¿Cómo se siente la violencia propietaria?

Una lectura de La casa como laboratorio de Cavallero y Gago

Resumen

Leí La casa como laboratorio de Luci Cavallero y Verónica Gago en dos situaciones concretas. La primera fue una lectura colectiva en el marco de un taller en articulación con trabajadorxs de salud mental en un hospital de la ciudad de Buenos Aires. El texto funcionó como disparador para problematizar la precarización del llamado “trabajo esencial” en el sistema sanitario. En la segunda ocasión, el libro operó como un vector sensible para canalizar broncas personales con mi propia situación habitacional. En medio de una condición laboral endeble y un aumento abrupto del alquiler, encontré en La casa como laboratorio un texto que contiene un kit de estrategias existenciales para vivir en tiempos de crisis. Esas dos escenas habilitaron una intuición: ensayar una lectura de las ideas-fuerzas del libro desde el punto de vista de nuestra salud mental colectiva. En este sentido, al libro le hago estas preguntas: ¿Cuál es el impacto psicosomático del endeudamiento, la especulación inmobiliaria y el extractivismo financiero? ¿Qué dicen nuestros malestares de nuestras formas de habitar la ciudad, las calles, casas y camas? ¿Los estados de ánimo son un blanco de explotación y extracción de riqueza para el capital? ¿Cómo hacer de nuestras ansiedades, insomnios, aturdimientos, depresiones, bruxismos y cansancios un territorio para investigar la crisis de la reproducción social? ¿De qué forma el poder fármaco-terapéutico privatiza, culpabiliza y anestesia los síntomas de las emergencias habitacionales, alimentarias y sanitarias?