Coppari, “Hacer público…” Revista de estudios literarios latinoamericanos
Número 6 / Julio 2019 / pp. 228-243 228 ISSN 2422-5932
HACER PÚBLICO:
EL TRABAJO EDITORIAL EN
LA PRODUCCIÓN DE FERIAS Y FESTIVALES
DE LITERATURA CONTEMPORÁNEA
MAKING PUBLIC: EDITORIAL WORK IN THE PRODUCTION OF FAIRS AND
FESTIVALS OF CONTEMPORARY LITERATURE
Lucía Coppari
Universidad de Buenos Aires - CONICET
Magíster en Comunicación y Cultura Contemporánea y Licenciada en Comunicación Social por la Universidad
Nacional de Córdoba (UNC). Doctoranda en Ciencias Sociales en la Universidad de Buenos Aires (UBA) y
becaria doctoral de CONICET en el Centro de Investigaciones y Estudios sobre Cultura y Sociedad (CIECS)
- CONICET y UNC. Profesora en el nivel secundario de la provincia de Córdoba.
Contacto: luciacoppari@gmail.com
ARTÍCULOS
Coppari, “Hacer público…” Revista de estudios literarios latinoamericanos
Número 6 / Julio 2019 / pp. 228-243 229 ISSN 2422-5932
Fecha de eno: 20/05/2019 Fecha de aceptación: 12/06/2019
Autogestión
Edición
Literatura
Socialización
Las editoriales independientes o autogestionadas en Argentina vienen participando activamente en las
reconfiguraciones de la cultura literaria contemporánea. Sus modalidades de intervención se juegan
entre visibilizar escrituras que se distinguen de las que son propias de la escena moderna de las letras
y de la estandarización que requieren los imperativos comerciales a nivel global, sostener y posicionar
los proyectos en el marco de las condiciones organizadas por el Estado y el mercado, y conformar
comunidades de intercambio y disfrute alrededor de la literatura. El presente trabajo se propone
indagar más específicamente sobre este último punto: la producción de espacios de socialización de la
literatura contemporánea. En la ciudad de Córdoba, la multiplicación de festivales literarios y ferias
de publicaciones incita la reflexión sobre tales desafíos del trabajo editorial. Estos encuentros, en
varios casos organizados colectivamente por editores y escritores, convocan a pensar y compartir la
literatura contemporánea en el marco de diversas actividades.
RESUMEN
PALABRAS CLAVE
Self-management
Publishing
Literature
Socialization
Independent or self-managed publishers in Argentina have been actively participating in the
reconfigurations of contemporary literary culture. Their modalities of intervention are played between
visualizing writings that are different from those that are typical of the modern scene of letters and the
standardization that commercial imperatives require at a global level, sustaining and positioning the
projects within the framework of the conditions organized by the State and the market, and forming
communities of discussion and enjoyment around literature. This work intends to investigate more
specifically on this last point: the production of spaces for the socialization of contemporary literature.
In the city of Córdoba, the multiplication of literary festivals and fairs of publications promotes
reflection on such challenges of editorial work. These meetings, in several cases organized collectively by
editors and writers, call for thinking and sharing contemporary literature with various activities.
ABSTRACT
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Número 6 / Julio 2019 / pp. 228-243 230 ISSN 2422-5932
Introducción
Muchas de las editoriales independientes o autogestionadas
1
que
proliferaron desde fines de los años noventa en Argentina pueden ser
caracterizadas por la impronta literaria de sus catálogos y la
promoción de pactos de lectura novedosos en relación con los
cánones que dictan, en mayor medida, los imperativos comerciales
del mercado de libros. En la ciudad de Córdoba, en un terreno fértil
por las posibilidades tecnológicas y la multiplicación de espacios para
la circulación y difusión de las publicaciones, surgieron editoriales
como las recordadas Llantodemudo y La creciente, Pan comido,
Viento de fondo, DocumentA/Escénicas, Casa trece, Recovecos,
Caballo negro, Postales japonesas, Nudista, Ediciones De la terraza,
Borde perdido, y las formadas más recientemente como Hiedra y
Prebanda, entre muchas otras.
