Carreón Tapia, “De la abalanza…” Nueva Revista de Literaturas Populares
Número 3 / Mayo 2025 / pp. 234-265 234 ISSN 3008-7619
DE LA ALABANZA A LA SÁTIRA PASANDO POR EL MILAGRO:
LAS REPRESENTACIONES DE SAN ANTONIO DE PADUA
EN IMPRESOS POPULARES MEXICANOS Y ESPAÑOLES
DE PRINCIPIOS DEL SIGLO XX
FROM PRAISE TO SATIRE TO MIRACLE: REPRESENTATIONS OF ST. ANTHONY OF
PADUA IN POPULAR MEXICAN AND SPANISH PRINTED MATTER FROM THE EARLY
20TH CENTURY.
Karla Juliana Carreón Tapia
Universidad Veracruzana (UV)
Maestra en Literatura Mexicana por la Universidad Veracruzana, docente en la misma institución y doctorante
en Literatura Hispánica por El Colegio de San Luis (xico). Ha publicado textos críticos sobre la obra de autores como
Marosa di Giorgio y Francisco Tario, a como textos ensayísticos y reseñas en torno a las relaciones entre la literatura, el
testimonio y la violencia. Su investigación de doctorado tiene como propósito estudiar los diarios de Maa Rita Vargas y
María Lua Celis, beatas novohispanas procesadas por el Santo Oficio a finales del siglo XVIII.
Contacto: kcarreon@uv.mx
ORCID: 0009-0001-2606-5983
DOI: 10.5281/zenodo.15490298
ARTÍCULOS
Carreón Tapia, “De la abalanza…” Nueva Revista de Literaturas Populares
Número 3 / Mayo 2025 / pp. 234-265 235 ISSN 3008-7619
Fecha de envío: 28/05/2024 Fecha de aceptación: 30/10/2024
Impresos populares
Religiosidad popular
Antonio de Padua
Milagros
Los impresos populares poseen rasgos que abonan al entendimiento de manifestaciones literarias que nutren
imaginarios relacionados con la religiosidad popular, por lo que este artículo tiene como propósito revisar algunas
representaciones de san Antonio de Padua, uno de los santos más populares, en impresos mexicanos y españoles.
Se estudiarán cuatro impresos de inicios del siglo XX: Alabanzas a los prodigios y milagros de san
Antonio de Padua, abogado de sus devotos en las necesidades y Grandioso milagro que ha
obrado san Antonio de Padua con un caballero que no tenía hijos (España), así como el
Asombroso y estupendo milagro ocurrido en el estado de San Luis Potosí, por intercesión de
san Antonio de Padua y las Tiernas súplicas con que invocan las jóvenes de 40 años al
milagroso san Antonio de Padua pidiendo su consuelo (Imprenta de Antonio Vanegas Arroyo,
México). Interesa identificar los formatos y géneros utilizados para representar al santo, al igual que sus
facultades milagrosas y los personajes receptores de sus prodigios. Esto resultará en un examen comparativo de
dichos rasgos que desemboca en coincidencias y disidencias discursivas, pues en los españoles destacan
tratamientos tradicionales mientras que los mexicanos poseen representaciones afines a una perspectiva
positivista.
RESUMEN
PALABRAS CLAVE
Popular prints
Popular religiosity
Anthony of Padua
Miracles
ABSTRACT
KEYWORDS
Carreón Tapia, “De la abalanza…” Nueva Revista de Literaturas Populares
Número 3 / Mayo 2025 / pp. 234-265 236 ISSN 3008-7619
El Laboratorio de Culturas e Impresos Populares Iberoamericanos (LACIPI)
alberga más de 3,000 impresos de finales del siglo XIX y principios del XX
con diversos formatos como el pliego de cordel, la hoja volante, el
cuadernillo, el librillo y el libro.
1
Las colecciones de las que abreva poseen un
gran acervo de la imprenta popular mexicana, especialmente del editor
Antonio Vanegas Arroyo (Chávez-Cedeño y El Colegio de San Luis), sin
embargo, buena parte de éstas invita a poner atención a material impreso de
editores menos conocidos como Eduardo Guerrero, Sixto Casillas, Cristóbal
Velasco y Antonio Reyes (Galilea Brito, Biblioteca Nacional de México,
Basílica de Guadalupe). Aunado a lo anterior, la colección Agustín Clemente
Pliego abona a este panorama con impresos provenientes de La Mancha,
España. Esta muestra cartográfica de los impresos populares
iberoamericanos ofrece múltiples líneas de investigación y análisis sugerentes
para todo tipo de intereses académicos. De igual forma, es una gran
herramienta para entender las dinámicas sociales, políticas, culturales,
económicas, de consumo, literarias y artísticas del periodo y concede,
también, la posibilidad de confeccionar estudios comparativos de dichas
dinámicas entre México y España.
Queda asentada en la naturaleza de estos materiales su importante
condensación informativa, tomando en cuenta que:
Los llamados impresos populares o menudencias editoriales tienen un lugar
especial en la prensa desde el inicio de la imprenta en el siglo XV, no sólo por
ser un producto de factura humilde y, por ende, efímera, sino también por
sus peculiares temas, que llegaban a un extenso auditorio que los leyó y oyó,
cantó, actuó, recitó y compartió de mano en mano. Todos estos impresos
formaron un nero editorial denominado por Julio Caro Baroja “literatura
de cordel”, en referencia a su forma de venta y publicidad, que consistía en
colgar los pliegos literalmente en una cuerda. En sus muy diversos formatos,
como hojas volanderas, librillos, cuadernillos e incluso libros, los impresos
populares también fueron parte de la cultura impresa y oral de México, en la
que dejaron huellas de tinta, pero también una impronta profunda en la
memoria. Estos productos se imprimieron tanto en grandes casas editoriales
como en humildes imprentas y talleres (Masera y Castro, 2022: 11).
1
El acervo puede ser consultado en Mariana Masera (dir.), Repositorio del Laboratorio de Culturas e
Impresos Populares Iberoamericanos, 2009-2024: https://lacipi.humanidades.unam.mx/ipm/w/Inicio
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A razón de lo anterior, esta propuesta tiene como objetivo analizar algunos
impresos populares de este acervo cuyo vértice temático es un personaje de
la religiosidad: san Antonio de Padua. Interesa, sobre todo, poner atención a
los rasgos de representación de este santo, lo que incluye los formatos, los
diversos géneros literarios (alabanzas, relación de sucesos milagrosos y
súplicas) en los que se halla inscrito, sus facultades prodigiosas y milagros, y
los personajes receptores o solicitantes de éstos últimos. Lo anterior abonará
a confirmar varios elementos. En primer lugar, el hecho de que, en la
imprenta popular del periodo, un mismo tema era susceptible de tener un
polimorfismo textual y genérico (Botrel, 2000: 48) con diversos recursos y
tonos; en segundo, ya que el material de estudio proviene tanto de México
como de España, se establecerán convergencias y divergencias entre ambas
naciones en los modos de representar al santo, lo cual echará luz acerca de
las distintas formas de concebir la religiosidad popular, la devoción en torno
a su figura y las perspectivas acerca de lo que es un milagro.
Este análisis, por lo tanto, se enmarca en los estudios literarios cuyos
objetos se entraman a su vez con francos vestigios de la religiosidad popular,
ya que “es algo tan presente como imprescindible en la vida y cultura […]”
(Trapero, 2011: 36) iberoamericana, tal como lo señala Maximiano Trapero
en su libro Religiosidad popular en verso. De acuerdo con el investigador, los
rasgos de esta religiosidad popular son:
[…] corporeidad de su expresión, una ritualidad marcada por la tradición, la
preponderancia de los aspectos más «humanos» de los misterios cristianos, la
petición de gracias temporales a Dios y a los santos y el carácter festivo de la
celebración. El catolicismo popular, […] como todo sistema religioso, está
formado por un conjunto peculiar y complejo de creencias, de ritos, de
formas de organización, de sentimientos y de normas éticas. Los católicos
populares creen en Dios, en los santos y en el demonio […] (2011:36).
