Martinelli, “Imágenes tergiversadas…” Nueva Revista de Literaturas Populares
Número 2 / Noviembre 2024 / pp. 103-126 110 ISSN 3008-7619
Pero no se trata de una disputa que simplemente considere los poderes
económicos, sino que además, regula por medio de las publicidades y los
algoritmos los contenidos digitales que consumimos en los procesos de
interacción. De este modo, bajo el término de Big data o macrodatos el nuevo
fantasma global es la utilización de estos sistemas por parte de las derechas
globales para construir imágenes positivas de candidatos políticos que ganan
elecciones gracias a las utilizaciones convenientes de la dosificación de
información sesgada y de opinión que realizan las plataformas. En el tiempo
reciente, en particular en el tiempo singular que inauguró la década de 2020,
pocas personas desconocen lo que es una fake news: una circulación de
información falsa e infundada, pero que sin embargo, colabora con la
modulación del ánimo social respecto a determinados grupos políticos.
En este panorama, la filósofa chilena Alejandra Castillo (2020), bajo el
interés también por la sensación narcótica que producen las imágenes en la
actualidad, llama la atención sobre su posibilidad de adormecimiento y
obnubilación.
La imagen vuelve borrosas las coordenadas de lo habitual: interior o exterior,
verdad o fantasía, trabajo y ocio. Cabría decir que este trabajo de la mirada
lúdica no lo es solo en el cada vez más amplio terreno del marketing y las
ventas, sino que se ha vuelto decisivo en el terreno de la política y el control
social. Cada mirada, cada información que entregamos a las redes sociales, por banal
o superflua que nos parezca, constituye de inmediato un archivo (33)
Por lo tanto, las nociones de mirada, imagen y archivo constituyen una
triangulación que, en los casos que se analizan y referencian en este trabajo,
traen interrupciones o, mejor dicho, dislocaciones en los circuitos
imperativos que trazan los flujos del capital. De diversas maneras, dialogan
con un presente en el que estos temas son de una importancia central. Estas
obras, producen una relación con el archivo digital que antes que una réplica
o reproducción acrítica, constituyen archivos que por diversas lógicas arman
un archivo del desacato. El archivo como revés o dislocación es pensado por
Andrés Maximiliano Tello (2018) para referirse al poder del archivo, con el
ojo puesto en “las revueltas del anarchivismo”, explica:
La revuelta del anarchivismo interrumpe necesariamente la actualidad que
configuran los regímenes sensoriales dispuestos por la máquina social del