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a
Experiencias de jóvenes en la universidad en
contexto de culturas digitales. Individualismo,
participación y lo común
1
.
University Experiences of Young People in the Context of
Digital Cultures. Individualism, Participation and the
Common.
Por Karina BENCHIMOL
2
, Verónica MESSINA
3
y Nadina POLIAK
4
Benchimol, K., Messina, V. y Poliak, N. (2025). Experiencias de jóvenes en la universidad en contexto de culturas digitales.
Individualismo, participación y lo común. Revista RAES, XVII(30), pp. 141-156.
Resumen
El desarrollo y expansión de las tecnologías digitales en las últimas décadas, y su presencia cada vez más
dominante en la vida cotidiana, ha permeabilizado nuestras formas de producir y circular el conocimiento. En un
escenario más allá de la pandemia, las tecnologías van adquiriendo diferentes sentidos relacionados con un
cambio profundo en la construcción de las subjetividades y sociabilidades, en la que la universidad también se
encuentra atravesada por todas estas transformaciones.
Como parte de la formación docente en la Universidad Nacional de General Sarmiento en el marco de la materia
Desafíos de la profesión docente en la escuela secundaria y en el nivel superior, desarrollamos un estudio
cualitativo en cada semestre sobre diferentes temas. Durante el 2024, nos propusimos como objetivos conocer
las perspectivas de estudiantes ingresantes de diferentes universidades públicas del AMBA sobre el derecho a la
educación superior, caracterizar procesos de afiliación a la universidad y comprender algunos aspectos
institucionales y pedagógicos que favorecen u obstaculizan sus avances en los estudios. Se realizaron 34
entrevistas en profundidad con un guion semiestructurado.
En este artículo compartiremos un análisis acerca de perspectivas juveniles sobre cuestiones relacionadas con el
derecho a la educación superior; la participación y sobre los modos en que las y los estudiantes se relacionan con
el conocimiento en un contexto de fuerte irrupción de las tecnologías digitales, entre las cuales se hallan las que
incorporan la inteligencia artificial generativa.
1
El artículo retoma ideas planteadas en la ponencia “Derecho a la educación superior. Experiencias y perspectivas de jóvenes
universitarios/as en un contexto de culturas digitales” presentado en el IX Encuentro nacional y VI latinoamericano La Universidad como
objeto de investigación. Universidad Nacional de La Plata. 14 de noviembre de 2024.
2
Universidad Nacional de General Sarmiento Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires, Argentina/
kbenchimol@campus.ungs.edu.ar/ https://orcid.org/0009-0006-1144-8988
3
Universidad Nacional de General Sarmiento Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires, Argentina/
vmessina@campus.ungs.edu.ar / https://orcid.org/0009-0002-7922-0841
4
Universidad Nacional de General Sarmiento Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires, Argentina/
npoliak@campus.ungs.edu.ar / https://orcid.org/0009-0000-6275-3583
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Palabras Clave Derecho a la educación superior / Paleolibertarismo / Tecnologías digitales / Universidad /
Inteligencia artificial
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Abstract
The development and expansion of digital technologies in recent decades, and their increasingly dominant
presence in our daily life, has change our ways of producing and spreading the knowledge. In a trans pandemic
scenario, technologies are acquiring different meanings related to a profound change in the construction of
subjectivities and sociability, in which the university is also going through all these transformations.
As part of the Teacher career curricula at the National University of General Sarmiento within the framework of
the subject Challenges of the teaching profession in secondary school and at the higher level, we develop a
qualitative study in each semester on different topics. During 2024, we set ourselves the objectives of knowing
the perspectives of incoming students from different public universities of the AMBA on their right to university
level education, characterizing affiliation processes and understanding some institutional and pedagogical aspects
that favor or hinder their progress in their studies. 34 in-depth interviews were conducted with a semi-structured
script.
In this article we will share an analysis about youth perspectives on issues related to the right to university level
education; participation; and about the ways in which students relate to knowledge in a context of strong
emergence of digital technologies, among which are those that incorporate generative artificial intelligence.
Key words Right to education / Paleolibertarianism / Digital technologies / University / Artificial Intelligence
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Introducción
Comprender a la educación superior como derecho implica “estudiar en condiciones adecuadas, a aprender y
correlativamente a avanzar en los estudios, y a recibirse en un plazo razonable” (Rinesi, 2015 p. 96). Sin embargo,
este acuerdo general y sostenido en la normativa vigente, que garantiza la gratuidad de las universidades y su
ingreso irrestricto, hoy está siendo cuestionado. Desde el gobierno nacional y desde medios de comunicación
hegemónicos asistimos a un ataque frontal hacia las universidades públicas y al sistema científico y tecnológico
¿Han permeado en los propios estudiantes ideas que atentan contra el derecho a la educación superior de la
mano de un posible arancelamiento y mayor restricción en el ingreso? Un estudio anterior nos ha mostrado que
un sector del estudiantado comienza a sostener posiciones a favor de estas ideas (Benchimol et. al 2024).
El trabajo de campo que se analiza aquí se realizó en los meses de mayo y junio de 2024. En un momento
particular de la vida política argentina, inédito en la historia del país: primeros meses de un gobierno de extrema
derecha elegido democráticamente que plantea que el Estado nacional no tiene que ser responsable del sistema
educativo y del derecho a la educación.
Esto sucede en un contexto de fuerte irrupción de tecnologías digitales que delimita nuevas fronteras de inclusión
y exclusión; y organiza la tendencia a establecer vínculos y formas nuevas de relaciones y comunicaciones, que se
instalan en nuestra cultura. Caracterizamos, además, a este momento como más allá de la pandemia. Las huellas
de la virtualización forzada persisten en la actualidad y creemos que permiten comprender procesos más
recientes. “Transpandemia (...) es una lente conceptual para nombrar los efectos producidos por la triple
temporalidad del malestar vivido durante la pandemia y el regreso a los edificios escolares. (...) Hay pliegues
prepandémicos, pandémicos y pospandémicos que requieren ser explorados enfocando la escena que se
presenta como instantánea con sus nuevos bordes y desbordes” (Zelmanovich, 2023, p. 46). La lectura a través de
la lente más allá de la pandemia permite poner foco en distintas caras del malestar sin fijarlo, para comprender su
singularidad y mirar la complejidad de sus efectos. ¿Cómo se vive este momento más allá de la pandemia en las
universidades? Si la educación superior además de ser un lugar de formación de índole científico-profesional, es,
por sobre todo, una instancia de producción de subjetividades y experiencias culturales (Pierella, 2014): ¿Cómo
vivencian lxs jóvenes sus inicios en la vida universitaria en este contexto de transformaciones sociales,
tecnológicas, culturales y políticas inéditas?
