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/ pp 39-51 / Año 9 Nº17 / DICIEMBRE 2022 – JUNIO 2023 / ISSN 2408-4573 / SECCIÓN GENERAL
donde los momentos de no presencialidad eran nulos o muy escasos (a diferencia de parte del Nivel Superior
Universitario). Eso se observa en el trabajo de Soldevilla et al. (2020) al encuestar a docentes de distintos países de
Latinoamérica, quienes vieron como un desafío sobrellevar la falta de conocimiento de plataformas tecnológicas, tanto
como el uso de dispositivos computacionales y móviles.
Enseñar mediados por pantallas significó un punto clave de todo el proceso que venimos marcando, el cual se
caracterizó por ser un escenario de profunda heterogeneidad, por un lado; y, por otro, de una profunda desigualdad.
Múltiples investigaciones en diversos países (Elías, 2020; Rodicio-García et al. 2020; Abrantes, 2021; Anderete Schwal,
2021) dan cuenta del masivo acceso a dispositivos celulares, pero que su apropiación, utilización y planificación estuvo
signada por las condiciones en las que se desarrolló la escolaridad en pandemia
. Esa heterogeneidad de respuestas
brindadas por lxs distintos actores educativos fue marcada por aquello que algunas autoras denominaron “virtualización
forzosa” (Di Piero y Chiappino, 2021) o “Educación Remota de Emergencia” (ERE)
(Romero et al., 2021). Según datos
de la Secretaría de Evaluación e Investigación Educativa (SEIE), el tipo de conectividad es una variable con marcadas
diferencias según sector de gestión. Así, en el nivel secundario estatal, el acceso a internet fijo de buena calidad se
ubica en torno al 39%, 17% menos que el sector privado. Y no menos importante, la proporción de hogares con acceso
por datos del celular es del 34% (SEIE, 2020, p. 24). Aquí pueden ingresar una serie vasta de consideraciones sobre la
continuidad pedagógica: clases sincrónicas en plataformas especializadas (Zoom, Meet, Jitsi), clases asincrónicas
(Classroom, Moodle), envío de materiales y tareas por celular, intercambios por mail, entre las de mayor manejo. Cardini
et al. (2020) muestran un profundo relevamiento por distintas políticas públicas de las provincias argentinas, donde la
rapidez de las respuestas, la centralidad de garantizar contenidos y materiales didáctico-pedagógicos tanto como el
desarrollo de plataformas virtuales educativas se posicionaron como las principales tendencias en los primeros meses
de pandemia.
En consonancia con los datos agregados para el nivel nacional, en la escuela donde se realizó la investigación ese fue
uno de los temas nodales para la continuidad del vínculo educativo. Si bien en casi todas las entrevistas fue mencionado,
podemos traer el testimonio de una docente +ATR para ilustrarlo
La cuestión que se mencionó siempre, en todos los casos, es el tema del acceso a internet. Me
atrevo a decir en todos los casos, en todos los casos que he tenido. Trabajaban con datos móviles,
pero los datos móviles es conectarse y desconectarse todo el tiempo
(Marisa, entrevista 3, docente
de Lengua y Literatura).
WhatsApp fue, por lejos, el recurso tecnológico más utilizado por docentes, estudiantes y familias para múltiples
acciones: envío de materiales, consignas, intercambios y consultas, pedido de información y actualizaciones de las
situaciones de cada estudiante, etc. Según el informe mencionado anteriormente, el 78% de los hogares (sin distinción
de sector de gestión) utilizó WhatsApp como medio principal de contacto con la escuela (SEIE, 2020, p. 30). Asimismo,
y analizando los comportamientos de lxs adolescentes en cuanto al medio utilizado para la realización de actividades
escolares, esta aplicación es todavía más preponderante: un 88% de respuestas afirmativas. Esto coincide con
investigaciones en otros países, que dan cuenta del vínculo en la virtualidad y las reconfiguraciones que significaron
para docentes y estudiantes (Cervantes Rosas y Alvites-Huamaní, 2021, Dussel y Fuentes Cardona, 2021; Cañete
Estigarribia et al., 2021). El e-mail se ubicó segundo, con un 60% y, las plataformas educativas, un 58% (SEIE, 2020,
p. 57). Esto marca y pinta un cuadro de la situación prepandemia, donde el uso de plataformas de educación sincrónica
era bajo o muy poco extendido, mientras que la mensajería instantánea (por su extensión, también por su costo más
bajo) era la forma de comunicación y vinculación más extendida por fuera de la presencialidad habitual.
La docencia, en ese escenario, se vio sujeta a dos velocidades, con un panorama inédito en el que actuar: la urgencia
y el mediano plazo, buscar establecer y construir vínculos urgentemente, pero también pensar qué tipo de clases, qué
materiales, de qué maneras y cuáles son las mejores (o las únicas) formas para lograr la continuidad pedagógica. Aquí
no interesa tanto hacer una descripción o análisis de esos puntos en detalle, sino notar las profundas dificultades,
tensiones, incertidumbres de las que se debieron hacer cargo durante todo el año 2020.
Como el trabajo de Meo y Dabenigno (2020) mostró, la percepción de la extensión de la jornada laboral fue un elemento
destacado en el conjunto del sistema. La comunicación vía mail y vía whatsapp en cualquier momento del día hace que