Hecht y Enriz, Interlocutores minimizados Revista de estudios literarios latinoamericanos
Número 6 / Julio 2019 / pp. 151-167 151 ISSN 2422-5932
INTERLOCUTORES MINORIZADOS.
MIRADAS ANTROPOLÓGICAS SOBRE EL
CONTACTO LINGÜÍSTICO EN NIÑOS Y
NIÑAS TOBA/QOM Y MBYA
MINORITY TALKERS.
AN ANTHROPOLOGICAL VIEW
ABOUT THE LINGUISTIC CONTACT IN CHILDREN AND
GIRLS TOBA / QOM AND MBYA
Ana Carolina Hecht
Universidad de Buenos Aires - CONICET
Doctora por la Universidad de Buenos Aires (área Antropología Social). Investigadora Adjunta del Consejo
Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas en el Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento La-
tinoamericano (INAPL). Docente del Departamento de Ciencias Antropológicas de la Facultad de Filosofía y
Letras (UBA). Sus líneas de investigación se vinculan a las políticas de Educación Intercultural Bilingüe y a
las problemáticas educativas y lingüísticas de niños, niñas y jóvenes indígenas (toba/qom) en contextos de
diversidad/desigualdad.
Contacto: anacarolinahecht@yahoo.com.ar
Noelia Enriz
Universidad de Buenos Aires - CONICET
Doctora por la Universidad de Buenos Aires (área Antropología Social). Investigadora Adjunta del Consejo
Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas en el Instituto de Altos Estudios Sociales (IDAES-
UNSAM). Docente del Departamento de Ciencias Antropológicas de la Facultad de Filosofía y Letras
(UBA). Sus líneas de investigación atienden problemáticas formativas y educativas comunitarias de niños, niñas
y jóvenes indígenas (mbyá-guaraní) en contextos de diversidad/desigualdad.
Contacto: noelia.enriz@gmail.com
Textualidades indígenas en el espacio latinoamericano:
lenguas, prácticas, documentalidad
DOSSIER
Hecht y Enriz, Interlocutores minimizados Revista de estudios literarios latinoamericanos
Número 6 / Julio 2019 / pp. 151-167 152 ISSN 2422-5932
Fecha de envío: 20/05/2019 Fecha de aceptación: 12/06/2019
Lenguas indígenas
Antropología lingüística
Niñez
Argentina
En el marco del Año internacional de las lenguas indígenas nos proponemos reflexionar sobre la
situación actual de la lengua toba/qom y mbyá-guarade Argentina. En este artículo se reflexiona
someramente sobre situaciones de contacto lingüístico (lenguas indígenas y español) en niños y niñas de
comunidades indígenas bilingües, dando cuenta de cómo impactan ciertos usos de las lenguas menos
dominantes en sus experiencias cotidianas (lengua toba/qom en el primer caso y español en el segun-
do). En el análisis logramos recuperar discusiones comunes y problemáticas análogas que dan cuenta
de la gran complejidad de la temática.
RESUMEN
PALABRAS CLAVE
Indigenous language
Linguistic anthropology
Childhood
Argentina
Within the framework of the International Year of Indigenous Languages, we propose to reflect on the
current situation of the Toba/Qom and Mbyá-Guaraní languages of Argentina. In this paper we
work with children of bilingual indigenous communities, giving an account of how certain uses of less
dominant languages impact on their daily experiences (Toba/Qom language in the first case and
Spanish in the second one). In the analysis we recover common discussions and analogous problems
that account for the great complexity of the topic.
ABSTRACT
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Introducción
El 2019 es el Año Internacional de las Lenguas Indígenas según lo
promulgó la Asamblea General de la Organización de las Naciones
Unidas (ONU). Esta proclamación no tiene impacto directo en las
políticas lingüísticas de los Estados; más bien se trata de un con-
glomerado de acciones simbólicas y reivindicativas que ayudan a
llamar la atención de la sociedad sobre el peligro de desaparición
de muchas de estas lenguas que forman parte del patrimonio lin-
güístico de la humanidad.
Según el Atlas Sociolingüístico de los Pueblos Indígenas de
América Latina, elaborado por varios especialistas bajo convocat o-
ria de UNICEF en el año 2009, más de un quinto de las 420 le n-
guas indígenas habladas en Latinoamérica corren el riesgo de dejar
de ser utilizadas. La historia particular de cada una de estas len-
guas entrelaza distintos factores como las posibles causas de sus
pérdidas (a modo de ejemplo: el colonialismo, la pobreza, la excl u-
sión, la globalización, los movimientos migratorios, el impacto de
las crisis económicas, la expropiación de sus territorios y la di s-
criminación e histórica invisibilización, entre muchas otras). Por
tal motivo, actualmente todas estas lenguas en mayor o menor
medida ven afectadas sus posibilidades de supervivencia, uso y
mantenimiento.
