Rziha, El pontífice poeta y…” Revista de estudios literarios latinoamericanos
Número 16 / Julio 2024 / pp. 22-43 22 ISSN 2422-5932
EL PONTÍFICE POETA Y EL POETA MODERNISTA:
LA UNIFICACIÓN DE LO UNIVERSAL Y LO PARTICULAR EN LAS
CRÓNICAS
DE RUBÉN DARÍO SOBRE LEÓN XIII
THE PONTIFF POET AND THE MODERNIST POET:
THE UNIFICATION OF THE UNIVERSAL AND THE PARTICULAR
IN RUBÉN DARÍOS CHRONICLES ABOUT LEO XIII
Christopher J. Rziha
University of Notre Dame
Recibió su maestría en la Universidad de Baylor en 2023. Desde 2023 es estudiante de español
en el programa doctoral de la Universidad de Notre Dame en South Bend, Indiana, E.E.U.U. Su
área de especialización actual es la intersección del pensamiento místico y la cultura popular en la
literatura barroca de España.
Contacto: crziha@nd.edu
ORCID: 0000-0002-7080-6910
DOI: https://doi.org/10.5281/zenodo.12795635
DOSSIER
Rubén Darío:
el archivo, lo efímero y la vida
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Número 16 / Julio 2024 / pp. 22-43 23 ISSN 2422-5932
Fecha de envío: 01/06/24 Fecha de aceptación: 06/07/24
Rubén Darío
Crónica modernista
Papa León XIII
Catolicismo
Este artículo analiza dos crónicas que Rubén Darío escribió sobre el Papa León XIII, “Ante León
XIII” y “El poeta León XIII,” en el contexto de los viajes de Darío a Francia e Italia y con
relación a la expresión modernista de la interacción entre lo universal y lo particular. Más
específicamente, este ensayo pretende señalar que, en las crónicas de Darío, León XIII se presenta
como una síntesis de lo universal y lo particular, de lo sagrado y lo profano, y por lo tanto representa
otra cosmovisión: una cosmovisión basada en la unidad y la universalidad. Por enfatizar la doble
caracterización de León XIII como poeta y pontífice, Darío describe al Papa como una figura ‘eterna’
que actúa como representante del Arte ‘universal’ y de la Belleza ‘divina’ dentro de la fragmentación
del mundo moderno.
RESUMEN
PALABRAS CLAVE
Rubén Darío
Modernist chronicle
Pope Leo XIII
Catholicism
fragmented modern world.
ABSTRACT
KEYWORDS
Rziha, El pontífice poeta y…” Revista de estudios literarios latinoamericanos
Número 16 / Julio 2024 / pp. 22-43 24 ISSN 2422-5932
En los años 1901 y 1903, Rubén Dao escrib dos crónicas sobre el Papa
León XIII:Ante León XIII” y “El poeta Ln XIII.” Estas obras no han
sido objeto de un análisis crítico; por ello, este ensayo pretende
examinarlas y situarlas en el contexto de los viajes de Darío a Francia e
Italia en Peregrinaciones y con relación a la tensión modernista entre lo
universal y lo particular. En concreto, el siguiente estudio sostiene que,
para un Darío desenamorado de un Pas decadente, León XIII es la
manifestación de una figura eterna que actúa como representante de la
Belleza y el Arte.
1
Mientras que el modernismo de Darío en París enfatiza
la dominación de lo sublime sobre lo profano y la contradicción como
base de la experiencia humana, León XIII se presenta como una ntesis
de lo universal y lo particular, de lo sagrado y lo profano, y por lo tanto
representa otra cosmovisión: una cosmovisión basada en la unidad y la
universalidad. En este sentido, mientras Darío mantenía su escepticismo
ante la institución del catolicismo, León XIII y el impulso artístico de la
iglesia católica funcionaron como un centro de la búsqueda modernista de
la Belleza universal. Por lo tanto, un análisis de las dos crónicas tituladas
“Ante León XIII y “El poeta León XIII revela que el Papa León
funciona como un eje de Belleza y Arte que unifica lo universal y lo
particular de la experiencia humana modernista.
La obra de Run Darío, tal como el modernismo mismo, a menudo
se caracteriza por la afirmación simulnea de dos elementos
contradictorios, cualesquiera sean. Por ejemplo, Ignacio López-Calvo nota
que las influencias del neoliberalismo y de la doctrina católica sobre la
formacn poética de Darío producen al mismo tiempo dos discursos
contradictorios: uno de aparente procesión de fe y alabanza a lo cristiano,
y otro que contia en los parámetros de su anticlericalismo juvenil
(2005: 19), y es muy importante notar aquí, al comienzo de este estudio,
que Darío no es apologista de la iglesia y que continúa manifestando dudas
en cuanto a la doctrina católica a lo largo de su vida.
2
s allá de las
1
A lo largo de este ensayo, empleo el estilo de Darío mismo de escribir ‘Arte’ y ‘Belleza’ con mayúsculas
para referir a su expresión más o menos ‘universal,’ ‘transcendental’ o ‘abstracta;’ por ejemplo, para decir:
‘la búsqueda modernista del Arte puro.’
2
Por ejemplo, Martínez nota que “la vivencia religiosa de Darío se caracteriza por una tensa combinación
de momentos de duda y de fe, de optimismo y derrumbe, de escrúpulos y laxitudes, de confianza y
desesperación, y todas éstas son para él experiencias fundantes, repetidas y radicales, que le revelan sobre
todo su fragilidad personal y la inseguridad de merecer o alcanzar el premio de la salvación o la
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creencias personales de Darío, López-Clavo tiene razón en reconocer que
esta unión-en-tensión de lo sagrado y lo profano, de lo católico y lo
pagano, forma parte de la unión de contrarios que es, en , una de las
claves de su cosmovisión poética (2005: 17). Esta cosmovisión de
contrarios tiene mucho que ver con el movimiento modernista en general.
De hecho, para Eas J. Palti, el modernismo indica, básicamente, una
contradicción: el afán de realizar valores universales (trascendentes) por
medios seculares finitos, sujetos, por lo tanto, a la corrupción (2006: 240-
41).
3
En esta visión del modernismo, la experiencia humana se basa en la
presencia simultánea de elementos contradictorios que no se pueden
resolver: sagrado-profano, realidad-sueño, universal-particular. En esta
cosmovisión, la tarea del poeta, en palabras de Darío, consiste en
“practicar la religión de la Belleza y de la Verdad, creer, cristalizar la
aspiración en la obra, dominar al mundo profano, demostrar con la
producción propia la fe en un ideal” (“En Barcelona 1901: 17).
Sin embargo, ¿en qué consiste practicar esta religión? Para muchos
críticos, esta búsqueda de la Belleza indica la presencia de otra
cosmovisión s profunda en la obra de Darío: el deseo de encontrar en
el Arte un centro unificador y metasico en medio de un mundo
descentralizado y fragmentado. Sen Gutiérrez Girardot, las
“oscilaciones entre el mundo del arte aunomo y la realidad [en la obra
inmortalidad” (2009: 111) y además, Jrade reconoce que “en sus poemas, Darío reprobó el misterio de
la Trinidad, el dogma de la infalibilidad papal y los sacramentos. Más aún: ejerció activamente en el
templo masón […] A pesar del regreso de Darío a la Iglesia un poco más tarde, nunca dejó de sentirse
atraído por las creencias alternativas” (1986: 24).
