Magdalena Pérez Balbi: En primer lugar, ¿cómo te insertas en el grupo de trabajo del museo? Es decir, ¿cuál es tu rol y cómo articulás con otras personas o áreas del museo?
Guillermina Mongan: Llegué a España en septiembre del 2019 para hacer un Máster en Historia del Arte Contemporáneo y Cultura Visual. Es un máster que surge de la colaboración entre dos de las principales universidades públicas del país (UAM y UCM) y el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS). Tiene dos itinerarios: prácticas de crítica y teoría del arte y prácticas de gestión y producción cultural. Yo realicé el segundo, haciendo mis prácticas (formándome activamente) en el área de Actividades Públicas. Paralelamente, ya venía trabajando —desde Argentina— como investigadora para una exposición que se iba a realizar en el museo en mayo 2021 y se postergó debido al COVID-19 para mayo de 2022. Por ahora, lleva como título provisorio Giro gráfico y propone un recorrido por las iniciativas gráficas que desde los años 60 hasta la actualidad han confrontado las urgencias de contextos políticamente opresivos en América Latina, articulando estrategias de transformación y de resistencia que cambiaron radicalmente los modos de hacer y de circular de los soportes gráficos. Es un proyecto de la Red Conceptualismos del Sur y el MNCARS. Luego de unos meses de estar en Madrid (y en el Museo) me sumé al equipo coordinador de la exposición, junto a Ana Longoni , André Mesquita y Sylvia Suárez, aprovechando la presencialidad como una manera de gestionar más activamente y teniendo contacto directo con el espacio expositivo.
Para poder trabajar en un proceso tan grande como el de Giro gráfico nos organizamos en nodos (siguiendo el antecedente de la muestra Perder la forma humana). Además de integrar el equipo coordinador, participo del nodo Activaciones, cuya función es pensar actividades, acciones, intervenciones, programas públicos en torno a la exposición. Proyectamos hacer activaciones antes, durante y después de la exposición, tanto en el museo como afuera, en Madrid, en otras ciudades y países. En el marco del “antes” es que surge Estallidos gráficos, bajo mi coordinación: una serie de encuentros y talleres de herramientas gráficas políticas (en su amplio sentido y desborde) que se realizan en vistas a acciones/manifestaciones concretas: 8M, 28J y posiblemente para el 18 de diciembre (día internacional de las personas migrantes). Creo que esta sería una breve genealogía de vínculo con el museo, y todas las personas que conforman ese entramado, claro.
MPB: El MNCARS tiene un amplio programa de actividades públicas, tanto de apertura del museo mediante propuestas didácticas, como de seminarios, encuentros y formatos académicos de diálogo. ¿Cómo se encuadran estas actividades ahí?
GM: Estallidos gráficos está inserto dentro de Museo Situado, una activa red de colaboración formada por colectivos y asociaciones vecinales del barrio de Lavapiés y el Museo Reina Sofía. El departamento de Actividades Públicas del museo trabaja con líneas e ideas fuerza partiendo del objetivo de repensar el museo. Acción e imaginación radical sería la línea fuerza que atraviesa el programa de talleres y encuentros Estallidos gráficos. Cada uno tuvo su particularidad y para dar cuenta aún más de las características de todo el ciclo, me gustaría compartir una breve descripción de cada uno. El primero (Estallidos gráficos I. Escribir la escucha) estuvo a cargo de la artista, poeta, actriz y activista del colectivo afrogalego, Artemisa Asemedo. El eje principal del encuentro era trabajar a partir de la palabra, desde la escucha y escritura, en torno a la discusión que abrió que el 8M fuese un domingo y si, por decirlo de algún modo, hacer huelga era la acción más efectiva. De esta pregunta general que se estaba discutiendo en distintas asambleas, sumamos algunas otras: ¿cómo hacer huelga un domingo?, ¿quiénes trabajan ese día?, ¿quiénes hacemos huelga?, ¿hacia quién se dirigen las reivindicaciones?, ¿qué imaginarios de huelga compartimos? y en la asamblea poética que se autogestó en el taller realizamos una intervención en una de las fachadas del museo como posibilidad de multiplicar las resonancias de las voces en el espacio público, imprimir con la palabra la piel del edificio.