Las lenguas indígenas son consideradas como lenguas mino-
rizadas, pero no porque las hable un grupo reducido de gente, sino
porque sus derechos sociales se ven vulnerados, por su desigual-
dad y asimetría social frente a las lenguas mayoritarias. Las lenguas
y sus hablantes están inmersos en campos de relaciones de poder y
jerarquías. Por tanto, a las lenguas mayoritarias o hegemónicas se
le oponen otras lenguas consideradas como minorizadas. Esas de-
finiciones no se corresponden con aspectos del sistema lingüísti-
cos per se, sino ideológicos, definidos en función del prestigio y es-
tatus social de las lenguas y sus hablantes. Las lenguas minorizadas
son aquellas que suelen quedar reducidas a espacios domésticos o
comunitarios, a diferencia de las lenguas mayoritarias que son más
propias de la oficialidad, los discursos del Estado y de sus agentes.
La relación jerárquica de poder que existe entre estas lenguas im-
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pacta en sus posibilidades de uso y mantenimiento. En muchos ca-
sos los mismos hablantes, que son conscientes de las desventajas
sociales y económicas de manejar una lengua minorizada, paulati-
namente la reemplazan por la dominante, no sólo en sus relacio-
nes con las instituciones mayores del Estado, sino incluso también
en el ámbito familiar y afectivo.
En el caso de las lenguas indígenas estos fenómenos han s ido
muy estudiados por los especialistas, señalando que el principal
indicador para diagnosticar el grado de vitalidad/muerte de una
lengua minorizada está dado por el hecho de que se mantenga la
transmisión intergeneracional de la lengua y haya niños y niñas
hablantes de esas lenguas (Hecht, 2010).
Por lo tanto, en este artículo focalizamos nuestro interés en
las experiencias de niños y niñas indígenas respecto de las lenguas
indígenas de sus comunidades de pertenencia, que en todos los c a-
sos son lenguas minorizadas y están en contacto con la lengua ofi-
cial-hegemónica, el español. Puntualmente, en el marco de un pr o-
yecto de investigación conjunta,
1
analizamos algunas prácticas lin-
güísticas de niños indígenas que se auto-reconocen como mbyá y
toba/qom de Argentina. Nuestro interés mayor es mostrar cómo
los intercambios lingüísticos en los que participan niños redundan
en la consolidación de competencias comunicativas en la lengua
indígena y el español en dos comunidades: una con fuerte vitalidad
de la lengua nativa y otra en proceso de desplazamiento por el es-
pañol. De este modo, podremos reflexionar sobre el uso del le n-
guaje, no sólo como una práctica lúdica de los/as niños/as, sino
en su potencial como eje de la construcción de subjetividades e
identidades de los/as niños/as indígenas en los complejos contex-
tos contemporáneos.
Metodológicamente, este artículo parte de una perspectiva
etnográfica y toma a dos casos empíricos. Por una parte, el caso
toba/qom abordado por Hecht desde 2002 remite a un barrio
toba/qom ubicado en los alrededores de la ciudad de Buenos Ai-
res. Este asentamiento resulta de un complejo y prolongado pro-
ceso migratorio de comunidades indígenas rurales del norte del
1
Nos referimos al proyecto de investigación UBACyT “Interculturalidad y educación en comunidades to-
ba/qom y mbyá-guaraní de Argentina: una aproximación histórico-etnográfica a la diversidad étnica y lingüís-
tica en las escuelas”, dirigido por Ana Carolina Hecht, en co-coordinación con Noelia Enriz y Mariana García
Palacios y radicado en el Programa de Antropología y Educación del Instituto de Ciencias Antropológicas,
Facultad de Filosoa y Letras, Universidad de Buenos Aires.
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país. Los habitantes aproximadamente suman unas ciento setenta
personas distribuidas en treinta dos viviendas de similar arquite c-
tura. Las actividades de sustento económico de estas familias son
la producción artesanal y la divulgación de aspectos de la lengua y
cultura toba/qom en escuelas de la capital y la provincia donde no
asisten niños indígenas. En cuanto a sus rasgos sociolingüísticos,
la lengua toba/qom atraviesa un proceso de desplazamiento por el
español en la mayoría de las interacciones que involucran a los n i-
ños. Es decir, a pesar de que la lengua indígena es la primera que
aprendieron y utilizan los adultos para su comunicación cotidiana,
para vincularse con los niños y niñas priorizan el uso del español.
