176 |pp 172-185| Año XVII N° 30 |diciembre 2024 – abril 2025 |ISSN 1852-8171| Artículos
por Manconsky (2017) quien aboga por una “pedagogía de los inicios” en tanto abordaje específico para “recibir
al que llega”.
No obstante, aún no se han abordado, desde una perspectiva cualitativa, las trayectorias educativas de quienes
deciden cambiarse de carrera o de universidad ni tampoco existe una producción académica específica en torno a
estas cuestiones en la UNRaf. Así, nos propusimos reconstruir las trayectorias educativas de lxs migrantes del
sistema educativo desde una perspectiva cualitativa, de índole biográfica-narrativa para dar cuenta de la
dimensión histórica y subjetiva de los itinerarios biográficos. En este sentido, entendemos que toda biografía o
relato de experiencia tiene una dimensión colectiva, es expresión de una época, grupo, generación o clase y es
precisamente esa huella de lo colectivo en la singularidad lo que los hace relevantes (Arfuch, 2007).
Por su parte, entendemos la noción de trayectoria como un “itinerario en situación” tal como plantean Nicastro y
Greco (2009), en donde la construcción de la historicidad y de la significación se despliega en la narración del
propio sujeto que la transita. En particular, el término trayectorias educativas contempla “todos aquellos ámbitos
formativos por los cuales se van conformando las biografías y los recorridos de los estudiantes (el primer trabajo,
variadas experiencias laborales, actividades y participación política, permanencia en instituciones educativas no
formales, entre otras)” (Bracchi, 2016, p. 7). Esta contextualización de la trayectoria nos ofrece una lectura de
proceso, de discontinuidad y continuidades que, en consecuencia, implica también la descripción analítica del
recorrido: qué y cómo acontece y su imbricación con otras trayectorias que forman parte del itinerario biográfico
(García Salord, 2000). Este abordaje nos ubica en el análisis de las trayectorias reales, pero abre la posibilidad de
leer en ella el modo en se tensiona con las trayectorias ideales y el cronosistema educativo. En este marco,
interesa señalar que el sistema educativo suele plantear un tiempo de carácter lineal, rectilíneo, ascendente y
segmentado en etapas que debe ser regulado y ocupado. Esta prescripción es aprendida durante la escolarización
y suele entrar en conflicto con otros tiempos sociales (Viñao Frago, 1994).
Asimismo, el diseño de este estudio contempla la perspectiva de género interseccional (Crenshaw, 1991; Viveros
Vigoya, 2016) puesto que el carácter sistemático de la reproducción de desigualdades entre las personas en
función de la interpretación cultural asignada sobre los cuerpos y la posición social que ocupan, repercute sobre
las trayectorias educativas y laborales cristalizando una segregación vertical y horizontal en el mercado de trabajo
(Fernandez et al., 2022; Panaia, 2014). Así, los estereotipos en torno al género, al origen social y también a lo que
se concibe como “inteligencia” y “aprendizaje” marcan las trayectorias educativas desde antes del ingreso a la
educación superior y durante el cursado de sus propuestas formativas.
Para reconstruir las trayectorias educativas de migrantes del sistema educativo desde un enfoque biográfico
decidimos utilizar relatos de vida ya que éstos se centran en los modos en los que los sujetos significan el mundo,
en las versiones que, sobre su propia historia, relatan a quien investiga. Para ello, el sujeto debe realizar una
selección respecto de qué decir sobre su pasado y qué omitir (de manera consciente o inconsciente) de modo que
quien investiga no accede a “la vida misma” de lxs entrevistadxs, sino a la vida que se representa en los relatos
(Meccia, 2020). En este sentido, Arfuch (2007) advierte que lo verdaderamente significativo en toda biografía son
las diversas estrategias de autorrepresentación que sostiene un sujeto, es decir, los modos de nombrarse que
utiliza, qué/cuál historia cuenta sobre sí mismo y sobre lxs demás. De este modo, no existe “una” historia de vida
a contar, ni es su veracidad lo que está en juego, porque el carácter narrativo de la vida introduce una “radical
inestabilidad” que implica la imposibilidad de construir una historia conclusiva. En este marco, se utilizaron
entrevistas en profundidad considerando que una de las cuestiones más relevantes de la narración gira en torno a
quien es y cómo continúa siendo alguien. El eje temporal se revela, así, como un punto central de la narrativa ya
que la temporalidad es producida, según Benveniste (1999), en la enunciación y por ella, siendo ésta la
responsable de configurar la categoría “presente”. Por otra parte, abordar el eje temporal en la reconstrucción de
trayectorias educativas resulta una dimensión de análisis necesaria para dar cuenta de los modos diversos que
adoptan los recorridos académicos, así como los motivos y sentidos asociados a la brecha entre el tiempo previsto
y el tiempo real transcurrido desde el ingreso al egreso (Ripamonti y Lizana, 2020).