Busquet, “Registros de la lengua…” Nueva Revista de Literaturas Populares
Número 2 / Noviembre 2024 / pp. 208-211 208 ISSN 3008-7619
SOBRE
REGISTROS DE LA LENGUA KAKANA
RITA DEL VALLE CEJAS & BEATRIZ BIXIO
Universidad Nacional de Córdoba, 2023
por
Adela Busquet
Universidad de Buenos Aires - CONICET
Profesora de Filosofía por la UBA, actual doctoranda en Letras por la misma universidad y becaria
doctoral del CONICET. Se desempeña como docente en la Universidad del Cine, la Universidad de Belgrano y
la Universidad Nacional de las Artes. Es adscripta a la cátedra “Poesía Universal I” de la UNA. Participa de
proyectos de investigación en la UBA y la UNA.
Contacto: lelibusquet@gmail.com
ORCID: 0000-0002-2740-8650
DOI: 10.5281/zenodo.7474686
RESEÑAS
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Chelúkam k(e)lém(e) / Chulúk’(a)m k’eléme → ¿Conocés tú quién soy?
“Quienes participaron de esta publicación reconocen la propiedad intelectual
comunitaria de esta obra” se anota en la página de créditos del libro Registros
de la lengua kakana publicado recientemente de modo digital por la Facultad
de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Córdoba. Siendo, entonces,
un libro comunitario, figura como conocedora de la lengua, Rita del Valle
Cejas; como asesora lingüística, Beatriz Bixio; y como colaboradores, Sebas-
tián Apesteguía, Gabriela Giordanengo, Sebastián Pastor y el compañero de
vida de Rita, Antonio Caro.
Este libro, explican los colaboradores, es varias cosas a la vez: la conti-
nuidad de dos proyectos anteriores dedicados a la recopilación de palabras y
frases de la lengua calchaquí o kakán y sus historias y leyendas; un material
aún no cerrado porque, como todo diccionario, puede ampliarse conforme
la investigación lo habilite; y por último, un homenaje y un agradecimiento a
Rita del Valle Cejas, recordante de la lengua kakana, a quien llaman Waira “y
cuyo nombre en kakán es Bimma Olka (viento rojo) y, en quechua, Waira
Puka”, porque es ella, dicen, quien posibilitó a lo largo de conversaciones
que tuvieron lugar entre 2018 y 2020 el “desocultamiento de fragmentos de
una lengua históricamente negada”. De la suma de todo esto surge finalmente
el deseo por sistematizar, tanto como fuera posible, el saber que Rita o Waira
desplegaba al modo de leyendas del pueblo calchaquí para fijar y guardar, en
rigor, para no perder definitivamente el kakán que a lo largo del tiempo casi
no ha sido traspolado a la escritura y que, por ese motivo como se señala en
la introducción “durante siglos esta lengua se consideró extinta”.
Las razones de esta extinción parecieran ser muchas, aunque tal vez la
principal haya sido el temor a la discriminación que en lo que va del siglo
XXI parece no haber cambiado. Pero como las lenguas son eso que circula
no solo hacia afuera, en el ámbito de la comunicación, sino también hacia
adentro, en el ámbito del recuerdo, fragmentos del kakán fueron conservados
por la memoria de Waira, a quien su abuela de Talapazo, Tucumán, le hablaba
en su idioma casi desaparecido: “Mi abuela decía: cortaron tantas lenguas y
no silenciaron a nadie”.
Después de la introducción en la que los colaboradores comentan estas
cosas y luego de algunas aclaraciones referidas a las condiciones del registro,
las acepciones de las expresiones y la transcripción de la oralidad donde se
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aclara que se intentó respetar la ortografía del español para facilitar su lec-
tura, el libro se despliega en una sucesión de entradas ordenadas alfabética-
mente. Tal vez uno de los momentos de mayor perplejidad para quien no
conozca esta lengua sea la entrada de la palabra boks cuya definición dice:
“adj. Número tres (3)”. A continuación, se agrega: “del primer tipo de núme-
ros, esto es, aquellos números que se usan para contar cosas inanimadas”. Tal
y como señalan los colaboradores, la lengua calchaquí tiene tres formas de
contar que dependen de sus objetos: “En kakán, existen tres tipos de núme-
ros. El primero se usa para contar cosas inanimadas (ver sik*), el segundo,
para contar las hebras del tejido (ver k’ka*) y el tercer tipo se usa para
computar los días del mes, que por su imprecisión no registramos ahora”.
Pero así como ocurre la perplejidad, ocurre también la cercanía, lo fa-
miliar en algunos términos. Ese es el caso de la palabra chángo, que quiere
decir “chico” y que su uso se ha extendido hasta las zonas del español que se
hibridan, especialmente en Tucumán, con el calchaquí. Por eso, en las pro-
vincias del norte, para los y las hispanohablantes es frecuente decirle a un
joven “chango”, aunque no pasa lo mismo con su forma femenina ña chángo,
que significa chica porque “la partícula ña es marca de femenino en kakán”.
Esa cercanía, entonces, figura presencias no siempre conscientes del kakán
en el habla popular del norte.
El título, Registros de la lengua kakana, hace hincapié en el registro. En la
introducción, los colaboradores aclaran: “Hemos tenido acceso a contados
verbos y frases, que nos permiten inferir sólo algunos rasgos de la sintaxis y
la morfología”. El esfuerzo por registrar esta lengua es además un esfuerzo
por decir zonas de la vida de lo vital, vistas con los ojos el mundo de
quien nombra de una manera otra que el español. Si la sintaxis es destino,
como dice en alguna parte el lingüista Mario Montalbetti, qué destino hay en
esas palabras y estructuras sintácticas que el kakán ofrece y que este libro
recopila de modo crucial, pero también parcial porque es una lengua de la
cual casi no hay registros y que hasta el momento solo vivía en el recuerdo
de quienes todavía la guardan en la memoria. Quedará abierta esta pregunta
para sus lectores. Qué formas de vida viven en la lengua calchaq.
Para concluir, vale la pena anotar algunas entradas que desde mi escu-
cha, sobresalen por su visión de mundo o cosmovisión que las palabras y
las frases del kakán hacen ver.
Bímma / Bíma → viento. Señora de los vientos, de los cuatro vientos de
vida: Norte, Sur, Este y Oeste.
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W[aira]: es muy bonita. Tiene el pelo rojo, pero tiene como un globito, una
raya rara porque tiene cuatro caras y cuatro energías, cuatro poderes y por
ahí se pelean los vientos en el valle. Y ella anda caminando... Cuando se pe-
lean los vientos es porque ella anda caminando sola.”
Lásku → eco.
Lásku lásku → medio eco.
Lásku lásku lásku → eco potenciado.
Linsík / Línksík / Linsík → lejos.
W[aira]: no es lejos de distancia, es lejos de andar.
Yurúma: → amor, alma.
W[aira]: no es propiamente amor, se usa cuando el espíritu pertenece a al-
guien. No es un verbo, ni el verbo ser. Es decir, como que mi alma pertenece
a esa persona. Ejemplos: yurúma áho* (pertenezco a este pueblo), yurúma wári*
(estoy enamorado de esa mujer. Literalmente, mujer de mi alma).