El corpus seleccionado se conforma por dos impresos españoles y dos
mexicanos, cuyo recorrido analítico se dividirá en tres partes, dado que se
estudiarán tres tipos de expresiones: alabanzas, milagros, y una oración a
modo de sátira. En el primero, se analizarán las Alabanzas a los prodigios y
milagros de San Antonio de Padua, abogado de sus devotos en las necesidades, cuyo pie
de imprenta indica su hechura en Madrid (Despacho: Hernando, Arenal, 11),
sin datos sobre el año. Posteriormente, se estudiarán dos milagros, el
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Grandioso milagro que ha obrado San Antonio de Padua con un caballero que no tenía
hijos, sin datos de pie de imprenta, aunque dado que pertenece a la colección
Agustín Clemente Pliego, se le atribuye su origen en España, y el Asombroso y
estupendo milagro ocurrido en el estado de San Luis Potosí, por intercesión de San Antonio
de Padua, cuya impresión estuvo a cargo de la Imprenta de Antonio Vanegas
Arroyo, Calle de Santa Teresa núm. 1, en el año 1905, México. Por último, el
estudio concluirá con el análisis de la composición satírica titulada Tiernas
súplicas con que invocan las jóvenes de 40 años al milagroso San Antonio de Padua
pidiendo su consuelo, una hoja volante con pie de imprenta “Propiedad de A.
Vanegas Arroyo. Imprenta Calle de Sta. Teresa 1. México”.
San Antonio de Padua, una caracterización:
Alabanzas a los prodigios
y milagros de San Antonio de Padua, abogado de sus devotos en las
necesidades
Con formato de pliego de cordel de 4 folios, el impreso titulado Alabanzas a
los prodigios y milagros de San Antonio de Padua, abogado de sus devotos en las
necesidadesfue atribuido a la Imprenta de Hernando, con datos de pie de
imprenta en Madrid. Despacho: Hernando, Arenal, 11”.
2
Este impreso
forma parte de la colección Agustín Clemente Pliego, albergada por el
repositorio del LACIPI, la cual cuenta con aproximadamente dos centenares
de impresos de cordel. Como portada, el pliego cuenta con un grabado de
san Antonio de Padua a más de medio folio. A pesar de que se muestran los
elementos de la tradición iconográfica del santo en su representación más
común, esto es, con su hábito franciscano sosteniendo al niño Jesús
3
y, en la
otra mano, sosteniendo un lirio,
4
observamos también que el santo se halla
inscrito en medio de una plaza, con una catedral a un lado y arcos detrás. Lo
2
La “Casa Hernando” fue una “saga” de editores que imprimía romances, sainetes, libritos, historias,
comedias, aleluyas y hojas de santos, y continuaron reeditando este material hasta los periodos de
decadencia previos a la Guerra Civil iniciada en 1936. Para consultar más información acerca de esta casa
impresora, revisar Díaz Viana, Luis G. Palabras para el pueblo Vol. II. La colección de pliegos del CSIC: Fondos
de la Imprenta Hernando, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas/ Departamento de
Antropología de España y América, 2001.
3
El cual refiere a la visión del conde Tisio de San Antonio de Padua sosteniendo al Niño Jesús en
Camposampiero.
4
De acuerdo con Sandra Elizabeth Vásquez Sánches, “en la tradición cristiana en general, el lirio es
símbolo de amor virginal, en la imagen del Santo, éste simboliza el amor del Santo completamente
consagrado a Dios, Jesús y Nuestra Señora.” (Vásquez Sánchez, 2010: 4).
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anterior sitúa a san Antonio en un espacio cotidiano y terrenal, con
características comunes a casi cualquier ciudad occidental católica.
Ilustración 1.
LACIPI. (2024). Alabanzas a los prodigios y milagros de San Antonio de Padua, abogado de sus devotos en
las necesidades [Digitalizacn].
El impreso tiene una estructura narrativo-descriptiva en verso, propia del
género de la alabanza, que incluye la caracterización y hazañas prodigiosas
del santo en vida. Así, se elogia su prodigiosidad y se relatan algunos sucesos
milagrosos en los cuales obró a favor de los necesitados, como su intercesión
en el caso de su padre, condenado a la horca injustamente. Ante esta
situación, san Antonio hizo hablar a un muerto para testificar:
Libradme como libraste,
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beatísimo Antonio,
a tu padre, y apartaste
de la muerte y declaraste
aquel falso testimonio.
Un sermón predicó en Roma
en la lengua portuguesa;
treinta distintas naciones
todas le entienden la lengua.
Y predicando el sermón,
á su padre van a ahorcar
por un falso testimonio
que le quieren levantar.
Fuese a librar a su padre
sin hacer falta al sermón,
el cuerpo se quedó en Roma,
y el espíritu partió.
Llegó a la justicia y luego
al mismo juez preguntó:
¿por qué ahorcan a ese hombre?
¿qué delitos cometió?
Y la justicia responde
con una respuesta leve:
a ese hombre se le ahorca
por una vida que debe.
Vamos donde está el difunto,
en la misma sepultura,
que él nos dirá la verdad
y nos sacará de duda.
Fuéronse por la iglesia,
donde está el cuerpo enterrado;
con la señal de la cruz
la losa se ha levantado.
Ya se levanta el difunto,
y le dice a San Antonio:
este hombre no me ha muerto;
que es un falso testimonio
que le quieren levantar,
y está inocente del hecho.
Todos preguntan al Santo
que diga quién le mató,
y San Antonio responde:
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eso no lo diré yo. (Fol. 2)
5
El motivo principal en el cual focaliza el impreso, así como los siguientes, es
la ejecución de milagros por parte del santo. Desde un punto de vista
teológico, el milagro es un evento encallado en la providencia extraordinaria,
esto es, situaciones que violan las leyes de la naturaleza:
In order to differentiate between the customary way in which God acts and
his special, miraculous action, theologians have traditionally distinguished
within divine providence between God’s providentia ordinaria (ordinary
providence) and his providentia extraordinaria (extraordinary providence),
the latter being identified with miracles […] Since the dawning of modernity,
miracles have been widely understood to be violations of the laws of nature.
[…] miracles ought to be defined as naturally impossible events, that is to say,
events that cannot be produced by the natural causes operative at a certain
time and place (Moreland y Lane, 2017: 930-932).
Más allá de su definición teológica, se observa en las distintas manifestaciones
populares que, a pesar de su dimensión sobrenatural, suelen ser percibidos
como experiencias que no son contrarias a lo cotidiano, sino que lo
acompañan en conjunción con actitudes, rituales y performances que
denotan agradecimiento. Lo sagrado, visto de esta forma, pertenece a un nivel
más de la realidad, por lo que se diluyen los límites entre lo trascendente e
inmanente, entre lo natural y sobrenatural (Suárez, 2016: 59).
Para el pensamiento ‘moderno’ el milagro es una disrupción excepcional y
sin explicación, en cambio para la experiencia popular no es más que un
evento posible en el continuo en el que habitan los hombres y los seres
sagrados. Forman parte del intercambio con los niveles superiores de lo real
(López y Suárez, 2016: 108).
Aunado a esto, es importante resaltar que los milagros dependen de un
contexto religioso e histórico específicos, es por ello por lo que, en el caso de
las narraciones que aquí se estudian, habrá elementos que otorgan
verosimilitud a dichos milagros: “but if a purported miracle occurs in a
5
Para la edición de los pasajes de los impresos, se opta por modernizar la puntuación, así como corregir
algunas erratas de impresión.
