El Marc: gráfica, archivos y programas públicos

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Carrascal, M. L. (2021). El Marc: gráfica, archivos y programas públicos. Estudios Curatoriales. Recuperado a partir de http://revistas.untref.edu.ar/index.php/rec/article/view/948

Entrevista de María Laura Carrascal a Pablo Montini, director del Museo Histórico Provincial “Julio Marc”, y a Silvia Dolinko, coordinadora del programa Marc Impreso. Lecturas en torno a la exposición Artillería gráfica.

 

En Rosario, luego de ser decretado el aislamiento social preventivo y obligatorio, el Museo Histórico Provincial “Julio Marc” se reconvirtió velozmente para continuar con su furiosa actividad. El contacto con el público, ampliado desde los inicios de la gestión de su director –Pablo Montini–, siguió en aumento a partir de un precursor ciclo de charlas, seminarios y entrevistas que se transmitieron por diversas plataformas virtuales. 

Como en años anteriores, el Marc llegó a inaugurar presencialmente la exposición Artillería gráfica con una serie de acciones que se proponen vivificar el vínculo de la historia con el presente. En este caso, y como uno de sus puntos fuertes, a partir del hallazgo en Rosario de números del periódico paraguayo El Centinela que se creían perdidos. Rápido de reflejos, Pablo Montini supo capitalizar las adversidades y campear una situación que a otres les resultó bastante compleja, articulando investigaciones desarrolladas hacia el interior del museo y otras que se desplegaron por fuera. Así, se convirtió en un espacio de diálogo que enriqueció a todos los que participaron del ciclo 2020 del Marc, alcanzando con su propuesta a otras regiones del país y el extranjero. Esto fue posible gracias a la labor que Montini viene desarrollando junto a su equipo de trabajo, afianzando este espacio de la ciudad que concita la atención de expertos y nuevos públicos a partir de enlazar su colección, las nuevas adquisiciones y una plural convocatoria a artistas contemporáneos. En el caso de Artillería gráfica, con una fuerte presencia de colectivos feministas que desarrollaron sus producciones en diálogo con la muestra y que, obligatoriamente, también debieron transformar muchas de sus propuestas en una coyuntura imprevista, atravesada por el desconcierto generado por la pandemia. Para desarrollar esta nutrida agenda de actividades, Pablo Montini contó con la participación de Silvia Dolinko, investigadora, curadora y docente experta en la producción gráfica y promotora de sus expresiones en el amplio registro de la cultura visual. Por ello, el testimonio de ambos es inestimable para quienes necesiten las coordenadas que los llevarán a navegar por la web y hallar las diversas actividades realizadas.

María Laura Carrascal: La exposición llegó a inaugurar justo antes de decretarse el ASPO y como era habitual en las inauguraciones a partir de tu gestión, ese momento fue vivido festivamente porque también abría la agenda cultural de la ciudad de Rosario. ¿Cómo decidiste, junto al equipo del museo, replantear las actividades planificadas para la muestra en un contexto tan inédito?

Pablo Montini: Progresivamente en el transcurso del ASPO, las actividades del museo fueron convirtiéndose en virtuales a un ritmo sostenido. En primer lugar, con la incertidumbre y el shock generado por el cierre fuimos a buscar la contención en nuestros amigues: les investigadores, curadores, gestores culturales y artistas. A mostrarle distendidamente a los públicos, muchas veces especializados (las charlas complementaron espacios de formación universitaria o terciaria), interesados en las prácticas museológicas, en el perfil de nuestros investigadores, en su marco disciplinar y sus lecturas, y en las colecciones y sus particularidades. Además de ser los primeros en este tipo de prácticas, el éxito fue rotundo en cuanto al número de participación y de vistas en nuestras redes. 

Luego, buscamos una aproximación en torno a nuestra colección de indumentaria y textiles y realizamos diálogos en vivo sobre moda y curaduría, historia, diseñadores y colecciones. Finalmente, nos lanzamos al campo de la formación teniendo en cuenta el perfil y las actividades del museo e ideamos seminarios sobre la historia de los museos de historia y sobre la historia de la gráfica poniendo en valor la exposición temporaria Artillería gráfica.