Los actores que integran este espacio editorial ponen en valor
los aportes de los diferentes emprendimientos no sólo desde la
construcción de los catálogos y la opción por determinadas estéticas
sino también desde la definición de formas alternativas de
participación en la cultura literaria actual. Algunos trabajan sobre las
materialidades de las obras, otros autorizan la reproducción libre, y
varios apuestan por el asociativismo entre editores y la apertura de
espacios para visibilizar y difundir las publicaciones a partir del
diálogo directo con los blicos.
2
Como apuntan o sugieren algunos
estudios de referencia en el campo (Vanoli, 2009; Szpilbarg y
Saferstein, 2012; Botto, 2014), se reconoce que estas editoriales,
además de poner los libros a circular por librerías, ferias oficiales e
incluso plataformas o tiendas digitales, organizan eventos que crean
o afirman vínculos entre los autores, las obras, los editores y los
lectores.
1
Ambos adjetivos refieren a las estructuras pequeñas o medianas de los emprendimientos, su financiación
genuina, la constante reinversión y la activa participación de los propios promotores aunque en algunos
casos ésta no sea la actividad principal que les provee sostén económico, así como al despliegue de un
conjunto de tácticas para posicionarse en el marco de las condiciones de producción dominantes del mercado
de libros, haciendo frente a la estandarización y la precarización del trabajo cultural.
2
La caracterización se apoya en las observaciones y entrevistas de campo que realicé para la tesis de Maestría
en Comunicación y Cultura Contemporánea (UNC) entre 2016 y 2018.
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Si bien estas prácticas tienen como finalidad el posicionamiento
de las novedades en el mercado editorial y la promoción de las
ventas que son el medio de supervivencia de los emprendimientos
auto gestionados, muchas de las actividades trascienden la
intencionalidad comercial: proponen modos novedosos de
acercamiento a la lectura y fomentan la creación de comunidades
(Fish, 1976) en las que los sujetos participantes no sólo ponen en
común e intercambian sentidos sobre aquello que
leen/escuchan/ven, sino también comparten momentos de disfrute
en torno a las escrituras que gustan, emocionan y/o movilizan ideas.
A diferencia de las estrategias de marketing que implementan los
grandes sellos editoriales para segmentar y etiquetar a sus públicos
en vistas de direccionar e incrementar las ventas de libros, los
pequeños sellos van al encuentro con los lectores para dar a conocer
las escrituras e interpelar(los) a través de ellas. Desarrollan, en
términos de Lionel Ruffel, una literatura ruidosa que no se limita a
su concreción en el objeto impreso sino que pone en evidencia las
múltiples actualizaciones posibles de la publicación. Al respecto,
Ruffel sostiene:
la literatura es hoy en día, en su mayor parte, una arena conflictiva
compuesta, por un lado, por una esfera pública hegemónica fundada
en lo impreso y, por otro lado, por una multiplicidad de espacios
públicos contra-hegemónicos vinculados a una “literatura ruidosa
(una literatura expuesta, actuada, in situ, en soportes variados), con
numerosas conexiones entre ellos (2015: 5).
Desde esta perspectiva, la literatura del presente se caracteriza por
su inscripción en diversos espacios públicos y, por lo tanto, la idea
de publicación se descentra del objeto-libro, se pluraliza y cobra
sentido como acción: el hacer público. Asumo que dicha acción
suscita al menos dos derivas posibles y complementarias: el hacer
público concerniente a las formas de visibilidad y difusión de lo
literario, y el hacer público en términos de producción de vínculos
con los lectores. Así también, puede ser leída como puesta en
escena del yo público de los productores culturales: el trabajo de
autopoética que reclama el estado de exposición mediática en el
ágora contemporánea (Groys, 2014).
La organización de ferias y festivales alrededor de las
escrituras que publican es una manifestación de tales desafíos del
trabajo editorial y del modo en que estas editoriales conciben la
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mediación, a partir de la articulación entre las prácticas de
producción, circulación y recepción cultural (Hall, 1980). La
aproximación de los lectores a las escrituras se produce junto con
otros en los espacios públicos, y no como práctica confinada al
espacio privado y aislado. Además, se puede reconocer que en
estos encuentros se pone en suspenso la autoridad que confiere el
capital simbólico en la estructura de relaciones del campo literario,
para dar lugar al establecimiento de relaciones que se sustentan en
el disfrute compartido y el carácter festivo de estas prácticas. Aun
así, no queda anulada la operación crítica de los organizadores en
el armado de las actividades o la convocatoria de los invitados,
guiados por criterios variopintos como la edad o el repertorio
poético (Molina, 2015).
