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/ pp 168-171 / Año 9 Nº17 / DICIEMBRE 2022 – JUNIO 2023 / ISSN 2408-4573 / RESEÑAS DE LIBROS
dependientes de universidades argentinas hasta 2021, junto con sus años de creación y las políticas de admisión de
cada una, lo que se constituye en una fuente invaluable para futuras investigaciones.
La PARTE 2 se titula
‘Procesos de producción de desigualdades’
. En el Capítulo 3 de esta segunda parte la autora se
pregunta si la implementación del sorteo público como política de admisión de las dos escuelas platenses investigadas
consiguió efectivamente modificar la composición sociocultural del estudiantado en las mismas. Para ello, realiza un
análisis comparativo de la composición sociocultural de ambas escuelas antes y después de la implementación del
sorteo público como modo de ingreso. Resulta interesante el concepto del feminismo que vertebra su análisis en este
sentido, el del ‘techo de cristal’ y cómo ciertas familias se autoexcluyen del sorteo previamente, evidenciándose las
fronteras invisibles que son definitorias en la elección de las escuelas. Esto se traduce en las distintas decisiones que
las familias van tomando en relación con la elección de una institución escolar y las cuales se encuentran atravesadas
por múltiples variables que no son sólo socioeconómicas, sino que también, como afirma la autora, existen variables
simbólicas. Como conclusión de este análisis comparativo la autora afirma que, a pesar del modo de acceso por sorteo
público de estas escuelas, las mismas son portadoras de un estilo institucional que presenta afinidad electiva con los
valores y visiones del mundo de familias universitarias. En el Capítulo 4 la autora se pregunta si existe un estereotipo
de estudiante que las instituciones analizadas esperan ingresen. Para ello se analiza la categoría de ‘estudiante
autónomo’ como aquel capaz de gestionar sus propios aprendizajes y comportamientos, y autorregular sus trayectorias
y elecciones según aquello que la institución espera. Esta categoría, tal afirma la autora, se encuentra en íntima relación
con la meritocracia presente en este grupo de escuelas: hay un modelo de estudiante que se forma y que se espera.
“(...) el tipo de estudiante esperado también se relaciona con otra instancia de producción de desigualdades en tanto
da lugar a aquellas forjadas ante la distancia entre el estudiante ideal y el estudiante que realmente accede” (pág. 36).
La PARTE 3 se titula
‘Procesos de legitimación de desigualdades’
. En el Capítulo 5 de esta tercera y última parte Di
Piero sistematiza una cantidad de entrevistas realizadas a actorxs de las escuelas investigadas que permiten dar cuenta
cómo operan la producción de jerarquías que ubican a las escuelas analizadas en un lugar de elite dentro de la oferta
educativa estatal. La autora da cuenta desde un enfoque relacional de las desigualdades cómo se dan ciertos procesos
de autolegitimación por distanciamiento que permite a dichas escuelas distinguirse “mediante la subalternización de
sus ‘otros’ y, trazando fronteras imaginarias, constituirse como elites” (pág. 171). Asimismo, la investigación arrojó que
incluso hacia adentro mismo de las instituciones los procesos de autolegitimación por distanciamiento se solapan y
superponen, produciendo jerarquizaciones al interior. Esto lo desarrolla en relación con las distintas orientaciones que
tiene una de las escuelas. En el Capítulo 6, la autora analiza las distintas nociones de justicia sobre las políticas de
admisión de lxs docentes de las escuelas en cuestión. Tal se afirma, dichos criterios de justicia son otro factor
legitimador de desigualdades. De dichos análisis se desprende que existen varios criterios de justicia que conviven en
tensión: hacia adentro de una de las escuelas los criterios varían según “culturas departamentales”. Mientras que, por
ejemplo, la mayoría de lxs docentes del Departamento de Letras tenía posturas que abogaban por el retorno del examen
de admisión, en el caso del Departamento de Ciencias Sociales de la misma escuela, lxs docentes en su mayoría
mostraban posturas a favor del sorteo. De esta manera es que afirma la autora que existen nociones de justicia
“situadas”, donde lo que se observa de manera constante es que, más allá del criterio formal que se tenga sobre el
acceso, no es el único, sino que hay otros minoritarios que también se manifiestan, como el caso de la ideología
meritocrática que sostiene que, “una vez caídas las barreras de acceso, se dará lugar a la permanencia de quienes
mejor se adapten a la propuesta institucional” (pág. 240).
Por último, se incorpora un acápite con Reflexiones finales, donde se resumen las principales conclusiones a las que
fue llegando en cada uno de los capítulos y presenta algunos interrogantes que deja abierto a futuras investigaciones.
Por un lado, el estudio pendiente de las trayectorias de los egresados de las escuelas analizadas (las posiciones que
ocupan, sus inserciones académicas y profesionales) para dar cuenta de si efectivamente constituye o no una variable
central para explicar la ocupación de lugares de privilegio. A su vez, otro interrogante que se plantea es indagar en lo
que la autora denomina la
caja negra del aula
con las prácticas cotidianas que coadyuvan al desgranamiento. En este
sentido, se señala que el interés está puesto en el derecho a la educación, entendido como acceso, permanencia y
egreso.
III. Breves reflexiones finales
La obra aquí reseñada constituye un interesante estudio que reúne no sólo una investigación exhaustiva de campo, sino
un análisis teórico multidisciplinar con aportes de las ciencias de la educación, el derecho, la sociología, la filosofía
política. Resulta imprescindible su consulta para profundizar acerca del derecho a la educación en nuestro país y cómo