3
Generalmente, la crítica académica entiende la secularización como un elemento fundamental de la
modernidad. Se puede ver, por ejemplo, Mejías-pez, quien declara: “El concepto de la
modernización refiere a un bulto de procesos que son cumulativos y que mutualmente se reafirman:
la formación del capital y la movilización de recursos; el establecimiento de poder político centralizado
y la formación de identidades nacionales; la proliferación de derechos de participación política, de
formas urbanas de vida, y de educacn formal; la secularización de valores y costumbres; y demás. En
discusiones académicas actuales sobre el modernismo […] ‘modernidad’ y ‘modernizacn,’ ‘moderno
y ‘modernizado,’ se han convertido virtualmente en sinónimos” [The concept of modernization refers
to a bundle of processes that are cumulative and mutually reinforcing: to the formation of capital and
the mobilization of resources; to the development of the forces of production and the increase in the
productivity of labor; to the establishment of centralized political power and the formation of national
identities; to the proliferation of rights of political participation, of urban forms of life, and of formal
schooling; to the secularization of values and norms; and so on. In current scholarly discussions about
modernism (…) ‘modernity’ and ‘modernization,’ ‘modernand modernized,’ have become virtual
synonyms] (2009: 18-19, traducción a. Todas las traducciones me pertenecen, a menos que se
indique lo contrario). También, Enrique Foffani identifica la modernidad con la noción de ciudad
secular, la cual “implica que se trata de una fusión entre el principio secularizarte que eclipsa lo
institucionalmente concebido como religioso y el proceso de urbanización que irrumpe engendrando
un nuevo espacio para la experiencia humana” (2010: 245).
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modernista] indican, menos que indecisn, la squeda de un soporte
en un universo que ha perdido su centro y se mueve en una red de
correspondencias no solo sensoriales sino también espirituales” (2004:
96). Además, Cathy Jrade afirma con fuerza que Darío aspira a “afirmar la
unidad de la vida y la armoa de la existencia (1986: 75). Es decir, varios
académicos piensan que, para Darío, “la squeda de la unidad alimenta
todo su razonamiento [] nace de un esfuerzo tenaz por vencer la
alienación procedente de la fragmentación que invade a la nueva sociedad
[…] en que todos los impulsos pueden coexistir sin dañarse ni negarse
mutuamente, dentro de un clima de vitalidad y de verdad, de luz espiritual
(Rama, 1983: 106).
4
El sujeto de esta squeda es, por supuesto, la Belleza.
Según Martínez, para Darío, Belleza y el Arte se conciben como valores
supremos y absolutos, comprehensivos, globalizantes y totales,
merecedores de un compromiso vital [] se convierte en un criterio fijo
y nada manipulable, un principio estable y metafísico, digno de confianza
y merecedor de sacrificios e inmolaciones (2003: 26-27). Así pues, la
cuestión para Darío y el modernismo era en dónde estaba el centro de
Belleza. Para muchos cticos, la respuesta sea París.
5
En su crónica sobre
la casa de Italia (el antiguo centro de cultura y arte europeo) presentada en
la Exposición Universal de París en 1899, Darío mismo declara:
Almas diversas de Italia, no sois ahora sino una alma, pues tenéis todas un
mismo amor: la Belleza. Pero, Italia, cuna de mis sueños, tú no me has
educado; mi madre y mi nodriza es Francia la dulce […] Mi deseo y mi
pensamiento es Francia quien me los ha dado; sería incapaz de vivir si se
me prohibiese vivir en francés. Pueblo de fuerza, pueblo de gracia, cuya
lengua es vaporosa como un bello valle en la aurora, cuyas palabras huyen
y se desvanecen como el rio entre los sauces, caro genio de sonrisas y de
claros pensamientos, cómo sean mi crimen y mi locura si osara negarte.
(“La casa de Italia1901: 56).
4
Esta fragmentación tiene que ver con la secularización generalmente asociada con los procesos de
modernización. Según Foffani, “se trata del doble movimiento de desacralización y, ulteriormente, de
resacralización, el cual promueve una sustitución del lugar vacante de las imágenes divinas o, para decirlo
nietzscheanamente, el lugar que deja vacío la muerte de Dios” (2010: 243). Es decir, la ausencia de Dios
(y de los valores tradicionales de la filosofía occidental) como centros de nuestro entendimiento del
mundo significaba una ruptura con cualquier visión holística del universo, porque no había un valor
metafísico en la filosofía moderna que podía sostener tal visión unificadora. Por lo tanto, Cardwell nota
que “el hombre, sin trascendencia, tiene forzosamente que crear una imagen de sí mismo que carece de
otredad, espiritualidad, trascendencia” (1988: 313).
5
Siskind, por ejemplo, nota que “los modernistas latinoamericanos esperaban que París fuera el espejo
donde se reflejara la imagen de su universalidad” (2016: 283).
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Es decir, Darío trata de encontrar en París un centro divino de Belleza y
Arte en donde se asentará el movimiento modernista. Según Jrade, “Darío
decidió convertir a la armonía [o la unidad] en su norma arstica. Con el
tiempo la convirtió en un ideal relacionado a la perfección divina, al Bien
y a lo Bello (1986: 160). Es decir, para Darío, la Belleza funcionaba casi
como un valor trascendental, o sea: como un valor divino.
6
Por lo tanto,
no debe sorprender que el volumen que contiene las crónicas que escribió
durante su viaje a Francia e Italia se titule Peregrinaciones.
París no resulta ser el centro ideal de elementos estéticos y
metafísicos que Darío buscaba. Su desencanto con Pas y la decadencia
francesa encuentra su expresn s fuerte en la crónica “Reflexiones de
o nuevo parisiense, en la que Darío exclama: pero, actualmente, ¿es
París, en verdad, el centro de toda sabiduría y de toda iniciación? (1901:
154). París se ve como el aparato de la decadencia (1901: 155), a un
punto tal que “la literatura, ha caído en una absoluta y única finalidad, el
asunto sexual. La concepción del amor que n existe entre nosotros es
aquí absurda. Más que nunca, el amor se ha reducido a un simple acto
animal (1901: 156).
7
Este desengaño de Dao se debe en parte a su
formacn católica, a su impulso religioso que inspira su squeda de un
centro de Belleza suprema y divina.
8
Según Foffani, la belleza [modernista]
repudia la moral filistea del capitalismo [y de la secularización] y
contrapone la moral sublime del arte (2007: 15). Es decir, en la
cosmovisión modernista de Dao, la Belleza implicaba una pureza que
tenía facetas artísticas, naturales, y éticas,no todas de las cuales fueran
necesariamente resplendentes en la “Ciudad de luces” durante el fin de siecle.
El desamor de Darío con la capital francesa era, sin duda, una de las
razones por su abandono temporal de la Exposición Universal parisina y
su viaje a Italia en 1900: al antiguo centro de belleza y la cultura.
9
Esto no
6
Martínez nota que “la belleza, en el sentido clásico y en el sentido que le da Darío […] está sobre todo
destinada a la contemplación desinteresada y a la reverencia cuasi religiosa” (2003: 22)
7
Según Siskind, “las primeras impresiones de Darío sobre París confirman sus enormes expectativas
sobre su potencial para volverse parisino y entender la ciudad, pero también para ser entendido y
reconocido por ella. Sin embargo, unos pocos meses después, su relación con París se ha convertido en
un vaivén esquizofrénico entre la fe ideológica modernista y la experiencia cotidiana del rechazo cultural
y la necesidad económica” (2016: 286).
8
En otras palabras, aunque Darío ni era un santo ni un teólogo de ningún estilo, la cosmovisión católica
era especialmente prevalente en la formación de su obra por razón de su deseo de encontrar un centro
de Belleza que unificaría lo universal y lo particular, lo sagrado y lo profano. Por eso, él declara: “como
hago muy poca vida social, tengo todavía el mal gusto de creer en Dios, un Dios que no está en San
Sulpicio ni en la Magdalena” (“Reflexiones de año nuevo” 1901: 158). Es decir, según Darío, Dios está
ausente en Paris y no tiene lugar en su sociedad decadente.