Espacios y actividades de publicidad de lo literario
Como se adelantó en la introducción, las editoriales
independientes de formación reciente se caracterizan por la
búsqueda de formas alternativas de circulación y socialización de
las publicaciones, ya que varios de los canales a través de los
cuales se mueve la producción masiva de los grandes sellos son
inaccesibles para las economías autogestionadas de los
emprendimientos. Refiero particularmente a los contratos con
grandes distribuidoras que retienen altos porcentajes de ventas, las
vidrieras o mesas de novedades de las cadenas de librerías y los
espacios de publicidad en medios de comunicación como la
televisión y los periódicos de tirada nacional.
En relación con los puntos de venta, entre los pequeños
sellos varían la cantidad, el alcance geográfico y también la
intervención o no del agente distribuidor. Pese a estas diferencias,
en líneas generales estos emprendimientos se vinculan con
librerías tradicionales donde quedan vestigios de la figura del
librero-lector o bien con aquellas nuevas que tienen un perfil
literario definido. En la ciudad de Córdoba, El espejo, Rubén
libros, Volcán azul, Séptimo arte y Portaculturas son algunas de
ellas. Estos vínculos y modos de acceso al mercado de libros
guardan correspondencia con las propuestas culturales de las
editoriales.
Además, el espacio digital es un terreno accesible y
privilegiado donde lograr posicionamiento y difusión. Los
pequeños sellos editan libros electrónicos o e-books, producen
booktrailers, y utilizan sitios web en algunos casos con servicio de
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venta online, blogs y las distintas redes sociales para dar a conocer
las actividades que realizan y las presentaciones de sus novedades.
Los niveles de interactividad dan cuenta de las virtudes de estas
herramientas para establecer vínculos y ampliar la llegada a los
lectores.
Fuera del espacio digital, se relevaron actividades variadas
que promueven encuentros de carácter presencial entre autores,
editores y lectores. En los últimos años las editoriales han venido
abriendo espacios de reunión alrededor de la literatura que
publican: ferias, festivales, eventos de lectura, recitales literarios y
espacios de intercambio y divulgación que se suman a las muchas
y diversas iniciativas de este tipo. A los fines de abordar el objeto
con mayor detalle, este trabajo focaliza en la organización y
participación en ferias de publicaciones y festivales literarios que
tienen lugar en la ciudad de Córdoba.
En las ferias de publicaciones las editoriales ponen a
circular sus catálogos, buscando desarrollar la difusión de su
actividad y promover el acceso de nuevos lectores a las escrituras
que publican. Además de participar en las ferias oficiales que se
llevan a cabo en distintas ciudades del país, en los últimos años los
pequeños sellos vienen tomando parte en la organización de
eventos de este tipo, que se vuelven posibles gracias al trabajo
colectivo entre editores. En estos casos las convocatorias tienen
características distintivas, por la participación mayoritaria de
colegas que también son responsables de emprendimientos
autogestionados.
Otro formato que las editoriales vienen explorando es el de
los festivales literarios, donde se organizan lecturas y
conversatorios con autores, talleres, presentaciones de novedades,
performances teatrales, intervenciones de artes visuales, shows de
música en vivo, entre otras muchas actividades. En efecto,
Cristian Molina (2015) repara en la plasticidad que la
convergencia entre disciplinas aporta al hecho literario, ampliando
incluso su repercusión. Desde la mirada de Gisèle Sapiro, los
festivales son un nuevo objeto de la sociología de la literatura, por
su inscripción cada vez más frecuente en los espacios públicos y
su contribución en los procesos de democratización cultural:
Desde la década de 1980, el término festival se ha hecho
extensivo a los encuentros públicos en los que especialistas,
autores, críticos, editores, traductores leen, comentan y discuten
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obras literarias. La forma de festival asociada a las artes de la
performance (teatro, música), parecería no ser congruente con la
lectura, práctica cultural de las más solitarias que haya en nuestros
días. Sin embargo, desde los salones mundanos hasta las
academias, pasando por los cenáculos de iniciados [], ya
existían en el pasado reuniones destinadas a las lecturas en voz
alta y a los debates sobre literatura, pero que quedaban confinadas
a la esfera privada, o a los círculos de letrados (2016: 122).