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significant religio-historical context, then the chances of its being a genuine
miracle are increased.” (Moreland y Lane, 2017: 934).
Ahora bien, en el impreso Alabanzas a los prodigios y milagros de San
Antonio de Padua, abogado de sus devotos en las necesidades, se identifica, en
principio, el género lírico al que pertenece, que es análogo al himno. De
acuerdo con Carmen Lozano Guillén, “el vocablo hymnus tiene el significado
general de «canto de alabanza» (canticum laudatiuum)” (2008: 107), es decir, que
el himno refiere a un cantus in laudem alicuius (una canción en alabanza a
alguien): “Esto era en la gentilidad, pero hoy día llamamos himnos los cantos
en metro, que se cantan en alabanza, y gloria de Dios, y de sus santos
(Coronel y Cano, 2017: 17). También se define siguiente manera: “Consisten
en cantos devotos dedicados a Dios o a una imagen en particular, algunas
veces suelen acompañar a los triduos, novenas, etcétera. Se cantan al iniciar
o al finalizar las mencionadas oraciones(Coronel Rivera, 2017: 17). Así,
dados los rasgos descritos, observamos en parte de la composición un tono
6
de loa:
Sois de Jesús tan amado
que a solas con él jugáis,
haciéndoos porque le amáis,
su profeta regalado
su celador estimado
y luz de sus confesores […] (Fol. 2)
Sin embargo, sí que es evidente que dicha entonación queda mermada por la
súplica y el ruego en gran parte del texto, pues desde el inicio leemos:
San Antonio firme y docto
en santa contemplación
ruega bendito varón,
a Dios por este devoto
por quien rezo esta oración […] (Fol. 1)
6
Me refiero al recurso retórico de la entonación, “definida como ‘lo que queda de la curva melódica una
vez hecha abstracción de los tonos hechos acentuales’. El significante de la entonación es la melodía o
variación de altura musical, mientras que su significado puede ser, por ejemplo, de afirmación (sí), de
interrogación (¿sí?), etcétera, y también puede ser expresivo (el de la función expresiva)
6
, cuando
proporciona información acerca del estado de ánimo del hablante (entusiasmo, decaimiento, indiferencia,
etc.).” (Beristáin, 1955: 405-406).
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En virtud de esto, es claro que, como ocurre de manera frecuente en los
impresos populares, los rasgos genéricos son diversos y a pesar de que se le
titule “alabanza”, bien podríamos entenderlo también como una oración o
solicitud, en el entendido de que la oración significa “pedir”, puesto que la
oración “[…] es un escrito en el cual se hace una breve plegaria con la
finalidad de solicitar un favor […] es una especie de comunicación con Dios
o los santos, que se realiza diariamente” (Coronel y Cano, 2017: 17)). Por
otro lado, el impreso muestra a los lectores cómo esta práctica, es decir, orar,
puede ser el medio para que el santo interceda en situaciones difíciles, pero
particularmente cuando hay problemas de salud.
Así, en el Almanaque Popular hallamos respecto a este santo lo siguiente:
Siempre que se perdiere alguna cosa, o los astros denotaren ser una
enfermedad peligrosa, larga o mortal, será cosa muy acertada acudir a Dios y
a sus santos, pues es cierto que pueden reprimir las influencias celestes y dar
traza y orden de cómo se hallan las cosas perdidas y hurtadas, como
muchísimas veces lo ha hecho el bienaventurado San Antonio de Padua con
todos aquellos que con fe y confianza se lo han pedido por medio del verso
siguiente. Y copia el “Si quaeris miracula...” atribuido a San Buenaventura, o
sea el famoso y tantas veces recitado o cantado:
...si buscas milagros mira, muerte y error desterrados, miseria y demonio
huidos, leprosos y enfermos sanos; el mar sosiega su ira, redímense
encarcelados, miembros y bienes perdidos recobran mozos y ancianos.
7
Lo anterior responde a ciertos pasajes de la biografía de san Antonio de
Padua, la cual se reescribió varias veces a partir de la Legenda Assidua, un
anónimo incorporado al expediente de canonización. Cada historia de su vida
agregó o quitó milagros, pero en el Libro de los Milagros (terminado c. 1374) se
narró por primera vez la aparición del Niño Jesús. En esta escena se basaron
los pintores barrocos, españoles e italianos, convirtiéndola en la imagen más
difundida del santo cuyas versiones se renuevan constantemente (Gentile,
7
El Almanaque de Tradición (funjdiaz.net) es una herramienta digital creada por la Fundación Joaquín Díaz,
en la que sus creadores y colaboradores compilan las creencias populares de cada día, a manera de
almanaque tradicional, y ofrecen enlaces a materiales de su propio repositorio.
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2013: 862).
8
Ahora bien, a pesar de que estas alabanzas recuperan algunos
milagros ejecutados por el santo, no procuran una biografía más precisa, por
evidentes cuestiones de formato. llama la atención, no obstante, un rasgo
fundamental del impreso que engarza su relación directa con el género
hagiográfico, ya que éste narra los eventos obrados “en vida”, y no postmortem,
lo que sí ocurre en el caso de los milagros, como se verá posteriormente. Es
por ello que podemos afirmar que el presente impreso, a diferencia de los
demás de esta muestra, es el que más se “acercaa su antecedente “culto” del
género relacionado con las vidas de santos.
Manuel Pedrosa apunta que en las tradiciones orales relacionadas con
san Antonio de Padua pueden distinguirse tres tipos esenciales:
La primera, más ortodoxa, más oficialista y retórica, está integrada por oraciones
y relatos que se hallan s cercanos en relacn con San Antonio de Padua (y
con tantos otros santos) pueden distinguirse tres tipos esenciales de tradiciones
orales. La primera, s ortodoxa, más oficialista y retórica, esintegrada por
oraciones y relatos que se hallan más cercanos […] Hay una segunda rama de
relatos que opera como el polo opuesto de la anterior: es la que nos presenta al
San Antonio de Padua más heterodoxo, disfrazado de mago adivinador, de
promotor y urdidor carnal y carnavalesco de amores terrenales, de taumaturgo
asociado a un larguísimo e inconcebible elenco de creencias y de ritos
supersticiosos, algunos decididamente inmorales según el criterio católico, otros
colindantes con el ritual demoaco […] Y hay una tercera rama de relatos,
instalada en un moderado término medio, que ni se inscribe plenamente dentro
de la ortodoxia eclesial ni da de San Antonio una visn desquiciadamente
carnavalesca ni radicalmente contraria o apartada de los atributos y deberes que
se le suponen a un santo católico. Cierto es que el San Antonio de esta rama de
relatos dista mucho de ser el San Antonio de la acartonada vita oficial, y que sus
pasos por estos otros relatos alternativos son mucho más ricos en desarrollos
ficticios, algunos intensamente fantásticos, incluso maravillosos, adornados a
veces de peripecias narrativas de cierta complejidad, con lo que conforman
seguramente el corpus más rico e interesante de toda la literatura que ha estado
asociada al santo (2014: 267-268).
8
Para más información respecto a la primera narración de la aparición del Niño Jesús a san Antonio,
revisar Sanz Valdivieso, Rafael, “San Antonio de Padua, vida y fuentes biográficas”, en Sermones dominicales
y festivos de San Antonio (1995) y Lacarra, María de Jesús, “Una colección inédita de Milagros de San
Antonio de Padua: edición y estudio”, en Revista de literatura medieval (2002).
