34
/ pp 26-38 / Año 9 Nº17 / DICIEMBRE 2022 – JUNIO 2023 / ISSN 2408-4573 / SECCIÓN GENERAL
aristas para analizar la cobertura son la de género y la distribución de las distintas líneas de becas. En 2019 el 63% de
las becas fue percibido por mujeres y el 37% por hombres, índice similar al de los años anteriores. En relación con las
líneas de becas, para 2019 las de educación universitaria conformaron el 34%, las terciarias un 30%, de terminalidad
obligatoria un 34% y solo un 2% las de formación profesional (ANSES, 2019). Así también, Cepa (2019) destaca que en
comparación con años anteriores en 2018 las modalidades que experimentaron mayores recortes fueron las del nivel
obligatorio y superior no estratégico, con bajas de 138.000 becas y 193.000 respectivamente.
El presupuesto ejecutado también presentó grandes variaciones. CIPPEC (2019) describe que el presupuesto real
decreció un 55% de 2015 a 2019, medido en pesos constantes al año 2018. Por otro lado, ANSES (2019) resalta un
descenso real del 57,2% del presupuesto para el mismo período, medido en pesos constantes al primer trimestre de
2016. A pesar de los diferentes cálculos, se observa una elevada reducción en las dos mediciones. La misma se
cristalizó en el monto de las transferencias monetarias. El poder adquisitivo real de las becas experimentó una
disminución notable. Cepa (2019) advierte que desde 2015 a 2019 las diferentes líneas de becas redujeron su valor
real entre un 46% y 62%. Las de nivel obligatorio y formación profesional fueron las más afectadas, con una reducción
del 62%. Las del nivel superior no estratégicas perdieron un 52% y las estratégicas, un 46%.
4) Resultados, continuidades y rupturas
A continuación se examinan los cambios en la beca PROGRESAR entre 2014-2019, tomando las ideas subyacentes,
contraprestaciones y modalidades de transferencias y cambios cuantitativos. Luego se analizan los puntos de
continuidad y ruptura entre los dos gobiernos que tuvieron la responsabilidad de PROGRESAR durante el período:
En el Decreto 84/2014 se aprecia la idea de una política con pretensiones de universalidad y articulada con una idea
más amplia de protección e inclusión social. Olmedo (2016) pone de relieve que la beca en sus inicios se enmarca en
un enfoque de derechos humanos en la formulación de políticas públicas, ya que cumplía principios de universalidad,
igualdad, capacidad burocrática y de financiamiento, progresividad y razonabilidad.
En el Decreto 90/2018 se observan varias transformaciones. Los fundamentos de la igualdad de oportunidades y
adaptación a las demandas del mercado dieron el sustento para los cambios en la jerarquización de las becas, el premio
al mérito y el aumento de la contraprestaciones. En el análisis de la presentación de la nueva beca PROGRESAR el 30
de enero de 2018 hay dos ideas que se despliegan de manera transversal; el “mérito individual” y la “igualdad de
oportunidades” como motor de progreso en todas las esferas de la vida social. Por otro lado, el Estado aparece en
calidad de agente que tiene que facilitar actitudes positivas frente a la vida. Estas concepciones se vinculan con los
mitos del emprendedor solitario y el Estado como una empresa privada (Fair, 2020).
Desde 2014 a 2017 la beca mantuvo bajas contraprestaciones y los montos transferidos eran homogéneos para toda
la población beneficiaria. Con los cambios de 2018, hubo un leve aumento de contraprestaciones y se comenzó a
priorizar el monto para los estudiantes de los últimos años y de carreras estratégicas. Esta jerarquización contrastó con
las problemáticas que expresan los índices de retención y graduación y con el desarrollo teórico en esta temática - que
apuntan a que los primeros años en la ES son los más difíciles y los que presentan mayores índices de deserción (Arias,
Lastra y Gorostiaga, 2015; Cambours de Donini et al, 2019; Chiroleu, 2013,2017; Ezcurra, 2019; García de Fanelli 2014,
2015; Gorostiaga, Lastra y Muños de Britos, 2018).
A nivel cuantitativo hubo una contracción del presupuesto real muy significativa, producto del bajo aumento nominal
del monto de las transferencias monetarias. Desde allí se desprendieron la reducción de la cobertura en 2018 y del
poder adquisitivo de las becas, que disminuyeron un 50% de su valor real durante el periodo analizado. La beca
PROGRESAR, durante la gestión de la Alianza Cambiemos, se ubicó dentro de las áreas más afectadas del gasto
educativo nacional, donde se encontraban los fondos salariales docentes, las políticas socioeducativas y la formación
docente, que tuvieron reducciones reales de entre el 39% y el 82% (CIPPEC, 2019).
Desde la creación del Programa PROGRESAR en 2014 con el gobierno de Cristina Kichner hasta el final del gobierno de
la Alianza Cambiemos en 2019 se pueden considerar distintos puntos de continuidad y ruptura.
Entre las continuidades se hallan cuatro. La primera es el alto nivel de cobertura. Si bien se redujo en un 45% en 2018,
se hace difícil pensar en un viraje hacia una beca focalizada. El segundo punto es el rol del gobierno nacional y su