Siguiendo a Sapiro, en los festivales literarios convergen por un
lado las formas de promoción para alcanzar lectores, por otro las
políticas culturales en favor de la lectura y, de esta manera, el
compromiso de un grupo de intermediarios culturales, entre ellos
los editores. Allí conviven además autores nuevos en búsqueda de
reconocimiento y autores conocidos que mantienen y afianzan su
posición. Por último, Sapiro considera que este tipo de eventos
literarios adquiere una función ritual que se orienta a reforzar la
creencia en el valor de la literatura (2016: 123).
En la ciudad de Córdoba anualmente tienen lugar dos
festivales literarios de gran envergadura como son el Festival
Internacional de Poesía y el Festival Internacional de Literatura
(FILIC), y también otros más pequeños como Docta Cómics, el
festival de fanzines Ctrl+P o Primavera, que se desarrolló en 2017.
En todos los casos, la iniciativa y participación de editores
responsables de sellos locales resulta crucial.
El Festival Internacional de Poesía de Córdoba fue gestado
y venía siendo organizado cada año desde 2012 por tres editores
locales locales: Alejo Carbonell (Caballo negro), Carlos Ferreyra
(Recovecos) y Gastón Sironi (Viento de fondo), junto con otros
colaboradores en la coordinación de las múltiples actividades.
Desde sus inicios, las programaciones han contado con mesas de
lectura integradas por poetas invitados provenientes de distintas
latitudes, clínicas de poesía, presentaciones de libros, charlas y
talleres, lecturas callejeras, feria de publicaciones, sica,
performance, intervenciones visuales, proyecciones de películas y
más. Las actividades de las primeras cinco ediciones del Festival se
concentraron en las instalaciones del Cabildo municipal, pero
también tuvieron lugar en otros espacios públicos de la ciudad
como centros culturales, bibliotecas, bares, librerías y escuelas.
Tras varios años de realización ininterrumpida, en 2017 el
Festival no se llevó a cabo, pero retomó impulso en 2018 con aires
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renovados. Por un lado se modificó la sede central, que dejó de
ser el Cabildo y pasó al nuevo Centro Cultural Córdoba, situado a
metros del Museo Provincial de Bellas Artes Emilio Caraffa. Otros
cambios se dieron en la coordinación y en la incorporación de
escritores locales como programadores invitados del sexto
Festival, entre ellos Cuqui, Flor López y Javier Martínez
Ramacciotti. Además, se sumaron actividades en simultáneo en las
ciudades de Río Cuarto y Villa María, en calidad de subsedes. Para
la feria de publicaciones se realizó una convocatoria especial que
contó con la nutrida participación de más de treinta editoriales de
distintas partes del país, además de la habitual presencia de la
Librería de poesía que ha venido acompañando el evento desde
sus comienzos.
El Festival convoca cada año a compartir y pensar la poesía
durante tres o cuatro jornadas intensas y, como se aprecia en las
diferentes programaciones,
3
muy variadas. Las últimas ediciones
tuvieron como invitados especiales a escritores de varios puntos
del país y países vecinos. Se destacaron, además, el homenaje al
editor y escritor Diego Cortés,
4
y las mesas de poetas emergentes y
poesía política, por mencionar sólo algunas de las más
convocantes. También se desarrolló un productivo debate entre
organizadores de festivales que se llevó a cabo en la Biblioteca
Córdoba bajo el título Organización para vencer. En esta
oportunidad se reunieron Pablo Dema de la editorial Cartografías
y el encuentro Aguante Poesía de Río Cuarto, Ezequiel Nacusse
del Festival Internacional de Literatura de Tucumán, Luciana
Holograma del festival de fanzines Ctrl+P, Carolina Rojo de
InviCines y Maximiliano Ibañez del Encuentro Cultural de San
Antonio de Arredondo. Algunos de los ejes del debate fueron el
financiamiento de las iniciativas, en particular la tensión existente
entre la autogestión y la participación de las instituciones del
Estado, la importancia de las redes de trabajo y la construcción de
relaciones con los públicos. Desde su rol de artífice del Festival
Internacional de Poesía de Córdoba, Alejo Carbonell opina que
sacar libros es sólo una faceta del trabajo editorial, que también
consiste en usar la literatura como excusa para producir ideas,
discutirlas y traducirlas en más acciones. Me parece que los libros
3
Sitio para consulta: http://festivaldepoesiacba.com.ar/
4
El recordado fundador de Llantodemudo falleció en 2015. Hasta su cierre en 2016 la editorial realizó una
enorme tarea alrededor del género del mic o la historieta, y en la difusión de la poesía y la narrativa de
autores jóvenes. Durante sus veinte años de existencia, el proyecto se apreció como un gesto a las nuevas
vanguardias, en un contexto cultural organizado bajo la primacía del canon de consumo.
