
160 |pp 145-162| Año XVII N° 31 |mayo 2025 – noviembre 2025 |ISSN 1852-8171| Artículos
como tutorías y un currículo que fomente la colaboración con la secundaria, los estudiantes pueden desarrollar
las competencias necesarias. Sin embargo, reconocen que las competencias actitudinales son difíciles de abordar
en la universidad si no se han trabajado antes en niveles previos o en el hogar. Por otro lado, CONFEDI (2019)
señala que tanto la escuela como la universidad reflejan el paradigma social, económico y político de su tiempo.
Esto se alinea con la opinión de los encuestados, quienes argumentan que un cambio de paradigma en el entorno
universitario tradicional es necesario, aunque complejo.
En sexto lugar, se analizaron varios factores que podrían influir en el abandono de la carrera de Ingeniería
Industrial. El análisis ANOVA reveló diferencias significativas, y el test de Tukey identificó tres factores clave—
habilidades, compromiso y cambio de metas—con una evaluación más alta, sugiriendo su mayor impacto en el
abandono. En cambio, las experiencias estudiantiles dentro de la institución tuvieron una evaluación más baja,
indicando un impacto menor en el abandono. El factor cambio de metas tiene una evaluación promedio alta, lo
que sugiere que los docentes lo consideran una razón significativa para el abandono. En cambio, la integración
académica recibió una evaluación más baja, lo que indica que los docentes perciben su impacto como menor,
aunque no se debe descartar su relevancia.
n este contexto, las cinco etapas que plantea Tinto (citado en Saldaña Villa y Barriga, 2010) sobre el abandono
estudiantil presentan una similitud con los resultados obtenidos, aunque no se enumeraron explícitamente ni se
jerarquizaron en términos de importancia relativa. Los docentes identificaron estas etapas que plantea el autor
como motivos que experimentan los estudiantes en su proceso de desvinculación académica. Cada una de ellas
representa fases críticas, según la percepción de los educadores, que los alumnos atraviesan antes de tomar la
decisión de abandonar la carrera. Además, los docentes encuestados identificaron factores que podrían contribuir
con bajo rendimiento y el abandono universitario, incluyendo entre ellos, dificultades económicas, de aprendizaje
y psicoemocionales.
En séptimo lugar, se destacó la importancia de integrar los nuevos medios de comunicación en la enseñanza,
debido a cómo los jóvenes los utilizan para aprender. También, se resaltó la necesidad de experiencias
presenciales, como interacciones personales y grupales, que no siempre están disponibles en plataformas
digitales. En lo referente a los conocimientos necesarios para cursar las asignaturas, los saberes matemáticos se
consideran los más relevantes, seguidos por los de física y química. Esta valoración coincide con la información
del Sistema SIU, que evidencia la importancia de contar con una base sólida en estas áreas para favorecer el
progreso en carreras técnicas y científicas.
En octavo lugar, la lectura y comprensión de textos resulta fundamental, ya que permite interpretar y expresar
ideas con claridad. Esto se relaciona con habilidades analíticas y de resolución de problemas, esenciales para los
desafíos académicos. Aunque el manejo de tecnologías y conocimientos técnicos específicos, hábitos de estudio y
organización son menos mencionados, la actitud y motivación personal son vistas como factores clave para el
éxito académico. Del mismo modo, se destacó la necesidad de apoyo psicológico y contención personal, pues los
programas de apoyo integral ayudan a enfrentar dificultades emocionales, elementos fundamentales para evitar
la deserción. Por ejemplo, los cursos motivacionales y el desarrollo de estas habilidades pueden ayudar a los
estudiantes a mantenerse enfocados. Actividades complementarias como eventos culturales, deportivos y
servicios como el comedor estudiantil pueden mejorar la experiencia y la permanencia universitaria. La falta de
recomendaciones específicas en algunas respuestas podría indicar incertidumbre sobre cómo implementar
acciones concretas para reducir la deserción.
Para finalizar, se analizaron datos del Sistema de Información Universitaria (SIU) de la UNLaR, correspondientes a
diez (10) cohortes comprendidas entre los años 2010 y 2019. Según el análisis, se observó una disminución de la
matrícula -o desgranamiento- del 27,6 % desde la inscripción hasta la finalización del primer año, y de un 10,1 %
al concluir el segundo año, lo que representa una pérdida acumulada del 37,7 % en los dos primeros años.
Además, se registraron valores extremos que oscilan entre un mínimo del 18,8 % y un máximo del 62,2 %. Estos
resultados guardan relación con lo planteado por Ezcurra (2011), quien señala que, en las universidades de los