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/ pp 68-79 / Año 10 Nº18 / JULIO 2023 – NOVIEMBRE 2023 / ISSN 2408-4573 / DOSSIER TEMÁTICO
A los fines de considerar el alcance de la información estadística oficial como instrumento de política pública, no es
posible escindir la misma de las políticas implementadas, así como es necesario analizar estas políticas en conjunto
con otras, como por ejemplo las desarrolladas en virtud de la implementación del secundario obligatorio. En este sentido,
un análisis de la efectiva implementación de estas transformaciones no solamente requiere indicadores de rendimiento
o de trayectoria, sino que como se mencionó anteriormente, debe estar de alguna manera vinculado a las condiciones
materiales de vida y las desigualdades estructurales que condicionan el ejercicio del derecho a la educación o el acceso
a otros bienes sociales.
En cuanto a la información sociodemográfica, existen tres grandes relevamientos. Dos de ellos se encuentran en la
órbita del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), que son el Censo Nacional de Población, Viviendas y
Hogares, y la Encuesta Permanente de Hogares. Los Censos Nacionales de Población representan un instrumento
central de las políticas públicas y representa una condición necesaria en virtud de su peso específico como componente
de las decisiones relativas a la implementación de una determinada política. Diferentes organismos han dado cuenta
de la importancia de la disponibilidad de esta información para la toma de decisiones, y en particular la importancia de
los censos poblacionales. La Organización de las Naciones Unidas destaca la importancia de los mismos en lo relativo
a su función de recopilación, procesamiento y divulgación de estadísticas, y asimismo menciona entre sus principales
funciones la referencia que establecen los censos para garantizar la distribución de la riqueza, los servicios
gubernamentales, y la asignación de fondos públicos destinados a los servicios educativos y de salud, la constitución
de un marco de referencia para la complementación con estudios muestrales, la referencia a nivel geográfico
microespacial de las características poblacionales, habitacionales y contextuales, y la constitución de puntos de partida
para la realización de investigaciones y análisis (ONU, 2010). Por otra parte, los censos poblacionales cumplen con una
serie de requisitos que pocos dispositivos de relevamiento de información sociodemográfica: universalidad dentro de
un territorio definido, carácter simultáneo, periodicidad definida, y deberían permitir un alto grado de comparabilidad
entre ellos.
Sin embargo, tal como menciona Itzcovich (2008), por una parte, la distancia temporal entre los relevamientos censales
conlleva la necesidad de trabajar con estimaciones y proyecciones, y por otra, debido a la magnitud del relevamiento,
hay un límite en algunos indicadores para la realización de análisis de mayor profundidad. El otro gran inconveniente
que puede ubicarse en los censos es la comparabilidad intercensal. En el caso argentino son numerosos los problemas
de comparabilidad intercensal si el objetivo es abarcar un período extendido de tiempo, en parte debido a los cambios
territoriales (por ejemplo, la composición del Gran Buenos Aires) y por otra por la diversidad de formatos de aplicación
de los censos y cambios en los instrumentos de relevamiento. Un ejemplo de esta diversidad son los últimos 4 censos,
que variaron su aplicación entre cuestionarios únicos (es decir, un mismo cuestionario aplicado a toda la población) y
cuestionarios básicos y ampliados, en los que un conjunto ampliado de preguntas se aplica solo a una parte de la
población (una muestra representativa). Asimismo, variaron los instrumentos (por ejemplo, la pregunta sobre el sector
de gestión del establecimiento educativo se realizó por última vez en 2001, y en el último censo realizado en 2022 la
pregunta sobre alfabetización no se realizó y se infiere a partir de la escolarización).
En forma complementaria a los censos, se encuentra la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), la cual ha variado en
su frecuencia a lo largo de los últimos veinte años, así como ha variado el instrumento de relevamiento obedeciendo a
las transformaciones coyunturales y estructurales. Brevemente, si bien la Encuesta Permanente de Hogares es
prácticamente el único instrumento que permite realizar asociaciones entre ingresos, trabajo y otras dimensiones -
centralmente debido a que el objeto se encuentra constituido centralmente por las características socioeconómicas- y
asimismo es el instrumento central que permite obtener estadísticas continuas sobre la población, tiene importantes
limitaciones a la hora de pensar en el análisis de las desigualdades en materia del ejercicio del derecho a la educación.
Posiblemente, la limitación más importante es que se limita a los aglomerados urbanos del país, lo cual, dado su
carácter muestral, no permite realizar discriminaciones territoriales menores a los propios aglomerados, que engloban
diferentes partidos, departamentos o localidades. Se añade a esta observación que el eje principal de la EPH no es un
análisis del efecto de las políticas educativas en el tejido social, sino que este análisis es derivado de la información
relevada en este dispositivo.
El último núcleo de información que se abordará en forma sintética serán las evaluaciones estandarizadas. En el plano
de las evaluaciones estandarizadas, Argentina ha implementado desde 1993 los Operativos Nacionales de Evaluación
(ONE), denominados operativos Aprender desde 2016. Estos constituyen una evaluación de los aprendizajes tanto para
el nivel primario como el nivel secundario en diferentes recortes de contenido y capacidades cognitivas (en algunos
casos son de carácter muestral y en otros casos son de carácter censal), y asimismo suma información vinculada a las
condiciones de aprendizaje, junto con una caracterización sociodemográfica de lo estudiantes. Al margen de las
objeciones que se puedan realizar sobre el relevamiento y/o la disponibilidad de información en términos de microdatos