68 |pp 62-77|Año XV N°27|junio 2023 – noviembre 2023|ISSN 1852-8171| Dossier
En primer lugar, desde el programa para el acompañamiento en el nivel secundario se planteó una primera
definición de habilidades. Esta definición partió de una cierta oposición entre habilidades cognitivas y habilidades
“no cognitivas”, estas últimas siendo reconocidas como buenos predictores del desempeño académico, laboral y
económico de los individuo (Pais, 2014; Bassi, et.al, 2012; Heckman, Stixrud y Urzua, 2006). Frente a las primeras,
referidas a la capacidad de una persona de interpretar, reflexionar, razonar, pensar de manera abstracta y asimilar
ideas complejas, resolver problemas y generalizar lo que se aprende, las habilidades “no cognitivas” se refieren a
la capacidad que tiene una persona para relacionarse con otros y consigo misma, comprender y manejar las
emociones, establecer y lograr objetivos, tomar decisiones autónomas y confrontar situaciones adversas de forma
creativa y constructiva (Ortega Goodspeed, 2016). En cuanto a la etapa más propicia para su desarrollo, mientras
que en las habilidades cognitivas incide en gran medida un componente genético y el entorno puede influir casi
exclusivamente en la primera infancia, las habilidades “no cognitivas” están mayormente afectadas por el contexto
y presentan un período crítico de conformación que llega hasta la juventud. Por lo tanto, estas habilidades pueden
ser desarrolladas o modeladas, de allí su potencial desarrollo en el contexto educativo.
Es oportuno mencionar que esta diferenciación entre habilidades cognitivas y “no cognitivas” es puramente
analítica, ya que en la realidad de los individuos esas destrezas no se encuentran divididas, y pocos aspectos de la
conducta humana están vacíos de cognición. Por esto se acuñó el término “habilidades socioemocionales”, para
referirse a ciertas formas consistentes de pensar, actuar, emocionarse y vincularse que tienen las personas, que
resultan relativamente estables en el tiempo, beneficiosas para conducirse socialmente, y dependientes del
contexto para su expresión y desarrollo, por lo tanto, sensibles a intervenciones.
3. Diseño y metodología
Este artículo se llevó a cabo a como un “estudio de caso” (Marradi et al., 2007) a partir de fuentes secundarias de
información. Se analizó un corpus compuesto, por un lado, por documentos del Programa, como el Manual de
Acompañamiento y Procesos, destinado a los tutores del PBU; y por las distintas sistematizaciones que se realizaron
desde el PBU en el proceso vinculado con la construcción del enfoque de habilidades socioemocionales en las
trayectorias del nivel superior. Asimismo, se utilizaron los resultados de dos encuestas aplicadas en el marco del
Programa: la encuesta de Autoevaluación y la encuesta “Te seguimos acompañando”.
La encuesta de Autoevaluación tiene por objetivo relevar las percepciones de los becarios sobre distintos aspectos
de su trayectoria académica y su pertenencia al PBU. Se realiza todos los años en el mes de enero, a través de un
cuestionario semiestructurado, autoadministrado y en línea, con una mirada retrospectiva sobre el período
anterior. Uno de sus apartados hace referencia a las habilidades socioemocionales y releva percepciones sobre su
desarrollo a nivel personal y sobre aquellas que, según los propios participantes, se trabajaron desde el Programa
durante el año que se reporta. Las respuestas allí registradas son un insumo valioso ya que permiten tener una
aproximación sobre el modo en que las habilidades socioemocionales son aplicadas en situaciones cotidianas, a la
vez que constituyen un aporte para enriquecer el trabajo de acompañamiento que se realiza con los estudiantes.
En ese sentido, este instrumento fue central para consolidar el marco de trabajo en la línea de las habilidades
socioemocionales y elaborar las planificaciones para el trabajo personalizado. En este artículo se presentan datos
relevados a comienzo de los años 2021, 2022 y 2023, que reportan información sobre los períodos 2020, 2021 y
2022 respectivamente. El alcance en los mencionados años fue 118, 156 y 233 respuestas, lo cual representa en
cada caso una tasa de respuesta del 97% o superior.
En cuanto a la encuesta “Te seguimos acompañando”, se implementó en 2020, en contexto de pandemia de COVID-
19, para generar información de primera mano sobre la situación de los jóvenes y representó un insumo clave para
la toma de decisiones en ese marco. Su objetivo fue realizar una indagación sobre la situación de los participantes,
los establecimientos de educación y del acompañamiento educativo de los tutores en el periodo de Aislamiento
Social Preventivo y Obligatorio. Se llevó adelante a través de encuestas en línea, mediante un instrumento