La primera parte de este artículo describe el contexto político de avances de las derechas extremas y el contexto
socio técnico que permea las subjetividades. Luego se presentan las consideraciones metodológicas del trabajo de
campo y posteriormente un apartado de análisis que se centra en los vínculos que establecen las y los estudiantes
con el conocimiento a partir del mayor uso de las tecnologías digitales y en su participación en las universidades.
Una interpretación del contexto socio político y tecnológico: Donde estamos y desde donde miramos
Asistimos a un avance de la ultraderecha en el mundo que tiene, entre una de sus banderas, el antiestatismo
brutal y el desmantelamiento de lo común. Este paradigma, caracterizado como un sentido común de época
individualista y que se pretende “antipolítico”, con sectores reaccionarios bajo etiquetas de “libertarios”, tiene
hoy gran trascendencia política y cultural. Se trata de un fenómeno global con ribetes particulares para el caso
argentino. Según Ruiz el libertarismo es:
“una corriente política derivada del individualismo extremo y de la Escuela austríaca de economía. En
particular, el libertarismo en su versión anarco-capitalista se distingue por tratarse de un movimiento
político extremista en cuanto al rol del Estado, ya que postula su abolición y la autorregulación social a
través del mercado” (Ruiz, 2024, p. 5).
El libertarismo actual representa una fusión de tradiciones políticas basadas en la no intervención en tres planos:
liberalismo en la esfera económica, el anarquismo individualista en el plano moral y la vieja derecha conservadora
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en el plano internacional. Para comprender estas articulaciones nos remitimos al manifiesto de 1990: Un alegato
en favor del paleolibertarismo
5
, escrito por Lew Rockwell, donde discute la legitimidad del Estado apelando a
otras figuras de autoridad de orden natural expresadas en instituciones intermedias no estatistas como la familia
o la Iglesia que se articulaba a otro elemento clave reaccionario de la cultura estadounidense: sectores
abiertamente racistas y homofóbicos (Fernández, 2024).
En nuestro país, el avance libertario no sólo discute el rol del Estado, sino que propone su abolición y propicia la
desregulación de la vida de las personas
6
. Estos cambios han suscitado preocupaciones respecto a la continuidad
y efectividad de las políticas públicas en materia educativa que plantean interrogantes sobre el compromiso del
Estado como garante del derecho a la educación. Se introduce a los mecanismos de mercado para dar solución a
problemas educativos con una mirada a-histórica y transnacional (Rizvi y Lingard, 2013). La discusión se centra en
cómo se interpreta la idea de la igualdad social con valores tales como la eficiencia y la meritocracia, conceptos
centrales de la teoría del capital humano
7
, que sugiere que el éxito educativo y profesional deben basarse en el
mérito y el esfuerzo individual sumado a discursos que señalan esos elementos como claves para el crecimiento
económico. Semán (2023) plantea que el individualismo es también el resultado de las transformaciones sociales
que pusieron al mercado en el centro, y de las transformaciones culturales que potenciaron el valor de la
subjetividad y su singularidad. Desde una mirada que identifica que, donde hay un individuo, hay infinitos
derechos y reclamos, las derechas plantearon una ofensiva:
“A lo aparentemente indiscutible, las derechas opusieron términos nuevos y/o interpretaciones
alternativas que terminaron por imponerse porque trazan puentes con experiencias concretas. A las
imposibilidades del Estado, opusieron las virtudes del mercado, a la retórica de los derechos, muchas
veces vacía y otras veces incomprensible, opusieron la de las obligaciones y los merecimientos” (Semán,
2023, p.30).
En este contexto, la educación es entendida como una inversión en las habilidades y competencias de los
individuos que, a su vez, incrementan su productividad y su capacidad para contribuir al desarrollo económico.
Esta visión ignora las desigualdades estructurales que afectan las oportunidades de los sujetos desde el
nacimiento, factores como el acceso desigual a recursos educativos, y las influencias socioeconómicas que
pueden distorsionar la relación entre mérito y éxito, convirtiendo la meritocracia en una ilusión que justifica las
disparidades en lugar de corregirlas (Kreimer, 2001).
El paleolibertarismo ha encontrado en las tecnologías digitales un aliado estratégico para difundir sus ideas y
consolidar su influencia. A través de plataformas digitales, sus defensores pueden llegar a una audiencia más
amplia y diversa, sorteando los filtros tradicionales de los medios de comunicación. Estas nuevas prácticas
descentralizadas y de contacto directo que ofrecen las tecnologías digitales se alinean con los principios
libertarios del paleolibertarismo, permitiendo la creación de espacios que operan por fuera de la autoridad
estatal. Esto plantea preocupaciones dada la propagación de ideas extremistas y la manipulación de la
información, la proliferación de noticias falsas de forma intencionada dado que las tecnologías digitales pueden
facilitar la difusión de contenidos polarizantes, estereotipados y discriminatorios.
Estos giros, asumidos en nuestra realidad cotidiana, articulados con algoritmos, plataformas, programas,
sistemas, son parte de transformaciones profundas que desarrollaremos en el apartado siguiente.
5
El “paleolibertarismo”, tomando al prefijo paleo como las raíces culturales de Estados Unidos, a lo antiguo o primitivo que debía ser
recuperado luego de décadas de progresismo cultural. Para ello se tornaba necesario definir un programa que adicionara a la condena del
Estado, la entronización de la propiedad privada y el mercado libre como piedras fundacionales, la reparación de la autoridad social
(encarnada en la familia, la Iglesia o la comunidad), a fin de proteger al individuo frente al Estado y como llave necesaria para el desarrollo
de una sociedad de tradición judeocristiana libre y virtuosa, a partir de normas de moralidad (Fernández, 2023).