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se construyen entre mucha gente,
5
sostiene. La descripción y las
apreciaciones citadas muestran que, en tiempos de festivalización
de la cultura (Molina, 2015) y por ende de transformaciones en
las condiciones de circulación, los autores y editores extienden las
tramas de relaciones por las posibilidades de escenificar y avivar las
voces alrededor del hecho literario.
En octubre de 2017 el lugar de encuentro fue el Museo
Municipal de Bellas Artes Genaro Pérez, donde se llevó a cabo el
breve festival literario Primavera, organizado por Caballo negro en
colaboración con el sello Adriana Hidalgo de Buenos Aires. Los
dos días de festival giraron en torno a las obras de tres grandes
invitados: Elvio Gandolfo, Hebe Uhart y Carlos Bernatek. Una
apreciable cantidad de público se dio cita en el patio del Museo
para compartir las conversaciones de los invitados con otros
reconocidos autores: Martín Cristal, Leticia Obeid y Eugenia
Almeida. La actividad de cierre fue la mesa en que se encontraron
los tres escritores, coordinada por el periodista Javier Mattio. A
diferencia del otrora frecuentado formato de conferencia
magistral, la propuesta de los editores en calidad de
programadores o curadores giró en torno al diálogo, el
intercambio, la puesta en común entre colegas y la participación
de los asistentes.
Como se adelantó, en la ciudad de Córdoba también se
viene llevando a cabo el Festival Internacional de Literatura
(FILIC), que ya suma siete ediciones y cuenta entre sus
organizadores a Javier Folco, responsable de la librería y editorial
Portaculturas. El FILIC surge de la iniciativa conjunta de la red de
centros culturales europeos: el Instituto Goethe, el Instituto
Italiano de Cultura, la Alianza Francesa, el Centro Cultural España
Córdoba y la Asociación de Cultura Británica. Cada año la
propuesta crece en cantidad de público, lugares de encuentro y
diversidad de voces, convocando invitados de renombre que
contribuyen a pensar la literatura alrededor de un tema
vertebrador sobre el que se organizan las distintas actividades:
Crónica, herencia y memoria y Migrantes y refugiados fueron
los lemas de las dos últimas programaciones. La feria de
editoriales del Festival convoca a pequeños sellos de todo el país,
con invitados especiales en cada oportunidad. Aquí, como también
en los casos ya referenciados, queda en evidencia que las
5
Declaraciones en el marco de una entrevista de campo realizada al editor en 2017.
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operaciones de curaduría asociadas a la selección de invitados, el
recorte temático o la confección de una agenda simulan, o más
bien extienden, las competencias desarrolladas por los editores en
el diseño de sus catálogos.