9
En sus propias palabras, declara Darío: “del hervor de la Exposición de París, bajo aquel cielo tan triste
que sirve de palio a tanta alegría, paso a esta gira en la tierra de gloria que sonríe bajo el domo azul del
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quiere decir que Dao rechazara o negara por completo a Pas. La
metrópolis francesa sobrevivi como un mbolo profundo de las
aspiraciones pticas, sociales y esticas de Darío y del movimiento
modernista en general. Además, el viaje a Italia no significaba una
deserción de su puesto como cronista de La Nación. De hecho, Teodosio
Fernández nota que Emilio Mitre, entonces director de La Nación, invi
y financió el viaje de Darío a Italia, mientras que el poeta, durante su
tiempo al, continuaba su trabajo como cronista para el periódico (2016:
96).
10
En cualquier caso, más allá de la veracidad de esto, durante
septiembre y octubre de 1900, el poeta modernista se fue a Tun, Génova,
Pisa, y Roma. Tal como su experiencia en París, la experiencia de Darío
en Roma no fue ideal. Por ejemplo, la primera visita del poeta a Roma
pinta una escena caótica donde Darío expresa queveo escenas penosas y
ridículas (“Roma, 1901: 217), y donde entra a una balica con un
anuncio que le advierte: beware of pickpockets! (Roma, 1901: 218)
Sin embargo, el 4 de octubre de 1900, el poeta modernista visita al
Vaticano por primera vez y allí conoce a una figura especialmente notable:
León XIII, el primer Papa moderno.
11
Durante el reinado del Papa anterior, Pio IX, la iglesia católica se
había distanciado de la modernidad en muchos aspectos.
12
En cambio,
León XIII trataba de encontrar, según Robert Ventresca, “un modus vivendi
dentro del cual el papado y la iglesia pudieran existir en el mundo
moderno, pero no ser parte de él. Al hacer eso, es reconocido por ayudar
a establecer el curso para el compromiso de la iglesia con la modernidad
más puro y complaciente cielo. Estoy en Italia… Italia ha sido para mi espíritu una innata adoración”
(“Turín” 1901: 159-60). Según Justo Sierra, Darío “de improviso desertó el París de la Exposición, una
cosa monstruosamente admirable y loca […] y huyó a Italia […] el refugio divino de toda alma en
peregrinación” (1901: 13-14), y añade: “Rubén Darío entró a Italia como se debe entrar, con la devoción
ingenuamente pagana de un católico, dispuesto a arrodillarse en los Calvarios convertidos en Tabores,
ante los Cristos-Apolos, ante las Madonas-lirios de Angélico, nardos de Botticelli, rosas de ternura de
Rafael, de dolor de Dolci; de vida de Andrea del Sarto y de cielo de Bellini” (1901: 15).
10
Según Fernández, la carta de Mitre a Darío para informarle que “‘Si la Exposición no le ocupa mucho,
y se le ocurre algún viaje en interés de La Nación Suiza, Italia, Alemania no tiene más que
emprenderlo’”, fue el momento en que “empezó a ponerse en marcha aquel viaje, no por imposición del
periódico sino por decisión del poeta, cuyo interés por Italia había quedado bien de manifiesto mientras
visitaba el pabellón de ese país en la Exposición Universal” (2016: 96).
11
De hecho, Darío dedicaría dos crónicas a León XIII: una del 4 de octubre de 1899 después de su visita
con el Papa, y otra del 27 de agosto de 1903, después de la muerte del Pontífice.
12
Según Robert Kraynak, “El ‘Programa de errores’ […] declarado por el papa Pio IX en 1864 declaraba
que era un error creer que la iglesia católica debe reconciliarse al ‘progreso, liberalismo, y civilización
moderna’” [the Syllabus of Errors (…) issued by Pope Pius IX in 1864 stat[ed] that it is an error to
believe that the Catholic Church should reconcile itself to ‘progress, liberalism, and modern civilization’]
(2007: 527-28).
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durante el siglo siguiente (2009: 145).
13
Las contribuciones de Ln XIII
en cuanto a la formación de la iglesia calica moderna son demasiadas
para enumerar en su totalidad. Sin embargo, hay que mencionar las
siguientes por su relevancia a este estudio. Primero, él promovió la
enseñanza de la doctrina social de la iglesia, la cual enfatiza la dignidad y
los derechos humanos de la nueva clase de trabajadores industriales.
14
Además, alen la formación de universidades católicas (muchas
universidades pontificias existen por ran de él), y predijo la importancia
de la santidad de los laicos eventualmente expresada por el Concilio
Vaticano II.
15
Finalmente, renovó el estudio del sistema teológico de
13
[“a modus vivendi to allow the papacy and the Church to be in the modern world, but not of it. In doing
so, he is widely acknowledged to have helped set the course for the Church’s engagement with modernity
for the century to follow, and arguably beyond”] (texto original).
14
Por ejemplo, Ventresca nota que muchos historiadores y activistas católicos recuerdan a León XIII
como el padre del pensamiento social del catolicismo moderno (2009: 143), y añade: “León dedicaba su
pontificado a promover la enseñanza tradicional del catolicismo sobre la libertad humana, sobre el papel
correcto de cristianos en la sociedad, sobre la esencia y propósito del gobierno, y sobre un gran número
de otros asuntos urgentes de su día” [Leo dedicated his pontificate to promoting traditional Catholic
teaching on human liberty, on the proper role of Christians in society, on the nature and purpose of
government, and a host of other pressing matters of his day] (2009: 146). Adicionalmente, Cortest
reconoce que “a León se interesaba más que todo la dignidad del ser humano. Es precisamente por esta
razón que él quería proteger a mujeres y a niños del ‘trabajo duro de la vida.’ Este interés especial por el
apuro de los niños es una de las características que sitúan el pensamiento de León en contraste a muchos
de los filósofos seculares que lo preceden a él. Para León, el mundo no es habitado exclusivamente por
hombres; su universo incluía a hombres, mujeres, y niños. Él también enfatizó la importancia de la
familia, hasta el punto de describir los ‘derechos’ de las familias” [Leo was interested most in the dignity
of the human person. It is precisely for this reason that he wanted to protect women and children from
“life’s hard toil.” This special interest in the plight of children is one of the features that distinguish Leo’s
thought from that of so many secular philosophers who came before him. The world, as Leo knew it,
was not inhabited exclusively by men; his universe included men, women, and children. He also stressed
the importance of the family, even going as far as to describe the “rights” of families] (2008: 75).
Finalmente, Benestad declara que “la encíclica Rerum Novarum de León XIII (1891) resultó ser un
catalizador decisivo para el pensamiento y acción social del catolicismo. Encíclicas posteriores sobre
asuntos políticos y socioeconómicos constantemente refieren a Rerum Novarum, mencionan su gran
impacto, y substancialmente siguen su esquema general” [Leo XIII’s Rerum Novarum (1891) proved to be
a decisive catalyst for Catholic social thought and action. Subsequent papal encyclicals on political and
socioeconomic issues constantly refer to Rerum Novarum, mention its great impact, and substantially
follow its general outlines] (2012: 993).