6
Estas cuestiones se reflejan por ejemplo en cambios significativos como la modificación de la Ley de Ministerios mediante el Decreto
8/2023, que conllevó a la degradación del Ministerio de Educación en Secretaría dentro del Ministerio de Capital Humano.
7
La antigua teoría del Capital Humano fue desarrollada principalmente por Becker, quien formalizó el concepto en su libro "Human Capital:
A Theoretical and Empirical Analysis with Special Reference to Education" (1964).
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Entorno sociotécnico y nuevas socialidades
La digitalización de la información está redefiniendo la forma en que las personas construyen y negocian sus
identidades, generando nuevas subjetividades en constante transformación. La tecnología digital genera una
lógica particular de automatización en la vida de las personas que impacta en diferentes ámbitos como el trabajo,
las relaciones personales, el entretenimiento, la política y el medio ambiente. Aparecen nuevas relaciones con la
información y el conocimiento, en donde se articulan cuestiones como la jerarquización de contenidos, la cultura
memética
8
y la personalización de la experiencia.
Los consumos culturales a través de medios digitales, la aparición de plataformas, videojuegos, redes sociales,
streamers, influencers, como referentes de la cultura digital disputan los sentidos en torno a lo socialmente
legitimado y el lugar del acceso a la información tradicionalmente validada. Van Dijck (2016) considera a las
plataformas como ensambles sociotécnicos e infraestructuras performativas. Retoma la teoría del “actor-red”,
desarrollada por Latour, Callon y Law décadas atrás
9
y pone el foco, no en examinar “lo social” como tal, sino en
establecer las relaciones entre las tecnologías y las personas y explicar de qué manera estas relaciones son
materiales y semióticas. Desde una perspectiva de la complejidad, articula este abordaje de las plataformas como
constructos sociotécnicos (tecnología -usuarios y contenidos) para considerarlas también como estructuras
socioeconómicas (regímenes de propiedad, su gobierno y sus modelos de negocios). Su concepto de “nuevas
socialidades online” refiere a las formas en que las personas se conectan, interactúan y negocian sus relaciones
en línea y fuera de línea. Según Van Dijk, “la conectividad se ha convertido en un aspecto fundamental de
nuestras vidas, dando lugar a nuevas formas de socialidad que trascienden los límites tradicionales de tiempo y
espacio" (2016, p.20). No obstante, más allá de estas nuevas oportunidades que crean las plataformas de redes
sociales para la socialización han generado nuevas tensiones y conflictos en torno a la privacidad, la identidad y la
comunidad.
Entretanto, las prácticas sociales que incluyen los procesos de construcción de conocimiento, la lectura y la
escritura, se encuentran sometidas a múltiples transformaciones que abren un campo de disputas para
desnaturalizar y deslegitimar la cultura letrada (Britos, 2015). Nos encontramos en un cambio profundo y
acelerado en los modos en que el conocimiento se produce, circula y se comunica.
El término tecnologías vitales se refiere a estas nuevas plataformas digitales, por el modo en que generan formas
particulares de ser y existir en el mundo (Gómez Cruz, 2022). El crecimiento de dichas tecnologías se aparta de su
sentido utópico generando avasallamiento y control de la vida social. Esta intromisión, que se vuelve más visible
cuando esta infraestructura digital falla, puede convertirse en una distopía de la promesa de la democratización
en el libre acceso a la información, el conocimiento y el uso de sus herramientas.
Estas transformaciones se han sucedido también dentro de las instituciones educativas, en especial, como efectos
más allá de la pandemia. En las universidades, los dispositivos tecnológicos digitales se han convertido en canales
activos de comunicación, para acceder y circular información institucional, sobre el fomento de espacios de
participación y sobre contenidos disciplinares de las asignaturas. No obstante, estas consideraciones adquieren
una amplitud diferente con la aparición de la Inteligencia Artificial (IA) “llamada con justa razón ´generativa´ a
partir de simples instrucciones orales o escritas, ahora hacemos aparecer una especie inédita de lenguaje o de
imagen” (Sadin, 2024, p. 129). Así, utilizamos los prompt, para dar instrucciones a sistemas para generar textos,
voces, pseudo fotografías, pero dentro de una estructura muy entrelazada y confusa.
8
El concepto fue popularizado por el biólogo evolutivo Richard Dawkins en su libro “El gen egoísta" en 1976. El meme, en analogía a un
gen, fue concebido como una "unidad de cultura" (una idea, creencia, patrón de comportamiento, etc.) que se instala en la mente de los
sujetos y que se reproduce para instalar o para adoptar una creencia o una idea replicadora.
9
Es un enfoque ontológico característico de teoría social y de investigación originado en el campo de los estudios sociales de la ciencia en
los años 1980.
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El ChatGPT y cualquier sistema análogo forman un entorno novedoso como agentes conversacionales que fueron
incorporados tanto en los motores de búsqueda como en la cotidianidad de las aplicaciones que “nos incitan,
aunque sin parecer hacerlo, a tomar decisiones acordes con los intereses de las diferentes empresas” (Sadin,
2024, p. 130). Estas prácticas basadas en la comodidad y el control se afianzan rápidamente y relegan la oralidad,
la conversación presencial o telefónica, a un plano secundario. El utilitarismo económico permeabilizó e instauró
un utilitarismo de las relaciones y de nuestra existencia, en esta “tecnologización de las relaciones” (Sadin, 2024),
sostenida por la industria digital y en constantes interacciones con falsas apariencias entre avatares y perfiles
inventados en una realidad ficcionada. Estas herramientas pueden reforzar los prejuicios y estereotipos al utilizar
datos y algoritmos. Según lo que plantean Lippenholtz y Lion (2025) los algoritmos influyen en la forma en que
vemos la realidad, y contribuimos a sus comportamientos con nuestros simples clicks. De igual modo, esta IA
generativa impregna el mundo de la narrativa política, los discursos políticos, la instalación de las agendas, de la
verdad relativa, por su capacidad para persuadir. Como plantea Gómez Cruz (2022), las IA son un “proyecto
político”.