Otros dos festivales de formación reciente que vigorizan la
cultura literaria en Córdoba son Docta Cómics y Ctrl+P: semana
intergaláctica del fanzine. El primero tuvo en 2018 su cuarta
edición en el Centro Cultural España Córdoba. Por su parte,
Ctrl+P es una iniciativa del colectivo Fanzine time y se viene
llevando a cabo desde 2015 en distintas sedes: la galería Bastón del
Moro, la Casona Municipal y el Centro Cultural Córdoba. Ambos
festivales programan charlas, talleres y ferias de publicaciones que
convocan y encuentran a la gran cantidad de productores y
lectores de estas manifestaciones culturales que tienen Córdoba y
el país. Uno de los manifiestos de festival de fanzines reza:
Ctrl+P es:
una forma de resistencia no violenta
la manera en que luchamos desde nuestras habitaciones
una red social analógica funcionando
el reflejo que nos devuelve el espejo
una educación emocional para lxs niñxs
las hendiduras por las que nos movemos
una prueba irrefutable de que en el error está lo hermoso
la necesidad de hacer por unx mismx porque nadie lo hará de
igual manera
una celebración de autonomía reunida
nuestros dedos helados doblando las hojas
un plan de combustión permanente
una convocatoria intergaláctica
la sentencia de muerte de los intermediarixs
un diminuto recorte de una realidad mucho mayor
una manifestación de fe en nosotrxs mismxs
un festival de publicaciones autogestionado
la semana del fanzine en Córdoba
6
En estas líneas se deja ver la convicción por la autogestión y el
trabajo colectivo, la potencia de la red para sostener el propio
juego, penetrar las hendiduras, multiplicar los alcances de la
comunidad, del nosotros que enuncia. Una comunidad que no
6
Sitio para consulta: http://fanzinetime.wixsite.com/ctrl-p
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reconoce jerarquías, se sabe con recursos escasos pero cuyo
combustible es, precisamente, el encuentro.
Además de estos festivales, en la ciudad de Córdoba se
vienen llevando a cabo en forma periódica algunas ferias de
publicaciones organizadas y/o fomentadas por sellos
autogestionados. Desde fines de 2009, Libros son viene
convocando a editores independientes de libros, revistas y
fanzines que se organizan para mostrar sus producciones, en
muchos casos de autor y artesanales. La feria tiene la
particularidad de visibilizar una gran cantidad de proyectos
editoriales autogestionados que exploran diferentes formatos y se
complementan con otras modalidades de expresión, como la
música y las artes visuales. También se caracteriza por el trabajo
colectivo de un grupo de productores culturales que es abierto y
hace crecer la propuesta en cada edición.
Durante el desarrollo de cada feria se realizan en simultáneo
talleres, lecturas de poesía y se presentan bandas musicales,
performances e instalaciones. Una de las últimas ediciones se llevó
a cabo en el Museo de Antropología de la Universidad Nacional de
Córdoba, cuyo hall de ingreso se vio colmado de feriantes y
visitantes que trasmutaron la cotidiana tranquilidad del espacio y
se apropiaron de él con carteles y diversas intervenciones. A lo
largo de dos días hubo charlas y talleres pensados para los mismos
feriantes y el público asistente sobre encuadernación artesanal, uso
de licencias Creative Commons, edición digital, diseño editorial,
entre otros. Además, las habituales presentaciones de
publicaciones, sorteos y música en vivo. En 2018 la cita fue en la
galería Bastón del Moro, y en esta ocasión se alteró sutil y
burlonamente la denominación: la peri-feria Libros son tuvo como
lema Lo esencial es invisible a los flojos, a partir del cual se
desarrolló una intervención colectiva. Las dos propuestas de
talleres fueron de escritura de haikus y de encuadernación con
materiales reciclados. También acompañaron los conciertos
musicales y las lecturas, entre otras actividades.
Otro caso que vale comentar y analizar aquí es la formación
del Espacio Baron Biza,
7
constituido por editoriales
independientes en la Feria del Libro que organiza la Municipalidad
de Córdoba cada año y ya cuenta más de treinta ediciones. Desde
7
El stand lleva el nombre del escritor y periodista cordobés Jorge Baron Biza, autor de la novela de
inspiración autobiográfica El desierto y su semilla (1998, 2013), con una prolífica labor periodística y
ensayística recuperada de manera póstuma en Por dentro todo está permitido (2010).
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2015 estos sellos tienen allí un stand colectivo de libros y ofrecen
su propia programación de charlas y eventos. Durante el primer
año, el stand agrupó a dieciocho editoriales de la capital y el
interior provincial: Borde perdido, Caballo negro, Nudista,
namo poético, Postales japonesas, Recovecos, Textos de cartón,
Viento de fondo, Letranómada, Cartografías, Detodoslosmares,
Ediciones De la terraza, DocumentA/Escénicas, Los ríos, Buena
vista, Pan comido, Llantodemudo y Alción. Al año siguiente el
espacio tuvo algunas bajas pero sumó varios sellos cordobeses
como Casa trece, Diezmil cosas, Portaculturas, Babel, Atmósfera y
el colectivo Prendefuego. También contó con la participación del
colectivo La coop de Buenos Aires, Mulita de Chaco y Neutrinos
de Rosario. En 2017, el stand siguió creciendo y a las ya
mencionadas se sumaron, entre otras tantas, las cordobesas
Malasaña, El servicio postal, Lago, El mensú y Apócrifa; Nulú
bonsai, Vox y Factotum de Buenos Aires; Iván Rosado, Este
carnaval y Casagrande de Rosario; y el colectivo Relámpago -
Frente editorial del Noroeste argentino (NOA). El espacio es
atendido por los propios editores, quienes además coordinan una
agenda de charlas y paneles alrededor de temas como la
autogestión en el trabajo editorial, la conformación de redes, la
organización de ferias, el diseño de los catálogos, entre otros.