MLC: Como investigadora y especialista en expresiones gráficas, ¿qué dimensión le otorgás al hallazgo de números que se creían perdidos del diario El Centinela? ¿Qué características tenía esta publicación?

Silvia Dolinko: Sin dudas, se trata de un hallazgo notable que amplía el conocimiento respecto de las ediciones e imágenes que se publicaron y circularon en ese período de la Guerra de la Triple Alianza. La importancia de este corpus de siete números de El Centinela donado al Museo Marc por Elvira Ferrazzini, y que no se encuentra en ninguna colección conocida hasta el momento, ha sido ratificada por los más importantes especialistas en el tema: Roberto Amigo (quien confirmó en primera instancia el carácter excepcional de estos ejemplares) y Ticio Escobar. La llegada de este conjunto de ejemplares, su exhibición y la publicación del catálogo digital permite consolidar el lugar del Museo Marc como institución de referencia, no solo por su patrimonio sino también por el prestigioso trabajo de Pablo al frente del museo, junto al maravilloso equipo de trabajadoras que acompaña su gestión. Tal el caso de Paulina Scheitlin, por mencionar un nombre, que tuvo un rol central en la gestión de la donación de este corpus al museo. 

Respecto de las características de este periódico serio-jocoso “de trinchera”, puede mencionarse que incluye una importante cantidad de imágenes de crítica política a partir de la sátira para dar cuenta de conflictos en el marco de la Guerra del Paraguay. En sus páginas existe una fuerte relación texto-imagen –como ha definido Amigo en ocasión del encuentro de presentación del catálogo–, “se trata de ‘una prensa que se lee y se mira’, en la que se cruzan referencias de lo erudito y lo popular, aspecto que lo distingue de otras producciones de la prensa ilustrada del momento.” Por su parte, Escobar asocia más directamente a estos grabados como expresión de arte popular. Las imágenes son xilografías impresas directamente del taco de madera; en los primeros números comparten página con los textos y, más adelante, comienzan a ocupar páginas plenas e incluso, en algunos casos, se imprimen a doble página. Su reposición a través de esta edición facsimilar digital permite acercarnos a su visualidad, contenidos y materialidad.

MLC: ¿Querés contar cómo llegaron esos números al Museo? Eso explica el lugar de reconocimiento ganado en la ciudad y el rol de tu equipo de trabajo.

PM: El Centinela llega al museo junto a otros materiales relacionados con la Guerra del Paraguay por medio de una donación, que a partir del 2017 se han incrementado notablemente en consonancia con la visibilidad que han adquirido las nuevas actividades del Museo Marc. Por esta razón, la exposición Artillería gráfica, que tiene como núcleo central el periódico El Centinela, establece un diálogo con Colección futura, la otra exposición inaugurada en marzo sobre las donaciones y adquisiciones realizadas durante el período 2017-2020. Fueron pocos los museos en el país que lograron, bajo una política de colecciones, incorporar tanto material de calidad a su patrimonio como el Marc. Por otro lado, la llegada de El Centinela evidencia el valor que tiene tanto la investigación interna como la externa para el museo. Conocer las publicaciones del Museo del Barro y el trabajo de Roberto Amigo nos permitió descubrir que dentro del conjunto de periódicos donados existían ejemplares desconocidos hasta el momento.

MLC: ¿Qué te pareció la muestra en relación al diálogo establecido entre las expresiones gráficas del pasado y lo que está sucediendo en el presente?  