Breves consideraciones metodológicas
Desafíos de la profesión docente en la escuela secundaria y el nivel superior es una de las últimas materias del
trayecto pedagógico de las carreras de Profesorado de la Universidad Nacional de General Sarmiento. Se propone
que las y los estudiantes analicen en profundidad las problemáticas actuales de dichos niveles y comprendan las
lógicas y los procesos de investigación y de construcción de conocimiento en el campo educativo. Uno de los
propósitos de la asignatura, de la cual somos profesoras, es iniciar a estudiantes -futuros docentes- en los modos
sistemáticos de construcción de conocimiento. Por eso, se propone que participen de una indagación que los
acerca al proceso de investigación. Con nuestro acompañamiento, cada semestre las y los estudiantes de la
materia desarrollan una indagación sobre los inicios de la vida universitaria y el nivel superior en clave de derecho
a la educación, participan del diseño del estudio; la construcción de los instrumentos, la toma de entrevistas y su
análisis. Las entrevistas que aquí se analizan han sido tomadas en ese marco.
En el primer semestre de 2024 los objetivos que se plantearon para el estudio fueron: conocer las perspectivas de
las y los estudiantes ingresantes sobre el derecho a la educación superior; caracterizar los procesos de afiliación a
las instituciones universitarias; y comprender las perspectivas estudiantiles sobre qué aspectos institucionales y
pedagógicos favorecen u obstaculizan sus avances en los estudios.
Se tomaron 34 entrevistas en profundidad a jóvenes (entre 18 y 27 años) que ingresaron en 2023 o 2024 a su
primera carrera en una universidad pública del AMBA
10
. Nos interesó en particular conocer las perspectivas
juveniles en momentos de debate social acerca de la gratuidad y el derecho a la educación.
Análisis
Las tecnologías digitales y los nuevos vínculos con el conocimiento
Las transformaciones sociotécnicas, que incluyen el aprendizaje forzado del uso de artefactos digitales, tienen su
eco en las instituciones educativas y son parte del proceso más allá de la pandemia. La creciente digitalización de
nuestras existencias instituyó “un distanciamiento de los demás, de sus cuerpos, de su presencia bruta, también
del calor- térmico y afectivo- con el que pueden gratificarnos” (Sadin, 2024, p. 150). Esto implica que las
relaciones entre estudiantes, y entre estudiantes y docentes, están siendo afectadas por estos procesos de
transformación social. Muchas veces se expresa en el esfuerzo y el agotamiento que implica para las y los
docentes hacer la interoperabilidad entre plataformas y dispositivos distintos y desiguales que recae en ellos
(Dussel, 2022), así como cambios en los modos de estudiar y sociabilizar de estudiantes en los inicios de la vida
universitaria.
10
Por el tamaño del corpus no se identifican los entrevistados. Las casas de estudio a las que pertenecen son: UTN, UBA, UNPaz, UNGS,
UNAHUR, UNTREF, UNSAM, UNLaM.
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Algunas entrevistas expresan esta cosmovisión de la tecnología entendida como vital, referida específicamente a
su uso en los procesos de aprendizaje. Ante cuestiones acerca de cómo son consultadas y/o requeridas expresan
que lo hacen mayormente como herramientas de búsqueda y ayuda para la comprensión de contenidos.
Comentan que observan videos que son recomendados por docentes, algunos de los cuales fueron elaborados en
el marco de la enseñanza en los tiempos de la pandemia.
“Yo elijo videos de profesores que recomendaban los profes de acá. Que eran reconocidos, tipo, habían
trabajado acá, pero después se pasaron como al mundo virtual” (Entrevista 2)
Además de los videos recomendados por docentes, las y los estudiantes suelen comentar que buscan temas y
luego visualizan videos de Youtube para complementar las clases, comprender temas que no les quedaron claros:
“generalmente todos usan algún video de YouTube para terminar de entender” (Entrevista 29)
“...La verdad que buscaba en internet “Función tal”, me aparecía un video de veinte minutos, lo veía y la
verdad que lo entendía bastante. Después con eso he usado los ejercicios que mandó el profe y después
para el examen la verdad que me fue bien, la verdad me sirvió bastante como para reforzar” (Entrevista
34)
Un estudiante comentó que se preparó para el examen únicamente con videos de Youtube:
“Ahhh.. videos de youtube si un montón, todo el tiempo, para un parcial de derecho civil me prepare con
videos de youtube nada más. En cada video el señor me explicaba cada artículo, entonces se me hizo re
fácil, encima con ejemplos re tontos y se me hizo súper fácil. Para un parcial me preparé todo con youtube
no lo podía creer y mi amiga también, nos pasábamos los links entre los dos” (Entrevista 16)
Ante las dificultades que se les presentan a las y los ingresantes al estudiar (en la interpretación de los textos, en
la comprensión de un contenido, etc.), el rápido acceso a un video explicativo parece resultarles una estrategia
útil para aclarar dudas o ampliar aquello que se ha dado en la clase. Parece ser percibido en algunos casos como
un servicio de profesor “on demand” (“en cada video el señor me explicaba cada artículo”). Cabe señalar una
importante diferencia entre el acceso al video por vía de la consulta espontánea en el buscador automático o a
través de una recomendación de docentes. Cuando se llega a través de los algoritmos, las y los estudiantes no
suelen contar con conocimientos y estrategias para distinguir si la información que les llega está validada
científicamente y/o si coincide con el enfoque disciplinar que se enseña en la universidad. En cambio, cuando el
video es sugerido por el/la docente, la información ha sido seleccionada y validada.
¿Leer textos o mirar videos?
En algunos casos, la utilización de medios audiovisuales o auditivos sustituye a la lectura. En el caso de los
audiolibros una estudiante plantea que le permite hacer algo en la casa a la vez que los escucha, a diferencia de la
lectura.
“a veces el hecho de sentarte a leer te quita mucho tiempo de hacer otras cosas y con mi vida que es un
poco s compleja en cuanto a las ocupaciones por ahí digo: bueno, ok, está el audiolibro de esto y lo
puedo escuchar mientras estoy haciendo otra cosa, alguna cosa de la casa o del trabajo” (Entrevista 15)
En función del tiempo, se busca simplificar el acceso a la información para poder hacer otras cosas
simultáneamente. Asimismo, algunos estudiantes expresan que, al estudiar con videos, leen con menos atención.
