Entrevista a Javier Viveros Nueva Revista de Literaturas Populares
Número 3 / Mayo 2025 / pp. 280-288 281 ISSN 3008-7619
Gracias, antes que nada, Javier, por la generosidad de tu tiempo para
este diálogo. Creo que sería lo mejor para empezar que nos cuentes
algo de tu “biografía lingüística”. ¿Qué lengua se hablaba en tu casa
cuando eras niño? ¿Qué lengua se hablaba en tu escuela? ¿Qué lengua
se hablaba entre tus amigos niños o adolescentes? También en los
distintos ámbitos ya de adulto.
Como muchos de mis compatriotas, tuve la fortuna de recibir en casa el
inmenso regalo de nuestras dos lenguas principales: mi madre me hablaba en
castellano y mi padre lo hacía mayormente en guaraní. Esto, a pesar de que
ambos manejaban las dos lenguas. Al llegar a la escuela, toda la alfabetización
se dio en castellano. Aunque en los recreos y en el barrio, nunca estuvo
ausente la lengua guaraní. En la adolescencia y la etapa adulta, en el ámbito
laboral, se intensificó el encuentro con el castellano, sin que faltara nunca “el
guaraní de armonía primitiva”, como escribió nuestro poeta Eloy Fariña
Núñez. En el ámbito formal siempre el castellano fue la lengua
predominante.
A propósito de esto que nos contás, recuerdo que en algún Congreso
de Lingüística hablamos sobre el “enigma del
jopara
”: si fuera posible,
sobre todo para quienes no somos guaraní-hablantes, ¿podrías esbozar
una suerte de develamiento de ese enigma?
El jopara, que en guaraní significa mezcla, es simplemente la combinación de
las dos lenguas, castellano y guaraní, en distintos grados, tanto a nivel léxico
como gramatical. Es lo que en lingüística denominamos code-switching,
alternancia de código. Estamos hablando en castellano y cambiamos de
súbito al guaraní, para luego volver a la lengua de Quevedo, y así, en larga
una sucesión hasta que se acaba el diálogo. Podemos encontrar el code-switching
intraoracional, interoracional e incluso intrapalabra.
Es el jopara lo que hace tan peculiar a la realidad sociolingüística del
Paraguay, ya que además de representar un fenómeno lingüístico, también
refleja ese encuentro constante de la biculturalidad hispano-guaraní. El jopara
es nuestro código secreto entre paraguayos, es esa hibridación que no puede
descifrarse nunca del todo, excepto por los hablantes nativos, porque esa
singular amalgama no se rige por reglas estandarizadas y su evolución es
constante y dinámica.