15
Kraynak describe a León XIII como un líder fascinante de la iglesia, quien, en muchas maneras,
estableció el modelo para la respuesta católica a la modernidad para el siguiente silgo, incluso para el
concilio vaticano segundo (2007: 528), y Hennesey declara que “la visión única y católica del mundo,
puesto en foco gracias a la iniciativa del Papa León, definitivamente intelectualizaba el combate contra
la modernidad, sobre todo en instituciones católicas de educación superior en las Américas, dentro de
las cuales esta filosofía nuevamente renovada se convirtió en el sello distintivo de una educación
verdaderamente católica” [the ‘uniquely Catholic view of things,’ brought into focus thanks to Pope
Leo's initiative, most surely intellectualized the combat with modernity, not least in American Catholic
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Tomás de Aquino como una base unificadora desde la cual se podía
entender la experiencia humana moderna.
16
Por lo tanto, es muy
sorprendente que casi no exista un análisis de las crónicas darianas sobre este
Pontífice, a pesar de la publicación de Ante León XIII durante un
momento constitutivo en la evolución de su pensamiento poético y
metafísico; es decir, durante sus peregrinaciones’ a varios centros
culturales de Europa.
17
Este estudio pretende llenar este vacío crítico con
un enfoque en el papel del Papa como poeta y, por ello, como
representante de la Belleza divina. Dao trata de encontrar en la figura de
León XIII un centro unificador de su inclinación hacia el Arte puro, y por
eso ve en el Papa la modernización de la tradición de belleza y arte ya
ejemplificada en la iglesia católica.
Darío comienza la cnica “Ante León XIII con las palabras
siguientes:
¿Es una madeja de seda, es una flor, un brío de cinco pétalos, un viviente
lirio lido, o acaso una pequeña ave de fina pluma? No, ni madeja de
seda, ni lirio, ni jaro delicado: es la mano del pontífice, es la diestra de
León XIII, la que acabo de tener entre mis dedos y mi beso sincero se ha
posado sobre la gran esmeralda de la esposa que recompensa en una
irradiación de infinita esperanza la fe que no han podido borrar de mi
institutions of higher education, where the newly revived philosophy became the hallmark of an
education truly Catholic] (1988: 400).
16
Según Ventresca, León XIII “vio en el Tomismo una filosofía coherente, racional y verdadera para el
mundo moderno, tal como había sido, él creía, en la Edad Media. Él deseaba ofrecerlo de nuevo a la
iglesia y al mundo, creyéndolo ser el antídoto correcto a las filosofías modernas ya denunciadas tan
fuertemente por Pius IX” [he saw in Thomism a coherent, rational, and true philosophy for the modern
world, just as it had been, he believed, in the Middle Ages. He wanted to offer it anew to the Church and
to the world, believing it to be the proper antidote to the modern philosophies denounced so stridently
by Pius IX] (2009: 149). En general, León XIII fue una figura clave en el esfuerzo de definir la relación
entre la Iglesia Católica y el mundo moderno, y según Ceballos Ramírez, su influencia fue especialmente
marcada en América Latina (1991: 59-60).
17
En total, hay menos de una página de crítica que menciona el encuentro de Darío con León XIII, y es
completamente superficial. Para dar sólo dos ejemplos, Catalina Tomás McNamee dedica tres páginas a
Darío en Roma, y la sección comienza con la frase siguiente: “sí a nuestro bardo le atrajo la belleza de
cualquier acto litúrgico, le conmovieron de una manera muy especial las ceremonias celebradas en “la
capital católica, la ciudad del papá” (1967: 26). Sin embargo, el resto de la sección es simplemente una
cita larga de “Ante León XIII;” es decir, ella reconoce la importancia del encuentro entre Darío y León
XIII, pero no ofrece ningún tipo de comentario sobre esta reunión. Segundo, en su prólogo a
Peregrinaciones, Sierra declara que Darío “tiene palabras encantadoras para León XIII, de admiración, de
amor; tanta gallardía de inteligencia y de vida dentro del transparente fanal de aquel cuerpo que parece
una lámpara de altar en un santuario” (1901: 16-17), pero no dice más.
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espíritu los rudos roces del mundo maligno y la lima de los libros y los
ácidos ásperos de nuevas filosofías. (1901: 222-23)
18
Aun considerando el estilo poético, metafórico, y a veces exagerado de
Darío en sus crónicas, es todavía posible identificar varios temas
principales que aparecerán a lo largo de esta obra: el papel de León XIII
como personificación de la Poesía y la Belleza (de la universalidad y la
particularidad), la admiración de Darío por esta figura, y la esperanza de
Darío de encontrar en el Papa y en la Iglesia un centro unificador para su
visión modernista del mundo, un centro que no encontró en las filosofías
malignas de la modernidad. Aunque no hay espacio para analizar cada
uno de estos puntos en detalle, merece la pena iniciar un examen y sugerir
así posibles campos para futuras críticas. En cuanto al primero,
simplemente hay que señalar el tulo que le da Darío al Papa: “pontífice
poeta(1901: 239) y beasimo padre y querido colega (1901: 237). De
hecho, León XIII fue poeta. Dao cita uno de los poemas del Papa en la
crónica, y desps declara que estas notas […] rememoran en lo moderno
la plegaria rimada del más católico […] os harán recordar que el pastor de
los corderos de Jesucristo es también árcade en las praderas de Apolo
(1901: 236).
19
Darío tiene familiaridad con los logros más reconocidos de
18
El rechazo de las filosofías modernas y la búsqueda de otro sistema de pensamiento desde el cual se
pueda construir una nueva cosmovisión de la realidad es algo que tienen Darío y León XIII en común.
Ventresca nota que “León estaba tan convencido como su denostado predecesor, Pío IX, que las
filosofías modernas y las nociones seculares del ‘progreso’ fueron corrosivas y, en última instancia,
insostenibles. Al proponer las enseñanzas de San Tomás de Aquino, León propuso una filosofía
alternativa […] ofreciendo el Tomismo como una filosofía coherente, racional, y verdadera para el
mundo moderno […] Desde esta base del Tomismo, León ofreció otras declaraciones importantes sobre
la relación entre estado e iglesia y sobre la esencia de la libertad humana” [Leo was as convinced as his
much-maligned predecessor, Pius IX, that modern philosophies and secular notions of “progress” were
corrosive and, ultimately, untenable. In proposing the teachings of St. Thomas Aquinas, Leo proposed
an alternative philosophy (…) offering Thomism as a coherent, rational, and true philosophy for the
modern world (…) From this grounding in Thomism, Leo offered other important statements on
church-state relations and on the nature of human liberty] (2009: 143-44).
19
Darío cita un poema de León XIII dedicado a la Virgen María y escrito en Italiano (“Ante León XIII”
1901: 235-36). De hecho, León XIII escribió mucha poesía sobre temas religiosos y modernos. En “El
poeta León XIII,” Darío refiere a una oda del Papa, “Ars Photografica.” Escrito en 1867 (en Latín), es
uno de los primeros poemas sobre el arte de la fotografía. Según Miller, “la breve oda del Papa es la
primera en afirmar que la fotografía es un medio metafísico capaz de revelar la naturaleza espiritual de
sus sujetos. Las palabras de León corroboran la naturaleza casi-sagrada de la fotografía, reconociendo
que este medio participa en la cultura iconográfica de las iglesias griegas y romanas. ¿Y quién mejor que
León para hacer tal aserción? León fue el primer Papa que aceptó los medios de grabación sonora y
visual, convirtiéndose no sólo en el primer Papa de tener una grabación de su discurso, sino también, en
1898, el primero en ser filmado [] el poema funciona como una bendición de ese medio, y, por lo
tanto, busca elevar la fotografía al nivel de lo sagrado” [the Pope’s brief ode is the first to claim that
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Número 16 / Julio 2024 / pp. 22-43 32 ISSN 2422-5932
León XIII, pero para él, su identidad poética merece s énfasis. Por lo
tanto, declara a:
El contemporizador con la democracia moderna, el Papa de los periódicos,
desaparec, se borró por completo de mi memoria, para dar lugar al papa
columbino, al viejecito sagrado que representa veinte siglos de
cristianismo, al restaurador de la filosofía tostica, al pastor blanco de la
suave sonrisa, al anciano paternal y al poeta. (1901: 228)
20
photography is a metaphysical medium capable of revealing the spiritual nature of its subjects. Leo’s
words substantiate the semi-sacred nature of photography, acknowledging the medium as participating
in the iconographic culture of the Greek and Roman Churches. And who better than Leo to make such
a claim? Leo was the pope who embraced the media of sound and motion-picture recordings, becoming
not only the first pope to be recorded speaking, but, in 1898, the first to be filmed (…) The poem
functions as a benediction of that medium, and, as such, it seeks to elevate photography to the level of
the sacrosanct] (2015: 23-24). Es decir, se puede encontrar la síntesis de la tradición artística de la iglesia
y la expresión moderna de la experiencia humana en la poesía misma del Papa.