En consecuencia, en la generación más joven se evidencia un con-
tinuo proceso de reemplazo del español por el toba como lengua
dominante.
Por otra parte, el caso mbyá remite a la experiencia etnográfi-
ca en distintos emplazamientos de la comunidad en la pr ovincia de
Misiones, realizados por Enriz desde 2003. Los referentes empír i-
cos presentan gran variabilidad respecto de sus relaciones con el
Estado y la sociedad envolvente. Esta variabilidad da cuenta de las
particularidades de este colectivo étnico y a la vez nos permite una
referencia general a aspectos de lo identitario para esta pobl ación.
En relación con la lengua nativa, todos los núcleos de la comuni-
dad mbya visitados presentan el uso de la lengua homónima como
primera lengua tanto para los adultos como para los niños; es la
lengua preeminente de comunicación cotidiana en ámbitos domés-
ticos y prioritaria para la comunicación entre la población mbya en
ámbitos públicos. De este modo, el español queda relegado a los
intercambios con referentes del Estado o bien el resto de la socie-
dad hispanoparlante (comerciantes, turistas, médicos, maestros,
etc.). No obstante, el conocimiento del español está muy restri n-
gido y no son todos los mbya quienes utilizan esta lengua en cier-
tos intercambios, sino mayoritariamente hombres adultos.
En síntesis, más allá de la enorme diferencia entre los dos c a-
sos empíricos estudiados, este artículo documenta cómo ciertas
prácticas lingüísticas como los juegos verbales de los niños to-
bas/qom y mbya colaboran para el desarrollo de sus competencias
comunicativas en la lengua menos dominante de los niños: la len-
gua toba/qom en el primer caso y el español en el segundo. De
ese modo se ven las tensiones que padecen las lenguas minoriz a-
das en contacto con las hegemónicas.
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Con ese fin, este texto se organiza en tres secciones. En la
primera se presenta una somera contextualización de la situación
sociolingüística de las lenguas que se hablan en los referentes em-
píricos analizados para comprender la relevancia y singularidad de
los casos de estudio seleccionados y se desarrolla la metodología
de investigación que sustenta nuestras indagaciones con estos co-
lectivos indígenas. Luego, se exponen los marcos teóricos de los
que se nutre este texto, específicamente dentro de la antropología
lingüística y de la niñez. A continuación, analizamos algunos usos
del lenguaje entre los niños y niñas mbya y toba/qom, apelando
centralmente a las experiencias lingüísticas motorizadas por los
mismos niños y niñas y que en su mayoría refieren a lo lúdico. Por
último, en las conclusiones, reflexionamos sobre el alcance de este
estudio para pensar la complejidad de las identidades de los niños
indígenas en los contextos contemporáneos.
Situación sociolingüística entre los toba/qom
y mbya-
guaraní
La situación sociolingüística de las poblaciones indígenas en Ar-
gentina presenta un amplio abanico de matices y opciones que van
desde monolingüismo en lengua indígena con pocas competencias
en español, hasta monolingüismo en español con la lengua indíge-
na como parte de las referencias identitarias históricas.
Mapear y contar lenguas (y/o hablantes) es una tarea comple-
ja porque se tropieza con varias dificultades. En primer lugar, es
muy complicado producir generalizaciones sobre los usos lingüís-
ticos de un mismo pueblo, ya que las variaciones en relación con
las locaciones geográficas, el acceso a la escuela y los vínculos con
los/as ancianos/as, entre muchos otros aspectos, dan lugar a i n-
mensas diferencias. Es decir, no sólo se debe documentar el caso
de cada lengua en sí, sino además el de cada asentamiento, con-
templando las variables específicas que lo caracterizan.
En segundo término, para caracterizar el caso de los conti-
nuum dialectales se deben conciliar consideraciones netamente
lingüísticas con las representaciones de los hablantes (Censabella,
2005). O sea, si ya de por sí es complicado delimitar una lengua de
otra, más complejo es n determinar cantidades de hablantes
porque se tensionan identificaciones lingüísticas y socioculturales,
así como las ideas respecto de las competencias e ideologías lin-
güísticas. Por ejemplo, las variedades dialectales de una lengua
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como el guaraní, que ha sido atravesada por las fronteras de tres
Estados-nación, históricamente abordadas por las experiencias de
conquista y colonización de los mismos, impactó en las represen-
taciones que los hablantes tienen de la unidad de la misma. A su
vez, muchos hablantes no se definen como hablantes de sus len-
guas o competentes en las distintas variedades, debido a fenóm e-
nos de contacto y préstamos con otras lenguas. Por todo lo dicho,
el dato más certero al respecto que se puede tener presente es que
siempre el número de personas que se reconocen como pertene-
cientes a un pueblo indígena será mayor al número de personas
que se consideran hablantes de la lengua de ese pueblo.
