248 |pp 247-249| Año XVI N°29 |mayo 2024 – noviembre 2024 |ISSN 1852-8171| Reseñas
autoevaluación institucional y su subordinación a la evaluación externa de CONEAU, la importancia que los Consejos
de Decanos tienen en el establecimiento de estándares y criterios, y la acreditación de carreras con la evaluación
de pares. Para cerrar, Lerch reflexiona acerca del proceso de acreditación de las carreras de ingeniería y las
diferencias entre lo propuesto por el Consejo Federal de Decanas y Decanos de Ingeniería (CONFEDI), los estándares
establecidos para acreditar, y las diversas interpretaciones que las mismas generaron; así como sobre los planes de
mejoramiento del Programa de Mejora de la Enseñanza de la Ingeniería (PROMEI) de la SPU, que destaca que se
cumplieron con éxito.
En la cuarta y última parte del ejemplar, se repasan los procesos de autoevaluación y acreditación en la Universidad
de Buenos Aires (UBA). Primero, Nosiglia realiza aportes para la mejora de la política de evaluación y acreditación
universitaria, destacando lo establecido en el “Documento Básico de la Evaluación de la Calidad Universitaria”
elaborado por el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN). Asimismo, propone una revisión del sistema
considerando que debería construirse colectivamente entre todos los actores. Terminando, adhiere a los principios
establecidos en las declaraciones finales de la “Conferencia Regional de Educación Superior del año 2008” y de la
“Conferencia Mundial de Educación Superior del año 2009”. A continuación, Rodríguez nos cuenta la experiencia
de cómo la Facultad de Agronomía (FAUBA) terminó coordinando el proceso de revisión de estándares de
acreditación, trabajando con las unidades académicas nucleadas en la Asociación Universitaria de Educación
Agropecuaria Superior (AUDEAS). Avanzando con el tema, la Facultad de Ciencias Veterinarias luego de atravesar
los procesos de autoevaluación institucional y evaluación externa que, según Miguez, constituyen una herramienta
que integra las actividades de la institución, cumplió con la acreditación de la carrera a nivel regional a través del
Sistema de Acreditación de Carreras Universitarias del MERCOSUR (ARCU-SUR), esto resultó en un instrumento de
gestión al continuar con las tareas iniciadas al interior de la universidad. Otra experiencia fue la de las carreras de
Farmacia y Bioquímica que, según señalan Negri y Miglioni, pudieron detectar fortalezas y debilidades para
determinar cuáles eran las acciones necesarias a los efectos de mejorar la formación que impartían. Asimismo,
sugieren un proceso de autoevaluación continuado en el tiempo, para revisar las acciones asiduamente. Por su
parte, Rosito e Insaurralde comentan que en la Facultad de Ingeniería se considera que la acreditación es una forma
de rendirle cuentas a la sociedad acerca del destino de los fondos y mostrarle los resultados que obtienen en la
formación de los profesionales. Adicionalmente, Guglielmotti destaca que, en la Facultad de Odontología, el
proceso de acreditación resultó en la generación de mejor y más información, contemplando nuevas
sistematizaciones y formalizaciones, así como la puesta en valor de las funciones de investigación y extensión.
Finalizando, Grinsztajn e Insaurrande nos exponen los resultados de los debates sobre procesos de autoevaluación
que se realizaron en el marco de los foros del seminario de “Buenas Prácticas de Evaluación” y “Acreditación en la
Universidad”.
En este libro se destaca el énfasis en la evaluación como herramienta para el mejoramiento continuo, la obra va
más allá de la evaluación como mero instrumento de medición, destacando su potencial para impulsar la mejora
continua de la calidad educativa en las universidades. También se distingue al abordaje integral del tema, ya que
se examinan diversos aspectos de la evaluación universitaria, desde la evaluación del aprendizaje hasta la
evaluación institucional, pasando por la evaluación de docentes y programas. Como así también resulta necesario
destacar la diversidad de perspectivas, ya que el ejemplar presenta una amplia gama de enfoques teóricos y
metodológicos, lo que permite a los lectores obtener una visión completa del panorama actual de la evaluación
universitaria. Por último, se destaca que se hayan incorporado experiencias prácticas, casos de estudio y ejemplos
concretos de buenas prácticas en evaluación universitaria, proporcionando valiosas ideas para su implementación
en diferentes contextos.
De esta manera se concluye que "La Evaluación Universitaria" de María Catalina Nosiglia es una obra de consulta
obligada para cualquier persona interesada en comprender y mejorar la calidad de la educación superior. Brinda
herramientas y conocimientos para diseñar e implementar procesos de evaluación efectivos que contribuyan al
mejoramiento de la calidad educativa en sus instituciones, de utilidad para directivos de instituciones universitarias;
proporciona un marco teórico sólido y metodologías rigurosas para investigadores trabajando sobre evaluación