20
La filosofía de Tomas de Aquino es, de hecho, otro punto de contacto entre León XIII y Darío. En
cuanto a León XIII, ya se ha señalado el marco tomista de su pensamiento (Ventresca, 2009: 143-44, 49,
54). Aunque no se puede definir el sistema tomista en su totalidad aquí, vale la pena enfatizar ciertos
puntos importantes. Kraynak ofrece un resumen bastante útil de la visión tomista de León XIII. Dice:
“el universo creado esbien ordenado […] En Libertas, él [León] ataca la noción falsa de la libertad
encontrada en el liberalismo y el racionalismo que iguala la libertad con la habilidad de hacer cualquier
cosa que se quiera, independientemente de la ley moral y basa la autoridad del Estado en la voluntad de
las personas independiente de una ley superior […] Por el contrario, León define la libertad verdadera
como el uso de la razón natural para elegir lo que es bueno y evitar lo que es malo […] Siguiendo a
Tomás de Aquino, León dice que la ley es una ‘ordenación de la razón,’ y que la ley natural es la
participación de los seres racionales en la ley eterna; es un precepto de razón escrito en la mente humana
por Dios que guía a los seres humanos a su fin [o meta] correcta” [the created universe is well-ordered
(...) In Libertas, he (…) attack(s]) the false notion of liberty in liberalism and rationalism that equates
liberty with doing what one wants independently of moral law and bases the authority of the state on the
will of the people independently of higher law. By contrast, Leo defines true liberty as the use of natural
reason to choose what is good and to avoid what is evil (…) Following Thomas, Leo says that law is an
‘ordination of reason’ and that natural law is the participation of rational creatures in the eternal law; it
is a rule of reason written on the human mind by God directing human beings to their proper ends]
(2007: 553). También, Reginald Garrigou-Legrange reconoce el aspecto unitivo de la visión de Aquino,
declarando así: “Santo Tomás mostró especialmente la relación entre lo que hoy se llama la teología
ascética y la teología mística […] la vida activa, a la que está unida el ejercicio de las virtudes morales de
prudencia, justicia, fortaleza y moderación, y las obras exteriores de la caridad, prepara para la vida
contemplativa, en cuanto regula las pasiones que perturban la contemplación, y en cuanto nos hacer
crecer en el amor de Dios y en el arte del prójimo. Así, la contemplación de Dios […] lleva a la acción,
la la dirige, y la hace mucho más sobrenatural y fecunda[Saint Thomas especially showed the relation
between what are today called aesthetical theology and mystical theology, by treating of the mutual
relations of action and contemplation […] the active life, to which is attached the exercise of the moral
virtues of prudence, justice, fortitude, and temperance, and the outward works of charity, prepares for
the contemplative life, insofar as it regulates the passions that disturbed contemplation, and insofar as it
makes us grow in the love of God and art of our neighbor. Then the contemplation of God (…), leads
Rziha, El pontífice poeta y…” Revista de estudios literarios latinoamericanos
Número 16 / Julio 2024 / pp. 22-43 33 ISSN 2422-5932
Adicionalmente, en su audiencia personal con el Papa, Darío le dice: “sois
poeta y discurriendo y cantando en hexámetros latinos y en endecalabos
italianos, habéis alabado a Dios y su potencia y gracia sobre la tierra
(1901: 239), y añade ades: “la Poesía parece como que en encerrase
lo que une lo visible y lo invisible, la virtud del cielo y la belleza de la tierra;
y así, cuando vais a tocar a las puertas de la eternidad, no dejará ella de
acompañaros, y de conduciros, en la ciudad paradisiaca, al jardín en donde
suelen recrearse Cecilia y Beatriz(1901: 240). Al describir el papel del
poeta León XIII en la síntesis de lo visible y lo invisible, del cielo y la tierra,
de la gracia y la naturaleza, Darío hace explicita la identidad del Papa como
unificador de lo divino y lo humano. Por consiguiente, la vocación de
León XIII como poeta está íntimamente vinculada con su vocación como
Pontífice de la iglesia calica. Cuando Darío ve al Papa por primera vez
en la audiencia general, declara:
Al pasar frente a un chorro de sol cae oblicuo y vibrante sobre la
misteriosa figura, y puedo ver por primera vez bien, en un baño de luz, al
papa León. Cien veces pintado, mil veces descripto, no hay palabras ni
colores que hayan dado la sensación de la realidad. Todos se encontraron
en lo cierto cuando se sintieron impresionados de blancura […] Sumad
nieves y linos, cisnes y espumas, y juntad palideces de ceras, color suave de
pulpas de lirios y de rosas té, y agregad alba transparencia, como de un
ámbar eucarístico, y poned la animacn de una inexplicable onda vital, y he
to action, directs it, and renders it much more supernatural and fruitful] (1937: 25). Lo interesante es la
relación entre este entendimiento tomista de la humanidad y la visión poética de la experiencia humana
de Darío. Según Martínez, esta “cosmovisión integral e integradora, teleológica [de Darío], se convierte
en una respuesta critica, por tratar de recomponer o restaurar la unidad armónica primigenia, una unidad
e integridad que suelen implicar cierta jerarquización de valores y actitudes, algo que resulta casi alienante
para la iconoclasia de la posmodernidad. Porque la sacralización de lo bello que propone Darío no es
sino la propuesta de un idealismo y de una referencia capaz de modelar unitariamente las conductas y
pensamientos del sujeto moderno” (2003: 16). Aunque Darío no era tomista, hay claramente ciertos
puntos en común entre su cosmovisión y la cosmovisión de Tomás de Aquino. McNamee reconoce esta
relación, declarando que en la obra de Darío hay “claros rasgos de la teología de Tomás de Aquino”
(1967: 22), y Jrade habla del perspectivo sincrético, o unitivo, de Darío, declarando: “esta perspectiva
sincrética le permitió a Darío ‘armonizar’ la doctrina esotérica con la herencia católica que no podía
desdeñar. La persistencia de esta fuerte perspectiva católica en las obras de Darío y otros modernistas
constituye la base de su singular postura dentro de la poesía moderna. La importancia del catolicismo en
la poesía de Darío no se limita al vocabulario religioso o a ciertas referencias litúrgicas. Su influjo es
mucho más extenso y sutil. Aunque el poeta a menudo cuestionaba el dogma católico, a través de su
obra se desliza una persistente tendencia, una oculta esperanza en que, detrás del universo bello y
armonioso se levante Dios, un Dios personal” (1986: 29).
