E. A. Vigo: experimentación y archivo

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De Rueda, M. de los Ángeles. (2019). E. A. Vigo: experimentación y archivo. Estudios Curatoriales. Recuperado a partir de http://revistas.untref.edu.ar/index.php/rec/article/view/773

Exposición:
Edgardo Antonio Vigo. Usina permanente de caos creativo
Curadoras:
Jimena Ferreiro y Sofía Dourron
Museo de Arte Moderno de Buenos Aires
Mayo/Septiembre de 2016

 

En esta reseña se considera la exposición retrospectiva de E. A. Vigo en el Museo de Arte Moderno de la ciudad de Buenos Aires, denominada Usina permanente de caos creativo. Obras 1953-1997. La muestra ha sido curada por Sofía Dourron y Jimena Ferreiro Pella con el acervo del Centro de Arte Experimental Vigo de la ciudad de La Plata y el asesoramiento de su equipo, coordinado por la arquitecta Ana María Gualtieri.

“Un arte a realizar” se titula un artículo que E. A. Vigo escribió para la revista Ritmo n° 3 en 1969 en La Plata y constituye uno de sus textos programáticos. En él desarrolla la teoría de los proyectos a realizar modificables y activadores de espectadores o consumidores que devienen cocreadores, constructores.

En la presentación de la exposición se lee: “Editor de revistas, artista visual, poeta experimental, xilógrafo autodidacta, artecorreísta, creador de objetos inútiles, crítico y ensayista, Edgardo Antonio Vigo (La Plata, 1928-1997) entendía el mundo como un todo orgánico en el cual no existía separación alguna entre el conocimiento, la práctica artística y la vida”. Sin duda, estamos ante un artista que ha operado en una trama de relaciones y dispositivos generando una poética desbordante que, más que pensar el mundo como un todo orgánico, entendió y vivió el concepto de artevida. Desde sus comienzos se lanzó a una aventura del que-hacer creativo dando continuidad a lo discontinuo. Entre sus modos de desandar, deconstruir, resistirse a los cánones, se encuentran sus juegos con el lenguaje, las cajas-archivo de biopsia, los múltiples acumulados, los poemas incomestibles, las máquinas inútiles y las obras de bolsillo. Su producción siempre estuvo atravesada por la experimentación, clave en toda su trayectoria artística. Entre 1965 y 1966 participó del Movimiento de Arte Nuevo en La Plata. En ese momento elaboró una serie de objetos que se derivan de las máquinas inútiles de los años cincuenta (los relativuzgirl’s). En el marco del MAN, presentó, en el Museo Provincial de Bellas Artes de La Plata, el Palanganómetro mecedor para críticos de arte (exhibido en la muestra del MAMBA junto con la Bitricicleta-ingenua y otros objetos. Paralelamente a sus “cosas” editadas, Vigo construye y reversiona, es artífice del devenir, cada obra es parte otra obra, o de las (in)obras, como la “novela eterna” de Macedonio Fernández (Basualdo, 1994). Entre 1958 y 1960 editó las revistas W.C. (cinco números dedicados al arte nuevo) y D.R.K.W.’60 (tres números que continúan en la misma línea de información). En 1962 lanzó la revista Diagonal Cero, la Cosa Trimestral, de la que se editaron veintiocho números hasta 1968, con excepción del número 25, que el artista dedicó a la nada. Diagonal Cero funcionó como un espacio de intercambio con artistas brasileños, chilenos, uruguayos y europeos. Hasta el número veinte, la revista giró en torno a la dirección de Vigo y de una serie de grabadores con los que más tarde fundó el Museo de la Xilografía.

En 1967 Edgardo Vigo integró el Primer inventario internacional de la poesía elemental en la Galería Denise Davy de París y se publicaron sus Poemas matemáticos barrocos en la editorial Contexte.

