autoorganización en la implementación de círculos de estudio.
Por otro lado, señalaron que, durante la pandemia, hubo mayor enfoque en la explicación (con muy poca
retroalimentación a las actividades encargadas) y que, además, se perdieron, un poco, el trabajo colaborativo y las
prácticas, lo cual hizo sentir incompleta su formación profesional, pues no les permitió aterrizar sus aprendizajes.
A pesar de esto, como ya se mencionó, hubo amplia satisfacción con las prácticas y, en general, con la formación
recibida, pues la realización de conversatorios y el uso de plataformas y aplicaciones, fueron señalados como
aprendizajes laterales.
Un asunto importante que puntualizaron sobre la experiencia escolar durante la pandemia, fue con relación a las
prácticas sociales y las relaciones que se gestan y tejen al compartir un espacio, pues comentaron, que esto
generaba vínculos entre los estudiantes y enriquecía el aprendizaje, por ejemplo: las activaciones y la convivencia
les permitía salir de la rutina (incluso, algunos señalaron que, debido a ello, muchas veces las replican en sus centros
de trabajos), esto durante la pandemia no se logró, ya que siempre permanecieron en sus hogares; además, esa
convivencia o contacto humano, la extrañan; mencionan que a partir de ella, se activaban sus sentidos y lograban
conocer, de mejor forma, a sus compañeros (comían juntos, compartían puntos de vista respecto a lo visto en las
clases y se enriquecía el aprendizaje).
Si bien, esta relación entre pares continuó durante la pandemia, afirmaron que fue más complicado tenerlas;
muchos estudiantes se han apoyado para la realización de las actividades académicas (incluso, en los estudiantes
de semestres iniciales que no han podido conocerse en persona), esto, mediante el uso de plataformas virtuales y
aplicaciones como WhatsApp. De igual manera, señalaron, que el no tener esta relación con sus compañeros ha
dificultado su formación, además de que las actividades se enfocaron más al aprendizaje individual y, antes de la
pandemia, motivaban el trabajo colaborativo, algo que han extrañado.
Respecto a las relaciones académicas y sociales, los estudiantes tienen claro que son importantes para el desarrollo
de sus conocimientos, puesto que al enfocarse más en la enseñanza y no en el aprendizaje, no se motivó a que
estas, se desarrollaran de manera favorable. Por otro lado, los docentes fueron flexibilizando sus prácticas, ya que
en un inicio, se mostraban un poco rígidos, pero conforme avanzaba el tiempo, modificaron sus prácticas,
volviéndose más comprensibles con los estudiantes.
En este sentido, los propios estudiantes señalaron que la pandemia modificó su vida cotidiana, en especial, con lo
relacionado a la escuela, ya que muchos de ellos tuvieron que cambiar sus horarios y estrategias de estudio, pues
al estar todo el tiempo en casa y acompañados de sus familias, tuvieron que realizar sus actividades escolares
durante las noches-madrugadas; esto, debido a las distintas situaciones personales de cada estudiante; hay quienes
son padres o madres de familia y quienes no tienen hijos, quienes trabajan y quienes solo son estudiantes, quienes
tienen condiciones de conectividad y equipo de computo y quienes no, quienes sabían utilizar los recursos y los que
no, así, por lo que se comenta, la institución poco tomó en cuenta lo anterior y puso en desventaja a varios.