El Estallido gráfico II. Voz a los movimientos del deseo, estuvo coordinado por serigrafistas queer, colectivo (no grupo) argentino que utiliza la serigrafía como herramienta en el amplio sentido de la palabra. En esta oportunidad, el objetivo era generar a los largo de dos días, un primer encuentro con distintos colectivos, agrupaciones, espacios, donde discutir consignas para el 8M y enseñar/replicar/compartir la técnica de la serigrafía artesanal (no faltó el espacio de almuerzo colectivo que el espacio Mbolo Doyle —perteneciente a Museo Situado—, cocinó para nosotres). Habíamos armados unos kit con yablones y maniguetas para que cada quien (luego del taller) pudiese replicar en la manifestación y luego seguir usando para su espacio de acción. El Estallido gráfico III. Yo me paro. Danzar las luchas, el último de los pensados para el 8M estuvo a cargo de La Pili, artista que aborda su obra articulando diferentes disciplinas artísticas como la danza, el arte textil o la música. Por lo que el eje estaba en el cuerpo: armar una coreografía para sacar a la calle. El taller duró dos días también, en el primero se realizó una hermosa ronda en la cual se habló sobre distintas danzas y las potencialidades de los cuerpos y el segundo día se diagramó una coreografía. El objetivo ideal era que los tres Estallidos se encontrasen y salir todes juntes a la calle. Si bien, no logramos que eso sucediera, sí se fueron dando alianzas entre algunes, que continúan más allá del ciclo.
En la segunda etapa del ciclo trabajamos para el 28J (el orgullo crítico), para ese entonces ya estábamos en cuarentena y la pregunta sobre cómo intervenir el espacio público nos tenía tomadas (aún seguimos) y ya estábamos bajo protocolos de cuidado. Avanzamos hacia el Estallido gráfico IV, llamado Taller de mascarillas disidentes. A toda normalidad le corresponde su disidencia. Coordinado por la artista y activista chilena Kaioia Luco, se centró en proponer un ejercicio de imaginación y confección de mascarillas disidentes que se alejan del concepto de “tapabocas” para convertirlos en formas de expresión crítica. El cierre fue un desfile autoconvocado por un parque en Carabanchel, Madrid.
Actualmente, estamos pensando Estallidos gráficos V, en medio de una situación compleja de proyectar en medio de rebrotes y protocolos cambiantes, pero seguimos insistiendo en la presencialidad, con todos los cuidados necesarios.
MPB: Veo que los talleres fueron rotando de locación, algunos en áreas del museo y otros en espacios cooperativos ¿Por qué las distintas locaciones para los talleres? ¿Cuál es la voz del museo en estos talleres y experiencias?
GM: Como te contaba antes, Estallidos gráficos está articulado dentro de Museo Situado cuyo eje es el vínculo del museo con el barrio de Lavapiés y con las organizaciones, colectivas, redes que ahí existen, y en ese sentido es que uno de los talleres se hizo en el local de la asociación Mbolo Doyle, que participa del Museo Situado. Luego, se realizó otro en Carabanchel, en el taller de la artista Carmen Gloria, que coordinaba la actividad. El porqué de pensar estos fuera y dentro del museo está en sintonía con la experimentación institucional de un museo en red, justamente pensar la porosidad del espacio material y el propio alcance de lo que un museo puede desbordando su dimensión física. Como para dar cuenta de este deseo y modo de trabajo en relación con otros espacios, de manera colaborativa y tentacular, está el espacio Museo en Red que opera en un entramado relacional desde la escucha activa de las distintas realidades y procesos socio-históricos en los que la institución se inscribe (barrio, ciudad, Estado, mundo), los cuales, a su vez y de manera dialéctica, permean, interpelan y afectan sus modos de hacer. El objetivo de este trabajo en red es promover dispositivos de colaboración que vayan más allá de las dinámicas de co-programación y que planteen la institucionalidad como un espacio de reflexión, creación y proposición en base a un marco común de corresponsabilidad. Museo Situado es uno de los espacios de articulación que se encuentra dentro de Museo en red junto a L´Internacionale, Fundación de los comunes, La Red Conceptualismos del Sur, el Institute of Radical Imagination y La Laboratoria, espacio feminista de investigación. Para no llenar de nombres de asociaciones y redes y espacios, dentro de la página del museo hay un microsite donde pueden verse las características de cada una y sus articulaciones.
