Exposición:
David Wojnarowicz: History Keeps Me Awake at Night
Curadores:
David Kiehl / David Breslin
Whitney Museum of American Art
Del 13 de julio al 30 de septiembre de 2018
Durante los meses del verano norteamericano, el Whitney de Nueva York presenta la esperada retrospectiva de David Wojnarowicz, que poco se parece a las típicas muestras de esta época del año. Wojnarowicz (1954–1992) fue un artista prolífico que desafió las clasificaciones y la exposición da cuenta de esa complejidad. History Keeps Me Awake At Night [La historia me mantiene despierto en la noche] lleva el título de una obra suya de 1986 y fue curada por David Kiehl y David Breslin.
El cuerpo, la fragilidad, la política, la sexualidad y el sida son temas que no lo abandonaron nunca. Wojnarowicz hizo videos, instalaciones, pinturas, fotografías, música y esculturas. Pero también escribió poesía y fue, para muchos, la voz de una generación. Fue autodidacta y se nutrió de lo que la ferviente escena del Lower East Side de los años ochenta podía ofrecerle: tanto de sus bares, discotecas y galerías, así como también colegas que dejarían una profunda huella en su trabajo.
La muestra comienza con la máscara de papel del rostro de Arthur Rimbaud en su juventud, y que David fotografió sobre tres amigos suyos en distintos lugares de Nueva York entre 1978 y 1979. La máscara gana potencia cuando se la mira del reverso, ya que se vislumbran las dos ranuras de los ojos perforados con un cigarrillo, y entonces la mirada se vuelve trágica e incierta. Más allá de las conexiones que hoy puedan establecerse entre Rimbaud y Wojnarowicz (quienes murieron a los 37 años de edad), en esta serie lo queer pasa a ser central y será luego un eje fundamental de su obra.
Otra serie que se presenta es Metamorfosis, veintitrés cabezas de yeso que hacen referencia a los pares de cromosomas humanos. Estas esculturas toman la forma de seres medio alienígenas, medio monstruos, a los que David aplicó mapas, billetes o pintura para tornarlos aún más extraños. Según los curadores, estas cabezas estarían asociadas a la violencia política en Latinoamérica, un tema que no era ajeno a David, quien viajó a la Argentina en junio de 1984 y vivenció relatos de la dictadura y las desapariciones de personas.
Esta visita aconteció de la mano de su colega y amigo argentino Luis Frangella. Para Wojnarowicz, el viaje significó la inmersión en un nuevo entorno y sin duda dejó una marca importante, como puede verse en dos trabajos para los que emplea afiches de la época. Uno de ellos, A Painting to Replace the British Monument in Buenos Aires [Una pintura para reemplazar el Monumento Britanico en Buenos Aires], en el que pintó sobre la publicidad del licor Caña Legui a un gigante en llamas que tiene en los ojos banderas norteamericanas y británicas, es una crítica mordaz a la Guerra de Malvinas y las políticas coloniales.
La sala de videos exhibe varios proyectos inacabados, experimentos visuales en cámara de 8mm. En uno de ellos filma al artista Peter Hujar, quien fuera su mentor, amigo y maestro, minutos después de su muerte. Hujar murió de causas relacionadas al sida cinco años antes que Wojnarowicz. Esa muerte lo impactó, luego se convirtió en una voz ardiente del movimiento activista del VIH. Sin duda, una de las obras emblemáticas sobre este asunto es Untitled (One Day This Kid) [Sin título: un día este niño]: una foto de David de niño acompaña un texto en cual él imagina y pronostica la vida de ese chico cuando crezca en una sociedad homofóbica, sexista y violenta.
La exhibición finaliza con una vitrina donde puede verse la demanda que David realizó contra la American Family Association, quienes manipularon el sentido de su obra para promover una plataforma conservadora y religiosa que trató de convencer al gobierno estadounidense de no financiar el arte de grupos considerados “inapropiados”. Esta batalla legal, que finalmente David ganó, ilustra el cuestionamiento al aparato legal y político.
Fue un artista de ideas fuertes. Era crítico con el sistema y en particular con el mundo del arte y el mercado. Por eso es fascinante (y acaso contradictorio) encontrar una retrospectiva suya en uno de los museos más importantes de la ciudad de Nueva York, que significa una aceptación por parte de los cánones del mainstream. Lo que es seguro es que la muestra, sus programas públicos y el exquisito catálogo que la acompaña atienden las complejidades de su obra y dejan al espectador con la extraña certeza de haber visto el trabajo de un artista que enfrentó a las instituciones y a lo instituido con una fuerza avasallante.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
- David Breslin and David Kiehl, David Wojnarowicz: History Keeps me Awake at Night, Nueva York: Whitney Museum, 2018.
- Cynthia Carr, Fire in the Belly: The Life and Times of David Wojnarowicz, Nueva York: Bloomsbury USA, 2012.
- Ian Erickson Kery y Verónica Flom, Luis Frangella y David Wojnarowicz en Argentina, Buenos Aires: Cosmocosa, 2017.
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