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Esto nos permite distinguir el impreso en la tradición del santo, ya que es
cercana a la vida oficial del mismo, y, como veremos en los siguientes
ejemplos, también es posible encontrar otro tipo de representaciones. No
obstante la cercanía de este impreso con la vida oficial del santo, el
tratamiento resulta distinto, pues si tomamos en cuenta que “los autores de
vidas de santos no buscan realizar una obra histórica, sino encaminada a la
edificación” (Martín, 1998: 293), aquí ocurre que la edificación está
subordinada a la oración y solicitud de intercesión, y a diferencia del milagro,
no se ora por un favor preciso, sino que se solicita al santo que “se halle
cerca” en todo momento y que interceda por quien enuncie dicha alabanza,
si fuese necesario:
Ruega a Dios que me depare
todo aquello que perdiere.
De enfermedades o peste
libradme glorioso santo […]
Si me viere fatigado
o en este mundo afligido, y a vos hubiera invocado,
sedme mi firme abogado,
San Antonio esclarecido […]” (Fol. 2)
Otro aspecto interesante son los personajes receptores de milagros de este
impreso: el padre de Antonio y los niños inocentes ahogados. En el primer
caso, se enmarca de nuevo la narración del milagro como una oración o
solicitud:
Libradme como libraste
beatísimo Antonio,
a tu padre, y apartaste
de la muerte y declaraste
aquel falso testimonio. (Fol. 2)
De manera posterior, se relata el milagro, pues su padre había sido acusado
de matar a un hombre. Aquí hay un motivo propio del discurso hagiográfico,
que es la bilocación, es decir, la facultad de que el santo pueda estar presente
en dos lugares al mismo tiempo: “Fuese a librar a su padre/ sin hacer falta al
sermón, / el cuerpo se quedó en Roma, / y el espíritu partió.” Al presentarse
en el lugar, queda expresado el milagro:
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Vamos donde está el difunto,
en la misma sepultura,
que él nos dirá la verdad
y nos sacará de duda.
Fuéronse por la iglesia,
donde está el cuerpo enterrado;
con la señal de la cruz
y la losa se ha levantado.
Ya se levanta el difunto,
y le dice a San Antonio:
ese hombre no me ha muerto
que es un falso testimonio
que le quieren levantar
y está inocente del hecho. (Fol. 2)
En los apartados no narrativos, sin embargo, se recrea una clasificación de
otros personajes propensos a ser favorecidos por el santo: encarcelados,
fatigados, afligidos, mudos, tullidos, leprosos, espirituados, adoloridos,
gotosos, ciegos, sarnosos, llagados, desconsolados, pecadores y quienes
hayan extraviado algo. Todo lo anterior sintetiza a su vez las diversas
facultades del santo: la bilocación, resucitar a los muertos, curar
enfermedades y encontrar objetos extraviados.
Este es un texto que conglutina varios sucesos de la vida de San
Antonio de Padua para así exaltar su figura. En este sentido, el impreso pudo
funcionar como una guía sobre el santo, pues otorga un panorama general de
sus facultades con elementos milagrosos medulares de su vida, que, sin
embargo, no se consigna como una vida de santo en su modo tradicional,
pues no se expresa su trayecto vital desde el nacimiento y primera infancia,
además de que su función enunciativa se relaciona con la oración a modo de
solicitud. En otras palabras, la alabanza está supeditada a la solicitud al santo.
Los milagros en dos hojas volantes: distintas formas de entender los
milagros de San Antonio de Padua
Se analizarán ahora dos hojas volantes cuyo tema central es un milagro
ejecutado por San Antonio de Padua, aunque con rasgos distintos. El
primero, con el íncipit Asombroso y estupendo milagro ocurrido en el Estado de San
Luis Potosí, por intercesión de San Antonio de Padua, consta de un folio en papel
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revolución de 1/8 de pliego, impresa a frente y vuelta y editado por la
Imprenta de Antonio Vanegas Arroyo en 1905. Éste imprime en una de sus
caras una imagen a folio completo del Santo en su representación tradicional
acompañado del niño Jesús y de un lirio. El segundo impreso, Grandioso
milagro que ha obrado San Antonio de Padua con un caballero que no tenía hijos,
también de un folio impreso a frente y vuelta, y sin datos de pie de imprenta,
sin embargo, fue impreso en España y probablemente de manera
contemporánea al primero. En su primer folio, se observa un grabado del
santo a medio formato también con su representación s popular. Es de
notar que este tipo de documentos, además de ser leídos y releídos, portan
un formato que posibilita que la imagen fuese pegada en la pared,
extendiendo así su uso devocional con la protección simbólica del santo en
casa.
Ambas hojas volantes cuentan con rasgos similares, no obstante, se
expondrán significativas diferencias que podrían apuntar a una hipótesis
sobre cómo el milagro como subgénero de la relación de sucesos
9
responde
a diferentes maneras de entender el fenómeno, una (el caso mexicano) a partir
de una concepción más bien positivista del acontecimiento, y otra (el impreso
español) más cercana al milagro tradicional, cuyo basamento más antiguo se
halla en la Leyenda áurea y posteriormente en las relaciones de milagros. Lo
anterior corroborael hecho, ya bastante explorado, de que este tipo de
relaciones de sucesos tenían gran maleabilidad y adaptabilidad en sus
manifestaciones impresas.
El impreso mexicano Asombroso y estupendo milagro ocurrido en el Estado de
San Luis Potosí, por intercesión de San Antonio de Padua narra el favor santo
otorgado a Ignacio Cienfuegos al sanarlo de una enfermedad que sufría en la
lengua y que no le permitía pasar alimentos ni hablar. Por otro lado, en el
impreso español Grandioso milagro que ha obrado San Antonio de Padua con un
caballero que no tenía hijos se relata el favor santo otorgado a un hombre que no
podía tener hijos y que, cuando finalmente pudo embarazar a su mujer, ésta
tuvo un parto dificultoso, por lo que San Antonio aparece vestido de partero
9
Entendemos que los milagros son un tipo de relación de suceso, pues tal como señala Claudia Carranza:
“Entre los géneros que se incluían en estos pliegos, estaban las llamadas relaciones de sucesos, que fueron
los primeros impresos noticiosos hasta la llegada de la Gaceta, en 1661. En ellas se transmitían noticias,
tanto en prosa como en verso, sobre sucesos reales, como batallas, fiestas, catástrofes climatológicas,
etc., pero también sobre acontecimientos extraordinarios, sobrenaturales y francamente inverosímiles en
la mayor parte de los casos.” (Carranza Vera, 2007: 6).
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Número 3 / Mayo 2025 / pp. 234-265 248 ISSN 3008-7619
y propicia el buen alumbramiento de un bebé “rubio, gordito y colorado”.
En este punto, es posible evidenciar dos rasgos importantes: los títulos, que
en el caso mexicano lo distingue su ya característico tono hiperbólico, así
como la coincidencia de los receptores de los milagros, ambos hombres.
10
Otro elemento en común refiere a que la palabra “milagro” se posiciona de
manera inmediatamente posterior a las adjetivaciones llamativas “grandioso”
y “asombroso y estupendo”, lo cual evidencia cómo estos impresos eran
presentados al potencial público lector en sus prácticas de circulación y venta,
pues el encabezado debía ser inmediatamente identificable a partir de sus
primeras palabras con contenido semántico. Aquí se proporciona el
sustantivo que señala el subgénero o “tipo de texto”, reconocible en el
público lector milagro, pero también los adjetivos subrayan el hecho de
que éste probablemente preferiría un milagro que fuera lo bastante
impresionante para así cumplir también con una de sus funciones colaterales,
esto es, entretener. Así, observaremos que, en el caso de ambos impresos, se
abonan otros rasgos expresivos más allá de solo llevar a cabo su función
moralizante tradicional, pues de acuerdo con José Manuel Jiménez Calvo de
León,
[…] con este tipo de relatos se buscaba adoctrinar a los fieles con ejemplos
moralizantes, integrados por devotos arrepentidos o modélicos […] De
hecho, siguiendo los escritos de San Agustín, los milagros «sirven para
conocer a la divinidad a partir del mundo visible» y desempeñan «un papel de
agente en una didáctica de la fe» (Calvo de León, 2022: 36).
