Así no se sueña, nadie sueña así

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Vogelfang, A. (2019). Así no se sueña, nadie sueña así. Estudios Curatoriales. Recuperado a partir de https://revistas.untref.edu.ar/index.php/rec/article/view/748

Exposición:
Biodelica de Florencia Rodríguez Giles
Galería Ruth Benzacar
Del 26 de septiembre al 3 de noviembre de 2018

Así no se sueña, nadie sueña así1

“Hace mucho tiempo la gente soñaba con dejar la Tierra y, con ella, todas las injusticias y paradojas que se podían encontrar allí. Este deseo de emigración planetaria apareció en el crepúsculo de la generación más devota al amor libre y la liberación personal. ¿Qué hay de ese deseo hoy?

La última exposición individual de Florencia Rodríguez Giles presenta una serie de dibujos de gran escala de factura virtuosa y técnica atractiva. La artista vuelve a lo primitivo en varios sentidos: retoma rituales, presenta sexualidades alternativas, cree en la transmisión con un lápiz y un papel. Los papeles representan escenas en grafito, a las que les superpone una capa de imágenes como portales hacia sus sueños. Pero ya lo dijo Adorno en su crítica a la interpretación del surrealismo: nadie sueña así. Entonces esa superficie, ¿plantea un umbral hacia sus propias alucinaciones o es una trampa? La lava rosa chicle que recubre el dorso de sus cuadros nos atrapa y sumerge en prácticas que se extienden más allá de la experiencia humana, como un futuro distópico y promisorio.

Un zumbido de abejas inunda la sala. El sonido surge de los únicos objetos que tocan el piso. Al fondo de la galería Ruth Benzacar, en un rincón, un cable rojo y negro zigzaguea hasta el parlante. Las abejas son insectos primordiales para el proceso del ciclo de la vida: el transporte de polen es la acción fundamental de la cadena alimenticia. La polinización da inicio al proceso de reproducción de las plantas, se forma la tierra que da vida a los bosques donde crecen árboles que producen oxígeno, previenen la erosión del suelo y regulan el flujo del agua; crecen frutos que alimentan animales. El resto de la historia la conocemos desde la escuela primaria.

En la actualidad, las abejas se encuentran en peligro de extinción. Esta crisis se debe al cambio climático, a la reducción de su hábitat, a la proliferación de incendios, a la aparición de especies exógenas, a la utilización de pesticidas y a la pérdida de la diversidad genética. Es decir, es una clara definición de lo que hoy conocemos –casi hasta el hartazgo– como el Antropoceno.2 Su diversidad ha disminuido al grado de provocar la extinción de siete especies. En China, debido a la pérdida de las abejas, los granjeros han tenido que empezar a polinizar con pinceles.

El zumbido hace vibrar los trazos que dan vida a una miscelánea de personajes de rasgos humanos y animales alterados. Estos mutantes habitan unas tierras un tanto secas, aunque fértiles en cuanto allí proliferan escenas de pasión y contacto físico.

Para muchos pensadores occidentales contemporáneos, Gaia, la diosa madre de la mitología griega, que presidió la Tierra, representa el Antropoceno. La artista parece sumergirse en el trabajo minucioso en respuesta a una necesidad vital, espiritual. Como un mantra, repite el grafismo en busca de otra figura. Su trazo crea una nueva mitología para salir del Antropoceno, como propone la filósofa Donna Haraway (2016), y dirigirse hacia otra historia lo suficientemente grande.

Todas las obras de la exposición materializan una serie de desbordes somáticos. La imagen más extensa de la exposición muestra una orgía interespecie. Por detrás, se vislumbra otro cuadro en el que una figura de cuatro brazos morrudos abraza con vehemencia un árbol robusto. La teoría de Haraway involucra a Potnia Theron, la amante de los animales, para representar el Chthuluceno: una nueva era donde se reunirán los refugiados del desastre ambiental (humanos y no humanos). Será un momento en el que los seres intentarán vivir en equilibrio y en armonía con la naturaleza, o con lo que quede de ella, en ensamblajes mixtos.

Los personajes de Florencia Rodríguez Giles, al igual que Potnia Theron, Medusa, única mortal de las tres gorgonas, son poderosas entidades ctónicas sin una genealogía adecuada. Las gorgonas, a pesar de considerarse mujeres tanto en representaciones como en relatos, no tienen un linaje establecido ni una identidad de género. En versiones antiguas, las gorgonas se entrelazan con las Erinyes, potencias del inframundo ctónico, para vengar los crímenes contra el orden natural. El vocablo griego chthonios significa "de, en o debajo de la Tierra y los mares". En medio de los bastidores suspendidos en el espacio, la única pieza colgada contra la pared es una televisión que proyecta en loop el video Ronquido oceánico, realizado en colaboración con Emilio Bianchic. En el video la artista encarna uno de los personajes de los dibujos que se sumerge en el Mar Negro, tal vez, en busca de un ritual de empoderamiento.

A través de una insistencia anacrónica por el lápiz, Florencia Rodríguez Giles poliniza nuestras retinas con imágenes sobre lo transgénero y lo transespecie, el amor libre y la liberación personal que anhelamos sin abandonar la Tierra. Aunque cabe preguntarse si es la misma Tierra donde las democracias se encuentran aún más en peligro que las abejas. Las obras muestran personajes de una mitología en un momento en que la geopolítica de las religiones hace estragos. ¿Habría que retomar la idea del éxodo planetario? ¿O asumir la responsabilidad de poder que tienen las obras de arte?

La abeja era uno de los emblemas de Potnia Theron, también llamada Potnia Melissa, la amante de las abejas. Florencia, una wiccana moderna, recuerda a estos seres ctónicos en sus rituales y en sus dibujos. Si el fuego es el elemento esencial del Antropoceno, tal vez la nueva era esté representada por ese material rosa chicloso que sale de las vaginas de los personajes de la artista y recubre sus bastidores. Los dibujos de Biodélica evocan un mundo dinámico y pluriversal. La artista se desplaza por el papel con su lápiz durante horas: la mueve el deseo.

Fotografías: gentileza galería de arte Ruth Benzacar.
 
1. Hago referencia a las ideas de Theodor Adorno (1962).
2. Su diversidad ha disminuido al grado de provocar la extinción de siete especies. En China, debido a la pérdida de las abejas, los granjeros han tenido que empezar a polinizar con pinceles.
 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

  • Adorno, Theodor [1956], “Retrospectiva sobre el surrealismo”, Notas sobre literatura, Barcelona, Ariel, 1962.
  • Díaz, Eva, “We Are All Aliens”, E-Flux Journal, N° 91, mayo de 2018.
  • ------------ “Is Space The Place? Eva Díaz On Feminist Futures In The Anthropocene”, Texte zur Kunst, N° 111, septiembre de 2018.
  • Haraway, Donna, “Tentacular Thinking: Anthropocene, Capitalocene, Chthulucene”, E-Flux Journal, N° 75, septiembre de 2016.

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