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“Y por ahí que no lees con tanta atención porque después ves el video y hay cosas que te perdés del texto”.
(Entrevista 29)
Si bien son pocos los casos, la mención del reemplazo de la lectura por la escucha en un estudio universitario - ya
sea a través de videos o audiolibros - resulta algo novedoso. Esta sustitución podría estar relacionada con las
dificultades que le presenta a lxs estudiantes la lectura en los inicios del nivel superior, debidas a la naturaleza
implícita de los saberes en juego (porque los textos científicos y académicos contienen información tácita que los
autores suponen que las y los lectores pueden reponer), y con el modo de lectura propio de una cultura
disciplinar (Carlino, 2005). Pero en estos tiempos también está relacionada con una cultura audiovisual, en la cual
la infraestructura de los medios digitales promueve nuevas autoridades y modalidades del conocimiento (Perrotta
et. al, 2021, en Dussel, 2022). Fundamentalmente, cabe preguntarse por la profundización y la comprensión que
logran los estudiantes de un tema académico a través de vías que evitan o sustituyen los textos escritos, cuando
principalmente es a través de la lectura que las y los estudiantes toman contacto con el conocimiento de las
disciplinas (Carlino, 2005) y cuando la lectura es una vía privilegiada para promover el pensamiento crítico (Olson,
1998).
Asimismo, los estudiantes mencionan algunas experiencias sobre el uso de herramientas digitales con IA, por
ejemplo, para elaborar resúmenes, diseñar imágenes, armar videos, desgrabaciones, etc.
"Sí, se está utilizando mucho la IA, Chat GPT, y si llegué a usarla para un trabajo. Para es muy útil para
cuando te encontrás, no sé, muy perdido con un tema o para que pueda corregirte los errores al escribir.
(Entrevista 7)
“Yo creo que el uso es positivo, capaz no tenés ganas de pensar y bueno, lo buscas en la IA y listo
(Entrevista 3)
Cabe preguntarse por la relación entre cambios en los modos de estudio y la construcción de conocimiento. En las
citas mencionadas, las y los estudiantes comentan que modificaron la forma de estudiar, y que la IA les corrige
errores, les hace resúmenes. Pero, si para resumir sin la IA, un estudiante tiene que interpretar el texto,
jerarquizar información, a veces parafrasear o sintetizar ideas, ¿qué sucede con el aprendizaje cuando todos estos
procesos los hace la IA? La preocupación es por la posible delegación de funciones cognitivas en este tipo de
tecnologías, cuando los propios estudiantes reconocen que pueden suplantar ciertos pensamientos “capaz no
tenés ganas de pensar y bueno, lo buscás en la IA”. ¿Se delegan funciones cognitivas en la IA cuando se estudia
con ellas? ¿Qué consecuencias podría traer esto? El panorama a futuro es aún s incierto, y algunos
especialistas ven el peligro de la disminución de las capacidades humanas.
“Cuando se combine con la computadora cuántica va a ser un desastre, tanto en el modo bottom up,
porque la delegación de funciones va a ser masiva, como top down, por la capacidad de formateo de lo
vivo por la máquina, disminuyendo las capacidades de cuerpos y en particular, cerebros.” (Benasayag y
Pennisi, 2023, p.79)
Este avance de las tecnologías para propiciar las comunicaciones y el acceso a la información ha hecho posible
que las personas se conecten y compartan ideas, conocimientos y experiencias, sin embargo, bajo la superficie
encantadora se oculta, en términos de Benasayag “la colonización digital” (Benasayag y Pennisi, 2023, p. 95), el
lado oscuro que a menudo pasa desapercibido, como una consecuencia de los avances tecnológicos. El autor
afirma que la verdadera novedad respecto de los paradigmas coloniales es que “el colonizador en este caso no
está interesado en la conquista de la tierra, ni en los recursos del suelo, ni en el petróleo sino que apunta a los
recursos identitarios” (ob. cit., p. 96), a una vigilancia totalitaria de los humanos en la web y a un enredo en una
maraña de conexiones digitales y espejismos virtuales que pasan por servicios reales.
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En las narrativas de estos jóvenes aparecen miradas críticas. Señalan que un uso inadecuado y excesivo de estas
herramientas puede ser un factor negativo a la hora de estudiar. Varios entrevistados plantean que el uso de las
herramientas con IA requiere cierta precaución, para que no implique dejar de pensar o de “hacer con el
cerebro”, ni los haga dependientes de las tecnologías.
(...) Lo de chat GPT te puede desarrollar una idea, pero solo hay que usarlo como una herramienta para
no depender totalmente de él. nos puede ayudar, pero a veces si es constante su uso terminamos
dependiendo y esto es negativo.” (Entrevista 18)
“hay muchos que usan la IA para hacer cosas, en vez de hacer con su cerebro… porque lo usan mal,
tendrían que explicar con sus palabras lo que entienden. (...) Lo que es positivo podría ser, buscar
información y armar un, algo, completo con la información que van a buscar.” (Entrevista 13)
Mencionan comentarios relacionados con la desconfianza, con uso generalizado, con la fiabilidad:
“la contra que le veo a la IA es que vos no te podés fiar 100% de eso y de la información que te está dando
sin antes leer algo sobre el tema o haber investigado o demás” (Entrevista 1)
“Yo le hice tres preguntas diferentes sobre tres conceptos diferentes para después vincularlos. Entre
cuatro compañeros cada uno tenía que escribir su respuesta en la carpeta, y mi otro compañero lo que
hizo fue literalmente la pregunta de la guía ponérsela a la IA. Entonces cuando fue a leer era cualquier
cosa. No tenía nada que ver ni con el autor, ni con nada. Entonces sí, yo la suelo usar. Hasta ahora a
me ha resultado bien, conozco gente que le ha resultado mal” (Entrevista 28)
Las tecnologías se destacan por la inmediatez, la velocidad, en la que un sujeto puede acceder a esa información
buscada; justamente uno de los cambios que traen los medios digitales es que hay nuevas economías del tiempo,
más veloces, breves e intensas (Dussel, 2022). Estas cuestiones claramente se ven reflejadas en las nuevas formas
de producir y circular el conocimiento. Algunos estudiantes manifiestan que:
“Son bastante útiles porque te ahorran tiempo, aparte te permiten entender mucho más fácil la
materia, que es un poco pesada” (Entrevista 23)
El material de estudio está puesto a consideración, es reemplazado por otras fuentes externas a la carrera o con
otras referencias complementarias para hacer “más fácil” el acercamiento. Inclusive se usa para reemplazar la
consulta al docente:
Estábamos tratando de responder un par de consignas y para plantear una duda que teníamos en vez de
preguntarle al profe, decidimos preguntarle a chat gpt.(Entrevista 28)
Ante las dudas, si bien se conservan algunas preguntas a docentes o a grupos de pares, es muy frecuente la
consulta en Internet.
