Dossier número 5, mayo 2026 “Nuestras canciones”

2025-12-22

Coordinador: Diego Carballar*

Fecha de cierre: 27 de febrero de 2026

“Ama tu ritmo y ritma tus acciones/ bajo su ley, así como tus versos;/ eres un universo de universos/ y tu alma una fuente de canciones”, escribió Rubén Darío a las puertas del siglo que tomaría como punto de partida a sus versos para nutrir la canción popular. Darío sabía que iba hacia las multitudes, “multitudes” que aún hoy son vistas como una amenaza de quien sabe qué orden de “pureza”.

La canción se manifiesta en un cruce de pasos de vida y culturas, de tal manera que no se puede entender una canción sin el idioma del pueblo que la entona. Tulio Carella escribió: "aquello que se aprende cantando no se olvida". Por ello, el pueblo es “maestro de idiomas” en la canción popular; un vector de memorias, experiencias y voces. No hay canciones sin voces, no hay memoria sin música, no hay filología sin vida. Dimitri Shostakóvich, compositor culto, a quien le interesaba sostener las memorias populares frente a la homologación cultural soviética, escribió “canciones sobre temas judíos”, inspirado en poemas y melodías de tradición judía, como quien quiere dejar un testimonio de un pueblo amenazado.

Sobre las canciones se inscribe la vida: son territorios comunes en los que nos encontramos con la posibilidad de la voz y el ritmo popular. El mismo Carella consideraba que, en los artistas populares de la canción, “el mundo actual se reencuentra con la inaudita parresia de los escritores antiguos”. En la verdad de la canción, en el intrincado y vital recurso entre texto y música –perfil que no es “sólo formal, sino cultural y filosófico” (afirma Massimo Cacciari)–, se podría imaginar una “lingüística de la voz” como la que recogió Rousseau, y que, finalmente, no se habría desarrollado (según Deleuze y Guattari), pero que, pensamos, resulta el sustento filológico del “verbo encarnado”, la voz, en el texto musical.

En la canción se tensiona, y tal vez se supera, la distinción lengua-palabra (aún, las tensiones entre oralidad y escritura), y entra en juego otra serie de variables como la la expresión o la enunciación, también nociones como las afectivas y vinculares; ya desde el romanticismo, los intentos de definición de un “pueblo” estuvieron fuertemente asociados a la composición de un “cancionero”, un conjunto de textos (verbales, musicales) que intentaba genealogías, disputaba, excluía e incorporaba; hay además “cancioneros oblicuos” entre las compilaciones de cuentos populares, porque donde haya pueblo, hallaremos relatos y canciones.

En este sentido, decimos que la canción funciona como un ritornello: es “la creación artística de un espacio habitable”; es la posibilidad de un territorio en común y, también, la posibilidad de “devenir mundo”, volverse “pueblo” en una canción cuya deriva puede ir hasta los poemas que recitaban las lavanderas a la orilla del río, o durante el trabajo agotador en el campo hasta las canciones infantiles (la sonata de una lengua materna); ir a otros tiempos, remontarse a otras lenguas, etc. Se trata de voces que cambian y superviven en otras voces que cantan y resuenan en nuestros cuerpos, ahora (tan inactual, como común e íntimo).

Este dossier es una invitación a las diversas reflexiones alrededor de los mundos de la canción: a lecturas críticas y filológicas de sus derivas vocales y literarias –tanto de las “letras” como de la imaginación política asociada a ella–, del registro de dolor y victorias populares; de la industria musical que creció en el siglo XX y XXI al calor de los medios técnicos; de las discusiones éticas y estéticas que se construyeron a su alrededor; de las inflexiones populares (y, por qué no, las “cultas”) en trasformación en distintas regiones y épocas.  

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Bibliografía de referencia

Burucúa, E. & Kwiatkowski N. Cómo sucedieron estas cosas; Buenos Aires, Katz, 2014.

Cacciari, M. Hombres póstumos; Barcelona, Ediciones Península, 1989. 

Carella, T. Picaresca porteña; Buenos Aires, Ediciones Siglo Veinte, 1966. 

Deleuze G. & Guattary F. Mil mesetas; Valencia, Pre-textos, 1988.

Ette, O. & Ugalde Quintana S. (comps.) La filología como ciencia de la vida; México, Universidad Iberoamericana Ciudad de México, 2015.

*Profesor en Universidad Nacional de Tres de Febrero; Universidad Pedagógica Nacional (UNIPE); Literatura del Siglo XX (UBA); Escuelas Lectoras (Ministerio de Educación, Ciudad Autónoma de Buenos Aires).