Abstract
El genocidio cometido por el Estado argentino contra los pueblos originarios, si bien cuenta con fechas y períodos clave en los cuales son fácilmente reconocibles sus señales, no ha finalizado. A lo largo del siglo, las políticas genocidas apenas han variado en forma e intensidad. En todas las épocas, la agencia indígena se articuló con diferentes sectores sociales, creando alianzas y frentes disímiles, o replegándose estratégicamente. En este artículo no detallaré las características genocidas de la respuesta estatal a la política indígena, que son abordadas por varios colegas en este dosier. Me referiré, en cambio, a los cruces de la agencia originaria con diversas claves de activismo político, particularmente en la década de 1970, y las modalidades de la represión estatal, a través de la reconstrucción del caso de un grupo de militantes sociales mapuche. De este modo, me propongo analizar los silencios y ambigüedades que aún hoy persisten acerca de la movilización indígena de esos años en arenas políticas.
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