SD: Esta relación entre obras históricas y el presente es una línea que Pablo viene sosteniendo en su gestión al frente del museo –y en otros proyectos previos– que resulta muy sugerente e iluminadora. En este caso, la relación entre obras contemporáneas y decimonónicas –El Centinela, la prensa satírica rosarina– me resultó una propuesta muy potente que abre a nuevas lecturas sobre genealogías, derroteros, particularidades y posibilidades de la gráfica. Al mismo tiempo, sus valoraciones en distintas coyunturas históricas permiten revisar y reflexionar sobre las diversas circunstancias de enunciación y los usos de lo impreso, como también sus proyecciones a futuro. 

Esas vinculaciones de materiales a priori tan diferentes, también permiten plantear no sólo preguntas sobre los objetos, sus recorridos y vínculos sino también sobre sus distintas coyunturas de producción y circulación. Es significativo el trabajo de las artistas rosarinas contemporáneas reinterpretando o interviniendo sobre estas publicaciones decimonónicas, que reformulan desde miradas actuales. Vemos así cómo son abordadas diversas dimensiones que aparecen en las xilografías o litografías de la prensa del siglo XIX: lo político en la obra de Capitana, lo satírico en la de Cuadrilla Feminista, la ilustración en Un triángulo y una calavera. La lectura de la colección del museo a través de los memes en el caso de la producción de Cuadrilla Feminista, por ejemplo, me parece muy provocativa e interesante.

MLC: El arte contemporáneo tiene un rol muy importante en el museo,  ¿qué creés que aportan estos artistas en relación a las muestras históricas?

PM: El arte contemporáneo nos permite mostrar la importancia de los procesos históricos en la longue durée y las rupturas y continuidades de los mismos. El trabajo curatorial, centrado en una relación entre pasado y presente, no pretende asentarse en un “presentismo” ni mostrar las obras contemporáneas como un mero dispositivo museográfico sino que busca establecer nuevas relaciones con la historia que posibiliten una mirada crítica sobre el futuro. También se vincula con estrategias de gestión en torno a la incorporación y fidelización de públicos.

MLC: En el tiempo, la gráfica ha demostrado ser un espacio propicio para el trabajo en equipo, ¿cómo pensás esas dinámicas a partir de la efervescencia en los últimos años de diversos colectivos feministas?

SD: La eclosión de colectivos feministas resulta uno de los fenómenos más notables de la gráfica de los últimos años y la fuerza, visibilidad e impacto de esas nuevas agrupaciones tienen una potencia inédita en el marco de la ola verde y violeta que nos atraviesa y conmueve. Sus estrategias activistas a partir de la producción y circulación de imágenes impresas múltiples nos permiten volver a pensar las relaciones entre el género, las genealogías, lo colectivo y las distintas formas de intervención en lo público, en el pasado y en la actualidad. Porque, si bien en el pasado hubo numerosas grabadoras cuyas trayectorias están siendo estudiadas, revisadas y reivindicadas –también algunos casos excepcionales de grupos de artistas gráficas a lo largo del siglo XX en la Argentina–, la mayoría no tuvo una actuación desde la militancia feminista. Así, los posicionamientos contemporáneos resultan inéditos frente a este historial disciplinar. Más improbable aún había sido, hasta donde sabemos, la figura de la mujer imprentera, trabajo históricamente ejecutado por hombres. En este sentido, resulta significativo el caso de la reivindicación del oficio que lleva adelante en Rosario el dúo Capitana, en sintonía con otros espacios en el país donde, muy recientemente, colectivos de mujeres ejercen la práctica de la estampa tipográfica u otras modalidades de la impresión mecánica.

MLC: Dentro de las actividades programadas se realizó un ciclo cerrado, con inscripción previa, integrado por investigadores. También, charlas abiertas con artistas contemporánees, ¿esa dinámica tuvo que ver con públicos que el museo tiene diferenciados?