“Busco en internet, bueno también tenemos el grupo de WhatsApp de la materia que, si hay alguna duda
o algo, siempre resolvemos por ahí, pero sí, yo en general me manejo mucho buscando en internet”.
(Entrevista 17)
Interpretamos que en la sustitución parcial que se da de los intercambios con docentes y pares por las consultas
en internet, subyace cierta idea de que el conocimiento consiste en la búsqueda y gestión de la información.
Como plantea Dussel:
“El conocimiento entendido como búsqueda y gestión de la información relega o posterga la necesidad de
chequear las referencias, revisar lo hallado o volver a leer; las preguntas cognitivas o éticas sobre la
información que se recibe son cada vez menos importantes, y se valora sobre todo la velocidad y la
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inmediatez con que se recupera información. Esto trae una marginación de epistemologías y modos de
conocer alternativos, que aunque no aparezcan en los primeros lugares de las búsquedas en las
plataformas, son parte de la riqueza de la experiencia humana y son necesarias para fortalecer el
pluralismo y la democracia de la vida en común” (Dussel, 2022, p. 37)
En estas nuevas modalidades del conocimiento parece que la ayuda proviene frecuentemente de afuera de la
universidad. Estas experiencias implican una transferencia y delegación de prácticas de conocimiento a
plataformas controladas corporativamente basado en los intereses de grupos comerciales hegemónicos. Con
preocupación podemos alertar sobre un fenómeno inquietante sobre los usos de la tecnología digital con un
poder persuasivo que puede condicionar nuestra capacidad de juicio y de acción. Además estas nuevas
configuraciones pueden resultar amenazantes hacia el lugar histórico de la universidad que propicia un
pensamiento crítico, reemplazando nuestra autonomía con protocolos que guían y moldean nuestra percepción
de la realidad, ya que “la humanidad se está dotando a grandes pasos de un órgano de prescindencia de ella
misma y se rodea de artefactos que responden a intereses privados que pretenden instaurar una organización de
la sociedad en función de criterios principalmente utilitaristas” (Sadin, 2020, p.147).
Dussel (2022) plantea la relevancia de la pregunta acerca de qué marcas están dejando los medios digitales en las
formas de conocimiento privilegiadas en la actualidad. A esta pregunta podemos sumar, a partir del análisis
realizado: ¿qué conocimientos construyen lxs estudiantes cuando sus fuentes de consulta y estudio remiten con
fuerza a los videos de youtube y a la información provista por la IA?
Estudiar de manera individual, cada vez más frecuente
La posibilidad del acceso a fuentes de consulta de manera inmediata y en cualquier dispositivo que tenga
internet, como los videos de Youtube o plataformas como chat gpt, se relaciona con que las y los estudiantes
puedan resolver dudas sin interactuar con otras personas directamente.
“… busco herramientas o trato de contactar con el profesor y preguntarle, no sé, si tiene ponele otro
material, algún video o algo así. O si no, busco por fuera de la facultad y del material que me da el
profe y me arreglo con YouTube, con Google”. (Entrevista 01)
Algunos dicen haber estudiado con compañeros, y otros que abandonan esta modalidad porque no se sienten
cómodas/os con la heterogeneidad de los grupos en la comprensión de los temas.
“Yo intenté al principio estudiar en grupo y la verdad que no me servía por esta cosa de que era como
que no todos entendíamos lo mismo o no todos llegábamos a lo mismo. O incluso me daba cuenta de
que muchos no saben resumir, y entonces a mí eso un poquitito me irritaba (risas) y dije bueno, no va a
funcionar”. (Entrevista 12).
“...le pedí ayuda a compañeros, pero me sentía muy atrás. Sentía que mis compañeros estaban
avanzados, lo que ellos comprendían en una lectura de veinte minutos, yo tenía que entender en una
hora y eso me frustraba no me sentía cómodo ya sin entender las cosas”. (Entrevista 08).
Las y los estudiantes disponen ahora de recursos a los que recurren -ya sea para ampliar la comprensión de los
textos o como reemplazo de su lectura - como fuentes de conocimiento, poniendo a estos recursos “al mismo
nivel” que los que son provistos por las instituciones universitarias (Krichesky et.al, 2024), y que muchas veces
estos recursos digitales reemplazan a la interpretación colectiva sobre los textos.
Cuando surgen dudas en el estudio, tratan de resolverlas con las tecnologías, sin interactuar con otros. Esto
sucede en un contexto de lo que Merkler (2013) refiere cómo las políticas de la individuación que actúan sobre las
subjetividades y son parte de la implementación de un nuevo control social. Si bien estudiar de manera individual
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no es novedoso, parece ser el hecho de que sustituye a ciertas dinámicas de estudio colaborativo asociado a la
vida universitaria desplegadas en distintos espacios el estudio con otros que ha sido característico en otros
tiempos (Carli, 2014).
Individualismo, participación y lo común en las universidades
“La universidad pública no es sólo un espacio en el que tiene lugar una formación de índole científico-profesional,
sino, por sobre todo, una instancia de producción de subjetividades y experiencias culturales” (Pierella, 2014; p.
