La publicación de este nuevo número de CIUDADANIAS con un dosier dedicado a los problemas de la infancia y la adolescencia, se realiza en simultaneidad con las diversas iniciativas y debates con las que se intenta la construcción de una nueva normalidad en el espacio académico para comenzar a superar las crisis que en todos los órdenes (institucional, laboral, subjetivo y otros), produjo una pandemia que, al parecer, difícilmente lograremos dejar totalmente en el pasado.
La construcción de una nueva normalidad necesita reconocer los impactos materiales y subjetivos que con seguridad van a influir de manera decisiva y durante mucho tiempo, en los comportamientos de los diferentes actores sociales, tanto en los espacios públicos como en el ámbito privado. Entre esos muchos efectos interesa destacar por su importancia la aceleración de las tendencias que imprimen la dinámica de movimiento del sistema global, como el cambio climático o el alarmante incremento de la desigualdad y la pobreza, las crisis migratorias y varios otras que integran la agenda global y se manifiestan en la mayoría de los países. Estas tendencias han puesto al desnudo la lógica de funcionamiento del “capitalismo realmente existente” que opera al impulso depredador de las ganancias sin límites y necesita avanzar despojando a la población de sus derechos a la salud, a la educación, al bienestar y el derecho a una vida digna, al mismo tiempo que pone en riesgo las posibilidades de vida en el planeta.
Partiendo de ese reconocimiento muchos de los estudios e investigaciones que se desarrollan en el espacio académico se proponen contribuir al diseño de políticas destinadas a desmontar los mecanismos de la dinámica depredadora del sistema, identificando a los beneficiarios de esos procesos en el ámbito local, nacional e internacional y frenar la lógica de despojo con la que actúan para arrebatar los derechos a la población y someterla a la pobreza y la precariedad en sus condiciones de vida.
En particular esta situación afecta especialmente a los más vulnerables, como es el caso de los niños, niñas y adolescentes de hogares pobres a quienes no se vacila en despojar del futuro, al excluirlos de la educación de calidad, de la alimentación saludable y de la posibilidad de soñar un destino mejor.
Desde su creación el equipo de CIUDADANIAS se propuso contribuir a los debates que acompañan la construcción colectiva de políticas sociales comprometidas con el bienestar y la calidad de vida de la población, que actúen como eje articulador de las iniciativas de crecimiento económico y desarrollo, garantizando la satisfacción de las demandas sociales en condiciones de igualdad y priorizando la población en condiciones de desventaja.
Para esos propósitos trata de participar activamente en los debates e iniciativas orientadas a la construcción de una nueva institucionalidad pública, que pueda responder a las transformaciones materiales y subjetivas provocadas por la evolución de la sociedad en las últimas décadas y desarrollar políticas sociales comprometidas con garantizar a la población el ejercicio de sus derechos.
Para avanzar en esa dirección se necesita facilitar las condiciones necesarias para garantizar la convivencia en condiciones de igualdad y con respeto a las diferencias en las prácticas de vida de los individuos y los colectivos sociales, fortaleciendo los mecanismos que facilitan la integración social, sin limitarla a la participación en los mercados de trabajo, y estimular las claves simbólicas y materiales que propician la cohesión social de los diferentes colectivos.
El desarrollo de una nueva institucionalidad social no se propone rechazar o desmontar los “aparatos” institucionales que sirven de soporte a los enfoques tradicionales de las políticas sociales. Por el contrario, se trata en muchos casos de ampliar y mejorar las valiosas experiencias del funcionamiento de los diferentes sistemas y mecanismos de participación y gestión institucional construidos como resultado de las luchas populares, como es el caso de los regímenes participativos para la gestión de las relaciones entre el capital y el trabajo y otros similares. Anclados en esas experiencias se puede avanzar en la institucionalización de las demandas del heterogéneo colectivo de actores sociales que expresan la composición de una sociedad igualmente heterogénea y atravesada por desigualdades e injusticias que reclaman activamente el reconocimiento de sus derechos.
Una de las ventajas del país para avanzar en la construcción de la nueva institucionalidad pública es la existencia de un amplio abanico de organizaciones de diversos colectivos, que expresan una sociedad con elevados niveles de asociación o capital social, que se moviliza activamente para manifestar sus demandas. Esta situación es el resultado de la memoria de más de una centuria de luchas que jalonan las conquistas obreras y las experiencias de muchos líderes sindicales transformados en líderes barriales.
Una lectura atenta y sin prejuicios de esas luchas sirvió de soporte a la institucionalización de las relaciones entre capital y trabajo que, durante varias décadas del siglo anterior, hizo posible construir la sociedad participativa e igualitaria que fue característica del perfil social del país en ese periodo.
En la actualidad en el contexto de una sociedad compleja y diversa en su composición, donde la lucha por el reparto del excedente trasciende a los actores tradicionales del capital y el trabajo, las demandas por una nueva institucionalidad pública de “lo social” necesita considerar los espacios de encuentro y participación de los diferentes actores sociales que reclaman con justicia su lugar en el reparto.
El desarrollo de la nueva institucionalidad es una tarea no menos compleja que la sociedad a la que pretende servir. Atentos a la complejidad de la tarea el equipo de CIUDADANIAS asume el compromiso de colaborar en su construcción abriendo sus páginas a los debates y alternativas que desde el espacio académico se propongan aportar a esos propósitos.
Con esos antecedentes el dosier de nuevo número de CIUDADANÍAS dedicado a las infancias y adolescencias, recoge los aportes de un prestigioso grupo de especialistas que comparten el denominador común de su compromiso con la situación de la infancia y la adolescencia en condición vulnerable, y que contribuyen desde diferentes espacios institucionales, a analizar en profundidad la situación de estos colectivos y las alternativas de políticas o programas que permitan superarla.
Además del reconocimiento a los autores de los artículos, queremos agradecer especialmente a nuestros colegas Cristina Erbaro y Alberto Minujin por la dedicación y el esfuerzo realizado para la preparación del dosier.
Finalmente quiero agradecer la decisión de ambos, como responsables del dosier y en su calidad de coordinadora académica y director respectivamente, de la Especialización en Gestión de Políticas para la Infancia y la Adolescencia, como así también al equipo editor de la revista, de dedicar este número a la memoria de SUSANA CHECA, en reconocimiento de sus aportes en defensa de los derechos de género, de las mujeres y las adolescencias.
Jorge Carpio
Director