
33 |pp 26-40| Año XVII N° 31 |mayo 2025 – noviembre 2025 |ISSN 1852-8171| Artículos
… el conjunto de relaciones, transformaciones que emergen y se extienden en el aula o contexto
educativo, que construyen en su actuación diaria los profe- sores entre sí, profesores y alumnos, orienta-
dos hacia objetivos diversos pero comunes en el desarrollo del proceso de enseñanza/ aprendizaje y
sometidos a las incidencias culturales, sociales del entorno y del propio sistema organizativo e ideológico
y de la realidad personal de cada uno de los agentes participantes (2005).
Esta experiencia favorece “el enriquecimiento cultural, social, emocional e intelectual de los alumnos y los
maestros” (Razo y Cabrero, 2016; Lozano, 2024). En el contexto de la virtualidad, más concretamente de la
actividad sincrónica, vía videoconferencia, la interacción se convierte en un ejercicio propio de la educación a
distancia que facilita al estudiante la participación en la construcción del conocimiento (Barberà, et al, 2001;
Sánchez, 2001), por tanto, no es un fin en sí mismo, sino una oportunidad para “conocer a los interlocutores, sus
puntos de vista, sus opiniones, indagar o comprobar el nivel de adquisición de conocimientos, guiar a la reflexión
o captar las necesidades del grupo” (Sánchez, 2001).
Dentro de las categorías emergentes, hacemos referencia a la horizontalidad de los procesos de enseñanza-
aprendizaje. Concretamente, a una actitud social, interna y externa, que facilita la libertad e igualdad (Santos,
2017) en un contexto para compartir acervos del conocimiento (Portugal, 2022), dialogar hacia un pensamiento
colectivo (Gutiérrez, 2012) y apoyar el propio crecimiento (Corona, 2019).
Se trata de crear un ambiente empático y cordial que invite al diálogo libre entre los estudiantes, donde puedan
comunicarse abiertamente y sin miedos, facilitando actitudes racionales y críticas (Portugal, 2022). Hablamos de
receptividad y apertura a los otros, a la inclusión desde la tolerancia, la escucha y el diálogo (Freire, 1969; Santos,
2017). Una horizontalidad clave para una experiencia de aprendizaje valiosa, como afirma Pérez:
La comunicación horizontal y dialógica propicia la actividad grupal y la construcción social del
conocimiento, dado que ayuda a la cooperación entre iguales y establece códigos de comunicación
especiales que deben ser entendidos desde el contexto en que se desarrollan, sobre todo cuando se
utilizan las tecnologías de la información y la comunicación. (2009).
La otra categoría emergente hace referencia a las consideraciones para la planificación y la gestión de la
experiencia interactiva. A su vez, se desglosa en dos subcategorías: Orden en las actividades de enseñanza-
aprendizaje y la gestión de los tiempos. Para optimizar el aprendizaje, cada sesión sincrónica debería diseñarse
con una planificación particular que aproveche distintos canales y responda a los diferentes estilos de los
estudiantes (Núñez, 2020). Es clave considerar un abanico de posibilidades para elegir la más pertinente en
función de las necesidades, los contenidos y el resultado deseado, así como, establecer una secuencia de
enseñanza-aprendizaje que cuide el orden y disposición de las actividades, el comienzo, el cierre, los tiempos, los
descansos, entre otros.
Discusión de los resultados
Al acercarnos a la videoconferencia e intentar comprender en profundidad la experiencia sincrónica, el discurso
recurrente de los entrevistados se enfoca al valor y la importancia de la interacción. Como dice el entrevistado
ESCFB “la sincronicidad da mucho valor porque nos escuchábamos, nos vemos las caras, podemos interpelar,
crear conjuntamente… ”, los estudiantes aprecian la dinámica interactiva como el ejercicio propio en el momento
sincrónico: “hoy en día se está valorando más la experiencia sincrónica por la interacción” (entrevistado UMPAA),
“Necesito tener ese relacionamiento en el cual yo sienta que no estoy solo en el proceso de aprendizaje”
(entrevistado ICEJ), “no hay interacción con el profesor, no nos vemos con los estudiantes, no tenemos
compañeros, nos sentimos solos…” (entrevistado ICCDD).
En contraposición, la experiencia no interactiva, probablemente generalizada durante la pandemia, nos empujó al