Maccioni y Milone, “Más allá del giro lingüístico” Revista de estudios literarios latinoamericanos
Número 15 / Diciembre 2023 / pp. 76-99 91 ISSN 2422-5932
tipo de concepción y uso del antropomorfismo estén algunas
concepciones de Despret en su estudio sobre los pájaros, allí donde
reconoce la preocupación que algunas posturas teóricas tienen de evitar
cualquier proyección antropocéntrica a sus objetos de estudio. Despret
descarta esta inquietud por “simple” en la medida en que entiende que son
sus tácticas de escucha y tacto lo que garantiza que todo vocabulario,
noción, figura no está siendo impuesta sino señalada por los propios pájaros.
En tanto nuestras “redes conceptuales” evoquen a la naturaleza como
“muda”, Despret sostiene que “persistirá esa idea idiota” (2022: 44). Así,
el antropomorfismo se muestra como una figura compleja en su reflexión
y su uso, que no se agota en la mera idea de proyección sino que habilita
otras posibilidades, incluso su propia contradicción. Bennett es quien
llama la atención sobre la contradicción performática en la que se incurre con
el antropomorfismo. En la medida en que es ese tipo de contradicción que
se produce cuando el contenido proposicional de una declaración
contradice los presupuestos de afirmarla, ligada al problema del
antropomorfismo, se expande y se vuelve pregunta urgente: “¿No es un
humano autoconciente y dotado de lenguaje el que articula esta filosofía
de la materia vibrante?” (Bennet, 2022: 254). Indicar la contradicción es
menos inhabilitar el uso de la figura que marcar sus alcances, que
identificar sus peligros, que balizar la zona siempre tensa de las “redes
conceptuales” antropocentradas. La figura del antropomorfismo, junto
con su contradicción performativa inherente, no puede sino usarse desde
la ética de la pizca, esa que sería suficiente para atender, advertir y ponderar
los isomorfismos, las resonancias, las semejanzas que existen entre lo
humano y lo no humano; y que, desde estas perspectivas teóricas de la
vibrancia material (Bennett) y las cosmopolíticas expresivas (Despret), son
posibles de reflexionar gracias al uso de esta figura.
Insistiendo en la necesidad de contrarrestar lo que se presupone
como una clausura del sistema de los signos lingüísticos sobre sí, la figura
de la participación, parece llevar a un máximo esa apuesta mínima por una
pizca de continuidad, partiendo del presupuesto de que no habría una
separación radical entre los signos lingüísticos y materiales, sino una
semiótica amplia y compartida entre humanos y no-humanos. En esta
línea, intervenciones teóricas recientes como la de Eduardo Kohn –que,
como ya mencionamos, revisita la teoría del lenguaje y de los signos
propuesta por Pierce–, o la de Anne Sauvagnargues –que se detiene en la
filosofía del signo esbozada por Deleuze– insisten en imaginar, contra los
abordajes “aislacionistas” del lenguaje, una ecología de los signos que recuse
“la separación artificial que escinde los signos lingüísticos de los otros
regímenes de signos” (Sauvagnargues, 2015: 196). En el caso de