Isola, “Anna Maria Maiolino” Revista de estudios literarios latinoamericanos
Número 16 / Julio 2024/ pp. 214-216 215 ISSN 2422-5932
Anna es un palíndromo. Una palabra que se puede leer igual en un sen-
tido que en otro y su etimología enseña que viene del griego, palin dro-
mos, “volver a ir atrás”. Anna es el primer nombre de la artista brasileña
Anna Maria Maiolino, y la posibilidad que da su nombre, esa de ir y
venir, de adelante para atrás y empezar de nuevo, dibuja el mapa de su
trayectoria y de la concepción de muchas de sus obras.
Las imágenes que ilustran el dossier pertenecen a su muestra, cu-
rada por Paulo Miyada, en 2022 en Malba. En ese momento, la disposi-
ción de las obras aludía, desde mi interpretación, a esa figura serpen-
teante que la retórica también nombra con una palabra hermosa, bustró-
fedon, por la huella que deja el buey en el campo, mientras lo recorre de
un lado y da la vuelta y retoma camino para el otro. Palíndromo y bus-
trófedon, entonces, se enlazan para desandar (y poner en marcha) una
mirada sobre la vida (y las obras) de una de las artistas más importantes
de su generación.
El título de esa exhibición era Schhhiii, una onomatopeya que tra-
duce a la versión brasileña de la exposición, el título PSSSIIIUUU…,
que, a su vez, es un poema que escribió Maoilino en 1996. Aquí, la se-
mántica colabora y explica: las onomatopeyas son formas del lenguaje
que “acercan” un poco más esa relación arbitraria entre el significado y
el significante. Con ese silbido, la cosa a la que refiere se vuelve más
próxima. Pedir silencio, pero, además, expresar un deseo; chiflar para
llamar la atención de alguien y brindarle nuestro encanto.
Si bien la exposición recorría muchos años de la vida de esta artis-
ta nacida en Scalea (Italia) en 1942, no sería justo tomarla como una
retrospectiva cronológica. Lo mejor era dejarse llevar por un hilo invi-
sible, aunque fuerte y de buen agarre, que une arte y vida en esa busca
permanente de Maiolino para conectar en sus obras las experiencias
primarias del lenguaje, el cuerpo y la subjetividad.
De Italia a Caracas, a mediados de los años 50, cuando la situación
en Europa era de miseria y catástrofe, de ahí a Río de Janeiro a comien-
zos de 1960 y sus primeros experimentos artísticos la conectan con
momentos clave de la historia del arte brasileño: el movimiento de la
Nueva Figuración, el neoconcretismo y la Nueva Objetividad Brasileña.
Posteriormente, se la asoció con las neovanguardias en Europa (parti-