En este artículo comparamos dos escenarios sociolingüísticos
que están en las antípodas en cuanto a la vitalidad de la lengua in-
dígena en relación con las competencias comunicativas que ti enen
los niños y niñas de esos pueblos. A continuación, caracterizamos
ambos contextos, a la vez que desarrollamos la metodología de
aproximación a cada colectivo según sus especificidades.
La experiencia de investigación etnográfica con población
toba/qom se desarrolló en un barrio del conurbano norte de la
provincia de Buenos Aires. En términos sociolingüísticos, este ba-
rrio se caracteriza porque la lengua indígena (lengua toba o qom la-
qtaqa) está siendo desplazada por el español en la mayoría de los
contextos comunicativos cotidianos que involucran a los niños y
niñas. Las rutinas de interacción adulto-adulto y adulto-niño
muestran que la lengua nativa se usa para la comunicación entre
los mayores, mientras que es reemplazada por el español en las s i-
tuaciones que involucran a los pequeños, excepto en eventos par-
ticulares de la relación parental (retos, mimos, órdenes cotidianas)
(cf. Hecht 2012 y 2013). En la cotidianeidad del contexto comuni-
tario asambleas, conversaciones ocasionales entre vecinos, el
culto religioso y las visitas de parientes del Chaco predomina el
uso mixto del idioma toba y el español, a menos que el interlocu-
tor sea un niño ya que en esos casos se prefiere el español.
No obstante, los niños en sus actividades cotidianas, no están
escindidos de los adultos, y como consecuencia de su participa-
ción en muchos eventos lingüísticos bilingües desarrollan su capa-
cidad comprensiva en la lengua indígena. Incluso, aunque no do-
minen productivamente el código, en general entienden el tópico,
el tipo de evento que está aconteciendo y la clave o tono del mis-
mo. El español es la lengua que los niños más conocen y d ominan
en la cotidianeidad (conversaciones, televisión, radio, música,
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etc.), además de que es la lengua en que son alfabetizados en su
escolaridad. En síntesis, la situación sociolingüística del barrio nos
muestra que mientras los adultos hablan y entienden las dos len-
guas, los chicos tienen como primera lengua el español, y al toba
tan sólo lo entienden o producen emisiones de estructura simple.
Por otra parte, y contrariamente al caso anterior, la población
mbya a que aludimos en este texto se socializa primariamente en
lengua indígena sin excepción, y luego se aproxima de diverso
modo a una multiplicidad de lenguas que forman parte del com-
plejo escenario plurilingüe en que habitan. Por tratarse de una re-
gión de frontera, al español de habla obligada en la escuela, se s u-
man el portugués y el guaraní, especialmente el guaraní denomin a-
do jopara,
2
ambas lenguas de uso en actividades comerciales. Los
núcleos de habitación abordados para este texto se encuentran en
contacto con distintas fronteras (Paraguay y Brasil) y poseen dis-
tintas relaciones con la escolaridad. Cabe agregar además que la
población mbya presenta lógicas de visitas que permiten mantener
las estrategias de movilidad en territorios posibles. Estas dinámi-
cas son el sostén de las relaciones entre las familias en Paraguay,
Argentina y Brasil. Por tanto, la lengua indígena se mantiene como
la única posibilidad comunicativa a lo largo de las fronteras, mie n-
tras que las lenguas nacionales son diferentes en cada caso y en un
punto limitan la comunicación intrafamiliar.
Posiblemente, otro aspecto que ha favorecido la persistencia
del mbya como primera lengua en la mayoría de la población haya
sido que se mantiene activa en el ámbito doméstico, sobre todo a
cargo de las mujeres; porque contrariamente, quienes primero han
adquirido el uso de la lengua española han sido los hombres, por
encargarse de los vínculos fuera del grupo. En tal situación, los
niños y niñas adquieren primero al mbya como lengua y sólo más
tarde el español, portugués o jopara, dependiendo del caso. Las
primeras ideas del mundo, los primeros recuerdos infantiles, las
vivencias son narradas en mbya y la palabra para los mbya posee un
valor fundamental (Enriz, 2011).