MPB: A pesar de que el ciclo se llama Estallidos gráficos, no se limita estrictamente a la gráfica y ni siquiera a la visualidad. Aparece la performance del cuerpo en la danza, la producción de estampas y máscaras (que también hacen a la performatividad del cuerpo) y la escritura y el mapping. ¿Cómo se conjugan esos lenguajes en el diseño o curaduría de los talleres?
GM: Cuando empezamos a imaginar Estallidos gráficos pensamos el ciclo de talleres teniendo en cuenta el eje vertebral de la muestra Giro gráfico, que reúne una amplia selección de materiales que dan cuenta de la redefinición del arte gráfico desde la práctica política mediante estrategias de agencia que comprenden la inserción en circuitos ideológicos, la generación de relatos contrahegemónicos y decoloniales, la transformación del espacio público, el uso de diversas temporalidades, así como de su capacidad para generar comunidades de lucha colectiva. En esa redefinición cabe, por ejemplo, lo que dimos en llamar cuerpos gráficos: un conjunto múltiple de artefactos visuales y performáticos desplegados, generalmente, en respuesta a una convocatoria, expresa o asumida, alrededor de un acontecimiento, una conmemoración, una denuncia concreta o una consigna o demanda precisa.
Respondiendo entonces a cómo se conjugan curatorialmente, sobre todo imaginando hasta dónde puede redefinirse/desbordarse/empujarse el concepto de acción gráfica en relación a estas demandas o fechas concretas. Ahora, por ejemplo, estamos trabajando para el Estallido gráfico 5 imaginando modos de intervención a monumentos o proyectar acciones bajo el concepto de contramonumentos.
MPB: Vos tenés una vasta experiencia en prácticas contemporáneas en el museo (por Microespacio en Museo Provincial de Bellas Artes “Emilio Pettoruti”), y en tensar los límites de lo expositivo y de la posibilidad de acción en el museo. Más allá de las distancias con el MNCARS (dimensiones, estructura institucional, colección y ser punto turístico) a las que se suman el anclaje territorial, ¿pudiste establecer diálogos entre tu trabajo en el Museo Provincial y tu participación en el MNCARS? ¿Te encontraste con puentes posibles en tu quehacer?
GM: Esta pregunta me obliga a acelerar un proceso en el que aún me encuentro, pero me animo a decir que justamente es en el tensar desde adentro de la institución museo que encuentro un hilo conductor. Microespacio fue (y siempre será) un lugar en el que aún (o justamente) desde su pequeña escala nos permitió imaginar cómo trabajar con y desde la tensión: con la propia institución, con detractores de lo institucional, con les propies colegas ante determinadas propuestas, y más. La incomodidad siempre estuvo presente y eso en lo personal fue un fogueo que agradezco. Fue ahí donde terminé de entender que el museo es de quienes lo habitan, lo trabajan, lo abrazan aun cuando por momentos quieran incendiarlo y fue ahí donde, sobre todo, corroboré que si hay un lugar para ensayar a nivel institucional es en los museos. Cuando llegué al MNCARS sentí que algo de todo eso encontraría su lugar de algún modo. Actividades Públicas, por ahora, es el lugar donde poder empujar (o agujerear, como solemos decir) y particularmente desde Museo Situado esa pregunta se vuelve eje conductor. Es más, hace unos meses, en una charla con Federico Ruvituso (actual director del Museo Provincial) me pregunté cómo sería repensar al Pettoruti en relación con su entorno de una nueva manera o alguna que no se haya ensayado hasta entonces. Pronto volaré hacia la Argentina nuevamente (por ahora sin fecha de regreso a España) pero la idea es ver e imaginar desde nuestros museos cómo seguir trabajando en el contexto actual, o qué límites son los que está bueno intentar correr.