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al lo que pasó ante mis ojos, bajo la gloria solar, en ese instante. (1901:
226-27)
21
Es decir, León XIII representa, para Darío, la encarnación de la Poesía
y Belleza ideal. Es una figura casi-trascendental o mística; encarna la
cumbre de las expresiones poéticas de nieves, cisnes, espumas y linos
y a la vez las sobrepasa. Ser el máximo representante de Cristo en la
tierra significa, para Darío, ser también el mejor representante de la
Belleza divina, y León XIII tiene éxito en esta función. Por eso, el poeta
nicaragüense exclama que cuando decís la misa hacéis comulgar a las
nueve musas (1901: 238); o sea, que las funciones de poeta y sacerdote
se combinan en la figura de León XIII.
Por ser la personificación de la Belleza y el Arte, León XIII también
representa, para Darío, la ntesis de espiritualidad y humanidad, de
tradición y modernidad. Por ejemplo, en su descripción del Papa, enfatiza
la unión de vejez y juventud. Hace referencia a la edad de León XIII (de
89 años), pero dice que su cabeza es vivaz, de una vivacidad infantil que
se juntara a la extrema vejez(“Ante León XIII 1901: 231). Además, en
su audiencia personal con el Papa, enfatiza el papel del Pontífice como
intermediario entre las esferas celestiales y mundanas. Declara así:
Sois divino, hais sido sacerdotal […] sois humano, hais sido bil.
Para lo uno profundizasteis la teología: para lo otro os ejercitasteis en la
diplomacia. Habéis mostrado a los pueblos que estáis con ellos […] Habéis
señalados de una vez el camino probable de la verdad, habéis hecho lo
posible por evitar guerras y desconciertos. (1901: 237-38)
Es decir, para Darío, León XIII ejemplifica la unidad de lo divino y lo
humano, lo activo y lo contemplativo, lo eterno y lo nuevo, y por razón
de ser esta figura unificadora, ha tenido éxito como Papa en una época
moderna caracterizada precisamente por la fragmentación. Mientras que
en París Dao nota que la ambición del hombre amarillo, del hombre
rojo, y del hombre negro, que vienen a París, es ser conquistados” (“En
21
También, Darío declara: “la frente hermosa, bien moldeada, bajo los cabellos blanquísimos y solideo
de nieve; los ojos son obscuros y brillantes, pero no los escrutadores diamantes negros de Zola, sino dos
luces anunciadoras de interiores iluminaciones; las orejas grandes, transparentes, como la nariz, de
dignidad gentilicia; el cuello lilial, que sostiene apenas el globo del cráneo; el cuerpo delgado, de
delicadeza inverosímil. Cuando estuve frente a frente a darle el beso de respeto, vi la mano, toqué esa
increíble mano papal, sobre la que brilla la enorme esmeralda de la esposa, esa mano que me parecía una
madeja de seda, o una flor, un lirio de cinco pétalos, un viviente lirio pálido, o acaso una pequeña ave de
fina pluma” (“Ante León XIII” 1901: 232).
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París 1901: 22), los peregrinos de Roma no vienen para ser conquistados,
sino para ser elevados como parte de la polis divina. En claro contraste a
“En Pas, él declara que lo que a París lleva el placer trae a la Villa
Eterna la religión, una incesante corriente humana que se renueva a la
continua, corazones fervorosos que animan sangres de diversas razas,
labios que rezan en distintas lenguas, ciudadanos de la Cosmópolis
cristiana que con un mismo aliento proclaman la unidad de la fe en la
capital de Pedro y de Pablo(“Ante León XIII, 1901: 223-24). Es decir,
Darío ve en la diversidad de los peregrinos que viajan al Vaticano un
mbolo de la universalidad (del catolicismo,’ en su sentido literal) de León
XIII y de la tradición católica.
22
Según Martínez, para Darío:
El trabajo arstico es la más alta versión humana de la creación divina, en
la cual lo bello, lo bueno y lo verdadero se confunden en lo que los
filósofos llaman los trascendentales del ser. Es de esta forma cómo en
Darío echa raíz la imposibilidad de disociar arte y belleza, verdad, bondad
y unidad, ya que Dios y su creación, el artista y los productos artísticos
pertenecen a un mismo cosmos armónico y solemne. (2003: 18)
En otras palabras, en la cosmovisión de Dao, el artista tiene una vocación
de participar en la acción creativa de Dios por manera de expresar y
22
Este sentido universal, o católico, de la iglesia, un sentido que proclama la encarnación de la divinidad
y la divinización de la humanidad, no es único a León XIII y Tomás de Aquino. Mas bien, es uno de los
preceptos fundamentales de la cosmovisión católica. El obispo Robert Barron declara así: “G.K.
Chesteron dijo que el catolicismo mantiene sus creencias codo a codo como dos colores fuertes, rojo y
blanco […] siempre ha tenido un saludable odio hacia lo rosado.’ Lo que él quería decir era que el
catolicismo consistentemente celebra la unión de contrarios, no en una manera de compromiso insípido,
sino de tal manera que toda la energía de los elementos opuestos permanezca en su lugar […] En mi
opinión, el fundamento más profundo para esta celebración intransigente del ‘ambos/y’ es la cristología
ortodoxa de la iglesia […] Jesús no es en parte divino y en parte humano […] sino que es plenamente
divino y plenamente humano, cada naturaleza presente sin competencia hacia la otra en la unidad de su
persona […] una vez que se entienda este principio, se lo comienza a ver en todas partes de la gran
tradición católica. Gracia y naturaleza; fe y razón; sagrada escritura y tradición, cuerpo y alma […] lo que
el gran teólogo protestante Karl Barth llamó ‘aquella maldita católica y’ es lo que yo llamaría su paradoja
vibrante” [G.K. Chesterton said that Catholicism keeps its beliefs ‘side by side like two strong colors,
red and white (…) it has always had a healthy hatred of pink.’ What he meant was that Catholicism
consistently celebrates the coming together of contraries, not in a manner of bland compromise, but
rather in such a way that the full energy of the opposing elements remains in place (…) The deepest
ground for this uncompromising celebration of the both/and is, I would argue, the orthodox Christology
of the Church (…) Jesus is not partially divine and somewhat human (…) instead, he is both fully divine
and fully human, each nature non-competitively present to the other in the unity of his person (…) once
you grasp this principle, you begin to see it everywhere in the great Catholic tradition. Grace and nature;
faith and reason; Scripture and tradition; body and soul (…) what the great Protestant theologian Karl
Barth called ‘that damnable Catholic and’ is what I would call its vibrant paradox] (2017: xiii-iv).
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desarrollar la armoa entre lo bello, lo bueno y lo verdadero. Por lo tanto,
el poeta modernista afirma al Pontífice poeta: “Beatísimo padre: la religión
y el arte deben ir juntos en el servicio del Eterno Padre… es hora ya de
que Dios haga que resuenen juntos nuevos salmos y nuevas arpas (1901:
240). En resumen, en Ante León XIIIla figura del Papa representa una
ntesis de la belleza, la verdad y la bondad en sus manifestaciones
mundiales y divinas.
A la muerte del Papa, Darío escribió otra crónica, El poeta León
XIII,que se publi en La Nación el 27 de agosto de 1903.
23
En muchos
aspectos, es muy parecida a la crónica ya examinada, pero contiene ciertos
puntos notables que este estudio quiere mencionar brevemente. Primero,
Darío hace más evidente en esta crónica su visión de León XIII como
unificador de tradiciones poéticas, religiosas, y mitológicas de lo antiguo y
lo moderno. Declara a:
Junto a Filomela hacía revolar la blanca Paloma del Espíritu Santo; y el
gran Pan veía pasar entre las verdes hierbas, paciendo, maravilloso de
candidez y de luz sublime, un corderito cuyos mansos ojos reflejan el
universo, y cuyo contacto purifica la negra tierra: el cordero de Dios que
quita los pecados del mundo. (El poeta, 1903, sp.)
