Resumen
¿Estudios curatoriales dedicado a un conjunto de investigaciones ligadas a la materialidad? Tal pregunta podría formularse alguno de nuestros lectores ante el nuevo número. Sin embargo, quienes hacemos la revista creemos que el ámbito de la curaduría de investigación es un espacio propicio para alojar este tipo de cuestiones, más aún si pensamos que las exposiciones son lugares en los que se ponen a prueba numerosas hipótesis de trabajo procedentes de las disciplinas en las que se incuban nuestros proyectos: la historia del arte, los estudios visuales, la sociología cultural, la teoría de los campos de acción de la cultura, los estudios curatoriales y los de materialidad, entre otros.
Lo dicho nos lleva a recordar que desde un abordaje teórico-crítico dinámico es posible atravesar la disciplina histórico-artística con distintos vectores interpretativos que expanden los análisis de las imágenes y las tramas de las que emergen y en las que intervienen de maneras ricas y creativas, por lo que se ofrece un panorama, a priori, inagotable (o casi) de lecturas.
En esta rica encrucijada, los estudios materiales adquirieron en las últimas décadas un interés creciente. Dentro de ese marco se producen trabajos tan reveladores como precursores en el planteamiento transdisciplinar que integra, en el estudio de los objetos artísticos, los saberes no solo de la historia del arte sino también de la química, la física y, por supuesto, las redes de intercambios materiales y simbólicos y las tramas socio-histórico-culturales en las que están implicados.
Entre los precursores en esta línea de trabajo en la Argentina, las exploraciones innovadoras de Hector Schenone lo revelan como primus inter pares, fuertemente ligado a su vez a los estudios que en paralelo tenían lugar en Perú, México, España y algunos otros países europeos.
Situándonos más acotadamente en el ámbito de los estudios curatoriales, fue también precursora la exposición que Schenone presentó bajo el título Salvando alas y halos en el Museo Nacional de Bellas Artes en 19891, donde exhibió el resultado de una exhaustiva investigación sobre pintura colonial que ponía a la vista no solo las capacidades de recuperación patrimonial de este tipo de trabajos, sino también el aporte sustancial que se realiza desde tales miradas en cruce para el enriquecimiento de los relatos históricos.
Esta presentación no pretende hacer un recorrido exhaustivo por las curadurías que se presentan ligadas a la perspectiva material, solo tiene como propósito reponer algunos mojones que considero claves para la vinculación entre estudios materiales, relatos y curadurías en nuestro país. Después de aquella contundente puesta en escena de 1989, situada entre la historia del arte colonial, la investigación material, la restauración y la curaduría, han sido muy pocas las investigaciones en estos ámbitos –pese a todo, significativas–que llegaron al espacio de las exposiciones. Por eso me parece importante mencionar la muestra Las entrañas del arte2 curada por Gabriela Siracusano, en la que se avanzó sobre la problemática de las materialidades en el arte moderno y contemporáneo llevando a las salas un planteo desde el anacronismo, con el material o los materiales implicados en la obra como principio indiciario,más allá de la época en la que hubiera sido producida. Así los recursos materiales fueron puestos en escena desde sus condiciones físicas, sus posibilidades de conservación y su presencia, pero además este planteo transversal en términos históricos ofreció el ingreso a lecturas múltiples ligadas a sus significaciones, al poner a la vista –entre otras cosas– que la elección material es también una elección simbólica.
La tercera muestra de esta secuencia, en la que la materialidad quedó especialmente expuesta, fue realizada en MUNTREF en 2016. Bajo el título Itinerarios de la materialidad, la colección Hector Schenone3 y con curaduría de Gabriela Siracusano y Juan Ricardo Rey, la exhibición cumplió varios rituales simbólicos: por un lado fue un homenaje al historiador del arte e investigador precursor fallecido en 2014, y, por otro, fue el evento que mostró públicamente la labor que venía llevando a cabo el Centro de Investigación en Arte, Materia y Cultura creado en el seno del Instituto de Investigaciones en Arte y Cultura de UNTREF. Esta exposición mostró una selección de obras del investigador pero además expuso sus exploraciones materiales, sus ensayos y apuntes, las derivas de un trabajo cuidado que experimentaba con sus propias obras para llevar los mejores resultados a la tarea de rescate patrimonial que realizara, y a la vez para fundar metodologías y estrategias con las que formó a sus discípulos –entre ellos, Siracusano–. Una verdadera arqueología del hacer y del saber.
Recordemos que el Centro Materia –como solemos llamarlo cotidianamente– fue creado por concurso para el desarrollo y la promoción de la investigación científica interdisciplinaria sobre las diversas representaciones de la cultura visual presentes en el patrimonio artístico americano y argentino, y las múltiples materialidades implicadas en ellas. De esta manera, las investigaciones acerca de la dimensión material abarcan un período amplio que va desde el arte precolombino hasta las producciones artísticas contemporáneas.
En este marco, centrar el número 16 de Estudios Curatoriales en cuestiones de arte y materialidad, bajo la coordinación de la Dra. Gabriela Siracusano, se convierte en un aporte necesario para el crecimiento de nuestros horizontes de trabajo.
Diana B. Wechsler
1. Hector Schenone, Salvando alas y halos, Buenos Aires, MNBA, 1989.
2. Gabriela Siracusano, Las entrañas del arte, Buenos Aires, Fundación OSDE, 2008.
3. Gabriela Siracusano y Juan Ricardo Rey, Itinerarios de la materialidad. Colección Hector Schenone, Buenos Aires, MUNTREF, 2016.