52). En un escenario más allá de la pandemia, ya a más de dos años de la vuelta a la presencialidad plena en las
instituciones, nos preguntamos: ¿cómo habitan las y los jóvenes ingresantes el espacio de las universidades? ¿En
qué espacios participan? Además de las clases, ¿qué ámbitos comparten con otros? ¿Se sienten parte de la
universidad como un espacio común? ¿Qué sucede hoy con los procesos de afiliación a las instituciones
universitarias?
En investigaciones sobre las universidades del siglo pasado e inicios de este, siempre fue muy valorado el grupo
de pares como sostén para el estudio, una interacción necesaria para comprender los temas. Carli (2014)
menciona que:
“la experiencia estudiantil se caracterizó por la importancia de la sociabilidad de pares (...) estrechamente
ligada a las dinámicas asociativas de la vida universitaria, con componentes lúdicos y utilitarios, y
desplegada en distintos espacios (las propias facultades, los bares y parques cercanos a las facultades,
casas, entre otros) (...). La universidad fue un espacio para la configuración de lazos de amistad, en los
que intervinieron en forma singular fronteras sociales e identificaciones políticas: la experiencia
universitaria se reveló crucial, sea para reafirmar las amistades preuniversitarias o para confirmar nuevas
vinculadas con el nuevo mundo simbólico compartido” (Carli, 2014, p. 46).
En la actualidad algo de este tipo de experiencia de socialización entre pares parece estar cambiando. La
universidad como espacio de encuentro con otros, como un potencial propio de la universidad pública (Pierella,
2014) es lo pareciera estar transformándose de modo radical. La figura de un “otro” significativo, encarnado en el
grupo de pares no tiene una presencia tan gravitatoria, ni para estudiar, preparar trabajos grupales, asistir a la
biblioteca o simplemente pasar tiempo juntos. La experiencia universitaria parece ser cada vez más solitaria para
algunos estudiantes.
Con relación al sentimiento de pertenencia institucional, los testimonios son diversos. Por un lado, observamos
que muchos estudiantes manifiestan “sentirse parte” de la Universidad. Para sentirse incluidas/os consideran
como un punto importante el buen trato docente, incluso como motivación para poder avanzar en la carrera. En
estos casos, el docente de los primeros años es reconocido como figura central, en coincidencia con lo que
señalan otros estudios (Pierella, 2014; Krichesky et. al, 2024).
“también cuando el profesor, es un “Buen profesor”, está presente y dice “bueno si necesitas algo
mándame un mail que yo te respondo, te ayudo, que se yo”, y ahí es como que te hace sentir parte de la
universidad, y decís, me están ayudando a poder seguir la materia.” (Entrevista 16)
Durante los primeros meses de sus estudios los alumnos no experimentan una sensación de pertenencia, pero
ésta se desarrolla con el tiempo y la interacción con sus pares, lo cual ha sido estudiado en la bibliografía
específica sobre ingresantes (Feldman, 2014; Pierella, 2014). Nuestro relevamiento da cuenta que hay ingresantes
que no se sienten parte de la vida institucional. En sus testimonios, en general, no avizoran un futuro de mayor
pertenencia y esgrimen, como motivo principal, la falta de tiempo por motivos laborales. Señalaron trabajar una
alta cantidad de horas semanales, lo que representa un obstáculo para vincularse con otros en la universidad. Los
motivos también se vinculan con las tareas de cuidado que deben asumir. Esto dificulta no solo su permanencia y
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constancia en las clases, sino, también incide en su participación en actividades extracurriculares o no
obligatorias.
“¿Te sentís parte de la universidad?” “Dentro del aula no, afuera siento como que no utilizo mucho la
universidad. No voy nunca a la biblioteca, no voy nunca a ver el anfiteatro o… ¿entendés? Es lo que te
digo, vengo, voy a mi clase y me voy. Así como vengo me voy.” (Entrevista 9)
“Muy poco en comparación con otros chicos de la facu, o de la carrera, siento que participo poco de todas
las actividades. No voy a la biblioteca, no me quedo en la facultad después de clase, simplemente voy y
curso y me voy. ¿Por qué? Principalmente por el trabajo. No tengo mucho tiempo para divagar.”
(Entrevista 10)
Si los estudiantes en estos tiempos van a la universidad, cursan y se van, si muchos estudian de manera solitaria
con dispositivos digitales, ¿qué tipo de participación tienen en la vida universitaria? ¿Hay un debilitamiento de la
afiliación institucional? Si los ingresantes no se sienten incluidos en la vida común de la universidad, ¿qué sentido
de ciudadanía se está construyendo?
Desde el enfoque adoptado, la educación inclusiva supone la participación en la vida educativa y comunitaria: la
mera presencia física de los ingresantes en la universidad no implica inclusión si no participan dentro de ella
(Parrilla, 2002). La participación real ocurre cuando los miembros de una institución o grupo, a través de sus
acciones inciden efectivamente en los procesos de la vida institucional y en la naturaleza de las decisiones.
Implica en consecuencia un proceso de crecimiento de los grupos sociales en su capacidad de recuperar una
memoria colectiva fragmentada, de identificar sus intereses y necesidades, y de demandar socialmente (Sirvent,
1994). Nos preguntamos si acaso estos procesos de construcción ciudadana no están siendo debilitados.
Al mismo tiempo, una situación que nos resulta novedosa es que, en algunas de las entrevistas, la vida política de
la universidad es el motivo de no-participación. En estos casos, la política es vivida como algo externo; que, lejos
de incluirlos, los excluye.
“Es un gris. , cuando quiero aprender y estoy en las clases. No me siento parte cuando se ve
que la política embarra mucho lo que es la universidad” (Entrevista 32)
“Aparte a los ingresantes nos hacen participar de todo lo que queremos desde el principio. Pero
quizás no comparto muchas ideologías políticas y si vos no tenés ese pensar no podés ser parte.