El trasfondo de la materialización de este espacio se trama
en una larga historia de disputas por la visibilidad y el
reconocimiento del trabajo editorial local, que ha retomado
impulso en los últimos años. Un antecedente inmediato del Baron
Biza fue Frente mar, el colectivo de editoriales independientes de
Córdoba que tomó forma a comienzos de 2015. El grupo,
conformado por unos diez sellos, apostó por el asociativismo y
participó colectivamente en varias ferias en distintos puntos del
país. En aquel momento en Córdoba ya venían llevándose a cabo
la feria Libros son y el Festival Internacional de Poesía. En
Buenos Aires existía La coop constituida como cooperativa que
reúne alrededor de veinte editoriales independientes y otras
experiencias similares como Los siete logos, Sólidos platónicos y
Todo libro es político, grupos de editoriales que organizan stands
colectivos en la Feria del Libro de Buenos Aires y otras ferias del
interior del país. Si bien la iniciativa de Frente mar no se sostuvo
en el tiempo, en este espacio germinaron algunas de las demandas
que se llevaron al Foro editorial que ese mismo año convocó la
Municipalidad de Córdoba a través de la Secretaría de Cultura para
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establecer diálogo con editores locales. La producción editorial en
la ciudad y el interior provincial venía creciendo a un ritmo
acelerado desde los primeros años del nuevo siglo, y los distintos
sellos venían suscitando espacios de encuentro y asociación.
Desde la perspectiva de sus participantes, el colectivo
Frente mar contribuyó a lograr un espacio de unidad aunque no
sistemático y organizado para promover el debate y colocar a las
editoriales independientes como interlocutores ante el Estado
municipal, que hasta entonces venía desconociendo su capacidad
de movilizar la escena cultural. El Espacio Baron Biza se concibió
como producto de este diálogo y de la construcción colectiva de
las editoriales participantes no sólo de Frente mar sino del Foro
editorial con los objetivos de visibilizar y potenciar su
producción en el marco de la Feria del Libro, y contribuir con la
bibliodiversidad.
8
La convocatoria es abierta, pública y gratuita,
por lo que se entablan vínculos con sellos de distintas zonas del
país.
Por último, la feria de ediciones contemporáneas Capítulo
materializa otra apuesta colectiva y autogestionada por parte de
editores cordobeses que complementan sus esfuerzos para
alcanzar a los lectores y también para hacer frente a la crisis que
atraviesa el sector.
9
Por esta razón, el lema elegido es atendida
por sus propios editores, que evidencia la importancia del nculo
directo. Los promotores de esta iniciativa son responsables de
sellos locales, entre ellos Borde perdido y Ediciones De la terraza.
La primera edición de Capítulo se desarrolló en diciembre de 2017
en las instalaciones de Casa trece, situada en el corazón del paseo
de los artesanos de barrio Güemes, y tuvo la acogida de
aproximadamente treinta editoriales participantes. En 2018 la feria
se reeditó en dos oportunidades la primera con una agenda que
se extendió durante tres jornadas en varias sedes, y la segunda
nuevamente en Casa trece, con un equipo de trabajo consolidado
y también nuevos feriantes. Como ya es habitual en este tipo de
eventos, cada una de las ferias cuenta con precios promocionales,
música en vivo, talleres y creativas intervenciones.
8
La expresión es utilizada por los organizadores para la difusión del espacio y muestra la relevancia que
adquirió en los últimos años la diversidad cultural como desafío de las poticas culturales y elemento
indispensable en la efectivización de los derechos culturales(MIHAL, 2011: 2).