24
Jrade reconoce que Darío trata de encontrar “una conciliación de la
doctrina y el simbolismo católicos y ocultistas […] una visión poética en
la que el orden armonioso del universo es […] fundamental(1986: 158),
23
De hecho, también hay una tercera crónica de Darío sobre León XIII, pero es simplemente una
republicación de “Ante León XIII.” Se llamaba “El pontífice poeta: recuerdos de otro poeta,” y apareció
en La Nación en el 24 de julio de 1903, cuatro días después de la muerte del Papa, probablemente
sirviendo como una conmemoración de León XIII. Sin embargo, lo interesante es la introducción de los
editores de La Nación. Declaran: “en el momento actual, en que el mundo está todo conmovido por la
muerte de Leon XIII, el papa magno por lo imponderable de su cerebro, luminoso en todo, hasta en lo
profano, pues fue también un poeta y un artista como un griego de la antigua Hélade, creemos de
interesante actualidad para los lectores de La Nación exhumar de nuestra colección este artículo, que es
una hermosa página de arte, una admirable loa en triunfal prosa castellana, hecha por otro artista de la
frase, ante la figura entonces viviente del glorioso pontífice poeta.” Es decir, aun en esta cita cortísima,
se puede ver que León XIII funcionaba como unificador de lo sagrado y lo profano.
24
Darío añade además: “de todos modos, los dioses ministraban a Jesucristo: Baco, el vino de la
consagración; Ceres, la harina de la hostia; Hebe, la copa del misterio y del sacrificio. Y Pan […]
convertida en los tubos del órgano basilical. Y bajo la mirada de Dios han vivido y vivirán los dioses,
porque es mentira que ha muerto ninguno de ellos […] Los dioses no se han ido; los dioses no se van:
cambian de forma y continúan animando el universo y aplicando su influencia sobre el hombre” (“El
poeta” 1903).
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y en la cosmovisión tomística de Ln XIII, Darío encuentra una síntesis
de pensamiento moderno y antiguo.
25
Por consiguiente, exclama:
Como cirios son los versos de León XIII, por la palidez y por la llama, y
porque, aun cuando a veces iluminasen cosas profanas, se consumen por
Dios. Admirar y alabar al teólogo tostico, al político progresista, al
evangélico sociólogo, al sesudo autor de sus encíclicas. Yo celebro al
poeta; yo celebro al pastor de pueblos que se detiene en sus paseos
matinales a ver cómo crecen las flores del jarn de Horacio; al tiarado
frecuentador del Dante; el viejecito transparente y delicado. (1903)
Tal como en “Ante Ln XIII, Darío reconoce los logros del Papa: su
teología tomista, su enseñanza social, su inteligencia potica y su énfasis
en lo acamico. Sin embargo, otra vez lo que Darío celebra es la poesía
de León XIII, una poesía a la vez divina (consumida por Dios) y humana
(pastor de pueblos).
26
En este sentido, la figura de León XIII unifica lo
sagrado y lo profano, lo religioso y lo humano.
En los ojos de Darío, la unión de los papeles de poeta y Papa en la
figura de León XIII es una característica extraordinaria, y por lo tanto
digna de admiración. Además, por poseer este sello tan singular, se puede
sostener que León XIII también es un raro. Afirma Darío este sentimiento
cuando dice poeta y rey, se ha visto mucho, desde el santo rey David,
hasta Oscar de Suecia […] Eso es fácil y aún decoroso de ser [] Poeta y
Pontífice, se ha visto menos, se ha visto rara vez (1903).
27
Darío mismo
sostiene en su carta a Groussac quelo raro es lo contrario de lo normal
(“Los colores, 2013: 313), y la doble caracterización de León XIII como
25
Esta interpretación de León XIII que reconoce en su pensamiento un esfuerzo de sintetizar el mundo
moderno y antiguo no es única a Darío. Por ejemplo, Ventresca nota que el Papa vio en el Tomismo,
que era un sistema de pensamiento medieval, una filosofía verdadera y coherente para el mundo moderno
(2009: 149). Además, en “El poeta León XIII,” Darío mismo exclama que León “Era varón de altas
vistas, de intelecto fuerte, y que, por culpa de la política prosaica y baja de su siglo, no pudo hacer brillar
en San Pedro la luz de un nuevo Renacimiento. Mas, ¿Quién mostró un espíritu más liberal que él frente
a la ciencia moderna, con todo sus tanteos e ineficacias, junto a relativas victorias; y haciendo abrir por
vez primera, a la curiosidad de la historia libre, los secretos de los archivos vaticanos?” Por lo tanto,
Thomas Ward declara así que: “la visión unificada del cosmos que posee Darío no sólo sintetiza el dogma
católico con los sistemas esotéricos, incluyendo en éstos el pitagórico, sino que lo sintetiza también con
el panteísmo” (1989: 369).
26
Por eso, Darío exclama: “celebremos […] la pasión de un ideal de Belleza, la memoria del que, bajo el
inmenso peso de su triple corona, conservó ligero y alado el pensamiento, y armoniosa y dulce la palabra,
en relación aplicable con las inmarcesibles musas. Pues el lírico que acaba de dejar su jaula dorada del
Vaticano sabía amar la vida y celebrar sus dones y en sus exámenes católicos oiréis un rumor de abejas
paganas” (“El poeta León XIII” 1903).
27
El énfasis es mío.
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poeta y Pontífice sugiere una identidad excepcional. Según Martínez, uno
de los pocos rasgos que tienen en común todas las figuras de Los Raros es
una actitud antiburguesa (2017: 1592).
28
Declara que, por eso, estos “grupos
antiburgueses [los diferentes grupos de raros] se corresponden con el
mundo del propio Dao, pues combinan su sustrato católico, su prudente
decadentismo y su deseo de regeneración hispánica y americana(2017:
1597). Para Marnez, la actitud burguesa de la sociedad moderna:
es sobre todo una mentalidad cerrada y calculadora, que evita las
plenitudes porque lo suyo es el control y la búsqueda del justo medio, algo
que no pueden compartir ni el idealismo estico o la solidaridad gremial
de los artistas ni los afanes stico-eticos o altruistas de los santos.
Artistas y santos, por consiguiente, se presentan en los rgenes o como
alternativas al modo burgués; y por eso en Los raros. (2017: 1582-83).
Es decir, ser un raro significa pensar y escribir en una manera contraria a
las normas literarias, espirituales, sociales o éticas de una sociedad
moderna caracterizada por la fragmentación y la filosoa nihilista, una
sociedad marcada especialmente por la ruptura entre el esritu y el
cuerpo.
29
Esta actitud antiburguesa es otro rasgo que León XIII comparte
28
Martínez declara que “el nicaragüense privilegia en Los raros el discurso antiburgués(2017: 1595), y
también nota que “al mismo tiempo, el hecho de que esos ‘raros católicos’ puedan incluirse en su canon
nos dice que ese segundo discurso religioso-antisecularizador también debe quedar incorporado al
discurso definitivo del volumen” (2017: 1595). Adicionalmente, Carlos Grigsby entiende Los raros como
“el canon personal de Darío de la literatura contemporánea […] y como el gemelo en prosa de Prosas
profanas” [the author’s personal canon of contemporary literature (…) and as the prose double of Prosas
profanas] (2018: 680). Según Grigsby,Los raros no sólo es un archivo de escritores […] sino también un
canon personal en el cual Darío traza las líneas de una nueva genealogía literaria; redibuja las antiguas;
crea precursores; revaloriza ciertas características […]; y, finalmente, plantea rasgos comunes, patrones
y tropos [de estos autores]” [Los raros is not only an archive of writers (…) but also a personal canon in
which Darío draws the lines of new literary genealogies; redraws old ones; creates precursors; revalues
certain characteristics (…) and, finally, puts forth common traits, patterns and tropes (2018: 697). Por lo
tanto, lo que últimamente determina el estatus de un escritor como ‘raro’ de Darío o no (más que
cualquier característica compartida) es la determinación de Darío mismo, y se ve esta determinación en
su caracterización de León XIII como figura de rareza especial.