Ese mismo año, aparecieron los orificios y oquedades, los cortes y dobleces del papel que atacan el espacio y la luz como modificadores de la superficie y de la percepción (por ejemplo, en Homenaje a Fontana, objeto xilográfico exhibido en la muestra perteneciente a la colección del Museo Provincial de Bellas Artes de La Plata). Es el momento de la poesía experimental en todas sus modalidades de la mano del Movimiento Diagonal Cero. Su tesis de un arte para y/o realizar empieza a desplegarse a través de una serie de acciones activadas que, dando un paso más, se lanzan a eliminar el consumo y permiten asistir a una creatividad ampliada (por ejemplo, el primer señalamiento Manojo de semáforo en la esquina de las calles 1 y 60 de La Plata, el Poema a realizar, basado en un plebiscito gratuito, o el film de 1969 Blanco sobre blanco. Homenaje a Kasimir Malevich). La posibilidad del arte no está ya solo en la participación del buen observador, sino en su activación constructiva, un arte a realizar, que quemó las divisiones de los géneros heredados y que va a la meta de la integración total.

Su modo dinámico de afrontar las contradicciones del sistema artístico, político y social es, a través de sus Proyectos a realizar, una respuesta al caos estético:

Un aprovechamiento de la era tecnológica, pero con el uso libre de la misma por parte del armador (título que recibe el que corporiza el proyecto), quien así llenaría su ocio, recibiendo un proyecto modificable en grado sumo que lo convierte en un recreador ilimitado, casi configurando un creador. El proyecto permite cambios, suplantaciones y agregados ya sea de materiales o de estructuras formales en aprovechamiento de lo lúdico. La colectivización no se haría bajo la técnica de lo múltiple, sino que estaría basada en la participación realmente activa (y no condicionada) del armador (Vigo, 1970).

Esta idea de colectivo anticipa la comunicación a distancia o artecorreo. El artista –armador– programador decide y elabora claves mínimas para activar la creación en los coparticipantes como acto de libertad. Vigo pensó la experiencia estética como activa y utópica, como la capacidad de poetizar la cotidianidad, lo íntimo, lo singular y colectivo a la vez revulsionando,1 produciendo una alteridad.

La exposición curada en el Museo de Arte Moderno de la ciudad de Buenos Aires respeta con profesionalismo la concepción del Centro de Arte Experimental Vigo haciendo hincapié en el objetivo de visibilizar y ofrecer una apertura al conjunto del universo poético Vigo como un archivo vivo, móvil, articulado, con reenvíos, desplazamientos y paradas. De alguna manera, la disposición en vitrinas y paneles traza varios recorridos que intentan escapar de la secuencia histórica y posibilitar un señalamiento de la huella o, como el artista autodenominó, una marca, la Marca de Vigo.

La tendencia autobiográfica es el motor de esta lógica archivística que se respeta aquí en consonancia con la evocación de lo experimental a través de los papeles perforados, de las hojas sueltas, de los objetos ensamblados. Esta antología de materiales y conceptos está ahí para ser reinterpretada y compartida con nuevas lecturas, nuevas curadurías y activaciones de esa potencia poética arrolladora. Una vez más se puede pensar en Sembrar la memoria para que no crezca el olvido.

Vista del ingreso a la exposición.
Etapa inicial de la producción de E.A. Vigo: xilografías, relativuzgir’s y primeras ediciones.
Bi-Tri-Cicleta ingenua con ruedas incapaces de rodar (1960)
Palanganómetro mecedor (que no se mece) para críticos de arte (1963)

Créditos fotográficos: Guido Limardo. Cortesía Museo de Arte Moderno de Buenos Aires

Referencias bibliográficas

  • Basualdo, Carlos (1994). “Prólogo a la novela de Vigo”. En Argentina. XXII Bienal Internacional de São Paulo, cat. exp., Buenos Aires: Bienal SP.
  • Cauquelin, Anne (2012). Las teorías del arte. Buenos Aires: Adriana Hidalgo.
  • Davis, Fernando J. (2009). “Edgardo Antonio Vigo en los márgenes del conceptualismo”. En Conceitualismos do Sul / Conceptualismos del Sur. San Pablo: Annablume-USP-MAC-AECID.
  • De Rueda, María de los Ángeles (1997). “La exaltación del objeto y sus tendencias en el arte argentino, E. A. Vigo y Parte X”. En VV. AA., Nuevos ensayos de arte. Buenos Aires: Fundación Federico Jorge Klemm.
  • Vigo, Edgardo A. (1970). De la poesía proceso a la poesía para y/o realizar. La Plata: Diagonal Cero. Disponible en http://caevpoesiavisual.blogspot.com.ar/p/documentos.html