Bentivegna, “Presentación” Revista de estudios literarios latinoamericanos
Número 6 / julio 2019 / pp. 1-8 1 ISSN 2422-5932
COORDINADO POR
Diego Bentivegna
Universidad de Tres de Febrero / Universidad de Buenos Aires / CONICET, Argentina
Realizó estudios en las universidades de Buenos Aires y Venecia y en la Scuola Normale Superiore de
Pisa. Es docente de grado y posgrado en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA (donde obtuvo su
doctorado en Letras) en la Maestría en Análisis del Discurso de esa misma Universidad y en la Maestría
de Estudios Literarios Latinoamericanos de la UNTREF. Ha sido investigador invitado en las univers i-
dades de Ámsterdam, J. Pessoa, Florianopolis, Valencia y Newcastle. Es investigador adjunto del C O-
NICET y director e impulsor del Observatorio Latinoamericano de Glotopolítica (UNTREF). Es mie m-
bro fundador del Anuario Latinoamericano de Glotopolítica. Codirige con Daniel Link la colección
Pequeña Biblioteca de Teoría en la Eduntref. Estuvo a cargo de la edición castellana de obras de Pasolini,
Foscolo y Gramsci. Es autor de libros de ensayo (Paisaje oblicuo, La domesticación literaria,
Castellani crítico) y poesía (Las reliquias, La pura luz, Geometría o angustia). Sus últimos libros
son La eficacia literaria y Rubén Darío: Caupolicán y la caza de la lengua, ambos de 2018.
Contacto: dbentivegna@untref.edu.ar
DOSSIER
:
Textualidades indígenas en el espacio
latinoamericano: lenguas, prácticas, documentalidad
PRESENTACIÓN
NÚMERO 6
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2019 fue declarado por la Asamblea General de las Naciones
Unidas como Año Internacional de las Lenguas Indígenas con
el fin de sensibilizar a la sociedad, no solo para beneficiar a las
personas que hablan esas lenguas, sino también para que otros
aprecien la importante contribución que hacen a la rica diversi-
dad de nuestro mundo (https://es.iyil2019.org/). Desde Chuy.
Revista de Estudios Literarios Latinoamericanos queremos participar
en esta declaración dedicando un dossier especial que hemos lla-
mado Textualidades indígenas en el espacio latinoamericano.
El título que proponemos para el dossier requiere segura-
mente una explicación mínima. No es lo que haremos en esta
presentación, donde solo señalaremos algunas cuestiones gene-
rales. En principio, con “textualidades, en plural, proponemos
un concepto que designa los procesos de producción de sentido
escrito y oral. De larga tradición en los estudios literarios, se-
mióticos y discursivos (baste pensar, sin abundar demasiado, en
Mijal Bajtin, Roland Barthes, Juri Lotman, Umberto Eco, Euge-
nio Coseriu, Julia Kristeva o Michael Halliday), con textuali-
dad aludimos a prácticas de sentido que, en todos los casos,
parten de una concepción material de las lenguas, de las condi-
ciones en que esas lenguas co-existen y de las diferentes formas
en que se ejercen sobre ellas procesos de regulación, de distri-
bución en los espacios sociales (con especial atención, como se
puede apreciar en el índice de los artículos que integran este dos-
sier, a los espacios pedagógicos y estéticos) y de documentali-
dad, entendida como un proceso de construcción discursiva de
objetos sociales o culturales (Ferraris, 2007).
Aun cuando históricamente el espacio continental ha sido
pensado en relación con las grandes lenguas europeas el inglés
y el francés y el castellano al norte del Río Bravo; el castellano y
el portugués, en los países de América Latina que están en la
base de la conquista y de la posterior constitución de los Esta-
dos nacionales, lo cierto es que nuestro espacio se manifiesta,
cada vez con mayor fuerza y con mayor visibilidad en la esfera
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pública, como un espacio plurilingüe. En el espacio latinoame-
ricano, en el que las dos grandes lenguas mayoritarias ibéricas
a las que, sobre todo en el área del Caribe, hay que sumar el
francés, el inglés, el neerlandés e, incluso, el danés confluyen,
colindan y entran en conflicto con una amplia variedad de va-
riedades minorizadas, variedades híbridas o variedades migran-
tes, en muchos casos como preexistentes a la llegada europea al
continente y, en este sentido, como autóctonas o como indí-
genas.