10
Y, además, es sugerente el hecho de que nunca queda expresado el sentir de la esposa.
Carreón Tapia, “De la abalanza…” Nueva Revista de Literaturas Populares
Número 3 / Mayo 2025 / pp. 234-265 249 ISSN 3008-7619
Ilustración 2
LACIPI. (1905). Asombroso y estupendo milagro ocurrido en el Estado de San Luis Potosí, por intercesn de
San Antonio de Padua. [Digitalización].
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Número 3 / Mayo 2025 / pp. 234-265 250 ISSN 3008-7619
Ilustración 3
LACIPI. (s.f.). Grandioso milagro que ha obrado San Antonio de Padua con un caballero que no tenía hijos.
[Digitalizacn].
Detengámonos ahora en las características de los personajes favorecidos por
el santo. En el impreso mexicano, el personaje receptor del milagro de San
Antonio es Ignacio Cienfuegos, un joven murmurador quien “tenía el defecto
de criticar a todos cuantos conocía” y que tenía una enfermedad en la lengua
que no le permite hablar. El hecho de que exista en este impreso nombre y
apellidos podría indicar la intención del editor o escritor del texto por otorgar
al lector cierta noción de verificabilidad del hecho, esto aunado a la
especificidad geográfica, que podría ser también un incentivo para la compra
de ese impreso en dicha región, así como un rasgo que lo dotaría de más
Carreón Tapia, “De la abalanza…” Nueva Revista de Literaturas Populares
Número 3 / Mayo 2025 / pp. 234-265 251 ISSN 3008-7619
verosimilitud.
11
Además, es evidente que la enfermedad puede ser deducida
por los lectores como un castigo divino consecuencia de sus prácticas como
difamador, ya que la práctica de la murmuración se relaciona directamente
con la boca y la lengua. La biblia contiene diversos pasajes que condenan
dicho pecado: “Haced todo sin murmuraciones y contiendas” (Filipenses
2:14); “Hermanos, no murmuréis los unos de los otros” (Santiago 4:11);
“Todos ellos son muy rebeldes, y andan sembrando calumnias; sean de
bronce o de hierro, todos son unos corruptos” (Jeremías 6:28); “Haced todas
las cosas sin murmuraciones ni discusiones” (Filipenses 2:14); “Estos son
murmuradores, querellosos, que andan según sus propios deseos…” (Judas
16). De esta manera, entendemos que Cienfuegos es, en suma, un hombre
pecador que sufre las consecuencias de sus actos cotidianos.
El caso del caballero del impreso español es similar. Éste, a pesar de ser
un “caballero libre y poderoso”, tuvo tres mujeres, pero nunca hasta entonces
un hijo a quien heredarle todos sus bienes. Aquí se expresa otro pecado y
cómo el personaje enfrenta las consecuencias divinas, pues casarse reiteradas
veces es considerado un acto pecaminoso. Esto es aclarado en la Biblia, pues
Pablo afirma: “Pero a los que están unidos en matrimonio, mando, no yo,
sino el Señor: Que la mujer no se separe del marido; y si se separa, quédese
sin casar, o reconcíliese con su marido; y que el marido no abandone a su
mujer” (1 Corintios 7:10-11). De esta manera, ambos personajes hombres
llevan a cabo prácticas que los definen como transgresores de las Escrituras,
aunque en el caso español hay un indicio del que carece el mexicano, pues
por parte del caballero queda establecido un deseo que no se puede
satisfacer, en este caso, heredar sus bienes. En tal sentido, podríamos
considerar que este personaje se inscribe entre los personajes tipo de los ricos
avaros, muy recurrentes por cierto en las relaciones de sucesos de la imprenta
de Vanegas Arroyo, sin embargo, como se observará, éste termina por
deslindarse de este grupo ya que no queda explícita, ni implícita, su avaricia.
Es interesante también que el motivo del castigo divino se enfoque en
situaciones relacionadas con ciertas condiciones biológicas, una enfermedad
y una probable condición de infertilidad, pues ello enmarca el campo de
acción del santo específico al que se van a dirigir sus plegarias, como veremos
unos párrafos más adelante. De acuerdo con Claudia Carranza Vera, la
11
También, valdría la pena apuntar el juego de palabras que implica el apellido Cienfuegos en relación
con el achaque que el personaje sufre, pues en México y en algunos lugares de Hispanoamérica, se le
llaman popularmente “fuegos” a las aftas bucales.
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Número 3 / Mayo 2025 / pp. 234-265 252 ISSN 3008-7619
reiterada intervención divina en este tipo de personajes es muestra de
creencias vigentes:
Relacionando la enfermedad y la religión, debemos subrayar que a lo largo de la
historia se han sucedido ltiples reflexiones en torno al origen de las
enfermedades y se han buscado respuestas tanto de orden empírico como
espiritual para acabar con ellas. La enfermedad aparece como castigo
sobrenatural, como posesión demoníaca, pero también como consecuencia de
una trasgresión personal o colectiva. No obstante, lo cierto es que la creencia de
la intervención de la divinidad en el curso de las enfermedades evitando la muerte
y apremiando la curación no es algo que nos traslade a épocas pasadas sino que
es una creencia imperante en la actualidad (2011: 114).
Ahora bien, como es habitual en este tipo de relaciones de sucesos, los
personajes son creyentes del santo que llevará a cabo el milagro, y el motivo
de la solicitud del favor del santo propiciará su ejecución. En ambos casos se
relatan actos que dejarán evidencia de su devoción al santo, así, Cienfuegos
[…] Tenía en su casa una imagen de San Antonio de Padua, se dirigió a él y
le rogó que le sanara. Después, le vino la idea de ir a rezarle la Novena a la
iglesia y se dirigió al Templo mayor; buscó el altar de San Antonio, y allí
practicó los nueve días con todo el fervor de su corazón, encomendándose al
santo, haciéndole la promesa que el mismo santo le inspirara […] en una de
sus meditaciones se acordó de sus murmuraciones, y ofreció solemnemente
que jamás se volvería a ocupar del prójimo con críticas ni enredos. (Fol. 1)
Por otro lado, el caballero del impreso español,
[…] era gran devoto de San Antonio
con celo
a los pobres enfermos buscaba
y a rezar los mandaba de modo
por el santo les daba limosna a todos.
Cuando por fin su tercera mujer va a parir, ocurre que
Mal parto se presenta dijeron todos
criatura y mujer mueren
de todos modos, y aclaman
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Número 3 / Mayo 2025 / pp. 234-265 253 ISSN 3008-7619
y a San Antonio llaman entre tanto […] (Fol. 1)
12
Observamos así dos situaciones sugerentes. Primero, que en ambos casos los
personajes eran cercanos a San Antonio de manera previa al acontecimiento
milagroso, pues llevan a cabo ejercicios de fe dirigidos a su imagen. En
segundo, notamos que en el caso español el motivo de la solicitud del favor
divino es ejecutado por todos los allí presentes, incluyendo los parteros, por
lo que se destaca la dimensión colectiva del fervor por el santo. Además, en
este punto se hace patente el rasgo que me parece más interesante en el caso
ibérico, pues la figura del santo se halla por encima del conocimiento médico,
en otras palabras, el acto mismo de la solicitud llevado a cabo por los parteros
suscita la evidente supremacía del ámbito religioso popular en contextos en
los que peligra la salud, por lo que el conocimiento científico clínico queda
subyugado. En cambio, en el impreso mexicano lo clínico y lo religioso se
concilian.