En resumen, el caso mbya se presenta como opuesto al to-
ba/qom, ya que la lengua indígena es de uso cotidiano entre los
niños y niñas, mientras que el español es la lengua que tiene val o-
2
Se denomina jopara a la versión más corriente del guaraní, es decir, la lengua de uso más extendido y coti-
diano, que incorpora palabras en otras lenguas como préstamos lingüísticos, fundamentalmente del español.
Literalmente jopará significa mezclado en guaraní. Para ampliar ver: Dietrich, 2002.
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res diferentes según los sujetos y el núcleo de la comunidad de que
se trate. En ese sentido, se evidencia la relevancia que cobra un es-
tudio como este, en el que nos proponemos comparar los sentidos
que tienen algunos usos de las lenguas en contacto para las gene-
raciones más jóvenes de dos poblaciones indígenas con patrones
sociolingüísticos dispares. Es decir, en las dos situaciones las len-
guas minorizadas sufren la presión del español; pero, sin embargo,
las reacciones a esa presión son muy dispares. Asimismo, este
abordaje nos permitirá comprender el papel que tienen estos jue-
gos en relación con el mantenimiento lingüístico e incluso la do-
cumentación de estas prácticas podría ser útil para futuros diseños
de revitalización lingüística en el marco de la Educación Intercu l-
tural Bilingüe en Argentina o el de otras intervenciones estatales
sobre las lenguas.
En cuanto a la metodología, los materiales que se analizan en
este escrito son parte de los resultados de las investigaciones et-
nográficas de Hecht y Enriz durante más de una década con los
dos pueblos indígenas referenciados con anterioridad.
Respecto de la metodología en el caso del asentamiento to-
ba/qom de Buenos Aires, se utilizó un enfoque etnográfico, en-
cuestas sociolingüísticas y talleres de investigación-intervención
(Hecht, 2010). Desde el año 2002 hasta el 2010 se efectuó una et-
nografía del barrio toba para registrar la cotidianeidad de las prá c-
ticas de habla intergeneracionales en donde se privilegió recopilar
los usos cotidianos de las lenguas en contacto.
Por su parte, la metodología en el caso de las poblaciones
mbyá tuvo otro recorrido. Centralmente se realizaron estadías ais-
ladas de trabajo etnográfico en co-habitación en distintos núcleos
de la comunidad, dentro de la provincia de Misiones (Argentina)
en el período comprendido entre 2003 y 2015, utilizando la lengua
indígena durante la investigación y descartando técnicas como la
entrevista por lo ajena a las prácticas discursivas de la comunidad.
Miradas antropológicas sobre las lenguas y las/os niñas/os
Para alcanzar nuestro objetivo, nos nutrimos teóricamente de dos
campos de los estudios antropológicos, los abordajes de la antr o-
pología lingüística y de la niñez. Someramente recorreremos los
principales postulados de ambas propuestas para dar lugar a su
particular entrecruzamiento.
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Número 6 / Julio 2019 / pp. 151-167 160 ISSN 2422-5932
Los estudios sobre la lengua han tenido un estatuto jerarqu i-
zado dentro de la antropología como disciplina científica, dando
lugar a una rama dedicada especialmente al estudio del lengu aje: la
antropología lingüística. Este es un campo interdiscipli nario que
parte de la etnografía para estudiar al lenguaje en tanto recurso
cultural y al habla cotidiana en tanto práctica social (Duranti, 2000
y 2002). La antropología lingüística se ocupa del estudio de la d i-
versidad de lenguas habladas por las sociedades humanas y cómo
se relacionan el léxico, las estructuras gramaticales, géneros de h a-
bla y los usos lingüísticos con las características culturales de di-
chas sociedades. Dentro de este campo, hay muchas ramas y l íneas
de investigación, actualmente los estudios sobre socialización lin-
güística son los que lideran esta subdisciplina.
Las investigaciones sobre socialización lingüística, apuntan a
vincular el proceso de aprender una lengua y convertirse en
miembro de una sociedad, con los patrones sociocultura les de co-
municación adulto-niño y niño-niño (Ochs, 1991 y 2002). Se trata
de una línea teórica consolidada y con un largo historial de ante-
cedentes (Hecht, 2013); sin embargo, lo que interesa señalar aquí
es que a pesar de que se proponen diseñar modelos r elacionales
sobre los procesos de socialización, no profundizan en el análisis
del papel de los niños ni revierten algunos de los supuestos adul-
to-céntricos de las investigaciones sobre los procesos de socializ a-
ción. Es decir, en muchos de los planteos de esta propuesta per-
siste una visión del niño como reproductor del habla adulta y c o-
mo si el fin de la socialización lingüística fuera internalizar un sis-
tema lingüístico que se supone como dado a priori. También se
han desatendido las interacciones de los niños entre sí, o sea, el
foco de la direccionalidad del habla se ha considerado del adulto
hacia el niño, sin rescatar las notables influencias que tienen las
prácticas de habla de los niños entre sí y de los niños hacia los
adultos.