Estos conceptos han sido, y todavía lo son, objeto de
disputas políticas y teóricas. Con todo, y más allá del término
con las que se las denomine, ha sido una reflexión sobre esas
variedades y sobre las prácticas de sentido asociadas con ellas lo
que ha permitido desplegar conceptos que hoy son puntos de
partida ineludibles en el pensamiento de este lado del mundo.
En el ámbito pedagógico, es importante considerar que concep-
tos hoy fundamentales como el de Educación Intercultural Bi-
lingüe están fuertemente ligados a la acción de colectivos políti-
cos que se reconocen a sí mismos como indígenas y que reivin-
dican el uso creativo de sus propias variedades no solo en ámbi-
tos familiares o privados, sino también y fundamentalmente, a
partir de su uso en el ámbito educativo, en el espacio público.
Se trata de movimiento que, en realidades nacionales del Cono
Sur como la argentina o la chilena, fueron adquiriendo mayor
visibilidad en las últimas décadas, pero que indudablemente es-
tán habitadas por memorias históricas de lucha y de reivindica-
ción mucho más antiguas que recorren todo el continente y que
en zonas como México o los Andes centrales (Ecuador, Perú,
Bolivia) han estado desde la constitución misma de los Estados
nacionales en el eje de las políticas sobre las lenguas.
Pensemos, por otro lado, en la importancia que la diver-
sidad lingüística americana tuvo para en el desarrollo de cues-
tiones que podemos denominar, en un sentido amplio, teóri-
cas. Sin ir más lejos, consideremos una noción clave para el
pensamiento latinoamericano, la de transculturación, que el
cubano Fernando Ortiz (1987) elabora en 1940 en el marco de
una reflexión atenta a la presencia lingüística africana en el cas-
tellano del caribe y que, años más tarde, Ángel Rama (1982) re-
toma en relación con una práctica discursiva fuertemente bilin-
güe, castellano-quechua, como la de José María Arguedas. Pen-
semos asimismo en la importancia de las variedades andinas pa-
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ra la construcción del concepto de heterogeneidad literaria en
la producción teórica del peruano Antonio Cornejo-Polar
(1992), o el que las variedades tupí-guaraníes ocupan en la re-
flexión sobre elperspectivismo indígena en la antropología
del brasileño Eduardo Viveiros de Castro (2013). Considere-
mos, en fin, el lugar que las prácticas bilingües aymara-
castellano desempeñan en la concepción de lo ch´ixi, el mes-
tizaje que implica también una reflexión sobre una subjetividad
bilingüe, postulado por Silvia Rivera Cusicanqui (2010).
Las variedades indígenas, que ponen en cuestión la visión
monolingüe desde las que se configuraron a partir del siglo XIX
los diferentes Estados naciones que conforman Latinoamérica
constituyen series que, por razones históricas y al mismo
tiempo, políticas, se muestran como especialmente significati-
vas para pensar los modos conflictivos de configuración de
aquello que habitualmente pensamos como latinoamericano.
Precisamente, han sido las lenguas asociadas con lo autóc-
tono y con la explotación esclavista, las lenguas indígenas y
africanas y las textualidades (y corporalidades) ligadas a ellas, las
lenguas híbridas surgidas en el contacto con las variedades de la
gran inmigración europea en países como la Argentina, Uruguay
o Brasil, las concretas realidades lingüísticas que permitieron
pensar prácticas de descolonización literaria y epistemológica
que ponen en entredicho la construcción histórica de lo lati-
noamericano: lo problematizan y nos obligan a repensarlo des-
de otras perspectivas.
