Resumen
La curaduría podría definirse como la persecución del sentido del arte y, posiblemente, una práctica subsidiaria de la pedagogía. Consiste, al menos, en la distribución de ciertas masas conceptuales en determinados espacios. Surge, entonces, la necesidad de una crítica específica que tome a los procesos de exhibición o relatos curatoriales en los que “el arte” se constituye como objeto de una cierta mirada.
El montaje ha pasado a formar parte del acontecimiento artístico en sí mismo; ya no preocupa tanto la obra sino cómo mostrarla. Analizando los relatos curatoriales de algunas exhibiciones se puede constatar la tensión entre lo vivo y lo muerto que se sostiene en los museos y las ficciones curatoriales que sustentan las diferentes exposiciones.