Por otra parte, en relación con los estudios antropológicos
que toman a los niños y niñas como referente central, es impor-
tante destacar que éstos han adquirido una mayor relevancia en
América latina en épocas recientes (Enriz, 2006; Hecht 2010 y
García Palacios et al., 2015). Así, ha crecido cierto interés por la
subjetividad de los niños y niñas indígenas, y se han valorado las
investigaciones que tienen a los niños como sus protagonistas. Si
bien este renovado interés no puede considerarse como compl e-
tamente nuevo en la antropología, sí resultan novedosos los obje-
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tivos que las investigaciones más recientes persiguen. De modo
general, podríamos arriesgar que la antropología interesada por la
infancia y la niñez a nivel local, entre otros objetivos, pretende dar
cuenta de los diferentes puntos de vista de los niños y niñas sobre
diversos fenómenos y procesos sociales (García Palacios et al.,
2015). Lejos de presentarse de manera monolítica, estas nuevas
perspectivas suponen reconocer que los niños y niñas no son un
colectivo homogéneo, sino que tienen diversos puntos de vista
sobre el mundo. Por ende, estos estudios implican un avance para
los diversos estudios socioculturales referidos a la niñez indígena.
Desde nuestras investigaciones antropológicas, estamos an a-
lizado etnográficamente diversas construcciones sociales acerca de
la niñez, reflexionando a partir de contextos educativos o formati-
vos diferentes: espacios escolares (Hecht, 2006 y 2010; Enriz,
2011), contextos de socialización lingüística (Hecht, 2006, 2010 y
2012) y prácticas lúdicas (Enriz, 2006 y 2013). Considerando estos
antecedentes, en este texto pretendemos entablar un diálogo entre
algunos aportes de nuestros campos empíricos y teóricos para re-
pensar la agencia infantil, prestando especial atención a los usos
del lenguaje con fines lúdicos.
Lenguaje en juego entre los niños toba/qom y mbya
Las vivencias de estos niños y niñas en relación con las lenguas
son muchas y muy complejas porque en todos los casos se trata de
comunidades bilingües o multilingües, como ya hemos desarrolla-
do. En los dos casos son comunidades en las que están presentes
al menos dos lenguas (indígena y español) y donde los espacios de
uso, representaciones y sentidos asignados a las lenguas varían.
Las competencias en las lenguas (indígena y español) en los casos
analizados son notablemente contrapuestas, si bien indudableme n-
te los niños crecen en entornos plurilingües. Mientras que los ni-
ños mbya poseen a la lengua homónima como primera lengua y
como la lengua que usan a diario, la lengua que mejor hablan los
niños toba/qom de Buenos Aires es el español. No obstante, en
ambos casos encontramos algunas situaciones singulares en las
que se usan las lenguas en las que tienen menores competencias: el
español en el caso mbya y el toba/qom entre los otros.
En el caso de los niños tobas/qom hay algunas excepciones
en las que usan el toba, aunque en su mayoría estas situaciones se
producen en ausencia de los adultos. Por este motivo, muchas
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personas mayores desconocen estos usos del toba y señalan que
los niños sólo lo entienden y no saben hablarlo. Para los adultos
los usos que ellos hacen de la lengua indígena para sus comunic a-
ciones entre sí, no se visibilizan como potenciales instancias de
aprendizaje de la lengua para los niños. Mientras que en el caso
mbya el español solo se usa en los entornos en que se demanda ar-
ticulación con el Estado o con sujetos de la sociedad envolvente.
Las comunicaciones de personas mbya entre sí, en ámbitos públi-
cos y privados se desarrollan en lengua indígena. Las comunica-
ciones que involucran a sujetos bilingües, generalmente hombres
adultos, y a personas que no son mbya pueden ser expresadas en
español. Hay situaciones en que hablar en español puede atentar
contra el grupo, por ejemplo aquellas en que es necesaria la comu-
nicación con los dioses para resolver alguna situación acuciante
como cuando aqueja una enfermedad. Por lo tanto, el anciano que
se dedica especialmente a lo espiritual, abandona el uso de la len-
gua hegemónica, incluso conociéndola. Por otro lado, quizá como
parte de las estrategias de consolidación del alma de los niños
3
, no
se les habla en otra lengua que no sea la lengua indígena. Por eso
formal y sistemáticamente, los niños se acercan al español recién
con el proceso de escolarización.
