Cuerpos con oportunidad de futuro: Nacimiento de Ni Una Menos y muerte del sujeto que nunca pudo ser
Resumen
En su famoso artículo sobre conocimiento situados, Donna Haraway afirma que si la teoría feminista atiende a las teorizaciones sobre el modo en que los significados y los cuerpos son construidos (get made) no lo hace para negar los significados y los cuerpos, sino, en cambio, para hacer posible vivir en significados y en cuerpos que tengan oportunidades de futuro. Este artículo toma la obra de Judith Butler como reflexión que cumple la tarea que Haraway señalaba. Se ofrecerá una interpretación del modo en que las reflexiones sobre la performatividad del género se conectan íntimamente con sus últimas preocupaciones ético-políticas al refigurar el cuerpo como precario, expuesto, indisociable de su inconsciente y dependiente de sus condiciones materiales, discursivas y afectivas de existencia.
En su visita de 2015 a Argentina, Butler afirmó que “el cuerpo puede ser el nombre de nuestra humildad conceptual”. Esta humildad nomina tanto la complejidad de toda teorización del sujeto como la ocasión de reinventar, de proponer un nuevo relato de cómo somos en tanto sujetos situados, encarnados. Pero esto demandará, como Butler misma dirá, un necesario duelo: el de la muerte de una cierta clase de sujeto, uno que nunca fue posible, la muerte de una fantasía de control, y por tanto, la pérdida de lo que nunca tuvimos.
Lejos de pretender hacer un análisis abstracto, me interesa a situar la teorización de Butler en el contexto de las reflexiones, debates y acciones colectivas posibilitado en Argentina por la irrupción del movimiento Ni Una Menos. ¿Cómo podemos hacer(nos) posible vivir en significados y en cuerpos que tengan oportunidades de futuro en el arco problemático que se abre entre la efervescencia de los feminismos en Argentina -y Latinoamérica- y el amenazante ataque a la supuesta “ideología del género”?
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