Exposición:
Negro que mueve el universo
Marina De Caro junto a Cromoactivismo
MUNTREF Centro de Arte Contemporáneo
Del 9 de septiembre al 23 de diciembre de 2018
“¿Existe algo tal como la “escritura de artista”? Y si no existiera ¿qué sería entonces escribir una escritura que no existe? Acaso, lo que llamamos “escritura de artista” nunca esté en el texto, siempre esté en otro lado, como abriéndose, en un desplazamiento. Tal vez forme un continuum con las otras prácticas estéticas de los mismos artistas que la firman y la sostienen.
En esa escritura de artista es probable que exista la idea de una lengua no correcta. No se trata de un diccionario, sino de un derecho a la palabra. ¿Qué significa escribir bien? ¿Qué significa escribir mal? La escritura de artista no coloca una cosa contra otra. Tampoco busca la transgresión. Se acerca más bien a un trabajo de ascesis. A la observación de sí mismo, pero también de un proceso, que no necesariamente se objetiva en una obra.
C(r)osmos, que forma parte de la muestra Negro que mueve el universo de Marina De Caro en el Centro de Arte Contemporáneo del MUNTREF, es un libro partido en dos, se estructura en página par e impar, como si su escala fuera la del pintor: la mano izquierda y la derecha.
En cada página par del libro se muestra un fragmento de procedencia diversa en el que se repone la fuente. De esta manera simple, se exhibe una red textual, que muestra soportes tan diferentes, y tan efímeros, como las publicaciones de mujeres libertarias de Mar del Plata, de grupos minúsculos de Rosario, La Plata o Necochea, las publicaciones de la editorial española Sempere, citas de grupos de estudios y de artículos históricos sobre la temática.
Esta exploración del camino de las ideas con procedimientos propios de la cita que se van fosilizando en el libro, termina por exponer la materialidad de los procesos de lectura asociados con el anarquismo, que fue en gran parte un proyecto sostenido en las publicaciones. El libro termina por transformarse en biblioteca.
Por su parte, la página impar, una suerte de envés de la par, muestra un color y un sintagma (por ejemplo, rosa se liga con “lengua feroz feroz”, con “libertad infinita”; blanco con “inmigrante”, etc.). La tipografía, en todos los casos, siempre es blanca y a mano alzada.
Las frases trabajan con un cúmulo de enunciados que en realidad no tienen enunciador, que se generan desde una especie de voz colectiva. No se construye un sujeto de la literatura, sino el vacío en la desnudez del habla.
Es como si el libro materializara una dualidad fundamental de occidente, el espacio del “pienso” como opuesto al espacio del “hablo”. El espacio del cogito, centrado en su sujeto pensante que se autonomiza a sí mismo, frente al espacio del habla como dispersión y, sobre todo, como intemperie.
Desde esta contraposición, el libro nos lleva a través de una paleta y vuelve así a una suerte de punto cero del arte (los colores) y de lo político (el consignismo anarquista).
La existencia de ese libro se vincula materialmente también con prácticas de registro y de traza como los cuadernos de inscripción de los inmigrantes y las memorias proletarias. Por eso la muestra encuentra en el espacio del Hotel de Inmigrantes su lugar específico cargado de esas memorias.
En última instancia, lo que hace Cromoactivismo, la agrupación de la que forma parte la artista junto a Victoria Musotto, Mariela Scafati, Daiana Rose y Guillermina Mongan es oponerse al esquematismo. Una cosa es una intervención cromática y otra es una nomenclatura. En los últimos años puede registrarse cierta tendencia a un uso biunívoco del color: “el naranja índice de separación de la Iglesia y el Estado”, “el amarillo pertenece a la campaña política Cambiemos”, “el celeste milita en contra de la legalización del aborto”, etc. Lo que intenta Cromoactivismo es desarmar esa relación biunívoca entre color y significado político, entre expresión cromática y claridad comunicativa. La agrupación opera desconfigurando esas relaciones: explorando las posibilidades, muchas veces imprevistas, de asociación entre materialidad del color e imaginarios políticos.
Por lo tanto, podemos pensar que lo que hace el grupo no es proponer una reflexión sobre el anarquismo, sino llevar afuera de sí mismo al arte a través del anarquismo. En definitiva, visto desde hoy, el anarquismo resulta algo endeble, el interés radica en su negatividad, en el riesgo de pensar un afuera no centrado en un partido ni en un sujeto, de formar un cúmulo de enunciados en circulación permanente.
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