Sobre Motines y traición en el Río de la Plata: Un ensayo sobre la voz de la plebe de Loreley El Jaber.

Resumen

Loreley El Jaber inicia este minucioso ensayo histórico, con atisbos de crítica literaria, preguntándose “¿Dónde están todos los marineros, grumetes, mercenarios, pajes, criados y criadas que pueblan las embarcaciones? [...] ¿Dónde están? ¿A alguien le importan esos sujetos blancos, españoles, plebeyos y mayormente iletrados?”. En este detallado relato, la autora responde con las voces de los/las menos visibles del archivo colonial, quienes incluso estaban invisibilizados en las representaciones de la época, pues en los grabados del siglo XVI, tampoco había señales de la “cantidad de gente, de su sociabilidad y de los conflictos en las naves, poco y nada”.

En Motines y traición en el Río de la Plata: Un ensayo sobre la voz de la plebe, El Jaber se adentra detalladamente en los pliegues de la Colección Gaspar García Viñas de la Biblioteca Nacional “Mariano Moreno”, esclareciendo esta “zona oscurecida” durante la primera etapa de la historia colonial americana, y acercándose al “acontecer de una serie de voces marginales”. Por lo cual, a través de una pormenorizada lectura de textos reglados, aprende “a escuchar las voces” que habían sido condenados al olvido. Estos testigos se subjetivaron y, al mismo tiempo, dejaron el anonimato: pasaron a tener nombres, opiniones, y “hacerse valer” frente a los detentores del poder. Los letrados, en busca de la “verdad”, quitaban el velo a la violencia extrema y a los perjuicios en amotinamientos, en la acción de capitanes y gobernadores, así como en los presupuestos acordados con la Corona. Esta “verdad” no era detentada en la oralidad, pero en esa coyuntura la había adquirido. En estos márgenes, donde se hallan los rebeliones, las desobediencias, los pleitos judiciales y los cuerpos castigados, se documenta la experiencia plebeya como modo de existir subalterno, y estos procesos fueron analizados a lo largo de cuatro capítulos, un posfacio y un destacable anexo documental.