El dossier de este número 6 de Chuy se abre con un artícu-
lo de Máximo Farro y de Sofía De Mauro que se centra en los
procesos de construcción de archivos de lenguas indígenas ame-
ricanas en dos intelectuales-archivistas que operaron en la Ar-
gentina en la segunda mitad del siglo XIX y en los primeros
años de la década del nuevo siglo. Esas figuras son Bartolomé
Mitre, una de las personalidades políticas e intelectuales huelga
decirlo más influyentes en el ámbito de la construcción de una
historiografía en América latina pero también un letrado atento
a la heterogeneidad lingüística del continente y a la necesidad de
documentación y de estudio sistemático de esa realidad; y Sa-
muel Lafone y Quevedo, que llegó a ser director de una institu-
ción fundante de los estudios en ciencias naturales y antropoló-
gicas en la Argentina: el Museo de Ciencias Naturales de la ciu-
dad de La Plata. Enfocando estas dos figuras y con una amplia
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base que en parte se reproduce para que el lector pueda acercar-
se al menos en parte a la materialidad de los documentos, el ar-
tículo de Farro y De Mauro indaga en los modos concretos de
construcción de un archivo de las lenguas americanas en rela-
ción con formas de pensar la actividad intelectual en el momen-
to de consolidación del Estado nacional argentino y de la consi-
guiente construcción de una imagen de país blanco en el que
lo indígena es objeto de documentación, archivación y museifi-
cación.
El segundo artículo, de Caio Ricardo Bona Moreira, se
centra en las prácticas relacionadas con formas de transcripción
y, podríamos pensar, de documentalidad de aquello que se ha
denominado etnopoesía en el complejo mundo indígena de
Brasil. Desde una perspectiva que problematiza el relato consti-
tuido por la historia literaria tradicional brasileña, y con aten-
ción a nuevos puntos de vista abiertos en las últimas décadas en
el pensamiento latinoamericano en especial a la noción de
perspectivismo de Viveiros de Castro, a las que nos hemos
referido más arriba Bona Moreira reflexiona sobre las posibili-
dades de una poética de la alteridad que por supuesto mira
más allá del ámbito lusoporlante al que el artículo se circunscri-
be en relación con las poéticas amerindias y enfoca algunos
casos de traducción/transcreación en escrituras que operan en
Brasil o Portugal como las Josely Vianna Baptista, Douglas
Diegues y Herberto Helder.
Con el tercer trabajo, de Lorena Córdova-Hernández, nos
trasladamos a una de las zonas donde históricamente, al calor
del proceso revolucionario de las primeras décadas del siglo
XX, se ha dado un trabajo potente sobre las lenguas indígenas y
una reflexión sobre su lugar en el espacio de la cultura y la edu-
cación nacional. El artículo de Córdova-Hernández problemati-
za el desarrollo en los últimos años de diferentes formas de do-
cumentalidad de las lenguas indígenas en México y de su impac-
to en políticas culturales y educativas concretas. Enfocando lo
que Córdoba-Hernández entiende como limitaciones de proce-
sos centrados en concepciones grafocéntricas, el artículo inda-
ga, a partir de casos específicos de documentación lingüística en
México, las potencialidades pedagógicas y políticas de los archi-
vos multimediales de las lenguas indígenas, que permiten des-
centrar elgrafocentrismo y dar lugar a procesos culturales
que aúnen lo letrado con lo oral y con lo visual.
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Fernanda Castelano Rodrigues trabaja en su artículo, el
cuarto de la serie de los que integran este dossier, otra de las
cuestiones centrales para pensar el estatuto de las lenguas indí-
genas en América Latina: el problema de su cooficialización. Lo
hace indagando ese proceso en un municipio como el de São
Gabriel da Cachoeira, en la Amazonia brasileña, que se encuen-
tra en una zona en la que diferentes variedades indígenas ama-
zónicas conviven con el portugués, asociado con el Estado na-
cional, y con el castellano de los países hispanoamericanos limí-
trofes. Castelano Rodrigues reflexiona sobre el cambio de las
actitudes lingüísticas de la población indígena a partir de la co-
oficialización de las variedades autóctonas y la producción de
una memoria sobre la necesidad de reivindicar el derecho a la
presencia y la circulación de las lenguas indígenas en el espacio
público. Al mismo tiempo, el artículo de Castelano Rodrigues se
centra en los alcances, pero también en las limitaciones, de la
noción de derechos lingüísticos no solo en Brasil sino en el
conjunto de América Latina, para pensar políticas concretas que
valoren el reconocimiento de la alteridad y de la diversidad lin-
güística.