A continuación, analicemos el uso que hacen los niños indí-
genas del saludo. En el caso toba los niños regularmente se sal u-
dan entre sí y con los demás en español, contando con los saludos
en lengua indígena como una de las únicas excepciones en las cua-
les los niños usan el toba frente a un adulto indígena. El saludo en
la lengua indígena hacia un mayor tiene como función comunicati-
va mostrar respeto por el interlocutor. O sea, no es por una razón
estrictamente comunicativa que se apela a la lengua indígena, sino
como un modo de mostrar respeto por esa figura de mayor edad y
mayor jerarquía. También encontramos otras curiosas situaciones
en las cuales los niños se saludan entre pares en toba, aunque en
esos casos cambia la función de ese uso lingüístico. En ocasiones
frente a personas ajenas al barrio los niños se saludan entre sí en
toba, pero en esos casos parece más bien que a través de esa em i-
3
La idea de consolidación del alma en el cuerpo, también traducida como “hallarse” o estar feliz (Pissolato,
2006), refiere a la instancia en que la comunidad interpreta que una persona se encuentra a gusto por completo
en el núcleo. En el caso particular de los niños pequeños, para lograr ese estado, el grupo trabaja cotidiana-
mente. Se le suprime cualquier posible sufrimiento, se lo cuida de posibles dolencias. En algunas comunida-
des consideran que para hallarse en esta tierra no deben recordar la anterior, y por lo tanto no se le muestran
cosas bellas (Enriz, 2013)
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sión ciertamente lúdica delimitan fronteras con personas ajenas al
barrio y fortalecen una complicidad intragrupal. El ejemplo para-
digmático de estos usos es cuando los adultos están ausentes y
cuando el barrio es visitado por personas interesadas o atraídas
por lo étnico (contingentes de excursiones escolares, periodistas,
antropólogos, lingüistas). En esos casos, el uso lúdico del toba pa-
ra el saludo es un modo implícito de construir una frontera con
los interlocutores no indígenas.
En el caso mbya estos particulares usos de los saludos funcio-
nan prácticamente al revés. Los niños solo hablan entre sí y con
sus familias en mbya, pero frente a un extraño, mejor dicho, a un
sujeto no indígena (sin importar la edad), usan el español para s a-
ludar, en aquellos casos en que hablen con ese adulto. Más allá de
la importancia que tiene ese cambio de código para lograr la com-
prensión de los otros, también funciona como un modo de acer-
camiento y reconocimiento de esa diferencia. Un modo de marcar
una frontera, pero también de atravesarla para vincularse con esos
otros ajenos al propio grupo.
Tanto las poblaciones toba/qom como los mbya utilizan el
español en los intercambios comerciales. En el primer caso, la
venta de artesanías forma parte de un conjunto de tareas que nu-
clean de forma estructural al grupo. La venta de artesanías es una
de las actividades comerciales más relevantes de la población del
barrio toba, y se enmarca en un circuito de narración de aspectos
donde lo identitario incluye referencias a sus creencias y particul a-
ridades como grupo étnico. Asimismo, es esperable que los sujetos
al momento de vender artesanías o dar charlas de difusión cultural
exhiban cierta pericia en la lengua indígena ya que se espera que la
lengua nativa forme parte del patrimonio cultural del grupo. En
estas situaciones de venta de artesanías los niños se dan espacio
para algunas situaciones lúdicas en las que apelan al toba. Así al
momento de vender las artesanías denominan a las piezas en la
lengua indígena; de ese modo frente a los otros, los potenciales
compradores no indígenas, se presentan como tobas, hablantes de
la lengua nativa. Esos eventos públicos de venta o difusión cultu-
ral tienen por función efectuar una puesta en escena de lo que si g-
nifica ser indígena, y por ende, para muchos chicos son momen-
tos en los que se sienten interpelados e incluso impugnados
como tobas, en tanto viven en Buenos Aires y no son hablantes
fluidos de la lengua patrimonial de su pueblo. Sin embargo, cierto
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uso lúdico de la lengua les da un intersticio para posicionarse c o-
mo indígenas frente a los otros.