PM: El seminario “Marc impreso” fue pensado como un espacio que articulara, a partir de diversas actividades, a públicos diversos. Por un lado, el seminario con las clases “magistrales” de Silvia Dolinko, Laura Malosetti Costa, Alicia Megías y Guillermo Fantoni sobre historia(s) de la gráfica se planteó como una instancia de formación y conocimiento vinculado a un público de especialistas. La mesa redonda, con las artistas que participaron de la exposición, a quien también estaba destinado el seminario como instancia formativa en cuestiones históricas, posibilitó sumar a los especialistas con un nuevo y joven público vinculado al arte contemporáneo, con una matriz política que nos interesa relacionada con el feminismo. Por último, la presentación del catálogo digital de El Centinela –el primero del museo–, se planteaba como el cierre ideal porque aglutinaba lo anterior, posibilitaba incorporar a un público por fuera de lo local y otorga una mayor visibilidad al museo y sus actividades gracias al prestigio internacional de los presentadores: Roberto Amigo y Ticio Escobar.

MLC: Hace muchos años que investigás el campo de la gráfica, ¿qué aspectos se empezaron a considerar en los últimos años que antes no eran objeto de análisis en el ámbito de la plástica?

SD: Al referir a la “plástica” como sinónimo de producción visual hay una cuestión en principio terminológica que se vincula a las valoraciones o análisis más bien tradicionales, y que históricamente situaban a la gráfica en un lugar menor dentro del campo artístico. Creo que la progresiva inclusión de la gráfica en la agenda de exposiciones, investigaciones y publicaciones marca un cambio significativo respecto de ese canon histórico. Esto incluye también los matices simbólicos, materiales y procedimentales entre el histórico “grabado” y la “gráfica” actual, que lo incluye y a la vez excede. Resulta muy interesante la apertura de posibilidades, tanto en términos de la producción como de circulación y de investigación, respecto de las imágenes impresas: las nuevas materialidades, técnicas, dispositivos, estrategias de intervención, discursos. La centralidad del marco teórico de la cultura visual ha resultado sin dudas fundamental para este cambio de paradigma.

La noción de “gráfica expandida” resulta en este sentido una clave de lectura ya que permite la coexistencia de diversas producciones, desde el afiche al meme y desde el fanzine a la litografía. Se trata de ampliar posibilidades, de expandir fronteras, de abrir nuevas opciones. Creo que exposiciones como Artillería gráfica son creadoras y a la vez indicadores de este nuevo estado de cosas. Es un registro desde la institución de estas nuevas modalidades y, en este sentido, son necesarias y bienvenidas porque dan espacio dentro del museo a diversas propuestas del universo de lo gráfico y lo impreso.

MLC: En un año tan particular como el 2020, el cierre de actividades de la muestra tuvo como invitados virtuales a Roberto Amigo y a Ticio Escobar, ¿qué piensan de la vigencia de esas conexiones y los vínculos históricos entre nuestra ciudad como enclave entre Buenos Aires y el Paraguay?

PM: Para el Museo Marc, las conexiones con el Paraguay no fueron establecidas solo en torno al calendario conmemorativo de los 150 años de finalización de la Guerra de la Triple Alianza. Desde hace tiempo trabajamos las relaciones entre Rosario y el Paraguay y parte de ese trabajo se pudo ver en la exposición de 2017 ¿Qué queda del daño? Imágenes contemporáneas sobre la Guerra del Paraguay, curada por Juan Laxagueborde con obras de artistas contemporáneos y piezas de la colección. Hace un tiempo estamos estudiando piezas de la colección que podrían ser consideradas “trofeos”, que según criterios internacionales –y también éticos y políticos de esta dirección–, deberían ser devueltos al Paraguay. También tenemos programada otra exposición sobre la Guerra del Chaco que toma como eje una colección de fotografías de nuestra colección y que nos permitirá reactualizar la misión americanista del museo, en clave política de la región, incorporando a Bolivia. 

 

*La deriva de Artillería gráfica cerró de la mejor manera, abriendo nuevos caminos investigativos con la edición virtual del periódico El centinela, acompañado de un estudio del especialista Roberto Amigo. Se encuentra disponible en: https://issuu.com/museomarc/docs/elcentinela_museomarc

 

Fotografías gentileza Museo Histórico Provincial Julio Marc