El siguiente punto que considero central en ambos impresos tiene que
ver con las facultades de San Antonio de Padua y su caracterización. A partir
del Concilio de Trento la religiosidad popular tomó un rumbo en el cual la
proliferación de santos para moralizar de manera didáctica a la población fue
patente y continúa teniendo interesantes consecuencias. Cada santo
corresponde a un tipo de problemática cotidiana, y San Antonio de Padua es
una figura de la cual se han delineado muy bien sus facultades, y ellas se
enmarcan siempre en relación con las enfermedades, lo cual es adecuado para
los ejemplos que aquí se revisan.
13
En este orden de ideas se hace patente
cómo las ejecuciones del milagro en ambos textos son sumamente disímiles,
ya que en el mexicano dicho prodigio tiene lugar a partir de la intervención
de un curandero, cuya figura concilia los ámbitos de la experiencia médica y
religiosa. Además, se desarrolla como un proceso de curación no inmediato,
lo cual acerca a este impreso a una perspectiva positivista del milagro, en el
sentido de que su desarrollo no es tan “fantástico” ni “mágico”; sino realista,
pues es tratamiento que toma tiempo, constancia, medicamentos y esfuerzo:
12
Llama la atención que la composición de los versos de este impreso es muy errática.
13
Aunque, como veremos más adelante en el caso español, habrá otro santo que se acerca más a las
necesidades urgentes que tiene el caballero.
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Número 3 / Mayo 2025 / pp. 234-265 254 ISSN 3008-7619
[…] El último día de la novena se salió muy pensativo de la iglesia y al llegar
a su casa ya le estaba esperando un curandero que tenía mucha fama y le dijo:
Señor Cienfuegos, he sabido que usted solicita una persona que lo cure.
Efectivamente, contestó Cienfuegos, si no fuera porque soy muy cristiano
ya me hubiera desesperado. No hay doctor en medicina que haya podido
curarme.
Pierda usted cuidado, contestó el curandero; voy a hacer lo posible en
aliviarlo.
En seguida le registró escrupulosamente la boca, le vió la lengua sumamente
grave y se desalentó de curarlo, según lo demostraba su semblante; pero
siempre se decidió diciéndole:
Está usted muy malo, sin embargo en nombre de la Divina Providencia le
voy a curar todos los días hasta ver si logro su alivio: mañana volveré con las
medicinas.
Efectivamente, siguió curándole, y a los quince días iba reconociendo algún
alivio; al mes ya podía pasar bien los alimentos y a los dos meses estaba
enteramente sano. Pagó muy bien al curandero. Se dirigió a la iglesia a darle
gracias a San Antonio llevándole un milagro. (Fol.1)
El gesto del pago al curandero y de agradecimiento al santo sintetiza muy
bien cómo este impreso conjuga un enfoque en el cual el sesgo cientificista
es conciliable con las prácticas religiosas populares. Esto se sintetiza en la
figura del “curandero”, que no es médico propiamente, pero tampoco un ser
prodigioso que obre milagros instantáneos, lo cual se puede deber a diversas
situaciones contextuales que refieren al positivismo, tal como afirma Claudia
Agostoni: “[…] a fines del siglo diecinueve, la profesión médica se caracteri
por contar con una ilimitada confianza en el poder de la ciencia, y la ciencia,
a su vez, adquirió el estatus de condición sine qua non para alcanzar el
progreso nacional”(Agostoni, 2001: 98)
14
De igual forma, las publicaciones
de Vanegas Arroyo, sobre todo los cuadernillos sobre medicina y su serie “La
salud en el hogar”, indican contradicciones interesantes, pues a la par de que
se perdía la confianza en aquellas personas encargadas tradicionalmente de la
salud, como curanderos, yerberos y parteras, “comenzaban a forjarse una
confianza ciega en la supuesta verdad científica(Gómez Mutio, 2017: 93).
No obstante, fue una verdadera limitación el acceso popular a personas
especializadas en la salud, pues “frente a los cuatrocientos diez abogados, hay
14
Agostoni, Claudia. “El arte de curar: deberes y prácticas médicas porfirianas”, Modernidad, tradición
y alteridad. La ciudad de México al camio de siglo (XIX-XX), México, UNAM, p. 98.
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Número 3 / Mayo 2025 / pp. 234-265 255 ISSN 3008-7619
menos de doscientas personas del área de la salud”, de acuerdo con El manual
del viajero de Méjico, escrito en 1856 (Gómez Mutio, 2017: 75). Por tanto, este
tipo de impresos y la representación de oficiosos de la salud tradicionales
expresa un periodo de tensiones entre este “progreso” y la necesidad práctica
cotidiana de atender la salud. Asimismo, podría ser una estrategia para dotar
de mayor verosimilitud, en el marco de esta tensión entre progreso y
tradición, a la narración.
En cambio, el impreso español conserva un tratamiento en el cual el
motivo de la ejecución del milagro es inmediato, más cercano a los milagros
hagiográficos en los que el santo “actúa como un claro imitador de Cristo.
Sin embargo, en dicha imitación poco se aclara respecto de la manera en que
se llevaban a cabo tales milagros” (Guiance, 2006: 20), tal como ocurre en el
caso de las Alabanzas… estudiadas en el apartado previo:
[…] de partero vestido llegó este santo
con su permiso, dice
esto no es nada,
y él de su caja un polvo saca y le daba
asegurado lo toma y estornuda,
dijo el santo contento, Jesús,
y sin peligro dio al punto un niño a luz
Era rubio, gordito y colorado […] (Fol. 1)
Así, el contraste entre ambos impresos responde a una serie de tensiones
entre dicho “progreso” y la tradición:
A lo largo de los siglos y conforme cambiaban las ideologías, avanzaba la
ilustración y el positivismo, los fenómenos prodigiosos fueron considerados
menos un asunto de la divinidad y más un asunto de la ciencia. Sin embargo,
en algunos espacios se siguió explotando el tema y no decayó la práctica de
darle a todo aquello que saliera de la cotidianidad una interpretación
sobrenatural, extraordinaria, de pronóstico o de castigo divino (Carranza,
2017:280).
Carreón Tapia, “De la abalanza…” Nueva Revista de Literaturas Populares
Número 3 / Mayo 2025 / pp. 234-265 256 ISSN 3008-7619
La caracterización del santo como partero confiere a esta narración la
completa humanización de éste
15
que, no obstante, actúa de manera s
eficiente que los médicos y, además, la extraña relación entre el estornudo
16
y el parto llegado a buen fin confirma el hecho de que el milagro es por
mismo portentoso y sobrenatural, a diferencia del caso mexicano, que es un
milagro fundamentado en un tratamiento curativo. Por último, en este
impreso llama la atención la observación que hace san Antonio al caballero:
“y te encargo que otra vez en tu paso aclames/ y a san Ramón le llames, pues
este/ es abogado de esto y salvarte puede […]”. Es decir, la misma narración
consigna, por medio de la voz del santo milagrero, la referencia a otro santo
abogado a este tipo de problemáticas. Así, destaca su dimensión didáctica
respecto a las prácticas religiosas cotidianas.
17
Nos hallamos ante dos impresos presumiblemente contemporáneos
con enfoques diversos. En el ejemplo mexicano, entendemos que la
religiosidad cobra diversos avatares y es sumamente flexible en sus
tratamientos, incorporando así discursos positivistas conciliables con la
popular creencia de los milagros llevados a cabo por santos. Por otro lado, el
ejemplo ibérico sigue la línea tradicional en la cual el milagro es un evento
netamente prodigioso y sobrenatural, sin una explicación más o menos
asentada en el conocimiento médico.