Por su parte, Violeta Percia se centra en su ensayo en el
problema de la palabra en el ámbito de la poesía producida
por sujetos de América latina que se reconocen como indígenas.
Retomando reflexiones sobre oralidad y escritura de poetas co-
mo Hubert Matiúwà y de la construcción de nociones como la
de oralitura del poeta mapuche Elicura Chihuailaf o de nue-
va palabra, propuesta por el investigador Miguel León-Portilla,
Percia reflexiona sobre las múltiples formas de marginalización
y de silenciamiento a la que ha sido sometida la palabra (un
concepto que, desde Bajtín, permite eludir las constricciones
propias de la literatura considerada como objeto escrito) indí-
gena americana. Propone, para ello, pensar esa palabra como
una palabra conotros, en el linde, en el umbral o, como ella
misma dice, en la orilla, que tienden a dilucidarse en función
de un espacio “originario o una fuente primigenia, asociada
con la oralidad. Desde allí, sería posible postular una visión de
la palabra poética que no reproduzca parámetros propios de la
cultura letrada, tal como la hemos heredado de la modernidad
europea, en palabras de la autora.
La escuela es, sin duda, una de las instancias centrales en
las que se producen las disputas por el lugar simbólico de las
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lenguas. En Interlocutores minorizados, Ana Hecht y Noelia
Enriz se centran, con una mirada antropológica atenta a los
procesos educativos, en dos lenguas del nordeste argentino. Por
un lado, analizan las situaciones de contacto lingüístico entre el
qom / toba, oriundo de la región chaqueña, en un espacio ur-
bano, en uno de los barrios periféricos que rodean a la ciudad
de Buenos Aires y que conforman lo que en las últimas décadas
ha venido designándose como Conurbano. Por el otro, foca-
lizan la realidad del mbyá-guaraní en diferentes emplazamientos
rurales de la provincia de Misiones, en una zona en el que el
castellano asociado con el Estado argentino convive con el gua-
raní, lengua oficial junto con el castellano en Paraguay, y con el
portugués brasileño. En estos dos contextos fuertemente dife-
renciados, las autoras ponen en correlación el proceso de mino-
rización histórica de las que ambas variedades han sido objeto
con otras dos figuras cuyos alcances políticos son, creemos,
evidentes: la niñez y la migración.
Por último, en el artículo que cierra esta serie, María Fer-
nanda Libro indaga algunos aspectos de la poesía que se percibe
a sí misma como mapuche, en el que el castellano asociado con
la forma estatal (chilena y argentina) entra en procesos de fuga
en relación con el mapudungun como lengua autóctona. Apo-
yándose en una serie de elaboraciones teóricas que provienen de
diferentes vertientes del pensamiento contemporáneo (Jean-Luc
Nancy, Giorgio Agamben, Roberto Esposito), Libro propone
una reflexión en torno al modo en que las series poéticas con-
temporáneas mapuche proyectan imágenes posibles de comuni-
dad. De este modo, el trabajo sobre poéticas asociadas con
formas de oralitura instala la reflexión sobre las textualidades
indígenas en un espacio futurible. En él, la documentalidad
propia de la escritura ya no está delimitada por las lógicas de
construcción de un saber erudito de Estado, como en el proyec-
to fundador del siglo XIX con el que se inicia el recorrido de
este dossier, sino que es una zona de experimentación con la len-
gua y con la identidad en las que es posible rastrear los rasgos
de una comunidad, heterogénea y plurilingüe, que viene y que la
literatura de algún modo, como nos gusta imaginar, anticipa.
Laura Isola eligió para este dossier un conjunto de imáge-
nes de obras del artista colombiano Nadín Ospina que trabaja
con figuraciones de las artes indígenas americanas. Se trata, co-
mo explica Laura en el texto de presentación que se incluye en
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este mismo número, de operaciones sobre el archivo de imáge-
nes coloniales y postcoloniales en el que lo indígena no emerge
como esencia inmutable y ahistórica, sino como serie de textua-
lidades del orden de lo imaginario atravesadas por lo múltiple,
donde se produce una lucha por el sentido. Donde tiene lugar
una disputa al mismo tiempo estética, lingüística y política
por la subjetividad.
Bibliografía
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