29
Por eso, Eduardo Chirinos ve en Los raros una “hagiografía moderna” (1998: 74); o sea, “una
declaración de principios respecto del quehacer poético y de los roles que les correspondió jugar a los
poetas en la conflictiva etapa de la modernidad [… y] el destino fatal de quienes son convertidos
sumariamente en ‘otros’” (1998: 70-71). Chirinos cita el estudio de Laura Rosano sobre Los raros para
proponer “la existencia de una serie de características que funcionan ‘como patrimonio común de todo
artista nucleadas alrededor de unas pocas ideas claves,’ a saber: l, el poeta como ‘intelectual,’ 2, como
‘aristas’ (el mejor), 3, como ‘genio’ o ‘loco.’ 4, como ‘soñador del ideal.’ 5, como ‘redentor, mártir y santo’
y 6, como ‘profeta o héroe temporal […]’ Esta caracterización resume bastante bien los conflictos de
valoración respecto del vertiginoso cambio de funciones que sufrieron los poetas en medio de los
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con Darío y sus raros, como el nicaragüense ya ha notado en las primeras
palabras de “Ante Ln XIII.
30
En su ensayo “Catholicism and the
Bourgeois Mind, Christopher Dawson declara que “si el burgués es el
enemigo del campesino, no es menos enemigo del artista y el artesano
(2006: 528), y además añade: “es obvio que el ethos cristiano es
esencialmente antiburgués, porque es un ethos de amor (2006: 530).
31
Por
lo tanto, León XIII, el padre de la enseñanza social calica, el renovador
de la filosoa cristiana y el gran apoyador de los artes, es una personificación
de la actitud antiburguesa descrita por Dawson y Marnez. Por eso, Darío
nombra a León XIII un raro, y le incluye en su proyecto de crear, en las
palabras de Francisco Solares Larrave, no sólo un panteón alterno y
moderno, sino una respuesta cultural unificadora y trascendente que
servirá de base para una literatura rica, expresiva, y [] singular (2005:
62).
Por ser raro, por ser poeta, por ser el primer Papa moderno y elder
de una religión de veinte siglos, Dao ve en Ln XIII un individuo único,
de rareza especial. Darío compara a León con sus otros raros, diciendo la
nariz, la faz toda, era de águila, como la de Dante [] Voltaire tambn la
tenía de águila(El poeta 1903). Entonces, Darío proclama:
Nada quita ésta a su alta potestad, a su fe celeste […] a su misión sagrada,
de representar sobre la faz de la tierra al Divino Doctor de la dulzura […]
Quiero fijarme, sobre todo, en su cacter intelectual; y a propósito de la sonrisa
certificar que el poeta Leon XIII era cien veces superior, lira en mano, al admirable y
detestable autor de La Pucelle. (1903)
32
Este punto es clave. El autor de La Pucelle no era otro que Voltaire
mismo, uno de los grandes precursores de la modernidad francesa.
33
Por
vaivenes de la modernidad: si a veces Darío los exalta como ‘Cristos del arte’[…], otras veces los nombra
con términos que parecen provenir de una valoración utilitaria: ‘dignos trabajadores’ o ‘sinceros
intelectuales’” (1998: 77). Esto no quiere decir que todos los raros de Darío sean santos en el sentido
cristiano del término, sino que, por ser de otra sociedad, son ‘santos’ según el significado tradicional de
la palabra: distinguidos o separados.
30
Además, Chirinos reconoce que “las consecuencias nefastas de la modernidad fueron denunciadas por
Darío en verso y en prosa” (1998: 74).
31
[“if the bourgeois is the enemy of the peasant, he is no less the enemy of the artist and the craftsman;”
“it is obvious that the Christian ethos is essentially anti-bourgeois, since it is an ethos of love.”]
32
El énfasis es mío.
33
Darío establece este mismo contraste entre León XIII y Voltaire en “Ante León XIII,” preguntando:
“¿Quién ha sido el farceur que vió en esta boca grande [la del Papa], de labios finos y bondadosos, la
sonrisa de Voltaire?” (1901: 231). Es decir, hay una clara tendencia literaria de Darío en estas crónicas
de mantener como opuestos el papá del pensamiento moderno de Francia y el Papa de la iglesia católica.
Rziha, El pontífice poeta y…” Revista de estudios literarios latinoamericanos
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declarar la superioridad del poeta León XIII sobre Voltaire, del Vaticano
sobre Pas, Darío afirma que ha encontrado en el Papa calico lo que
no podía encontrar en Voltaire, el papa francés: un centro de Belleza y
Arte que unifica lo universal y lo particular, lo cristiano y lo pagano, lo
moderno y lo antiguo.
34
Para concluir, es importante enfatizar otra vez que este ensayo ni
pretende hacer a Dao un santo, ni un teólogo. Sobre todo, Dao es un
poeta; vive y muere con ciertas actitudes de escepticismo frente a varios
aspectos de la doctrina católica. Sin embargo, este análisis de “Ante León
XIII y “El poeta Ln XIII argumenta en pos de la influencia del
catolicismo no lo en la vida personal de Darío, sino también en su visión
poética y estética. Tal como la mitoloa griega-romana, la tradición
católica sirvió como una fuente rica de inspiración en la producción
poética de Darío a lo largo de su vida. En la conclusión de su propio
estudio, Ferndez enfatiza la presencia e influencia de esta fusión de
cosmovisiones cristianas y paganas en las obras maduras de Darío.
Declara: “la obra posterior del poeta revela el profundo significado de ese
catolicismo pagano, que era una conjunción, pero también un dilema. La
experiencia italiana de 1900 resul sin duda determinante para que Rubén
siguiera la deriva que encontraría su concrecn mejor en Cantos de vida y
esperanza (2016: 103). Al enfocarse en el papel de León XIII como poeta
y representante de la Belleza divina, Darío trata de encontrar en la figura
del Papa un centro unificador de su inclinación hacia el Arte puro. Es
decir, en Ante León XIII y El poeta León XIII, Darío describe al
Papa como un centro que unifica la tradición y revelación antigua de la
iglesia con el impulso creador y poético del esritu moderno de la
humanidad. Claramente este estudio no puede embarcarse en un alisis
universal de la relación entre el catolicismo moderno personificado en
León XIII y la necesidad modernista de un nuevo centro de la experiencia
humana ejemplificada en Darío. No obstante, se espera que haya iniciado
un debate sobre la importancia del pontífice poeta en las ‘peregrinaciones
del poeta modernista.
34
Este estudio no quiere decir que la fascinación especial de Darío por Leon XIII extienda a los otros
elementos de la iglesia o a la cultura italiana en su totalidad. Como ya se ha mostrado, Darío manifiesta
cierto desencanto en cuanto a varios aspectos de la cultura y sociedad romana, tal como la parisina. La
comparación que quiero enfatizar aquí es entre Voltaire como representante del movimiento moderno
de París y Leon XIII como personificación del espíritu estética del catolicismo.
Rziha, El pontífice poeta y…” Revista de estudios literarios latinoamericanos
Número 16 / Julio 2024 / pp. 22-43 41 ISSN 2422-5932
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