15
En la tradición, se observa de san Antonio tiende a aparecer “disfrazado”, ya sea como hombre o en
su versión más heterodoxa como mago o adivinador. Como ejemplo está el romancillo que cuenta la
historia de Rita, una joven en Cádiz que será entregada a la prostitución por su madre y san Antonio
aparece ante ella como un caballero para evitarlo. Véanse este romancillo y otros ejemplos en Joaquín
Díaz, “Más allá de la voz” en Susana González Aktories y Mariana Masera, Oralidad. Memoria y resonancia
[En prensa, Conferencia magistral presentada en el seminario Orality: Memory and Resonance el 26 de marzo
de 2021: Día 3: Oralidad: Memoria y Resonancia (youtube.com), 49:06] y José Manuel Pedrosa, “Los
milagros de San Antonio de Padua: mitos, ritos y folclore”, VVAA, Espacios míticos: Historias verdaderas,
historias literarias, Madrid, El Jardín de la Voz, 2014, pp. 267-268.
16
Aventuro la posibilidad de pensar en el estornudo en este impreso como una función para explicar el
origen de algo, en este caso, la costumbre de dar como respuesta a un estornudo la expresión “Jesús:
“asegurado lo toma y estornuda/dijo el santo contento, Jesús”.
17
Al respecto, este tipo de atribuciones a san Antonio de Padua recuerdan a aquellas de san Ramón
Nonato, cuyo nacimiento “(le sacaron del útero de su madre cuando ya había fallecido ella), pareció
inclinarle desde el primer instante de su vida hacia un instinto de superación que se manifestó después
en cada decisión tomada […] es el patrono de los buenos partos.” (Díaz, 2024)). De igual forma, sugiero
revisar la Oración dedicada a Nuestro Padre Señor San Ramón Nonato especial protector de los cautivos, mujeres
parturientas y para toda clase de necesidades del Laboratorio de Culturas e Impresos Populares Iberoamericanos
(Índice: ODNecesidades.djvu - Laboratorio de Culturas e Impresos Populares Iberoamericanos
(http://lacipi.humanidades.unam.mx).
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Número 3 / Mayo 2025 / pp. 234-265 257 ISSN 3008-7619
San Antonio de Padua en un impreso satírico de principios del siglo XX
Las Tiernas súplicas con que invocan las jóvenes de 40 años al milagroso San Antonio de
Padua pidiendo su consuelo es una hoja volante de 1/8, impresa a frente y vuelta
con pie de imprenta “Propiedad de A. Vanegas Arroyo. Imprenta Calle de
Sta. Teresa 1. México” y con texto en forma de glosa en décimas en primera
persona. La hoja volante se reimprimió en diversos momentos por lo menos
a lo largo de diez años, pues se tienen registros de ella de 1904 a 1914, lo cual
evidencia que fue una hoja muy solicitada. En todos los casos se acompaña
del mismo grabado, en el cual se hallan mujeres con diversidad de vestimentas
y estratos sociales hincadas suplicando al santo. En cada reimpresión, el texto
es el mismo, solo se cambiaron elementos de ornato como viñetas y las
tipografías de los títulos y subtítulos.
18
Ilustración 4
LACIPI. (1912). Tiernas plicas con que invocan las jóvenes de 40 años al milagroso San Antonio de Padua
pidndole su consuelo. [Digitalizacn].
En este impreso, se enuncian los ruegos de una voz femenina al santo para
que “consiga un marido”, y cada estrofa desarrolla el mismo tema,
caracterizando atipos masculinos y femeninos ridiculizados. Si tomamos
18
Para esta revisión, me remito a la impresión de 1912.
Carreón Tapia, “De la abalanza…” Nueva Revista de Literaturas Populares
Número 3 / Mayo 2025 / pp. 234-265 258 ISSN 3008-7619
en cuenta la definición del acto que aquí se enmarca, esto es, “Suplicar: rogar
humildemente, del nombre supplex(Covarrubias, 1611: 180r.), notaremos
cómo a lo largo del texto esto se lleva a cabo, sin embargo, con
características que sugieren un impreso netamente satírico. Es posible notar
la tensión entre la súplica y la ridiculización de una circunstancia socialmente
lamentable desde sus versos iniciales: “San Antonio milagroso, /Yo te suplico
llorando, / Que me des un buen esposo/ Porque ya me estoy pasando”. Y
de manera posterior:
San Antonio bendecido,
Santo de mi devoción,
por tu santa intercesión
dame, por Dios; un marido
sea viejo, manco o tullido,
que me quiera en todo caso,
y si no un soldado raso,
o un recluta de cuartel,
para casarme con él:
¡Que me paso! ¡que me paso! (Fol. 1)
Así, en primer lugar, es evidente la caracterización de la voz de la solicitante
del favor de San Antonio de Padua que, en realidad, es una voz que encarna
las preocupaciones de una colectividad y de un personaje tipo particular: las
mujeres solteras de 40 años. Esta voz tiene características particulares, pues
se autodenomina constantemente como paria social, sobre todo por su edad
y aspecto físico: “Me huyen como a Lucifer” y “Ya no me quieren por vieja”.
La voz de esta mujer indica tristeza, desesperación y sufrimiento:
Mírame, ¡cuan afligida,
cuán triste estoy y angustiada,
De verme ya abandonada
y que no tengo salida.
Muy triste, triste es mi vida
En tan penosa agonía,
y lloro de noche y de día […]” (Fol. 2)
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Número 3 / Mayo 2025 / pp. 234-265 259 ISSN 3008-7619
Al respecto, Ana Rosa Gómez Mutio explica algunas razones por las cuales
las mujeres solteras y “mayores” eran propensas a gran presión social en el
periodo:
Françoise Carner comenta que las “solteras mayores de edad podían vivir
solas o con algún pariente y manejar sus asuntos con inteligencia”, sin
embargo, debido a que “la legislación hispana sobre derecho de familia
concede a la mujer un papel de eterna menor, como dependiente legal y
económica de su padre, tutor o marido”, no casarse se convertía en un
problema social, pues, si una mujer soltera se quedaba huérfana, no habría
una persona que respondiera por ella. Esto puede explicar la presión social y
la angustia de las mujeres por conseguir un marido, pues de otro modo
quedarían desfuncionalizadas (2021: 101).
Esta preocupación queda representada y desarrollada en el impreso por
medio de diversos recursos, como la aliteración del recurso de la analogía del
fruto con la mujer, pues en los versos finales de cada estrofa se insistirá en
ello:
Estrofa 1: ¡Que me paso! ¡que me paso!
Estrofa 2: ¡No ves, no ves que me paso!
Estrofa 3: ¡Mira, Santo, que me paso!
Estrofa 4: ¡Porque si no yo me paso!
Estrofa 5: ¡Porque me paso, me paso!
Estrofa 6: Porque si no, yo me paso.
Estrofa 7: Porque si no, yo me paso.
Estrofa 8: ¿Que no ves que ya me paso?
Estrofa 9: Porque me paso, me paso.
Estrofa 10: ¡Que me paso, que me paso!
La reiteración con variantes de esta misma idea confiere al texto elementos
rítmicos y de sentido que buscan dejar claro cuál es el motivo de la
desesperación de estas mujeres: el tiempo ideal para ser amadas y elegidas, de
acuerdo con los indicadores sociales del momento, ya pasó. Para entender
mejor esta analogía, la cual no resulta extraña a la lírica popular mexicana, me
parece preciso citar a Aurelio González:
Carreón Tapia, “De la abalanza…” Nueva Revista de Literaturas Populares
Número 3 / Mayo 2025 / pp. 234-265 260 ISSN 3008-7619
En la lírica antigua encontramos excelentes ejemplos de la relación de la mujer
con el mundo vegetal de flores y frutos; como dato indicativo de la importancia
del motivo floral baste señalar que Margit Frenk, en su espléndido Corpus de la
antigua lírica popular hisnica, ha titulado algunos apartados por su relación con el
elemento vegetal: ¡Viva la flor del amor!, Que la flor de la villa me so, Hallé
mis amores dentro en un vergel, La mañana de San Juan las flores florecen.