Es así. No quiero hablar mucho de política, pero yo que en la carrera que elegimos nosotros
somos los más discriminados.” (Entrevista 14)
Prefiero no meterme en lo que es todo ese tipo de políticas porque esta universidad tiene
mucha política y yo prefiero alejarme de eso” (Entrevista 25)
Lo político refiere a la vida pública de una comunidad o territorio; en cambio la política apunta a la generación,
intercambio y discusión de ideas y cosmovisiones de los individuos de esa comunidad, en términos más
coyunturales (Fontaine, 2015). En cualquiera de esas acepciones, interpretamos que los dichos de los jóvenes en
estos tiempos de individualismo no remiten sólo a un cuestionamiento a las políticas en tanto acciones o a la
disputa partidaria, sino que refleja un desdibujamiento de la vida en común. El alejamiento de la política en
general y la política estudiantil en particular quiebra o interrumpe la historia del movimiento estudiantil en
nuestro país y en la región. Es sabido que, como actores organizados, los movimientos estudiantiles jugaron un
papel crucial en la democratización de la sociedad (Pierella, 2014; Carli, 2014).
En el contexto caracterizado en un apartado anterior, vimos como lo común se encuentra amenazado por el
individualismo radical; la propia idea de comunidad retrocede frente al interés privado. Las y los entrevistados, en
su rechazo a la vida política, expresan un clima de época donde la participación y la política en general son un
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disvalor. Enunciaciones de este tipo confluyen con un ataque discursivo hacia la educación pública por su
supuesto “adoctrinamiento”, desde la ultraderecha global y nacional.
En ntesis, de los testimonios - si bien no son mayoritarios- podemos inferir que algo de la afiliación a la vida
institucional corre riesgo de resquebrajarse al disminuir la participación y los encuentros entre pares. Sin lazo, sin
encuentro, lo que podría diluirse en un nuevo entorno sociotécnico es la idea misma de universidad como espacio
de intercambio con otros para construir un mundo común, en el que convergen el pluralismo y los debates.
Reflexiones finales
En este artículo analizamos algunas experiencias universitarias que están transitando las y los ingresantes más allá
de la pandemia. A partir de los testimonios analizados, podemos pensar estas experiencias en un entramado de
prácticas híbridas de producción de conocimiento en el que se entrelazan las formas tradicionales (institucionales,
legitimadas por el saber académico) y todo un amplio abanico de posibilidades que ofrece el mundo digital que se
han expandido, donde los algoritmos actúan como filtros que ordenan la información y establecen la
jerarquización del conocimiento según criterios estadísticos y de popularidad más que de profundidad, de
precisión y de validación científica.
Los cambios que caracterizamos en los modos de estudio, vinculados a la velocidad y la facilitación de la
búsqueda y gestión de la información -muchas veces en detrimento de los aprendizajes-, están vinculados a un
uso cada vez más individual de las tecnologías y se articulan con demandas permanentes de rendimiento y
productividad en contextos de avance de las extremas derechas (Feldfeber, 2024). Las condiciones laborales, el
aumento de los costos de vida y la apropiación de ciertos estudiantes de discursos que cuestionan la participación
política afectarían los procesos de afiliación e inclusión a la vida universitaria, en tanto restringen los tiempos de
construcción de lazos con otros, de estudio compartido y la participación en diferentes instancias de la vida en
común. La convergencia de la derecha radical en Argentina y la expansión del capitalismo paleolibertario,
sostenido por discursos mediados por tecnologías digitales individualizantes plantea un escenario crítico para la
educación superior en particular y la democracia en general.
¿Llegará el día que las y los estudiantes prefieran mirar videos explicativos y resolver sus trabajos vía IA sin
necesidad de acudir a las instalaciones universitarias? ¿Se impondrá el modelo de la auto-formación; la figura del
emprendedor o autodidacta que se forma solo, ahora no con libros sino con pantallas? ¿Es el triunfo del modelo
de aplicaciones tipo Duolingo
11
? Si hoy vemos menos estudiantes en bibliotecas, pasillos, bares y cantinas
universitarias, ¿quedarán vacías las aulas?
Sin querer ser apocalípticas ni tecnofóbicas, conocer estos riesgos permite repensar los espacios que queremos
conservar, como investigadoras y docentes, en las instituciones. Cabe preguntarse, entonces, por la experiencia
de ser estudiante de universidad. En estos tiempos de cambios mundiales políticos, tecnológicos y sociales, si el
conocimiento incrementa su circulación a través de herramientas con IA y videos relegan la interacción, ¿acaso se
pierde algo de las vivencias universitarias vinculadas a la interacción entre sujetos que piensan, intercambian,
debaten y son parte de las experiencias de lo común? Pensamos que el estudio con otros es algo a favorecer, por
lo cual las propuestas pedagógicas pueden propiciarlo en las clases universitarias, así como habilitar las voces
estudiantiles durante la enseñanza, para que la experiencia dialógica en el aula no se pueda reemplazar por la
simple visualización de un video.
11
Refiere a la app Duolingo (o similares) como plataforma de aprendizaje virtual de idiomas, y a Duolingo English Test, un examen
adaptativo que genera preguntas posibles Diferentes para cada usuario/cliente “asegurando que cada candidato tenga una experiencia
única e inigualable”. Además, puede tomarse en cualquier momento a través de una computadora con micrófono y cámara web. Se trata
de modelos de aprendizaje veloz, predeterminado, a través de la ejecución de habilidades.
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La educación superior es un derecho, no una mercancía. En este sentido, la universidad, como espacio de
participación, resistencia y crítica, enfrenta el desafío de redefinir su papel en un contexto de cambios y nuevas
subjetividades que ponen en tensión reconfiguraciones simbólicas y prácticas. La tendencia hacia la
desinstitucionalización, la individualización del estudio y la privatización del conocimiento impulsada por intereses
corporativos, ponen en riesgo la formación crítica en la universidad. Creemos fundamental recuperar el lugar de
la educación en el nivel superior como un espacio de encuentro y construcción colectiva, fomentar la
participación comunitaria, promover una pedagogía crítica que desafíe los discursos hegemónicos y defender la
autonomía y la independencia de la universidad para sostener el compromiso con la justicia social, la igualdad y la
democracia, y resistir la colonización ultraderechista tecnocrática.
Sostenemos, principalmente en este contexto de combinación de tecnologías y paleolibertarismo que la
comunidad se construye en cada aula, en la escuela y en la universidad: “Comunidad es un aula escolar; ahí hay
comunidad y se produce sociedad” (Puiggrós, 2024). Se trata, ni más ni menos, de la construcción de un mundo
común.
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Fecha de recepción: 08-03-2025
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