9
En los últimos años se registraron subas en los insumos para producir fundamentalmente el papel, la
impresión y los servicios asociados, en paralelo con la pérdida de poder adquisitivo de los lectores. El Informe
de producción del libro argentino 2018 de la Cámara Argentina del Libro (CAL) muestra la caída progresiva
en los niveles de producción desde 2015. Sitio para consulta: https://www.camaradellibro.com.ar.
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Hasta aquí se presentaron algunas de las ferias de
publicaciones y los festivales literarios que tienen vigencia
actualmente en la ciudad de Córdoba, donde ya han tenido lugar,
desde principio de siglo, algunos recordados eventos como Papel
de armar en el Centro Cultural España Córdoba o Outlet literario:
feria de autores y editores con defectos de fabricación en Casa
trece. Es preciso destacar también que las editoriales locales
participan activamente en múltiples ferias y festivales que
organizan sus colegas en otras ciudades del interior provincial y el
resto del país.
Consideraciones finales
El trabajo de editoriales autogestionadas en la socialización de la
literatura hace aparecer nuevas definiciones sobre las prácticas de
los actores involucrados en los momentos de producción,
circulación y recepción que configuran la cultura literaria
contemporánea. Se puede ver, por una parte, que autores y
editores hacen causa común en la apertura de espacios y la
organización de actividades, desplegando relaciones de
colaboración, propiciando reensamblajes (Latour, 2008) que
declinan los lugares de autoridad asignados por la modernidad
literaria: producir obras y formar la sensibilidad estética de los
públicos (Groys, 2014). Por otra parte, los editores amplían los
límites de su actividad y se reconocen como mediadores culturales
que recrean las condiciones para el encuentro entre los
productores, sus escrituras y los lectores. Recrear implica aquí y
ahora multiplicar los espacios públicos de circulación, proponer
cruces entre manifestaciones y/o lenguajes artísticos diversos que
nutren la experiencia literaria y, en este contexto, concebir a los
lectores menos como destino final de unas obras que como socios
en la producción de sentidos alrededor de la literatura, a partir de
las posibilidades de intercambio y discusión. Siguiendo las
reflexiones de Reinaldo Laddaga (2007), es posible afirmar que
estos productores y mediadores culturales habilitan diversas
instancias para que los textos conversen con los lectores,
volviéndolos cómplices presentes y activos.
De allí la necesidad de dar cuenta de la formación de
comunidades interpretativas (Fish, 1976) que se van construyendo
y fortaleciendo en cada uno de estos eventos. En general, los
editores reconocen que estas comunidades están conformadas
mayormente por aquellos lectores considerados profesionales
Coppari, “Hacer público…” Revista de estudios literarios latinoamericanos
Número 6 / Julio 2019 / pp. 228-243 242 ISSN 2422-5932
(Lahire, 2004) por su compromiso en el circuito literario:
escritores, periodistas culturales, docentes, estudiantes, libreros,
entre otros. Por esta razón, las formas recurrentes y creativas de
aparecer en los espacios públicos no gravitan unívocamente sobre
los objetivos comerciales que están presentes en cualquier
emprendimiento editorial. También expresan la proyección y el
compromiso por ampliar la esfera pública de lo literario (Vanoli y
Saferstein, 2011), dado que la actividad de estas nuevas editoriales
no se circunscribe a la publicación de unos objetos-libros. Más
bien, se fundamenta en la acción de hacer público (Ruffel, 2015):
explorar posibilidades para dar vida a las escrituras de distintas
maneras y con los recursos disponibles, sin perder de vista las
múltiples mediaciones que hacen sentido en la recepción.
Precisamente, en el marco de estos encuentros se construyen
vínculos sociales y afectivos, espacios-tiempos para intercambiar y
disfrutar con otros de la producción cultural, formas de
colaboración y asociación.
Así también, es admitido pensar que las ferias de
publicaciones y los festivales literarios, al mismo tiempo que
habilitan la participación de los públicos y los acercan a los
autores, son también formas de diseñar la figura pública (Groys,
2014) de estos últimos cuando no se cuenta con los recursos de
distribución y publicidad de las grandes editoriales. Ciertamente,
esos espacios y actividades no dejan de ser instancias de
reconocimiento para un conjunto de autores que, como señala
Sapiro (2016), construyen y buscan afianzar su posición en el
espacio de producción.
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