El libro “Trayectorias académicas universitarias. Pensar la educación universitaria en el conurbano bonaerense”,
coordinado por Esteban Wilson Pintos Andrade, constituye un aporte sustantivo al campo de estudios sobre educación
superior en Argentina, particularmente en lo que refiere al análisis de las trayectorias estudiantiles en contextos de
expansión, democratización y fuerte heterogeneidad social. La obra se inscribe en una tradición de investigación crítica
que problematiza las concepciones lineales, normativas y meritocráticas de la experiencia universitaria, proponiendo
una lectura situada de los recorridos académicos en las universidades públicas del conurbano bonaerense, con especial
énfasis en la Universidad Nacional de Lanús (UNLa).
Desde una perspectiva interdisciplinaria, el libro reúne contribuciones que articulan enfoques teóricos, metodológicos
y empíricos para comprender las trayectorias académicas como procesos complejos, multidimensionales y socialmente
condicionados. A lo largo de sus cinco capítulos, se sostiene una concepción de las trayectorias que trasciende la lógica
del rendimiento individual y las interpreta como expresiones de la relación entre desigualdades estructurales,
dispositivos institucionales y estrategias subjetivas de los y las estudiantes. En este sentido, la obra dialoga de manera
productiva con los debates contemporáneos sobre el derecho a la educación superior, la justicia educativa y la
territorialización de las políticas universitarias.
El primer capítulo – escrito por Eva Inés Vázquez, Esteban Wilson Pintos Andrade y Fernando Patricio De Leone- propone
un modelo conceptual de análisis de las trayectorias académicas universitarias que articula tres dimensiones centrales:
el derecho a la educación, la justicia educativa y la territorialidad. Este marco teórico permite comprender las
trayectorias como configuraciones relacionales que involucran al Estado, las instituciones universitarias, el territorio y
los sujetos, y ofrece una categoría analítica específica —las trayectorias académicas del conurbano bonaerense
(TAC)— para dar cuenta de las particularidades de estos recorridos en contextos de desigualdad social persistente. El
capítulo se destaca por su solidez conceptual y por su capacidad para integrar aportes clásicos y contemporáneos del
campo de la sociología de la educación y de las políticas educativas.
El segundo capítulo avanza en la construcción de un modelo cuantitativo orientado a analizar la relación entre la
situación socioeducativa de los estudiantes y sus trayectorias académicas. Este capítulo fue escrito por Ignacio Martín
Kuppe, Esteban Wilson Pintos Andrade, Iván Alexis Ponte y Mariela Roscardi. A partir de la elaboración del Índice de
Situación Socioeducativa de Estudiantes Universitarios (SISE), el capítulo ofrece una herramienta analítica que
operacionaliza dimensiones clave como el capital educativo familiar, la transición entre niveles, la inserción laboral y
las tareas de cuidado. Este enfoque permite visibilizar empíricamente las desigualdades que atraviesan las trayectorias
y constituye un insumo relevante para el diseño de políticas institucionales basadas en evidencia.
El tercer capítulo -de Esteban Wilson Pintos Andrade, Eva Inés Vázquez, Juan Miguel Núñez, Sofía Tezza y Geraldine
Nadia González - presenta un estudio cualitativo en profundidad sobre las trayectorias de estudiantes y graduados de
las Licenciaturas en Trabajo Social y en Sistemas de la UNLa. A partir de entrevistas en profundidad, se analizan las
experiencias de elección de la universidad y la carrera, los dispositivos institucionales de acompañamiento, las
estrategias de permanencia y los sentidos atribuidos a la titulación. El capítulo logra capturar con especial sensibilidad
las dimensiones subjetivas de la experiencia universitaria, incluyendo los puntos de quiebre, las tensiones entre trabajo
y estudio y los procesos de construcción del “oficio de estudiante”, aportando una mirada densa sobre la universidad
como espacio de transformación identitaria y social.