En este sentido, la canción tradicional y popular mexicana no es una excepción,
y la asociación de las flores, y también de las frutas, con la mujer amada es muy
frecuente y nos remite tanto a una representación simbólica o comparativa como
a un mundo sensorial de sabores y olores que se relacionan con el amor
(Gonlez, 1998: 324).
En este impreso, por tanto, la analogía mujer-fruta es desplazada del terreno
del mundo sensorial amoroso y se sitúa en el sentido contrario, el de la
posibilidad del término de ese cenit sensual. Aquí, además, es importante
señalar que, en la mayoría de los casos de la lírica popular, la analogía se
enuncia desde una tercera persona, y lo que ocurre en este impreso es que la
presencia de la primera persona confiere un rasgo propio de la sátira,
especialmente la de los impresos de Vanegas Arroyo, pues “La presencia del
narrador en los divertimentos es importante para dar un sentimiento de
pertenencia, sentimiento que contribuye al carácter satírico y burlesco de los
impresos” (Vázquez, 2022: 131).
Con todo lo anterior, esto es, la aliteración de la analogía mujer-fruto,
el tono a modo de ruego en primera persona, lastimoso y sufriente, la alusión
a posibles candidatos para ser sus maridos, así sean “viejos y tullidos” y, por
último, la interpretación conjunta del contenido y grabado, se propone una
ridiculización de las mujeres que piden favor a San Antonio de Padua. Lo
anterior despliega las posibilidades propias de la sátira, género que “introduce
la risa, la ironía, el cambio de registro, fundado en el ingenio que distorsiona,
matiza o pluraliza la significación en el acto de comunicación literaria”
(Domínguez, 2009: 78) y cuya función muchas veces es “una censura o crítica
de las conductas o actitudes de ciertas personas o grupos sociales a lo que se
suele ridiculizar y que puede tener fines morales y didácticos, o simplemente
festivos y burlescos” (Reyzábal, 1998: 58).
El papel de San Antonio de Padua en este impreso es meramente
alusivo por medio de las súplicas de las mujeres, sin embargo, es posible
detectar las facultades prodigiosas que tiene este santo a partir de ellas. El
santo es capaz de llevar a cabo ciertos milagros a favor de aquellas mujeres
Carreón Tapia, “De la abalanza…” Nueva Revista de Literaturas Populares
Número 3 / Mayo 2025 / pp. 234-265 261 ISSN 3008-7619
desesperadas, no obstante, aquello que particulariza la caracterización de sus
facultades es que aquí los milagros que se solicitan parecieran ser siempre
potencialmente “deficientes” o bien, milagros malogrados a fin de cuentas,
ya que las mujeres sugieren al santo que les otorgue maridos aunque sean
borrachos, mancos, jorobados, infieles, pero maridos al fin y al cabo: Sea el
ladrón más criminal,/ el caso es tener un marido […]”; “Aunque sea viejo
gotoso,/ Nada me importa el frentazo/ Porque nadie me hace caso […]”;
“Dame siquiera un viudito/ Que me un buen di untazo […]”; “Cásame
con el demonio ¡Porque si no yo me paso! […]”; “Dame un pobre remendón,
/No más que no sea celoso [...]”. Así, este gesto reiterativo indica que también
la sátira apunta a ridiculizar la prodigiosidad del santo, a quien, a pesar de ser
milagroso, le pudiera resultar dificultosa la ejecución de ciertos prodigios,
puesto que aquí las solicitantes se configuran como “casos perdidos”, y por
tanto cualquier favor divino, así sea defectuoso, es suficiente; en otras
palabras, si bien en los casos anteriores observamos milagros ejecutados de
una manera totalmente satisfactoria, ya sea sobrenatural o como un proceso,
aquí pareciera que no se podrían llevar a buen término.
La caricaturización tanto de las mujeres en soltería prolongada como
del santo hacen que este impreso evidencie el escrutinio social en el que se
hallaban éstas a principios del siglo XX en México: ni el santo más prodigioso
podría ayudarlas de manera eficaz.
A modo de conclusión
Este análisis estuvo enfocado en identificar los distintos formatos genéricos
en los cuales se representa la figura de San Antonio de Padua, así como sus
rasgos como personaje de estos impresos, en los cuales se le caracteriza por
sus grandes capacidades milagrosas. En éste, se focalizó en dos niveles
generales: uno correspondiente a los géneros textuales y por tanto al
polimorfismo de un mismo tema en los impresos populares; el otro, en las
relaciones y diferencias entre regiones geográficas, pues se observa que una
misma forma contiene ciertas variantes en su tratamiento temático
dependiendo de la nación de su hechura. Las representaciones de san
Antonio de Padua, uno de los personajes más populares de la religiosidad,
muestra diversas lecturas y, sobre todo, tensiones respecto a los dos niveles
indicados arriba.
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Número 3 / Mayo 2025 / pp. 234-265 262 ISSN 3008-7619
En todos los impresos estudiados, la figura de San Antonio de Padua
tiene la función de otorgar favores santos a quienes le rinden culto por medio
de la oración y las alabanzas. No obstante, los modos de solicitud y
representación del santo varían en diversa medida a partir de los rasgos de
los personajes solicitantes y de las facultades del personaje santo.
Observamos que los solicitantes casi siempre son personas enfermas o con
una dificultad biológica, tal como la infertilidad, en el caso de los hombres.
De manera contrastante, las mujeres son personajes femeninos tipo que
solicitan el milagro de hallar un marido. Lo anterior podría hacernos
reconocer un sesgo genérico que expresa una de las principales
preocupaciones tanto de hombres como de mujeres a principios del siglo XX:
los hombres probablemente situaban sus miedos en la imposibilidad de tener
una progenie, y las mujeres en el miedo a “pasarse” del tiempo ideal para
casarse. Se reconoce, eso sí, que sería preciso dar continuación al análisis con
un estudio pormenorizado de la puesta en página y los grabados que exhiben
para así reconocer las distintas funciones del consumo de estos impresos.
En función de esto, la caracterización de San Antonio de Padua
también varía. Si el solicitante es un hombre devoto a su figura, el milagro
será eficiente; algunas veces inmediato, como en el caso del milagro español
Grandioso milagro que ha obrado San Antonio de Padua… y otras, con una
inclinación positivista, como en el milagro mexicano Asombroso y estupendo
milagro ocurrido en el Estado de San Luis Potosí. Sin embargo, si quien hace oración
para solicitar un milagro es una mujer de 40 años no casada, los potenciales
milagros del santo serán deficientes o malogrados. Por último, resulta
también sugerente que se aprecian distintos registros de representación del
santo, desde un tono solemne y loable, hasta uno humorístico-satírico, en el
que éste es percibido como un hacedor de milagros defectuosos. Las
posibilidades que otorga un análisis comparativo en la literatura popular son
muy fértiles ya que estas latitudes comparten una larga tradición en común,
al tiempo que se adaptan a las épocas y lugares de su producción y difusión.
Queda aún pendiente la elaboración de un análisis de este tipo con una
muestra amplia de impresos que eche aún más luz sobre estas coincidencias
y tensiones. Lo que aquí se propuso fue un acercamiento a un modesto
corpus que, a pesar de sus limitaciones, funge ya como umbral que nos acerca
a dicha vastedad.
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Número 3 / Mayo 2025 / pp. 234-265 263 ISSN 3008-7619
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