MPB: Por último, la pandemia ha evidenciado que los programas públicos son, quizás, los espacios más maleables y dinámicos de los museos. Y donde se ha podido sortear mejor la imposibilidad de presencialidad que requiere la exposición, en términos espectatoriales. ¿Cómo leés vos los talleres de Estallidos gráficos en ese marco?
GM: Durante el confinamiento más estricto, luego de largas conversaciones y reuniones (virtuales) analizando conjuntamente derivas posibles para lo que teníamos planeado, se reversionaron algunas actividades sin dejar de poner atención en el formato o en los modos de encontrarnos. Por ejemplo: si el Voces situadas1 era un encuentro donde la palabra fluía de manera circular en el espacio (cuerpos en ronda), ¿qué nos ofrece y qué nos limita una plataforma como zoom?¿cómo se hace circular la voz? Traigo a colación este ejemplo para resumir una discusión y problemáticas mucho más complejas que nos trae aparejada la virtualización de algunas actividades o el límite de aforo. Ahora que algunas medidas son un poco más flexibles, contamos con aforos limitados o extremadamente reducidos, por lo que Estallidos gráficos lo venimos pensando de manera mixta: presencial y virtual. Pensando en seguir trabajando fuera de los muros del museo, en células, en focos, aprovechando para vincular el trabajo en el barrio con la posibilidad de internacionalizar algunos encuentros (por ejemplo, estamos proyectando lentamente uno en vínculo con Colombia). A ver, vamos acomodándonos con voluntad de seguir priorizando el encuentro físico con las medidas necesarias, pero no por ello ampliando las posibilidades.
Comparto que las actividades públicas son espacios potencialmente más maleables, pero no puedo dejar de pensar que lo que nos toca es tensionar una vez más los límites de la imaginación para volver el museo o los museos espacios para la fabulación de lo que estamos viviendo.
1. “Con un formato asambleario, el programa Voces situadas del Museo Reina Sofía propone espacios desjerarquizados de reflexión y debate en los que generar, a partir de experiencias situadas, conocimiento colectivo en conexión con los debates del presente. La disposición circular y sin distinción entre expositor+s y públicos, y el reparto amplio de la palabra entre l+s presentes son dos de los principales rasgos de estos encuentros”. https://www.museoreinasofia.es/museo-situado/voces-situadas
Estallidos Gráficos 1. Escribir la escucha. Madrid, marzo de 2020. Fotografía: Cecilia Barriga.
Estallidos Gráficos 2. Voz a los movimientos del deseo. Madrid, marzo de 2020. Fotografía: Cecilia Barriga.
Estallidos Gráficos 2. Voz a los movimientos del deseo. Madrid, marzo de 2020. Fotografía: Cecilia Barriga.
Estallidos Gráficos 3. ¡Yo me paro! Danzar las luchas. Madrid, marzo de 2020. Fotografía: Cecilia Barriga.
La Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF) ha realizado los mayores esfuerzos para localizar a los posibles titulares de derechos de las obras de terceros reproducidas en esta publicación. Por cualquier omisión que pudiera haberse dado por favor contactarse con revistadeestudioscuratoriales@untref.edu.ar.