Repetto, “Antología…” Revista de estudios literarios latinoamericanos
Número 11 / Diciembre 2021 / pp. 246-249 248 ISSN 2422-5932
compilados (“La crisis mundial y el proletariado peruano”,
“Internacionalismo y nacionalismo”, “Lo nacional y lo exótico”),
corresponde que la mirada se ajuste para contemplar una serie de objetos
y de sensibilidades modernas. El interés ubicuo que manifiesta Mariátegui,
al escribir por igual acerca de las películas de Chaplin como del conflicto
yugoslavo de la primera posguerra es condición de posibilidad para
desplegar su programa, antes que la superficial e insaciable curiosidad de
un comentarista.
Estudiar el mundo comporta un compromiso para el creador de la
revista Amauta dado que le devuelve las coordenadas en las que se
encuentra “IndoAmérica” y, por tanto, esclarece la colocación del propio
Perú dentro del esquema de las relaciones regionales y globales. Por caso,
este planteo se ve reflejado en la serie de artículos que recopila Bergel en
los que el ensayista peruano se muestra “preocupado por los aspectos
materiales de la cultura del libro” (25), en los que especula acerca de los
flujos de la literatura mundial. El artículo “La nueva literatura rusa” (1926)
evalúa la ausencia de traducciones al español (con respecto al francés y al
italiano) que impiden el acceso a las recientes producciones soviéticas; “La
batalla del libro” (1928) constata la condición colonial de la industria
editorial en el suelo americano frente al monopolio de España, pero
apuesta por el desarrollo de Buenos Aires como nuevo centro
hispanoamericano, y como ejemplo a seguir para la nación andina.
En el itinerario tramado por la compilación, leemos que la confianza
de Mariátegui en la creatividad política y estética del continente, no lo
conduce a un entusiasmo hueco y acrítico de las circunstancias. Frente a
la aparición de las vanguardias futuristas y surrealistas, en “Poetas nuevos
y poesía vieja” (1924) reclama que “nos falta la euforia, nos falta la
juventud de los occidentales. (…) ¡Qué vieja, qué cansada, parece esta
joven tierra sudamericana al lado de la anciana Europa!” (244). Asimismo,
en su ensayo “¿Existe un pensamiento hispanoamericano?” (1925) rechaza
el discurso de Alfredo Palacios “Mensaje a la juventud iberoamericana”
por voluntarista y por asumir completamente agotada a la invención y al
pensamiento europeo, hecho que revela “un rasgo de la vieja e incurable
exaltación verbal de Nuestra América” (331).
Para el Mariátegui que perfila Bergel, exagerar el presente y
circunscribir la reflexión a la esfera de las ideas locales supone un
despropósito. Como escribe, por caso, acerca de los incipientes
movimientos sufragistas peruanos en “Las reivindicaciones feministas”
(1924): “No hay que ver en el feminismo una idea exótica, una idea
extranjera. Hay que ver, simplemente, una idea humana.” (247). Algo
similar anota en “Presentación de Amauta” (1926), cuando anticipa que la