Por su parte, entre la población mbya encontramos esta mis-
ma dinámica de uso del español para los intercambios come rciales,
especialmente en aquellas zonas turísticamente más visitadas como
es el caso de Iguazú. En la zona de Iguazú, las comunidades real i-
zan recorridos turísticos para los visitantes dónde, acompañadas
de un adulto atraviesan una porción de selva paranaense mientras
les es narrado un conjunto de conocimientos indígenas sobre la
misma. Los distintos recorridos focalizan sobre aspectos específ i-
cos como las trampas de caza, la vegetación, etc. y disponen de un
puesto de venta de artesanías dónde adultos y niños suelen invol u-
crarse en la comercialización. Los niños identifican otros términos
de comunicación con los visitantes; por ejemplo, expresan frases
en las que piden monedas a los turistas en español. La forma en
que dicen la frase hace prever que si bien conocen su sentido
pragmático último, no podrían traducirlo literalmente. Así, repiten
de corrido tienenmoredita[monedita]señora frente a la presencia de
un extraño. Suelen ser alocuciones de los más pequeños frente a
las cuales se despierta la risa de los demás niños, evidencia que se
desconoce el sentido literal de la frase aunque se sabe el sentido
pragmático de esa alocución. Este uso “ritualizado de la lengua
tiene como meta obtener la moneda y no entablar un diálogo con
el otro situación que de hecho no podría sostenerse por la poca
competencia en la lengua hegemónica.
Conclusiones
Las lenguas indígenas de Argentina están en su mayoría amenaza-
das y van perdiendo espacios comunicativos de uso, sobre todo en
las generaciones más jóvenes. Por ese motivo, es importante estu-
diar los sentidos que tienen las lenguas para los sujetos de comu-
nidades bilingües o plurilingües, particularmente para los niños y
niñas. No solo por ser un tema de vacancia en el campo académi-
co, sino porque además éstos son los sujetos que en el futuro s e-
rán los y las encargados/as de mantener y transmitir las lenguas a
las futuras generaciones. En este texto nos circunscribimos a usos
más bien lúdicos del lenguaje y que además curiosamente compe-
ten a la lengua menos dominante de los niños: el toba/qom para
los niños de ese grupo y el español para los niños mbya.
A través de este artículo quisiéramos enfatizar algunos de los
resultados y hallazgos de nuestras investigaciones. En primer lu-
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gar, en concordancia con lo señalado por los estudios de la antr o-
pología lingüística, mostramos la singularidad de la lengua como
una forma de construir comunidad al interior del grupo y fro ntera
con los otros. En ambos casos, los usos del español y de la lengua
indígena expresan modalidades diferentes de vinculación y distan-
ciamiento con la sociedad nacional y la indígena. A su vez, en am-
bos casos, los usos del lenguaje permiten expresar ámbitos de co n-
fianza y camaradería al interior de cada colectivo de pares. Atre-
verse a cierto uso del lenguaje, a cierto juego con las palabras, s u-
pone reacciones en los demás sujetos que, probablemente c onozca
o pueda predecir el hablante. En tal sentido, el lenguaje y espe-
cialmente los juegos con las palabras, dan cuenta de una comuni-
dad en tanto tal.
Respecto de este mismo aspecto, en este texto pudimos mos-
trar cómo existen elementos que pueden ser narrados en lengua
indígena o español, dependiendo de las valoraciones de los inter-
locutores involucrados, tal es el caso de las actividades asociadas
al intercambio comercial. Allí donde el español no circula entre
pares (el caso mbya) puede hablarse en español si se trata de una
conversación referida al trabajo, por caso el turismo y venta de
artesanías. En sentido inverso, aquellas poblaciones cuya lengua
cotidiana es el español, pueden recurrir a las palabras en lengua
indígena, si esto es requerido por el público con el que se comer-
cializan artesanías, como parte de una expresión de identidad ind í-
gena. Ambos casos, contrarios entre sí, expresan la ocasionalidad
del uso de la lengua a la hora de expresar identidades en los inter-
cambios comerciales.
Si bien desde diversos postulados teóricos se ha construido a
los niños y niñas como reservorios de identidad, así como pasivos
frente a los fenómenos de aprendizaje de las lenguas, en este texto
hemos destacado acciones que dan cuenta en la agencia de los ni-
ños y las niñas indígenas en relación con diversos usos de sus len-
guas, que advierten un posicionamiento activo en la producción de
sus identidades e ideologías lingüísticas. Esta agentividad, desmar-
ca el rol de reservorio a la vez que otorga habilidades en términos
de construcción de identidades y fronteras, que se expresan tam-
bién en el uso cotidiano de las lenguas. Es decir, vimos cómo a
partir de los usos de las lenguas indígenas se producen instancias
de construcción de subjetividades colectivas que aglutinan, impu l-
sadas en este caso por los agentes menos visualizados y más ine s-
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